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NT
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Una transición rápida a través de la Biblia a través de los libros del Nuevo Testamento
AT
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Un rápido salto bíblico sobre los libros del Antiguo Testamento
Cap.
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Capítulos de libros «Segundo Libro de Reyes»
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3. Llama las cosas que no son, como existentes 4:1-17, 42-44
2 R 4 :1 4:1 Una mujer de entre las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová. Y ha venido el acreedor para tomar para sí a mis dos ahijos por siervos suyos.
2 R 4 :2 4:2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime, ¿qué tienes en casa? Ella respondió: Tu sierva no tiene ninguna cosa en casa, sino una jarra de aaceite.
2 R 4 :3 4:3 Dijo él: Ve y pide para ti vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías, y no pocas.
2 R 4 :4 4:4 Entra luego y cierra la puerta tras de ti y de tus hijos; y echa aceite en todas esas vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
2 R 4 :5 4:5 Así que ella se apartó de él y cerró la puerta tras de sí y de sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba el aceite en éstas.
2 R 4 :6 4:6 Cuando hubo 1llenado las vasijas, dijo a su hijo: Tráeme otra vasija. Mas él le dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
2 R 4 :7 4:7 Fue ella luego, y lo contó al varón de Dios. Respondió él: Ve y vende el aceite, y paga tu deuda; y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede.
2 R 4 :8 4:8 Un día pasaba Eliseo por Sunem; y allí estaba una mujer rica, que le invitaba insistentemente a que comiera. Entonces cada vez que pasaba por allí, se apartaba del camino y comía allí.
2 R 4 :9 4:9 Y ella dijo a su marido: Ahora sé que este varón que pasa continuamente por nuestra casa es 1varón santo de Dios.
2 R 4 :10 4:10 Hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él cama, mesa, silla y lámpara; y cuando él venga a nosotros, podrá retirarse allí.
2 R 4 :11 4:11 Entonces un día él llegó allí, y se retiró al aposento alto y allí se acostó.
2 R 4 :12 4:12 Luego dijo a aGiezi, su ayudante: Llama a esta sunamita. Y él la llamó, y ella estuvo delante de él.
2 R 4 :13 4:13 Y él le dijo: Dile: Te has tomado todas estas molestias por nosotros. ¿Qué quieres que hagamos por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey o al capitán del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
2 R 4 :14 4:14 Y él dijo: ¿Qué, pues, se puede hacer por ella? Respondió Giezi: En verdad ella no tiene hijo, y su marido es viejo.
2 R 4 :15 4:15 Luego dijo: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta.
2 R 4 :16 4:16 Entonces dijo él: El aaño que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, oh varón de Dios, no engañes a tu sierva.
2 R 4 :17 4:17 Al año siguiente la mujer concibió y dio a luz un hijo, en el tiempo que le había dicho Eliseo.
4. Resucita a los muertos 4:18-37
2 R 4 :18 4:18 El niño creció, y aconteció que un día salió adonde estaba su padre con los segadores;
2 R 4 :19 4:19 y dijo a su padre: ¡Mi cabeza! ¡Mi cabeza! Y el padre dijo a su ayudante: Llévalo a su madre.
2 R 4 :20 4:20 Éste lo tomó y lo llevó a su madre, y el niño quedó sobre las rodillas de ella hasta el mediodía, y murió.
2 R 4 :21 4:21 Luego ella subió y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta tras él, salió.
2 R 4 :22 4:22 Entonces ella llamó a su marido y dijo: Envíame uno de los ayudantes y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios y regrese.
2 R 4 :23 4:23 Dijo él: ¿Para qué quieres ir a él hoy? No es nueva luna ni Sábado. Pero dijo ella: Paz.
2 R 4 :24 4:24 Entonces hizo ensillar el asna y dijo a su ayudante: Arrea a la bestia, y no detengas el paso por mí a menos que yo te lo diga.
2 R 4 :25 4:25 Partió, pues, y llegó al varón de Dios en el monte aCarmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su ayudante Giezi: Ahí viene la sunamita.
2 R 4 :26 4:26 Corre ahora a su encuentro y dile: ¿Te va bien? ¿Les va bien a tu marido y al niño? Y ella respondió: Bien.
2 R 4 :27 4:27 Cuando llegó al varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para apartarla, pero el varón de Dios dijo: Déjala, porque está con amargura de alma, y Jehová me ha encubierto el motivo y no me lo ha declarado.
2 R 4 :28 4:28 Ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo: aNo me engañes?
2 R 4 :29 4:29 Entonces dijo él a Giezi: aCiñe tus lomos, toma mi cayado en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, bno lo saludes; y si alguien te saluda, no le respondas. Y cpon mi cayado sobre el rostro del niño.
2 R 4 :30 4:30 Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Y él se levantó y la siguió.
2 R 4 :31 4:31 Giezi había ido delante de ellos y había puesto el cayado sobre el rostro del niño; pero no hubo voz ni reacción. Por consiguiente, volvió a encontrarse con Eliseo, y se lo declaró, diciendo: El niño no se ha despertado.
2 R 4 :32 4:32 Cuando Eliseo entró en la casa, allí estaba el niño muerto, tendido sobre su cama.
2 R 4 :33 4:33 Y entró y acerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová.
2 R 4 :34 4:34 Después se levantó y se atendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre sus ojos, y sus palmas sobre las palmas suyas; así se tendió sobre él, y la carne del niño entró en calor.
2 R 4 :35 4:35 Bajó luego y se paseó por la casa a una y otra parte; después subió y se tendió sobre él, y el niño estornudó siete veces, después de lo cual 1abrió sus ojos.
2 R 4 :36 4:36 Y llamó a Giezi y le dijo: Llama a la sunamita. Entonces la llamó. Y cuando ella entró, él dijo: Toma a tu hijo.
2 R 4 :37 4:37 Ella entró y se echó a sus pies, postrada en tierra. Después tomó a su ahijo y salió.
5. Anula el veneno de las calabazas silvestres usando harina 4:38-41
2 R 4 :38 4:38 Después Eliseo volvió a Gilgal, y había ahambre en aquella tierra. Y los hijos de los profetas se sentaron ante él. Luego él dijo a su ayudante: Pon una olla grande y cuece un guisado para los hijos de los profetas.
2 R 4 :39 4:39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, encontró una parra silvestre y recogió de ella calabazas silvestres hasta llenar su falda; y volvió, y las cortó en la olla del caldo, aunque no sabían qué eran.
2 R 4 :40 4:40 Y sirvieron el guisado para que los hombres comieran. Y mientras comían del guisado, clamaron y dijeron: ¡Oh varón de Dios, hay muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.
2 R 4 :41 4:41 Y dijo él: Entonces traed 1harina. Y la esparció en la olla y dijo: Servidlo para que la gente coma. Y no hubo más mal en la olla.
2 R 4 :42 4:42 Llegó después un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios pan de primicias: veinte panes de cebada y espigas frescas de grano en su saco. Y Eliseo dijo: aDáselo a la gente para que coma.
2 R 4 :43 4:43 Su siervo respondió: ¿Cómo podría poner esto delante de cien personas? Y dijo él: Dáselo a la gente para que coma; porque así dice Jehová: Ellos comerán, y sobrará.
2 R 4 :44 4:44 Él, pues, lo puso delante de ellos; y comieron, y les 1sobró, conforme a la palabra de Jehová.
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