Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de 1 Samuel»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 31

LO QUE SIGNIFICA QUE LA SIMIENTE DE DAVID SEA DESIGNADA HIJO DE DIOS

  Lectura bíblica: 2 S. 7:12-14a; Mt. 22:41-46; Ro. 1:3-4; 1 Co. 3:12; Ap. 21:2, 11, 18-21

  Los libros históricos del Antiguo Testamento contienen muchos relatos que, por una parte nos ayudan, y por otra, nos distraen de la meta única revelada en la Biblia. Por muchos siglos, los cristianos no le han dado la debida atención a esta meta, pero el Señor en Su recobro nos la ha mostrado claramente.

  En este mensaje, que concluye el pasaje de 2 Samuel 7:12-14a, siento la carga de analizar algunos asuntos vitales que están ocultos o implícitos en estos versículos. Estos asuntos descubren la importancia que tiene el hecho de que la simiente de David sea designada Hijo de Dios.

DIOS SE HACE HOMBRE PARA QUE EL HOMBRE LLEGUE A SER DIOS EN VIDA Y NATURALEZA

  En el versículo 12, Dios habla del linaje de David, y en el versículo 14a, declara: “Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo”. Estas palabras muestran algo de gran importancia, a saber, que el linaje de David llega a ser el Hijo de Dios. En estos versículos se revela claramente que un descendiente humano, es decir, el hijo de un hombre, puede convertirse en Hijo de Dios, lo cual implica que el deseo de Dios es humanarse para divinizar al hombre, en vida y naturaleza, mas sin que sea objeto de adoración. La implicación que esto tiene es sumamente importante. Esta es la conclusión de toda la Biblia. La Nueva Jerusalén, la consumación máxima de las Escrituras, manifiesta el hecho de que Dios se hizo hombre y que el hombre se hizo Dios en vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración, y que Dios y el hombre se mezclan y llegan a ser una sola entidad.

El diamante en la caja

  Si leemos la Biblia sin tomar en cuenta este punto crucial, ella nos será un libro vacío. En otras palabras, aunque la Biblia en sí es real, nos parecerá que carece de contenido. Por ejemplo, supongamos que dentro de una caja muy primorosa se halla un diamante grande. Sin lugar a dudas, un niño se interesaría más por la caja, que por el diamante. Pero una persona adulta le daría más importancia al diamante que está en la caja. Hoy muchos cristianos tienen la Biblia como si fuera “la caja”, pero no ven ni aprecian el “diamante” que está en ella; y no sólo eso, sino que condenan a los que sí lo valoran. El “diamante” contenido en la “caja”, es decir, en la Biblia, es la revelación de que Dios en Cristo se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza mas sin ser objeto de adoración.

  Hoy la gran mayoría de los cristianos descuida el tema crucial revelado en la Biblia, de que Dios en Cristo se humanó para divinizar al hombre en vida y naturaleza, mas sin que sea objeto de adoración. Dios desea mezclarse con el hombre para ser una sola entidad con él. Hay personas que no sólo pasan por alto esta verdad, sino que acusan falsamente de herejes a aquéllos que la enseñan. Muchas personas creen en el aspecto crucial de que Dios se hizo un hombre llamado Jesús, pero no creen que el hombre llega a ser Dios en vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración.

El Hijo de David es designado Hijo de Dios

  La Biblia revela a una persona maravillosa: Jesucristo, el Dios-hombre. Esta persona es tanto Hijo de Dios como Hijo del Hombre. En una ocasión, los fariseos se juntaron, y el Señor Jesús les preguntó: “¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?” (Mt. 22:41-42a). Ellos respondieron: “de David”. Entonces el Señor les volvió a preguntar: “¿Pues cómo David en el espíritu le llama Señor? Si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?” (vs. 43, 45). Los fariseos no entendiendo eso, no pudieron contestar. El Señor Jesús indicaba con Sus palabras que El, el hijo de David, era el Hijo de Dios, lo cual es exactamente lo que se revela en 2 Samuel 7:12-14a.

  Pablo expone en Romanos 1:3-4 lo que se revela en 2 Samuel 7. El dice que Cristo, un descendiente de David, fue designado Hijo de Dios. Estos versículos leen: “Acerca de Su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor”. Cristo es un descendiente de David, sin embargo, fue designado Hijo de Dios. Este es el misterio que consiste en que Dios se hizo hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración. Los dos, Dios y el hombre, se forjan el uno dentro del otro. En Cristo, Dios se constituye hombre, el hombre se constituye Dios, y Dios y el hombre se mezclan y forman una sola entidad llamada el Dios-hombre.

DIOS EN CRISTO SE FORJA EN EL HOMBRE

  En estos mensajes sobre 2 Samuel 7, hemos subrayado que Dios en Cristo se forja en el hombre. Dios no se forma en Sí mismo, sino en el hombre, e incluso llega a ser él. Esto es una obra de edificación en la que Dios en Cristo se forja en el hombre.

  Dios en Cristo se forja en el hombre y llega a ser su elemento. De esta manera nosotros los humanos asimilamos el elemento de Dios, es decir, el elemento divino se forja en el humano, y los dos se mezclan entre sí. No sólo el elemento divino se forja en nosotros, sino que el elemento humano se forja en Dios. A medida que el elemento divino se forja en nuestra humanidad, llegamos a ser Dios en vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración; y a medida que el elemento humano se forja en Dios, El llega a ser hombre. Esta es la edificación que revela el Nuevo Testamento.

  Esta revelación debe ser el principio que gobierne nuestro entendimiento acerca de Dios y de Su edificio. Cuando hablamos de la edificación de la iglesia o de la edificación del Cuerpo, debemos ver que dicha edificación es el forjamiento del elemento divino en el elemento humano y viceversa. Por tanto, el edificio de Dios es una constitución que se produce al forjarse el elemento divino y el humano recíprocamente, lo cual los funde en una sola entidad. Esta es la edificación de la iglesia, la edificación del Cuerpo de Cristo.

NUESTRA OBRA DEBE CONSISTIR EN QUE DIOS SE FORJE EN NOSOTROS Y VICEVERSA

  Mientras laboramos para Dios hoy en día, debemos participar en esta edificación. Esto significa que nuestra obra debe consistir en que Dios se forje en el hombre y viceversa. Si lo que hacemos no tiene este fin, entonces, a los ojos de Dios, nuestra labor será semejante a la madera, el heno y la hojarasca (1 Co. 3:12). Pero si nuestro trabajo lleva a cabo este objetivo, será una obra de oro, plata y piedras preciosas, cuya consumación será la Nueva Jerusalén, la cual se edifica con dichos materiales (Ap. 21:2, 11, 18-21).

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración