Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Romanos»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 67

EL DIOS PROCESADO COMO LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA

  Lectura bíblica: Ro. 8:1-11

  En Romanos 8:1 Pablo dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Y en el versículo 2 Pablo procede a explicar por qué no hay condenación: “Porque la ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Aquí Pablo habla acerca de la ley del Espíritu de vida. Es muy importante que sepamos cómo opera esta ley y cómo nos libera de la ley del pecado.

  Todo lo que Pablo abarca en el resto del capítulo 8 se relaciona con la operación de la ley del Espíritu de vida. Si leemos este capítulo con el debido detenimiento, nos daremos cuenta de que el tema de este capítulo no es en realidad el Espíritu, sino la ley del Espíritu de vida.

  Muchos maestros cristianos enseñan que el tema del capítulo 8 de Romanos es el Espíritu. Este entendimiento es demasiado superficial. En realidad Romanos 8 habla sobre la ley del Espíritu de vida. Nosotros entenderemos esto claramente si leemos detenidamente Romanos 8 a la luz de lo que Pablo dice acerca de la ley en los capítulos 5, 6 y 7. Nos sería también de mucha ayuda seguir el pensamiento de Pablo concerniente a este asunto, leyendo en retrospectiva desde el capítulo 8 al capítulo 5. La revelación en estos capítulos es maravillosa. Es crucial que veamos que el tema de Romanos 8 no es meramente el Espíritu, sino la ley del Espíritu de vida.

EL DIOS TRIUNO PROCESADO COMO LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA EN NUESTRO SER

  Aquí debemos preguntarnos qué es la ley del Espíritu de vida. Aun debemos ir más allá y hacernos una pregunta muy crucial: ¿Qué es esta ley? Si leemos detenidamente el capítulo 8 y lo comparamos con los capítulos 5, 6 y 7, veremos que la ley del Espíritu de vida es el propio Dios Triuno procesado que llegó a ser el Espíritu vivificante para poder morar en nosotros. Esto quiere decir que el propio Dios Triuno procesado es la ley del Espíritu de vida. Así como el pecado es una persona, Satanás, esta ley también es una persona, el propio Dios Triuno.

  Romanos 8 habla del proceso, incluso los procesos, por medio del cual el Dios Triuno llegó a ser el Espíritu vivificante que mora en nuestro espíritu. En el versículo 3 Pablo se refiere a la encarnación y a la crucifixión, diciendo: “Dios, enviando a Su Hijo en semejanza de carne de pecado y en cuanto al pecado, condenó al pecado en la carne”. La frase Dios envió a Su Hijo en semejanza de carne de pecado, se relaciona con la encarnación. El hecho de que Dios enviara a Su Hijo en cuanto al pecado para condenar al pecado en la carne, hace alusión a la crucifixión de Cristo. Además, el versículo 11 también alude a la crucifixión, porque dice que el Señor Jesús fue levantado de entre los muertos. No obstante, lo que este versículo nos revela de manera más clara y directa es el proceso de la resurrección, pues dice: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo vivificará también vuestros cuerpos mortales por Su Espíritu que mora en vosotros”. En el versículo 34 Pablo hace referencia a la ascensión cuando nos dice que Cristo está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros. Por consiguiente, en este capítulo se nos presentan los cuatro procesos por los que pasó el Dios Triuno: la encarnación, la crucifixión, la resurrección y la ascensión.

  Romanos 8 también revela al Dios Triuno. En el versículo 2 vemos al Espíritu de vida, y el versículo 3 revela a Dios el Padre que envía a Su Hijo. Así que, en los versículos 2 y 3 podemos ver al Espíritu, al Padre y al Hijo. Los versículos 9 y 10 hablan del Espíritu de Dios, del Espíritu de Cristo y de Cristo. El versículo 11 también menciona a los tres del Dios Triuno: el Espíritu, el Padre —quien levantó a Cristo Jesús—, y Cristo, el Hijo. Por lo tanto, Romanos 8 es un capítulo que trata del Dios Triuno procesado.

