Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de 1 Pedro»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 19

LA VIDA CRISTIANA Y SUS SUFRIMIENTOS

(1)

  Lectura bíblica: 1 P. 2:11-20

EL DESEO DE DIOS

  En 1 Pedro 2:1-10 se nos revela la meta de Dios; se nos muestra cuál es el deseo de Dios. Dios desea una casa edificada y un sacerdocio para Su expresión. Tanto la casa como el sacerdocio deben ser corporativos. Esto lo indican los cuatro sustantivos colectivos usados en el versículo 9: linaje, sacerdocio, nación y pueblo. Primero, Dios desea una casa en la cual morar. Como todos sabemos, una casa no se puede edificar con una sola pieza de material. Por el contrario, una casa únicamente puede ser edificada al combinar muchos y diversos materiales. Además de una casa en la cual morar, Dios también desea un sacerdocio que le sirva. Dios no desea sacerdotes individuales, sino un sacerdocio, una entidad corporativa de sacerdotes, para Su servicio.

  La casa y el sacerdocio, los cuales son entidades corporativas, cumplen la función de expresar a Dios. Esto lo indica claramente 2:9, que dice: “Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable”. Anunciar las virtudes de Dios tiene que ver con el hecho de expresar a Dios. Anunciar las virtudes del Señor simplemente significa expresarlo conforme a lo que Él es. Dios es rico en Sus virtudes. Por ejemplo, Él es amoroso y benévolo. Tanto Su amor como Su bondad son virtudes. De hecho, cada uno de los atributos de Dios son virtudes Suyas, y debemos anunciar tales virtudes. Siempre que prediquemos el evangelio y enseñemos la verdad tocante al Señor, debemos anunciar Sus virtudes. Sin embargo, a diferencia de lo que hacen muchos cristianos de hoy, este anuncio debe hacerse de manera corporativa, y no de manera individual.

  Debemos abandonar las enseñanzas religiosas y tradicionales, y regresar a la Palabra pura. Nosotros crecemos al beber la leche de la palabra dada sin engaño, y de ese modo somos transformados. Esto entonces nos permitirá ser edificados como casa para morada de Dios, y como sacerdocio para Su servicio. Más aun, esto nos permitirá expresar a Dios conforme a Sus virtudes. Éstos son los asuntos principales que trata la segunda sección de esta epístola, que abarca los versículos del 1 al 10 del capítulo 2.

  En el primer capítulo de 1 Pedro tenemos la economía de Dios, la cual produce la plena salvación de Dios, la cual a su vez hace posible que podamos recibir la vida de Dios y llevar una vida santa y amar a los hermanos con un amor genuino. En 1:1-2 vemos que los peregrinos de la dispersión se encuentran bajo la operación del Dios Triuno. Luego, en 1:3-25 vemos la plena salvación que realiza el Dios Triuno y sus resultados. En el capítulo 2 se aborda el tema del crecimiento en vida y sus resultados (vs. 1-10). Primero crecemos hacia una plena salvación al alimentarnos de la leche de la Palabra (vs. 1-3). Luego, somos transformados hasta ser edificados como casa espiritual para morada de Dios, un sacerdocio santo para Su servicio (vs. 4-8). Después de esto, los versículos 9 y 10 nos dicen que debemos anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable.

  Pese a que Pedro era un simple pescador, él era muy inteligente. Después de haber estudiado las dos epístolas de Pedro, quedé plenamente convencido de que este pescador tenía la mente de un erudito. No obstante, a fin de apreciar el valor del pensamiento de Pedro es necesario profundizar en sus escritos.

EL BOSQUEJO DE 1 PEDRO

  La belleza del pensamiento de Pedro se puede apreciar en el bosquejo de esta epístola. Puedo testificar que invertí mucho tiempo en la elaboración del bosquejo de 1 Pedro. Esto no fue para mí una tarea fácil, pues me era extremadamente difícil determinar dónde trazar las líneas entre las diferentes secciones de este libro. Creo que sería muy provechoso a estas alturas considerar el bosquejo de 1 Pedro:

  1. Introducción: a los creyentes peregrinos que están bajo la operación del Dios Triuno (1:1-2).
  2. La plena salvación del Dios Triuno y sus resultados (vs. 3-25):
    1. El Padre regenera: para una esperanza viva, una herencia reservada en los cielos y preparada para ser manifestada en el tiempo postrero (vs. 3-9).
    2. El Espíritu aplica: mediante la profecía de los profetas y la predicación de los apóstoles (vs. 10-12).
    3. Cristo redime: para una vida santa por la naturaleza santa y para el amor fraternal mediante la purificación obtenida por la verdad que santifica, lo cual se basa en la regeneración por la simiente incorruptible mediante la palabra viva de Dios (vs. 13-25).
  3. El crecimiento en vida y sus resultados (2:1-10):
    1. Crecer al alimentarse de la leche de la palabra para la salvación plena (vs. 1-3).
    2. Transformados para la edificación de una casa espiritual donde more Dios, la cual es un sacerdocio santo que sirve a Dios (vs. 4-8).
    3. Anunciar las virtudes de Aquel que llama (vs. 9-10).
  4. La vida cristiana y sus sufrimientos (2:11—4:19):
    1. Una manera de vivir excelente ante todos los hombres en todo asunto (2:11—3:13):
      1. Como peregrinos entre los gentiles (2:11-12).
      2. Para con las instituciones humanas (vs. 13-17).
      3. De los criados a los amos (vs. 18-20).
      4. El modelo de Cristo (vs. 21-25).
      5. En la vida matrimonial (3:1-7).
      6. En la vida común (vs. 8-13).
    2. Sufrir por causa de la justicia según la voluntad de Dios, como Cristo sufrió (vs. 14-22).
    3. Armarse del sentir de Cristo para sufrir (4:1-6).
    4. Ministrar como buenos mayordomos de la multiforme gracia de Dios (vs. 7-11).
    5. Regocijarse por participar de los sufrimientos de Cristo (vs. 12-19).
  5. El pastoreo de los ancianos y su recompensa (5:1-4):
    1. Los modelos del pastoreo (vs. 1-3).
    2. La recompensa de parte del Príncipe de los pastores (v. 4).
  6. La poderosa mano de Dios y su meta (vs. 5-11):
    1. Humillados bajo la poderosa mano de Dios (vs. 5-9).
    2. Perfeccionados y cimentados por el Dios de toda gracia (vs. 10-11).
  7. Conclusión (vs. 12-14):
    1. El testimonio de la verdadera gracia de Dios (v. 12).
    2. Saludos (vs. 13-14).

  En la introducción de esta epístola (1:1-2) vemos que la operación de la economía de Dios tiene como fin conducirnos al pleno disfrute del Dios Triuno. ¡Cuán grande es esto! Luego, en la primera sección (vs. 3-25) vemos la plena salvación del Dios Triuno y sus resultados. La plena salvación de Dios incluye la obra regeneradora del Padre, la obra redentora del Hijo y la santificación efectuada por el Espíritu. Los resultados de esta plena salvación son una santa manera de vivir y un amor fraternal no fingido.

  La segunda sección de esta epístola trata del crecimiento en vida y sus resultados (2:1-10). Para crecer en vida debemos desear la leche de la palabra dada sin engaño. Es por esta leche que crecemos. El resultado del crecimiento en vida es la transformación, la edificación y la expresión de Dios. Por el crecimiento en vida somos transformados y edificados, y así venimos a ser la expresión de Dios.

  La tercera sección de esta epístola, que trata de la vida cristiana y sus sufrimientos, es la más larga de todas (vs. 11—4:19), pues Pedro dedica más de dos capítulos completos para abarcar este tema. En esta sección de su epístola, él no habla de la vida cristiana y su disfrute, sino de la vida cristiana y sus sufrimientos. En los mensajes subsiguientes veremos cuáles son estos sufrimientos.

  Después de la extensa sección acerca de la vida cristiana y sus sufrimientos, Pedro incluye dos secciones breves que tratan acerca del pastoreo de los ancianos y su recompensa (5:1-4), y de la poderosa mano de Dios y su meta (vs. 5-11). Por último, en 5:12-14, tenemos la conclusión.

CINCO ASUNTOS PRINCIPALES

  Si consideramos el pensamiento de Pedro conforme al bosquejo presentado anteriormente, veremos que en esta epístola Pedro abarca cinco asuntos principales: la plena salvación, el crecimiento en vida, la vida cristiana, el pastoreo de los ancianos y la poderosa mano de Dios. Si nos adentramos en las profundidades de este libro veremos que éstos eran los asuntos básicos que Pedro procuraba abarcar mientras escribía su epístola. Asimismo veremos que cada uno de estos cinco asuntos tiene un resultado, una consecuencia, cierta clase de sufrimiento, una recompensa o una meta. Con respecto a la plena salvación de Dios, tenemos un resultado que posee dos aspectos: una santa manera de vivir y el amor fraternal; con relación al crecimiento en vida tenemos la transformación, la edificación y la expresión de Dios; con respecto a la vida cristiana tenemos los sufrimientos; con respecto al pastoreo de los ancianos tenemos una recompensa; y con relación a la poderosa mano de Dios tenemos una meta. Este entendimiento de la estructura de 1 Pedro es claro y también lógico.

  Si examinan el breve esquema de este libro que hemos presentado en el bosquejo, verán que esta epístola abarca la plena salvación del Dios Triuno y sus resultados, el crecimiento en vida y sus resultados, la vida cristiana y sus sufrimientos, el pastoreo de los ancianos y su recompensa y la poderosa mano de Dios y su meta. Dios recompensará a todos los ancianos por su pastoreo. En este libro se da énfasis a la poderosa mano de Dios porque el tema de esta epístola es la vida cristiana bajo el gobierno de Dios. El objetivo de la poderosa mano de Dios es llevar a cabo la administración gubernamental de Dios, y esta administración tiene una meta definida.

  Después de la sección que trata sobre la poderosa mano de Dios y su meta, se halla la conclusión en 5:12-14. Hemos visto que en la introducción (1:1-2) se nos habla de la operación que el Dios Triuno realiza en Su economía, la cual tiene como fin hacer que los elegidos sean partícipes de las riquezas de Dios. Luego, en la conclusión, hallamos un testimonio de la verdadera gracia de Dios (5:12). ¿Cuál es la verdadera gracia de Dios? La verdadera gracia de Dios es la plena salvación que Él nos ofrece. Pedro experimentó esta gracia y dio testimonio de ella. De manera que, mediante sus experiencias y sus escritos, Pedro pudo declarar cuál era la verdadera gracia de Dios y testificar de ella.

  El bosquejo de 1 Pedro nos ayudará a entender claramente el texto. Si leemos el texto sin tener en cuenta los asuntos principales presentados en el bosquejo, es posible que nos sintamos desconcertados. Quizás nos sintamos como alguien que conduce por las calles de una ciudad sin haber visto el mapa general de la ciudad. Ayuda mucho el tener una visión panorámica de la ciudad y de sus calles principales. Podríamos decir que el bosquejo de 1 Pedro corresponde a una visión panorámica de este libro que nos permite ver los asuntos principales que allí se abarcan. Por tanto, les animo a que tengan en cuenta el bosquejo mientras leen y estudian el texto de 1 Pedro. Encontrarán que es de gran ayuda.

EXTRANJEROS Y PEREGRINOS QUE SE ABSTIENEN DE LOS DESEOS CARNALES

  Pasemos ahora a la tercera sección de 1 Pedro y empecemos a examinar la vida cristiana y sus sufrimientos. En 2:11 Pedro dice: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. Los deseos carnales están en el cuerpo caído del hombre (Ro. 7:18, 23-24) y batallan contra su alma, su ser interno, compuesto de la mente, la voluntad y la parte emotiva (vs. 19-23).

  El ruego que Pedro hace a los creyentes en 2:11 se basa en lo que dijo en las dos secciones previas. En particular, este ruego se basa en el nuevo nacimiento y en el crecimiento en vida. Cuando Pedro dice: “Os ruego”, él en realidad está diciendo: “Os suplico”.

  En el versículo 11 Pedro llama a los creyentes extranjeros y peregrinos. Él ruega a estos extranjeros y peregrinos que se abstengan de los deseos carnales. Este ruego es un asunto muy práctico y no una mera doctrina. Es como si Pedro les estuviera diciendo: “Os ruego a todos vosotros que os abstengáis de los deseos carnales. ¿No sabéis quiénes sois vosotros? Vosotros no sois personas del mundo, sino extranjeros y peregrinos, personas que pertenecen a otro país y que viajan por un país extranjero. De hecho, vosotros estáis en la tierra como extranjeros, pues no sois ciudadanos de la tierra. Vosotros sois extranjeros celestiales y peregrinos espirituales. Como tales, debéis llevar una vida diferente a la de las personas mundanas. Debéis absteneros de la vana manera de vivir. La vana manera de vivir es una vida que procede de los deseos carnales. Por tanto, para que podáis mostrar a otros que sois extranjeros celestiales, debéis absteneros de los deseos carnales”.

  En el versículo 11 Pedro dice que los deseos carnales batallan contra el alma. El cuerpo caído es carnal y está lleno de deseos. Los deseos carnales del cuerpo caído batallan contra el alma, contra nuestro ser interno, el cual se compone de la mente, la voluntad y la parte emotiva. Por lo general, pensamos en cosas buenas, amamos cosas buenas y decidimos hacer cosas buenas. Pensamos con la mente, amamos con la parte emotiva y decidimos con la voluntad. No obstante, por lo general los deseos carnales batallan contra lo que pensamos en nuestra mente, contra lo que amamos con nuestra parte emotiva y contra lo que decidimos con nuestra voluntad. Los deseos carnales son contrarios a nuestros buenos pensamientos, intenciones y decisiones. Por lo tanto, debemos abstenernos de los deseos carnales que batallan contra el alma.

UNA EXCELENTE MANERA DE VIVIR ENTRE LOS GENTILES

  En 2:12 Pedro dice además: “Manteniendo excelente vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al ver con sus propios ojos vuestras buenas obras”. La manera de vivir que aquí se menciona debe de ser la santa manera de vivir (1:15) y la buena conducta en Cristo (3:16), una vida no solamente dedicada a Dios sino también llena y saturada de Dios. Esta manera de vivir es contraria a la vana manera de vivir de los incrédulos (1:18). La manera de vivir de los creyentes debe ser excelente, esto es, debe ser hermosa en cuanto a sus virtudes. Debemos llevar tal vida entre las naciones, entre los gentiles. En el versículo 12 la palabra griega traducida gentiles también podría traducirse “naciones”. Todas las naciones se componen de gentiles.

EL DÍA DE LA VISITACIÓN

  Según el versículo 12, si mantenemos una excelente manera de vivir entre los gentiles, ellos, al observar nuestras buenas obras, glorificarán a Dios en el día de la visitación. La palabra griega traducida visitación es episkopé. El significado básico de esta palabra es observación, inspección, supervisión o vigilancia. El día de la visitación es el día cuando Dios velará por Su pueblo peregrino, como un pastor vela por sus ovejas errantes. Él velará por ellas y llegará a ser el Pastor y Guardián de sus almas (v. 25). Por consiguiente, el día de la visitación de Dios es el tiempo cuando Él ejerce Su cuidado y vigilancia.

  En cuanto al entendimiento de lo que es el día de la visitación mencionado en el versículo 12, hay diferentes escuelas de interpretación. Una de éstas dice que el día de la visitación se refiere al día del juicio. Sin embargo, si indagamos el significado de la palabra griega, encontraremos que ella no transmite el pensamiento de juicio. Como ya señalamos, el significado básico de esta palabra es observar, inspeccionar, supervisar, vigilar. (En el Nuevo Testamento a los ancianos se les llama los que vigilan, los que velan). La raíz de la palabra griega traducida “visitación” es la misma que la de la palabra griega traducida “los que vigilan”. El pensamiento de Pedro aquí es que el día de la visitación es el tiempo cuando Dios velará por Su pueblo peregrino al igual que un pastor vela por sus ovejas. Entonces Dios llegará a ser para ellos el Pastor y el Guardián de sus almas. Basándonos en este entendimiento de la palabra “visitación”, podemos afirmar que el día de la visitación se refiere al tiempo en el que Dios vela y cuida de nosotros. En términos más sencillos, podríamos decir que el día de la visitación de Dios es el día en que Dios viene a visitarnos. Cuando Dios nos hace una visita, ése es el día de la visitación.

