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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Oseas»
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Mensaje 1

PALABRAS DE INTRODUCCIÓN

  Lectura bíblica: Mi. 5:2a; Os. 11:1; Mt. 2:15; Mi. 4:7b; Os. 3:5

  Con este mensaje comenzamos el Estudio-vida de los Profetas Menores (con excepción de Zacarías, que fue abarcado en una serie de mensajes separados). La carga de estos mensajes sobre los Profetas Menores puede ser expresada por las siguientes cuatro afirmaciones:

  1) De Belén saldrá el Gobernante en Israel, cuyas salidas son desde los días de la eternidad (Mi. 5:2).

  2) El Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches (esto implica la resurrección) para que la salvación de Dios sea propagada a todos los pecadores (Jon. 1:17; 2:10; Mt. 12:40-41).

  3) Cristo es el Deseado de todas las naciones y vendrá como Sol de justicia trayendo sanidad en Sus alas (Hag. 2:7; Mal. 4:2).

  4) Cristo habitará en el santo monte Sion a fin de ser para Israel albergue y fortaleza, y reinará en medio de ellos desde Jerusalén (Jl. 3:16-17; Mi. 4:7).

  Miqueas 5:2 dice: “Tú, oh Belén Efrata, / tan pequeña entre los millares de Judá, / de ti me saldrá / Aquel que será Gobernante en Israel; / y Sus salidas son desde tiempos antiguos, / desde los días de la eternidad”. La expresión “los días de la eternidad” se refiere a la eternidad de Cristo. Cristo es el Eterno, pero en Su encarnación, Él se hizo un hombre en el tiempo al nacer en la aldea de Belén.

  Mateo 12:40 y 41 dicen: “Como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar”. Tal como es tipificado por Jonás, Cristo, el Hijo del Hombre, estuvo en el corazón de la tierra tres días y tres noches (esto implica la resurrección) para que la salvación de Dios fuese propagada a todos los pecadores. En tiempos de Jonás, la redención y salvación de Dios fue propagada desde Jerusalén a Nínive, la capital de Asiria. Fue una sorpresa para Jonás, un profeta judío, que Dios cuidara de los gentiles y lo enviara a Nínive, una malvada ciudad edificada por Nimrod (Gn. 10:9-11). El significado del tipo de Jonás es que Cristo murió, fue sepultado y resucitó a fin de propagar la redención y salvación de Dios a los gentiles que estaban lejos.

  Hageo 2:7a dice: “Haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, dice Jehová de los ejércitos”. Malaquías 4:2a declara: “Mas a vosotros los que teméis Mi nombre, nacerá el Sol de justicia y en Sus alas traerá sanidad”. Hoy en día todas las naciones están llenas de tinieblas e injusticia. En la tierra hay tinieblas sobre tinieblas e injusticia sobre injusticia. ¿Quién puede arreglar esta situación? Nadie. Nuestra única esperanza, nuestra única expectativa, es que Cristo viene como el Sol a fin de resplandecer y disipar toda tiniebla y viene, además, como justicia para ser justicia a las naciones. Él vendrá trayendo en Sus alas sanidad a fin de sanar a las naciones de toda tiniebla e injusticia. Esperamos por Él, quien es el Deseado de las naciones y el Sol de justicia.

  Joel 3:16-17 y Miqueas 4:7 hablan acerca del milenio, el tiempo de la restauración. Joel 3:16b-17a dice: “Jehová será albergue para Su pueblo / y fortaleza para los hijos de Israel. / Así conoceréis que Yo soy Jehová vuestro Dios, / que habito en Sion, Mi santo monte”. Miqueas 4:7b dice: “Jehová reinará sobre ellos en el monte Sion / desde entonces y para siempre”. Estos versículos revelan que en el milenio Cristo habitará en el santo monte Sion a fin de ser albergue y fortaleza para Israel y reinará sobre ellos desde Jerusalén. En el tiempo de la restauración Cristo no permanecerá en los cielos, sino que vendrá físicamente a la tierra, a territorio judío, a la ciudad de Jerusalén, al monte Sion, a fin de morar allí y ser albergue y fortaleza para Israel. Éste es el futuro de Cristo.

  En estos versículos vemos muchas cosas con respecto a Cristo: Su eternidad, Su encarnación en el tiempo, Su muerte, sepultura y resurrección para la propagación de la redención y salvación de Dios a todas las naciones sobre la tierra, Su venida como el Deseado de las naciones y como el Sol de justicia y, además, el hecho de que Él habita en el monte Sion a fin de ser albergue y fortaleza para los escogidos de Dios. Al reinar en medio de ellos, Cristo reinará sobre toda la tierra desde Jerusalén.

  En esta introducción consideremos ahora la composición, el contenido y el pensamiento central de los Profetas Menores.

I. LA COMPOSICIÓN

  Los Profetas Menores se componen de doce libros, de Oseas a Malaquías. Es probable que en tiempos antiguos estos libros fueran considerados como uno solo. “El libro de los profetas” mencionado por Esteban en Hechos 7:42, al citar Amós 5:25-27, podría referirse a este libro colectivo. Pese a ser escritos menores, estos libros completan la revelación divina respecto a la economía de Dios en el trato que Él aplica a Sus elegidos (Israel) y a las naciones, lo cual fue abarcado en detalle en los libros de los Profetas Mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. El Señor Jesús se refirió a todos estos libros —los Profetas Mayores y los Profetas Menores— como “los profetas”, en los cuales se escribió de Él (Lc. 24:44). Esto indica que el punto central de todos los escritos de los profetas no es la disciplina ni el juicio, sino Cristo. Al acudir a los libros de los profetas, debemos interesarnos primordialmente en Cristo.

II. EL CONTENIDO

  El contenido de los Profetas Menores incluye la economía de Dios en Su amorosa disciplina a Israel, Cristo como la centralidad y universalidad de la economía de Dios y un número de puntos cruciales.

A. La economía de Dios en Su amorosa disciplina a Israel

  La economía de Dios en Su amorosa disciplina a Israel, en Sus medidas gubernamentales con respecto a Israel y en Su juicio sobre las naciones redunda en la manifestación de Cristo como centralidad y universalidad de la economía de Dios, lo cual trae la restauración. Según el salmo 2, Cristo, el Rey establecido por Dios, es el Señor, el Dueño, de la tierra. El mundo entero está sujeto a Cristo como el “Administrador General”. Él no sólo es el Señor, sino también el Administrador, quien administra la situación mundial en su totalidad. Al presente, esto permanece oculto hasta cierto grado, pero un día Él será manifestado. La economía de Dios sobre esta tierra a la postre redundará en la manifestación de Cristo. Cuando esta manifestación tenga lugar, todos verán que Cristo es la centralidad y universalidad de la economía de Dios, lo cual trae la era de la restauración. Éste es el primer aspecto del contenido de los Profetas Menores, y este énfasis también puede ser hallado en los Profetas Mayores.

B. Cristo como la centralidad y universalidad de la economía de Dios

  En los Profetas Menores se nos revela de manera enfática a Cristo como la centralidad y universalidad de la economía de Dios. En los Profetas Menores (sin incluir a Zacarías, que revela otros aspectos de Cristo) este develar, esta revelación con respecto a Cristo, consta de dieciséis puntos. Ahora consideraremos brevemente estos puntos según la secuencia de los hechos.

1. En Su origen eterno

  Ya señalamos que Miqueas 5:2c dice que las salidas de Cristo “son desde tiempos antiguos, / desde los días de la eternidad”. Esto hace referencia al origen eterno de Cristo.

2. En Su nacimiento humano en Belén

  Miqueas 5:2a dice que de Belén vendría Aquel que será Gobernante en Israel. Éste es el único versículo en todo el Antiguo Testamento que nos dice que Cristo nacería en Belén.

3. En Su primera venida como el Mensajero de Dios

  Malaquías 3:1-3 revela que en Su primera venida Cristo vino como el Mensajero de Dios. Cristo, como el Mensajero de Dios, trajo la palabra de Dios, el mensaje de Dios, a las personas. Esta palabra, este mensaje, en realidad es el propio Cristo. Podríamos decir que Él es la carta que Dios nos envió.

4. En Su unión con Israel como el Hijo de Dios, quien es amado por Dios y fue llamado por Dios a salir de Egipto

  Oseas 11:1 dice: “Cuando Israel era muchacho, Yo lo amé, / y de Egipto llamé a Mi hijo”. Esto nos habla de Cristo en Su unión con Israel como el Hijo de Dios, quien es amado por Dios y fue llamado por Dios a salir de Egipto. Esta profecía se cumplió en Mateo 2. Poco después del nacimiento de Cristo, mientras Él era un bebé, Herodes intentó matarlo. Pero conforme a lo que le dijo el ángel, José tomó a Jesús y a Su madre y se fue a Egipto, “y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta cuando dijo: ‘De Egipto llamé a Mi Hijo’ ” (v. 15).

5. En Su muerte y resurrección para la propagación de la salvación de Dios a los pecadores

  Otro aspecto de Cristo es tipificado por el profeta Jonás. Jonás fue tragado por un gran pez y luego fue vomitado por éste a fin de que la salvación de Dios fuese propagada a los ninivitas gentiles (Jon. 1:17; 2:10). Esto tipifica a Cristo en Su muerte y resurrección para la propagación de la salvación de Dios a los pecadores, incluso a los gentiles (Mt. 12:39-41).

6. En que es el Deseado de todas las naciones

  En Hageo 2:7 vemos que Cristo es el Deseado de todas las naciones. Aunque las naciones no conocen a Cristo, aun así desean a Cristo. Todas las naciones desean tener paz y una vida buena, pero en el mundo la situación es lo opuesto a tales deseos. Cristo es paz; Cristo es también la vida buena. Que las naciones deseen estas cosas significa que en realidad desean a Cristo. Él es el Deseado de todas las naciones.

7. En que Elías fue enviado antes de Él para preparar el camino de Su retorno

  Elías será enviado antes de Cristo para preparar el camino de Su retorno (Mal. 4:5-6; 3:1a; Ap. 11:3-4).

8. En que será enviado por Dios una segunda vez con Sus vencedores

  “¡Haz descender allí a Tus valientes, oh Jehová!” (Jl. 3:11b). Esto revela que Cristo será enviado por Dios una segunda vez con Sus vencedores. En la actualidad Cristo está produciendo a los vencedores, aquellos que estarán con Él en Su retorno. Cuando Cristo regrese, Él vendrá con Sus vencedores para combatir contra el anticristo.

  En el universo hay dos fuentes: Dios y Satanás. Dios está corporificado en Cristo, y Satanás a la postre estará corporificado en el anticristo. Tanto Cristo como el anticristo tendrán un ejército. A Su retorno, Cristo descenderá con Su ejército compuesto por los valientes, los vencedores. Esto indica que en el tiempo de Su retorno, Cristo y Su ejército derrotarán al anticristo y su ejército.

9. En que se levantará como el Sol de justicia que trae sanidad en Sus alas

  Como vimos, según Malaquías 4:2 Cristo se levantará como el Sol de justicia que trae sanidad en Sus alas.

10. En que saldrá como el alba y vendrá como la lluvia, la lluvia tardía que riega la tierra

  Oseas 6:3b dice: “Cierta como el alba es Su salida. / Él vendrá a nosotros como la lluvia, / como la lluvia tardía que riega la tierra”. Oseas 10:12 dice que Cristo vendrá y hará llover sobre nosotros la justicia. Las salidas de Cristo no han cesado. Él continúa saliendo como el alba. Además, Él vendrá como la lluvia, incluso como la lluvia tardía. ¡Cuánto es Cristo para nosotros! Él es el alba, la lluvia y la lluvia tardía.

11. En Su segunda venida como el Ángel del pacto, a quien Israel desea

  “El Ángel del pacto, a quien deseáis, he aquí que vendrá, dice Jehová de los ejércitos” (Mal. 3:1b). Aquí se habla de Cristo en Su segunda venida como el Ángel del pacto, a quien Israel desea. El pacto del cual Él es el Ángel, es el nuevo pacto.

12. En Su venida como el Valiente que viene con Sus vencedores para derrotar al anticristo y su ejército

  En Joel 3:11 Cristo es revelado en Su venida como el Valiente que viene con Sus vencedores para derrotar al anticristo y su ejército.

13. En Su juicio sobre las naciones

  Cristo también es revelado en Su juicio sobre las naciones, a saber: en el juicio de los que estén vivos (Jl. 3:2a, 12, 14; Mt. 25:31-46; Hch. 10:42; 17:31).

14. En que habita en el santo monte Sion, dentro de Jerusalén, para reinar en medio de Israel

  Joel 3 revela a Cristo como Aquel que habita en el santo monte Sion, dentro de Jerusalén, para reinar en medio de Israel a fin de ser su Dios, su albergue y su fortaleza (vs. 16-17, 21b).

15. En que reina en Sion como David el rey de ellos, como el Gobernante en Israel, durante el milenio

  David tipificó a Cristo como el Rey. En los Profetas Menores Cristo es revelado como Aquel que reina en Sion en calidad de Rey de Israel, el Gobernante en Israel, durante el milenio (Mi. 4:7b; 5:2b; Os. 3:5a; Sof. 3:15b; Ap. 20:4, 6).

16. En Su pastoreo de Israel, en que es engrandecido y es la paz de ellos

  Finalmente, Cristo es revelado en Su pastoreo de Israel, en que es engrandecido y es la paz de ellos (Mi. 5:4-5). En el milenio Cristo no solamente será el Rey y el Gobernante, sino también el Pastor.

C. Algunos puntos cruciales

  Procedamos ahora a considerar algunos puntos cruciales en los Profetas Menores.

1. Estar preparados para venir al encuentro de nuestro Dios

  Amós 4:12 dice: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel”. No hay otro versículo en la Biblia que nos diga que nos preparemos para encontrarnos con Dios. ¿Está usted preparado para venir al encuentro de su Dios?

2. Dios perdona nuestra iniquidad y pasa por alto nuestra transgresión

  Estos libros nos hablan, de diversos modos, sobre el perdón de Dios. Según Miqueas 7:18 y 19, Dios perdona nuestra iniquidad y pasa por alto nuestra transgresión, huella nuestras iniquidades y echa en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Esto revela cuán dispuesto está Dios a perdonar nuestras iniquidades.

3. El derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés

  Otro punto crucial, profetizado en Joel, es el derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés (2:28-32a; Hch. 2:16-21). Este derramamiento fue un asunto de gran importancia debido a que dio inicio a la vida de iglesia.

4. El justo por su fe vivirá

  El asunto referente a que el justo, o el recto, vivirá por su fe no se originó con Pablo, sino que fue profetizado en los Profetas Menores. “El justo por su fe vivirá” (Hab. 2:4). Estas palabras fueron citadas por Pablo en Romanos 1:17, Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38. Vivir por fe implica tener vida por medio de la fe. Por tanto, el justo tiene vida y vive por su fe.

5. Dios es luz para nosotros y nos introduce en la luz

  Dios es luz (1 Jn. 1:5). El Señor Jesús dijo que Él es la luz del mundo (Jn. 8:12). Pero incluso en los Profetas Menores se profetiza que Dios sería luz para nosotros, Su pueblo, y que nos introduciría en la luz (Mi. 7:8-9).

III. EL PENSAMIENTO CENTRAL

  El pensamiento central de los Profetas Menores involucra muchas cosas, comenzando con el juicio de Dios. Dios juzgará al mundo (Jl. 3:2a). Los pecadores deben prepararse para encontrarse con Dios (Am. 4:12). Cristo, Aquel que es eternamente divino, vino a la tierra y nació para ser un hombre (Mi. 5:2). Él entró en la muerte y salió de allí en resurrección para propagar la salvación de Dios a todas las naciones (Jon. 1:17; 2:10; 3:2). Los pecadores que se arrepientan y crean en Él serán perdonados de sus pecados y justificados por Dios para recibir la vida divina a fin de que puedan andar en la luz divina y lleguen a ser los valientes de Cristo, a quienes Dios enviará juntamente con Él en Su segunda venida (Am. 4:12; Mi. 7:18-19; Hab. 2:4; Mi. 7:8-9; Jl. 3:11b). Él se levantará como el Sol de justicia (Mal. 4:2) y vendrá como el Ángel del pacto (Mal. 3:1b) para reinar en Sion (Mi. 4:7b) y pastorear a Israel (Mi. 5:4). Entonces se dará inicio al milenio de la restauración (Mi. 4:1-3; Os. 14:4-8; Ap. 20:4, 6; Mt. 19:28). Cuando consideramos todos estos puntos en su conjunto, tenemos el pensamiento central de los Profetas Menores.

  Los Profetas Menores son escritos menores, pero la revelación que traen es grandiosa. El punto central de la revelación divina en los Profetas Menores es el mismo que en los Profetas Mayores.

  El énfasis crucial de la revelación impartida por todos los profetas, de Isaías a Malaquías, es que Dios desea tener una unión orgánica con Su pueblo escogido, una unión como la de Adán con Eva. En los escritos de los profetas, Dios expresa Su deseo de tener una unión orgánica con Su pueblo escogido en la que Él mismo sea la vida de ellos y ellos sean Su expresión. De este modo, Dios y Su pueblo escogido llegan a ser una pareja, una sola persona compuesta, tal como Adán y Eva llegaron a ser una pareja. Originalmente, Adán estaba solo, pero después Eva salió de Adán. Eva fue edificada de la costilla de Adán para corresponderle a Adán, para casarse con Adán y para ser el complemento de Adán (Gn. 2:21-22). A la postre, los dos llegaron a ser uno en naturaleza y en vida. Esto tipifica lo que Dios desea. Dios desea unirse a Su pueblo escogido para conformar una pareja universal, la cual en Apocalipsis 22:17 es llamada “el Espíritu y la novia”. Debido a que ésta es la intención de Dios en Su economía eterna, tanto los Profetas Mayores como los Profetas Menores hablan de Dios en calidad de Marido y del pueblo escogido de Dios en calidad de esposa. Este pensamiento es plenamente desarrollado en el Nuevo Testamento, pero fue revelado primero mediante los profetas. Es de gran importancia que veamos esto en nuestro estudio de los Profetas Mayores y los Profetas Menores.

  La intención de Dios, Su deseo, hace que Cristo sea la centralidad y universalidad en la economía de Dios. En el Nuevo Testamento Cristo es el todo y está en todos (Col. 3:11). Cristo es todos y está en todos. A la postre, la iglesia entera no es otra cosa, sino únicamente Cristo.

  Hemos visto que parte del contenido de los Profetas Menores es que la economía de Dios en Su amorosa disciplina a Israel, esto es, en Sus medidas gubernamentales con respecto a Israel, y en Su juicio sobre las naciones, redunda en la manifestación de Cristo como centralidad y universalidad de la economía de Dios, todo lo cual trae la restauración. El instrumento usado por Dios para disciplinar a Israel ha sido, y seguirá siendo, las naciones.

  La historia mundial exhibe el cumplimiento de lo que fue profetizado por los profetas. Después de dichas profecías, dadas siete u ocho siglos antes de Cristo, Dios vino a disciplinar a Israel al enviar a Nabucodonosor, el rey de Babilonia, para que destruyese Jerusalén. Desde entonces, Israel no ha sido recobrado. Israel ha estado sometido a Babilonia, a Medo-Persia, al Imperio greco-macedonio y al Imperio romano, cuya influencia continúa vigente en el mundo entero. Por veintiséis siglos Israel ha sufrido bajo la prolongada disciplina divina. En la actualidad, Dios usa a las naciones árabes para disciplinar a Israel.

  Esta disciplina tiene como propósito que Cristo sea manifestado como Aquel que lo es todo, como Aquel que es la centralidad y universalidad en la economía de Dios. Esta manifestación traerá consigo la era de la restauración. Por tanto, Dios se mueve, opera y administra los asuntos mundiales para llevar a cabo Su economía eterna, esto es, a fin de hacer que Cristo lo sea todo para la humanidad con miras a traer el reino, la era de la restauración.

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