LA VIDA ES IMPARTIDA A TODAS LAS PARTES DE NUESTRO SER

  En Romanos 8:1-11 vemos que el Dios Triuno, después de haber pasado por varios procesos, llegó a ser Espíritu vivificante, es decir, el Espíritu que da vida. En el versículo 11 Pablo dice claramente que aquel que levantó a Cristo de entre los muertos vivifica nuestros cuerpos mortales, “por Su Espíritu que mora en [nosotros]”. Este Espíritu ahora mora en nuestro espíritu.

  El Dios Triuno procesado, como Espíritu vivificante, mora en nosotros para darnos vida de una manera triple. El primer aspecto de esta impartición de vida se halla en el versículo 10: “Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia”. Este versículo afirma que si Cristo está en nosotros, nuestro espíritu es vida. Aquí, Cristo es el propio Dios Triuno, quien ha llegado a ser el Espíritu que mora en los creyentes. Debido a que este Cristo está en nosotros, nuestro espíritu es vida, pues Él mora en nuestro espíritu como Espíritu vivificante, lo cual hace que nuestro espíritu sea vida. Éste es el primer aspecto de la impartición de vida revelado en Romanos 8.

  El segundo aspecto se encuentra en el versículo 6: “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz”. La mente es la parte principal de nuestra alma y, como tal, representa a nuestra alma. Esto quiere decir que cuando la mente llega a ser vida, nuestra alma también llega a ser vida. Primero nuestro espíritu es vida, y luego nuestra alma también llega a ser vida.

  Finalmente, la vida es impartida a nuestro cuerpo mortal. De acuerdo con el versículo 11, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos imparte vida a nuestro cuerpo mortal por medio del Espíritu que mora en nuestro ser. Por lo tanto, la vida nos es impartida de una manera triple: nuestro espíritu llega a ser vida, nuestra mente llega a ser vida, y esta vida también es impartida a nuestro cuerpo mortal. Por esta razón, podemos decir que, de acuerdo con Romanos 8, el Dios Triuno es impartido al hombre tripartito y da vida al espíritu, alma y cuerpo del hombre.

UNA CONCEPCIÓN CIENTÍFICA DE LA LEY

  El Dios Triuno, quien pasó por un proceso y se impartió en nosotros los seres humanos tripartitos, es, Él mismo, la ley del Espíritu de vida. Cuando Pablo habla de la ley en Romanos 8, si bien en aquel entonces la ciencia aún no se había desarrollado, él usa el término ley de una manera científica. Al hablar de la ley en 8:2, Pablo se refiere a un principio que opera espontáneamente.

  Se encuentra esta concepción de lo que es una ley también en todo el capítulo 7. Por ejemplo, en 7:21 Pablo dice: “Así que yo, queriendo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está conmigo”. En este versículo la ley denota un principio que actúa automática y naturalmente. Ésta es una concepción científica de lo que es una ley.

  En Romanos 7 y 8 encontramos dos leyes científicas. La primera, una ley maligna, es llamada la ley del pecado y de la muerte. La segunda, una ley buena y maravillosa, es llamada la ley del Espíritu de vida. Estas dos leyes se mencionan en un solo versículo, en 8:2, donde Pablo dice: “Porque la ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Estas dos leyes son en realidad dos personas. La ley del pecado y de la muerte es la persona de Satanás, y la ley del Espíritu de vida es la persona del Dios Triuno.

  El Dios Triuno, con el fin de llegar a ser la ley del Espíritu de vida que opera en nosotros, tuvo que pasar por un proceso, impartirse a nuestro ser y, finalmente, morar, residir, en nosotros. La palabra griega usada para describir la morada en 8:9 y 11 proviene de la raíz que significa “hogar”. El Dios Triuno pasó por un proceso y se impartió en nuestro ser, y ahora Él hace Su hogar en nuestro ser tripartito. Hoy este Ser divino es una ley maravillosa y positiva, la ley del Espíritu de vida. Pero la ley negativa, la ley del pecado y de la muerte, es también una persona: Satanás, el diablo, aquel que tiene el imperio de la muerte. Él es esta ley maligna. Por consiguiente, estas dos leyes son dos personas.

  Era necesario que tanto Satanás como el Dios Triuno entraran en nuestro ser para que fueran hechos respectivamente la ley negativa y la ley positiva, las cuales operan en nuestro ser. Si Satanás no hubiera entrado en el hombre, él no podría ser la ley del pecado y de la muerte dentro del hombre. Bajo el mismo principio, si el Dios Triuno hubiera permanecido fuera de nosotros, Él no podría ser para nosotros la ley del Espíritu de vida. ¡Alabémosle porque Él ha pasado por un proceso, se ha impartido en nosotros, está haciendo Su hogar en nuestro interior y ha llegado a ser la ley del Espíritu de vida en nosotros! ¡Aleluya porque tenemos esta ley tan maravillosa implantada en nuestro ser!

  Como seres vivientes, todos vivimos conforme a leyes definidas. Por ejemplo, la respiración es una ley. ¿Respira usted por haber emprendido una actividad deliberada o por la ley espontánea de la respiración? ¿Acostumbra usted decirse a sí mismo: “Entiendo que requiero oxígeno; por lo tanto, debo ejercitarme para respirar”? Esto haría de nuestra respiración una actividad que emprendemos deliberadamente. Sin embargo, al respirar, nosotros lo hacemos por la ley natural de la respiración, y ésta no es una actividad que emprendemos deliberadamente. Esto quiere decir que respiramos aun sin tener plena conciencia de ello. Respiramos continuamente día y noche, no importa dónde estemos. No respiramos porque decidamos hacerlo; de hecho, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos respirando. Además, los padres no tienen que ordenar a sus hijos que respiren. Al contrario, la respiración es un principio automático que funciona espontáneamente en nuestro cuerpo físico. En tanto estemos vivos, continuaremos respirando. La respiración es una ley espontánea.

  De igual manera, la digestión es una ley. Después de comer, ¿decide usted efectuar la digestión de sus alimentos? ¿Se esfuerza acaso por digerir la comida? No, la digestión no es una actividad, sino una ley, al igual que la respiración es un principio natural que es espontáneo y automático y opera en nuestro cuerpo físico. Estos ejemplos de la respiración y la digestión nos ayudan a entender lo que queremos decir cuando hablamos de una ley.

  El cometer pecados también es una ley. Esto quiere decir que cometemos pecados por causa de la operación automática de la ley del pecado. Nadie jamás ha asistido a una escuela para aprender a pecar. De igual modo nadie necesita ser enseñado a robar o a mentir. Los padres saben que cuando los niños crecen, mienten sin que nadie les haya enseñado. Decir mentiras proviene de la acción automática de la ley del pecado y de la muerte. Algunos pecados, tales como el odio y los celos, también se deben a la operación de esta ley.

  ¡Alabamos al Señor porque otra ley, el Dios Triuno como la ley de vida, ha sido instalada en nosotros! ¡Cuán maravilloso es que después que el Dios Triuno pasó por un proceso, Él fue instalado en nuestro ser y ahora opera en nosotros, no como una mera actividad, sino por medio de una ley! Ahora, Él es una ley que opera en nuestro ser. Él opera en nosotros no simplemente como el Dios todopoderoso que es, sino como una ley que opera automáticamente.

LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA OPERA EN NOSOTROS

  El que el Dios Triuno opere como una ley dentro de nosotros puede ser ejemplificado con la electricidad que ha sido instalada en nuestra casa. Una vez que la electricidad es instalada en nuestra casa, no hay necesidad de que llamemos a la planta de energía toda vez que necesitemos que la energía eléctrica opere en cierto aparato electrodoméstico. ¿No sería insensato telefonear a la compañía de luz para rogar que alguien conecte la corriente eléctrica a fin de que funcionen los aparatos en nuestra casa? Si hiciéramos esto, la gente de la planta eléctrica nos diría que no es necesario que les llamemos. Lo que tenemos que hacer es simplemente hacer uso del poder de la corriente eléctrica al encender el interruptor que ha sido instalado en nuestro hogar. Ninguna persona con el conocimiento más elemental de la electricidad, llamaría nunca a la planta de luz para rogarles que le conecten la corriente eléctrica. Todo aquel que sabe que la electricidad ya ha sido instalada en su hogar, simplemente accionará el interruptor y hará uso del poder de la corriente eléctrica.

  A menudo nosotros los cristianos somos como aquellos que llaman a la planta de luz pidiendo electricidad, sin percatarnos de que lo único que tenemos que hacer es activar el interruptor. El Dios Triuno ha sido instalado en nosotros. No obstante, cuando nuestro mal genio nos perturba, puede ser que clamemos: “Oh Dios, Padre misericordioso, ten misericordia de mí y ayúdame a no perder la paciencia. No quiero volver a enojarme. Por favor, líbrame de esto”. Esta clase de oración nunca es contestada. De hecho, cuanto más oremos de esta manera, más problemas tendremos con nuestro mal carácter. Si continuamos orando de este modo, es posible que el Señor diga: “Hijo necio, ¿no sabes que Yo he sido instalado dentro de ti y que estoy operando en tu interior como una ley? No hay necesidad de que clames a Mí ni de que ores acerca de esto”.

  Hoy en día, nuestro Dios no sólo es el Dios todopoderoso, el Redentor y el Salvador. Él es mucho más que simplemente nuestra vida y suministro de vida; Él es la ley que opera dentro de nosotros. Ahora no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu de vida los ha librado de la ley del pecado y de la muerte. ¡Cuán maravilloso es que tal ley está operando dentro de nosotros! Por tanto, en lugar de clamar al Señor por ciertas cosas, simplemente deberíamos “conectarnos” y estar en paz.

  Usemos de nuevo el ejemplo de la electricidad y de los aparatos electrodomésticos. Supongamos que hace demasiado calor cuando usted se va a dormir y necesita que el aire acondicionado refresque la habitación. Usted no se pone a orar por aire fresco. Simplemente activa el aire acondicionado y se va a dormir disfrutando del aire fresco que dicho sistema le provee. De igual manera podemos disfrutar de la maravillosa ley del Espíritu de vida, la misma ley que es el Dios Triuno quien pasó por un proceso, se impartió en nuestro ser y ahora mora en nosotros. Por ser esta ley, Él está buscando la oportunidad para operar en favor nuestro. El problema es que no estamos bien informados acerca de esta ley. No nos damos cuenta de que esta ley está en nuestro ser, y no sabemos cómo coordinar y cooperar con ella. Como veremos, la forma de cooperar con esta ley es andar en el espíritu y simplemente permanecer en el espíritu.

  En uno de los mensajes próximos señalaremos que ya que estamos en el espíritu, no hay necesidad de que tratemos de entrar en él; más bien deberíamos simplemente permanecer en este espíritu. Así que, en lugar de volvernos al espíritu, simplemente deberíamos permanecer en el espíritu. Muchas veces hemos cantado el himno que dice: “Vuélvete a tu espíritu”. Sería mejor cambiar este himno y decir: “Quédate en tu espíritu”. ¡Aleluya porque el Dios Triuno procesado como ley está en nuestro ser, y tenemos un espíritu regenerado! Siempre y cuando permanezcamos en el espíritu, esta ley operará en nosotros automáticamente.

  Estar en el espíritu es tener la electricidad divina conectada. Al permanecer en el espíritu mantendremos el interruptor encendido y jamás lo apagaremos. Ésta es la forma de cooperar con el Dios Triuno procesado, quien es la ley que opera en nosotros. Como Espíritu vivificante, Él se impartió en nuestro ser y mora en él. Al morar en nosotros, Él ha hecho que nuestro espíritu sea vida, está logrando que nuestra alma también llegue a ser vida, e incluso está impartiendo vida a nuestro cuerpo mortal. Ahora disfrutamos la vida divina de una manera triple gracias a la operación de esta maravillosa ley: la ley del Espíritu de vida.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración