Bautismo en el Espíritu Santo, El
Las Escrituras claramente nos revelan que la obra del Espíritu Santo tiene dos aspectos: el aspecto interno, relacionado con la vida, y el aspecto externo, relacionado con el poder. El aspecto externo no es el objetivo, sino que tiene como finalidad el aspecto interno. El aspecto externo ya había sido presentado en el Antiguo Testamento, pero no es sino hasta el Nuevo Testamento, después de la resurrección de Cristo, que se cumple el objetivo del propósito eterno de Dios mediante el aspecto interno.