EXPERIMENTAR LA VISITACIÓN DE DIOS

  ¿No se han percatado ustedes de la visitación de Dios en las reuniones de la iglesia o del ministerio? Yo puedo testificar que mientras ministro la Palabra a los santos, a menudo tengo la sensación en lo más recóndito de mi ser de que Dios viene y nos visita con Su cuidado vigilante. En cada reunión Dios viene y nos hace una visita. Muchos de nosotros podemos testificar que le hemos experimentado como el Visitador divino en estos días.

  ¿Con qué propósito viene Dios a visitarnos? ¿Viene acaso para juzgarnos? No, en vez de venir a juzgarnos, Dios nos visita con el propósito de vigilar y observar cómo estamos y qué estamos haciendo. En ocasiones, Dios parece decirnos: “¿Cómo les va? ¿Qué están haciendo? ¿Está todo bien?”. La visitación de Dios es como la de un pastor y también es semejante a la visita de uno que vigila. Ésta es la razón por la cual Pedro se refirió al Señor como el Pastor y Guardián de nuestras almas (v. 25). Nuestro Salvador es nuestro Pastor y nuestro Guardián. Él nos pastorea y nos vigila a fin de cuidarnos. Éste es el entendimiento correcto de la palabra visitación, hallada en el versículo 12.

NUESTROS OPOSITORES GLORIFICARÁN A DIOS EN EL DÍA DE LA VISITACIÓN

  En el versículo 12 Pedro dice que si mantenemos una excelente manera de vivir entre los gentiles, con el tiempo ellos glorificarán a Dios a causa de nosotros en el día de la visitación. En este versículo Pedro parece decir a los santos: “Los opositores ahora murmuran de vosotros. Pero si mantenéis una excelente manera de vivir entre ellos, si lleváis una hermosa calidad de vida y una excelente conducta, ellos observarán vuestras buenas obras y glorificarán a Dios en el día de la visitación. Al veros, ellos comprenderán que vosotros estáis bajo la visitación de Dios. Tarde o temprano, el resultado será que se le dará gloria a Dios, pues dichos opositores glorificarán a Dios en el día de la visitación”.

  Puedo testificar con el paso de los años que he visto cumplida la palabra de Pedro en muchas ocasiones. Debido a que nuestros opositores vieron que Dios visitó a los santos, un buen número de ellos se lamentó de lo que había hecho y se arrepintió. Los santos gozaban del cuidado amoroso de Dios en el día de Su visitación. A pesar de haber sido calumniados, ellos mantuvieron un vivir maravilloso y excelente bajo el cuidado de la gracia de Dios. Así, pues, Dios los visitó una y otra vez. La excelente manera de vivir de ellos y la visitación de Dios hicieron que a la postre los opositores se arrepintieran y dieran gloria a Dios.

  Algunos jóvenes que están en el recobro del Señor han sufrido la oposición de sus padres. Hace algunos años, los padres de un joven en particular se le opusieron firmemente. Ellos se preguntaban por qué pasaba él tanto tiempo asistiendo a las reuniones de la iglesia y del ministerio. Sin embargo, poco a poco ellos empezaron a notar un cambio, una transformación en la manera de vivir de su hijo. Aunque no tenían las palabras para describirlo, ellos estaban siendo testigos de la obra transformadora que el Señor estaba operando en su hijo. Con el tiempo, ellos se dieron cuenta de que él era una persona que estaba bajo el cuidado de Dios, una persona que gozaba de la visitación de Dios.

  No hace mucho tiempo, algunos santos testificaron de esto en la reunión. Dijeron que en el pasado habían sufrido la oposición de sus padres y que, en algunos casos, incluso fueron perseguidos por ellos. Pero que, gradualmente, después de cierto tiempo, la actitud de sus padres empezó a cambiar. Cuando los jóvenes fueron a casa a visitar a su familia, sus padres se seguían oponiendo a ellos, pero al mismo tiempo seguían observándolos atentamente. Poco a poco, empezó a haber menos oposición y, en vez de ello, hubo más observación. Finalmente, los padres cambiaron completamente su actitud y, en algunos casos, empezaron a participar de la vida de iglesia. Ellos pudieron observar la excelente manera de vivir de sus hijos, y glorificaron a Dios en el día de la visitación.

SUJETOS A TODA INSTITUCIÓN HUMANA

  En los versículos 13 y 14 Pedro dice: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien”. ¿Qué significa la palabra institución? Literalmente, la palabra griega significa “creación”, como en Colosenses 1:15. Se refiere a cualquier cosa hecha, a cualquier persona, edificio, regulación u ordenanza. La versión King James y la versión American Standard traducen esta palabra griega como ordenanza; Darby y la versión New American Standard la traducen como institución. En este versículo la palabra institución significa “regulación”, “ordenanza” o “principio establecido”. Es difícil encontrar un equivalente de esta palabra griega.

  En el versículo 13 “institución” significa la acción de elaborar regulaciones u ordenanzas, muy similar al acto de promulgar leyes por parte de la asamblea legislativa. Según el contexto, “toda institución humana” incluye “al rey, como a superior” y también a “los gobernadores, como por él enviados”. Aquí Pedro dice a los creyentes que por causa del Señor, es decir, para que el Señor pueda ser expresado y glorificado (v. 12), nosotros debemos someternos a toda institución humana.

  En el versículo 15 Pedro añade: “Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos”. “Los hombres insensatos” del versículo 15 son “los calumniadores” mencionados en el versículo 12.

USAR NUESTRA LIBERTAD COMO ESCLAVOS DE DIOS

  En el versículo 16 Pedro dice: “Como libres, pero no como los que tienen la libertad como capa para hacer lo malo, sino como esclavos de Dios”. Nunca debemos usar la libertad como pretexto para hacer lo malo. No debemos decir: “¿Acaso no somos libres? Nosotros no estamos bajo la esclavitud de la ley, sino bajo la gracia. Eso significa que somos libres”. Sí, en efecto somos libres, pero no debemos usar nuestra libertad como excusa para comportarnos indebidamente. Al contrario, debemos usar nuestra libertad como esclavos de Dios. Lo que dice Pedro aquí es similar a lo que dijo Pablo en sus epístolas. Aunque es cierto que somos libres de la ley de Moisés, aún estamos sujetos a la ley de Cristo. Como personas que están sujetas la ley de Cristo, debemos ser esclavos de Dios. Así que, por un lado, somos libres, y por otro, somos esclavos de Dios y estamos bajo Su control.

AMAR LA HERMANDAD

  El versículo 17 dice: “Honrad a todos. Amad la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey”. ¿Por qué dice Pedro “amad la hermandad” en vez de “amad a los hermanos”? ¿Qué significa aquí el término hermandad? La hermandad se refiere a los hermanos como conjunto, como familia, a los hermanos según el sentimiento de fraternidad. Un conjunto es una totalidad. Al usar la palabra hermandad Pedro indica que no debemos amar solamente a los hermanos como individuos, uno a uno, o de forma individualista, sino que debemos amarlos a todos en conjunto. Esto significa que debemos amar a la familia universal, a los hermanos como conjunto.

  Hemos creído en Cristo; por ello, no solamente somos una comunidad, sino también una familia. En una familia hay mucha más intimidad que en una comunidad. Ya que somos una familia, nos llamamos hermanos. Si no perteneciéramos a la misma familia, ¿cómo podríamos ser hermanos los unos de los otros? No importa cuál sea el color de nuestra piel —negro, blanco, amarillo o rojo— todos somos hermanos en la familia de Dios. ¡Aleluya por esta familia mundial y universal! Esta familia ha existido ya por casi dos mil años. La palabra hermandad del versículo 17 se refiere a esta familia.

  Debemos amar a los hermanos que componen la familia de Dios con un sentimiento de fraternidad. Esto es lo que significa amar la hermandad. Sin embargo, hoy en día pocos son los cristianos que tienen el sentir de que al amar a los hermanos, aman la hermandad. Esto indica que los cristianos de hoy no han tomado conciencia de la vida corporativa. No obstante, la iglesia es absolutamente una cuestión corporativa. En el versículo 9 vimos que la iglesia es un linaje, un sacerdocio, una nación y un pueblo para posesión de Dios. Ahora, en el versículo 17, vemos que la iglesia es una hermandad. El sacerdocio cumple la función de servir a Dios, y la hermandad nos habla del amor hacia los hermanos. Debemos amar a todos los hermanos en conjunto, es decir, debemos amar a los hermanos en un sentido corporativo.

  Supongamos que se reúnen doce personas de doce familias distintas. Aunque puedan amarse los unos a los otros, este amor no sería igual que el amor de una hermandad. Pero en el caso de doce personas que pertenecen a la misma familia, que nacieron de los mismos padres, el amor que se tengan los unos a los otros, será un amor que brota de una hermandad. Su amor será diferente al que puedan tenerse personas provenientes de familias diferentes, las cuales se aman, pero no con un amor de hermandad. Es posible que tales personas amen a unos más que a otros. Pero los que nacieron de los mismos padres, aman a cada miembro de la familia y se preocupan por cada uno de ellos. Esto ejemplifica lo que es amar la hermandad, amar la totalidad de los hermanos. En la iglesia, no amamos meramente a los distintos hermanos, sino a la totalidad de los hermanos en un sentido colectivo.

UNA EXHORTACIÓN A LOS CRIADOS

  En el versículo 18 Pedro dice además: “Criados, estad sujetos en todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y comprensivos, sino también a los perversos”. Aunque ciertos amos sean perversos, los criados que son creyentes deben estar sujetos a ellos. Éste es otro aspecto de la vida cristiana.

  En el versículo 18 Pedro manda a los criados que se sometan a sus amos en todo temor. Éste es un temor santo, como se menciona en Filipenses 2:12. La exhortación a que nos comportemos de una manera santa es una advertencia saludable y seria. Este libro hace mención de tal temor en varias ocasiones porque tal enseñanza tiene que ver con el gobierno de Dios.

LA GRACIA ES LA MOTIVACIÓN Y LA EXPRESIÓN DE LA VIDA DIVINA

  En los versículos 19 y 20 Pedro dice: “Porque esto es gracia, si alguno por tener consciencia de Dios sufre aflicción padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es gracia delante de Dios”. Aquí Pedro dice que si, por tener consciencia de Dios, estamos dispuestos a sufrir aflicción y a padecer injustamente, es decir, a sufrir el maltrato, esto es gracia. La palabra traducida gracia en el versículo 19 es cáris, y aquí se refiere a la motivación de la vida divina que está en nosotros y a la manera en que ésta se expresa en nuestro vivir, la cual, en nuestro comportamiento, llega a ser grata y aceptable ante el hombre y ante Dios (v. 20). La misma palabra griega se traduce “mérito” en Lucas 6:33-34 y “gracias” en Romanos 7:25.

  Como hemos señalado en repetidas ocasiones, la gracia es de hecho el Dios Triuno que llega a ser nuestra vida, a fin de que lo experimentemos y lo disfrutemos. Basándonos en este entendimiento de la gracia, podemos decir que aquí la gracia es la motivación de la vida divina que está dentro de nosotros y a la expresión de la misma en nuestro vivir. Esto llega a ser, en nuestro comportamiento, algo que es grato y aceptable ante Dios y ante los hombres.

  Las palabras “tener consciencia de Dios” también significan tener presente a Dios, es decir, percatarse de la relación que uno tiene con Él, lo cual indica que uno vive en una comunión íntima con Dios, manteniendo una conciencia buena y pura ante Él (3:16; 1 Ti. 1:5, 19; 3:9; 2 Ti. 1:3).

  Según el contexto, el sufrimiento injusto del cual se habla en el versículo 19 debe de referirse al maltrato infligido por los amos incrédulos, quienes se oponían y perseguían a sus siervos creyentes a causa del testimonio cristiano de ellos (1 P. 3:14-18; 4:12-16).

  Estos versículos hablan acerca del comportamiento que como cristianos exhibimos en nuestra vida diaria. La vida cristiana está muy relacionada con nuestro comportamiento. Supongamos que no tuviéramos la vida divina en nosotros. Esto ciertamente haría la vida familiar muy difícil, especialmente en relación con nuestros suegros, y en particular, con nuestra suegra. Es raro encontrar a un hombre que desee que su suegra viva con él y con su familia. Del mismo modo, a las mujeres casadas no les gusta que sus suegras vivan con ellas. Tanto para el marido como para la mujer, la suegra podría causarles dificultades. Por esta razón, desde una perspectiva humana, no es aconsejable que la suegra viva con la pareja.

  Lo que queremos decir es que si somos personas que no poseen la vida divina, tendremos problemas en nuestra vida matrimonial, sin importar cuánto nos amemos el uno al otro. Al menos, nos enfrentaremos a cinco grandes problemas: nuestro temperamento, nuestra manera de ser, nuestros hábitos, nuestra formación y nuestra propia manera de entender las cosas. No importa cuán parecidos puedan ser el esposo y la esposa, siempre habrá diferencias entre ellos con respecto al temperamento de cada uno, a su respectiva forma de ser, a sus hábitos, a su formación y a la manera en que cada uno entiende las cosas. El esposo tendrá su manera de ver las cosas, y también la esposa. Asimismo, la esposa tendrá sus respectivos hábitos o manera de vivir y forma de ser, y también el esposo. Por consiguiente, ellos encontrarán dificultades con respecto a los cinco factores problemáticos, a saber: el temperamento, la forma de ser, los hábitos, la formación y la manera de entender las cosas. Esto sucederá aun cuando el esposo y la esposa se amen mucho el uno al otro, y aun cuando sean personas refinadas y educadas. Al menos habrá ocasiones en que encontrarán la situación insoportable y discutirán el uno con el otro. Si la suegra se encuentra en esos momentos de visita, ella encontrará tal situación totalmente desagradable e inaceptable, y ni siquiera querrá observar una situación tan falta de gracia.

  En cambio, supongamos que tanto el marido como la mujer poseen la vida divina y viven conforme a ella. A pesar de las diferencias de temperamento, forma de ser, hábito, formación y concepciones, la gracia operará tanto en el interior del marido como en el interior de la mujer. Además, esta gracia se expresará en el vivir de ellos. Si la suegra de cualquiera de ellos observa la manera en que viven, encontrará tal situación agradable, placentera y aceptable. Esto es gracia.

  De manera que aquí Pedro parece estar diciendo: “Hermanos judíos, vosotros ahora estáis padeciendo persecución, y algunos de vosotros tenéis amos perversos que os tratan injustamente. No obstante, habéis estado dispuestos a sufrir tal injusto trato. Esto ciertamente es agradable, placentero y aceptable ante el hombre y ante Dios”. Es a esto que Pedro se refiere cuando dice: “Esto es gracia”. Cualquiera que observe a un creyente vivir de este modo en medio del sufrimiento y la persecución tendrá que reconocer que eso es gracia. Eso es también algo digno de nuestra acción de gracias a Dios. Si una suegra observa que su hija y su yerno viven de esta manera, dirá: “Gracias Señor Jesús, por Tu gracia”.

  Como hemos visto, en el versículo 20 Pedro dice: “Pues ¿qué gloria es si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es gracia delatante de Dios”. No tiene mérito alguno si habiendo pecado, soportamos el ser abofeteados. Pero si haciendo lo bueno sufrimos y lo soportamos, esto es gracia delante de Dios. Una situación así indica que nuestro vivir expresa la operación que realiza la gracia de Dios dentro de nosotros y por medio de nosotros. De ahí que, con respecto a tal forma de vivir, Pedro diga: “Esto ciertamente es gracia delante de Dios”.

DISFRUTE Y NUTRIMENTO

  Si no tenemos noción alguna de que la vida divina está en nosotros como la gracia que produce en nosotros todo lo que Dios es, y si no tenemos la experiencia de esta gracia, no seremos capaces de entender lo que Pedro quiere comunicarnos en estos versículos, aunque los leamos una y otra vez. A fin de entender lo que Pedro escribe aquí, necesitamos tener el debido conocimiento de los hechos divinos, como también una comprensión adecuada de ellos. Además, necesitamos tener la debida experiencia de estos hechos. Sólo entonces podremos entender lo que Pedro dice y ser nutridos con ello.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración