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Mensajes del libro «Cómo administrar la iglesia»
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CAPíTULO DOS

LO QUE LA IGLESIA ES

(2)

  Lectura bíblica: Ef. 1:19-23

  Hay dos pasajes en el Nuevo Testamento que hablan de la iglesia; uno está al final de 1 Timoteo 3, y el otro está al final de Efesios 1. Además de estos dos pasajes, es difícil encontrar otro que hable de la iglesia de una manera tan elevada y tan profunda. Por consiguiente, si queremos conocer la iglesia, debemos remitirnos a estos dos pasajes. En el capítulo anterior vimos la iglesia desde la perspectiva de 1 Timoteo 3; ahora debemos ver la iglesia desde la perspectiva de Efesios 1.

  En 1:19-22 Pablo dice: “Cuál [es] la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de Su fuerza, que hizo operar en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”. Este pasaje nos muestra cómo la iglesia es producida y cómo ella existe en el universo. Como conclusión de esto, el versículo 23 dice: “La cual es Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. Esto nos muestra lo que es la iglesia. La iglesia es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

  La iglesia es producida mediante los siguientes pasos: Cristo resucitó de los muertos, ascendió a los cielos, trascendió los límites del tiempo y del espacio, venció todos los enemigos y sometió todas las cosas bajo Sus pies. La iglesia es producida mediante todo esto. Por consiguiente, debemos ver claramente que sin la resurrección de Cristo, la iglesia no existiría; sin la ascensión de Cristo, la iglesia no existiría; si Cristo no hubiera trascendido los límites del tiempo y del espacio, la iglesia no existiría; y si Cristo no hubiera vencido todo principado y potestad, la iglesia no existiría. En Efesios 6:12 vemos que los principados y autoridades se refieren a Satanás y sus ángeles. Por lo tanto, los principados y autoridades que se mencionan en Efesios y Colosenses no se refieren a reyes ni a los altos funcionarios de los gobiernos del mundo, sino a Satanás y sus potestades (Ef. 1:21; 6:12; Col. 1:13, 16). Estar por encima de todo principado y autoridad significa estar por encima del poder satánico de las tinieblas. Sin esta posición tan elevada, la iglesia no podría existir. Además, si a Cristo no se le hubiera dado el ser Cabeza sobre todas las cosas, la iglesia no podría existir. Es menester que veamos las seis características de la iglesia a fin de ver claramente cómo ella es producida.

LA IGLESIA ES PRODUCIDA MEDIANTE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

  La iglesia es producida mediante la resurrección de Cristo (Ef. 1:20). Cristo salió de la muerte por medio del poder de la resurrección; la iglesia es producida como resultado de Su resurrección. La resurrección consiste en que la vida infinita de Dios fuese liberada de la cáscara de la humanidad creada en la cual Cristo entró. Cuando Él se encarnó, entró en una cáscara creada, y la vida ilimitada que estaba en Él quedó restringida en esta cáscara creada. Por consiguiente, en Lucas 12:50 el Señor dijo: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!”. Antes de pasar por la experiencia de la muerte, Él estaba bajo presión, pues cuando entró en la cáscara creada, la vida infinita que estaba en Su interior quedó restringida.

  El Señor Jesús entró en la muerte a fin de que, por medio de la muerte, la vida ilimitada e infinita que estaba en Él pudiera salir de Su cáscara creada. Éste es el significado de ser resucitado de entre los muertos. Salir de la muerte hace posible que la vida sea liberada (Jn. 12:24). En el pasado, esta vida estaba en Dios. Luego, por medio de la encarnación esta vida entró en una persona creada. Esta persona creada era Jesús nazareno; Él llegó a ser un grano de trigo. Luego murió y resucitó para que la vida infinita pudiera salir de Su cáscara finita. Por medio de la muerte y la resurrección, Su vida entró en muchas personas creadas, incluyendo a Pedro, a Jacobo, a Juan e incluso en usted y en mí. Por consiguiente, Su resurrección produjo la iglesia.

  La producción de la iglesia se basa en la muerte y la resurrección de Cristo. La iglesia es una entidad que ha pasado por la muerte y la resurrección. El significado central de la muerte y la resurrección es que la vida de Dios, la cual entró en una de Sus criaturas, ha sido liberado y ha entrado en aún más de Sus criaturas. Además de esto, hay otro significado de la muerte y la resurrección. La muerte libera al hombre de todo lo de la vieja creación, y la resurrección introduce al hombre en la nueva creación, en la vida de Dios (2 Co. 5:17; Gá. 6:15). Todo lo de la vieja creación, que es natural, contaminado y caído, ha sido completamente eliminado por medio de la muerte de Cristo. Es por eso que decimos que la muerte de Cristo libera al hombre de todo lo de la vieja creación, y la resurrección de Cristo lo introduce en la gloriosa vida de Dios. Es esta vida gloriosa la que produce la nueva creación.

  Esto nos muestra que todo lo que no haya pasado por la muerte pertenece a la vieja creación y es natural. Sin embargo, lo que pertenece a la resurrección es la vida de Dios, se halla en la vida de Dios y ha entrado en la gloriosa vida de Dios (Lc. 24:26; Jn. 1:13; 3:15). La iglesia es producida por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Por lo tanto, la iglesia no se halla en la vida natural ni en la vieja creación, sino en la vida de Dios y en la nueva creación.

LA IGLESIA ES PRODUCIDA MEDIANTE LA ASCENSIÓN DE CRISTO

  La iglesia es producida mediante la ascensión de Cristo (Ef. 1:20). Ascender es dejar la tierra por completo. La tierra es donde Satanás actúa y gobierna, mientras que el cielo es donde Dios gobierna. En Mateo 6:10 el Señor Jesús les enseñó a Sus discípulos a orar: “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Esto nos muestra que la voluntad de Dios se hace más fácilmente en el cielo que en la tierra. El cielo es donde Dios gobierna y donde Su voluntad se cumple; sin embargo, es más difícil que Dios gobierne y que Su voluntad se haga en la tierra, porque la tierra fue usurpada por Satanás. En la Biblia, a partir de Génesis 3 en adelante, todas las veces que se menciona la tierra implica que la tierra está bajo la autoridad de Satanás y que pertenece a él.

  En la Biblia la serpiente representa a Satanás (Ap. 12:9), porque la serpiente se arrastra sobre la tierra y está unida a la tierra. Levítico dice que la langosta que pulula y la langosta que traga son limpias, porque pueden volar y saltar sobre la tierra (11:21-22). Pero todos los seres que pululan sobre la tierra, son inmundos (v. 29). Esta diferencia que vemos en el sentido físico también tiene su significado espiritual. Después que el hombre cayó a causa de la tentación de Satanás, desde la perspectiva de Dios la tierra fue del todo pisoteada por Satanás y poseída por él. Por esta razón, Dios maldijo la serpiente para que no anduviera con patas, sino que se arrastrara sobre su vientre y comiera polvo todos los días de su vida (Gn. 3:14). En Su ascensión el Señor abandonó la tierra; Él dejó todo lo que pertenecía a la tierra. A partir de Génesis 3, cada vez que se habla de la tierra, debemos entender que Satanás está allí implícito. Los cielos le pertenecen a Dios, y la tierra le pertenece a Satanás. La iglesia no fue producida cuando el Señor estuvo en la tierra; al contrario, la iglesia fue producida en la esfera de los cielos después de la ascensión del Señor, después que Él había partido completamente de la tierra. Aunque la iglesia está en la tierra, su naturaleza no es terrenal sino celestial, por cuanto fue producida por Aquel que está en los cielos. Por consiguiente, la iglesia no es terrenal sino celestial.

LA IGLESIA SUPERA EL PODER DE LAS TINIEBLAS

  Por medio de la ascensión, el Señor superó el poder de las tinieblas de los principados y autoridades de la tierra y del aire (Ef. 1:21). Además de la tierra que fue pisoteada y usurpada por Satanás, Efesios 2:2 nos da a entender que también el aire le pertenece a Satanás. Por medio de la ascensión, el Señor Jesús superó, sobrepasó, a Satanás, quien está en la tierra y en el aire. Una vez que Él sobrepasó estas cosas, produjo a la iglesia. Aquel que produjo a la iglesia está muy por encima de Satanás, quien está en la tierra y en el aire. Es posible que no hayamos visto que la iglesia está muy por encima de Satanás. Al contrario, muchas veces nos deprimimos, especialmente cuando la iglesia experimenta persecución, pensando que la iglesia no logrará vencer la autoridad de Satanás, sino que será subyugada. Muchas veces cuando la iglesia es débil y está siendo atacada, pensamos que Satanás ha derrotado la iglesia. Esto muestra que no hemos visto claramente que la iglesia está muy por encima de la autoridad de Satanás.

  La iglesia es producida por el Cristo ascendido que está en el cielo. Este Cristo ascendido está por encima de Satanás y de la posición y límites de su gobierno. Efesios 1:21 no dice que el Señor Jesús está por encima de Satanás, sino que está “por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”. Esto implica que no sólo el Señor está por encima de Satanás, el tiempo y el espacio, sino que la iglesia también es producida en esta condición trascendente del Señor. La iglesia también está por encima de Satanás y por encima del tiempo y el espacio, los cuales pertenecen a Satanás. La iglesia es producida por encima de Satanás e incluso por encima del tiempo y el espacio.

LA IGLESIA TRASCIENDE EL TIEMPO Y EL ESPACIO

  La ascensión de Cristo hace que la iglesia trascienda no sólo los límites del tiempo y del espacio, sino también el tiempo y el espacio mismos. La iglesia es producida fuera del tiempo y del espacio (v. 21). Por consiguiente, la iglesia es sumamente grande y elevada. En el pasado nuestro conocimiento de la iglesia era demasiado bajo, y nuestro conocimiento de Cristo era muy inadecuado. No sabíamos que la iglesia era tan grande y elevada. Espero que de hoy en adelante veamos que la iglesia trasciende el tiempo y el espacio. La iglesia no está en el tiempo ni en el espacio; antes bien, ella es producida fuera del tiempo y del espacio.

LA IGLESIA ESTÁ POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS

  La iglesia está por encima de todas las cosas. Cuando Cristo ascendió a los lugares celestiales, Él no simplemente llegó a estar por encima de Satanás, el tiempo y el espacio, sino que también fueron sometidas todas las cosas bajo Sus pies (v. 22). La iglesia fue producida porque Cristo no sólo está por encima de todas las cosas, sino también porque todas las cosas fueron sometidas bajo Sus pies. Por consiguiente, la iglesia está por encima de todas las cosas y todas las cosas están bajo los pies de la iglesia. La iglesia es producida a partir de Aquel que es Cabeza sobre todas las cosas, porque todas las cosas están bajo Sus pies.

LA IGLESIA ES CABEZA SOBRE TODAS LAS COSAS EN SU UNIÓN CON CRISTO

  La iglesia es también cabeza sobre todas las cosas porque está unida a Cristo. Efesios 1:22 dice: “Y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”. Cuando Cristo produjo la iglesia, Él era Cabeza sobre todas las cosas. En otras palabras, la iglesia fue producida a partir del hecho de que Cristo es Cabeza sobre todas las cosas; por lo tanto, la iglesia, junto con Cristo, es también cabeza sobre todas las cosas.

  La iglesia no se halla en la vieja creación, sino en la nueva creación de la vida de Dios; la iglesia no es de la tierra sino del cielo; la iglesia sobrepasa a Satanás; la iglesia trasciende el tiempo y el espacio; la iglesia está muy por encima de todas las cosas; y la iglesia, estando por encima de todo, sigue a Cristo, Su Cabeza, para ser cabeza sobre todas las cosas y gobernar sobre todas las cosas. Es sólo al llegar a este punto que Pablo saca una conclusión final en cuanto a la iglesia. Su conclusión consta de dos puntos: la iglesia es “el Cuerpo de Cristo” y “la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (v. 23). A estas alturas, la iglesia es Cristo; la iglesia es la extensión y agrandamiento de Cristo, así como el cuerpo es la extensión y plenitud de la cabeza. La iglesia no sólo está unida a Cristo, sino que también es el desbordamiento de Cristo.

  Todos los que somos salvos y estamos en la iglesia éramos en otro tiempo parte de “todas las cosas”, pero cuando fuimos salvos, llegamos a estar muy por encima de todas las cosas y fuimos unidos a Aquel que fue dado por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia a fin de que lo experimentemos como tal. Si hemos de entender la conclusión de Efesios 1, debemos captar muy bien estas seis características de la iglesia: la iglesia no es de la vieja creación, no es terrenal, no está bajo la autoridad de Satanás, no está en el tiempo ni en el espacio ni forma parte de todas las cosas, sino que está por encima de todas las cosas como cabeza sobre todas las cosas junto con Cristo. Una vez que veamos todas estas características, tendremos cierta medida de entendimiento de lo que la iglesia es.

CUATRO COSAS QUE LA IGLESIA ES Y SEIS CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA

  En 1 Timoteo 3 vemos que la iglesia es la casa de Dios. Una casa es donde la vida es propagada, donde uno puede expresarse a sí mismo y hallar reposo. La iglesia es también columna y fundamento de la verdad. La verdad es Dios manifestado en la carne. Dios manifestado en la carne es el “gran misterio de la piedad”, que hace que la iglesia se mezcle con Cristo como una sola entidad. Por lo tanto, cuando predicamos la iglesia, lo que predicamos es Cristo. En 1 Timoteo 3:16 se mencionan cinco asuntos: justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo y llevado arriba en gloria. Estos cinco asuntos muestran que la iglesia se mezcla con Cristo y no puede ser separada de Cristo. La iglesia es Cristo, y Cristo es la iglesia; los dos han llegado a ser uno. Luego, conforme a Efesios 1, vemos que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

  La iglesia es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo y, como tal, tiene seis características. En primer lugar, la iglesia no pertenece a la vieja creación, sino a la nueva creación de la vida de Dios. En segundo lugar, la iglesia no es terrenal sino celestial. Tercero, la iglesia no está bajo la autoridad satánica, sino muy por encima de Satanás. Cuarto, la iglesia no está en el tiempo ni en el espacio, sino que trasciende el tiempo y el espacio. Quinto, la iglesia no forma parte de “todas las cosas”, sino que está por encima de todas ellas. Sexto, la iglesia no está bajo todas las cosas, sino por encima de todas ellas y experimenta el ser cabeza sobre todas las cosas juntamente con Cristo. Nosotros podremos administrar la iglesia únicamente después de haber visto estas características con absoluta claridad. Nuestras acciones, la manera en que administramos la iglesia, nuestra perspectiva, nuestro discernimiento, las decisiones que tomamos y nuestras propuestas, todo ello, debe ser conforme a las cuatro cosas que la iglesia es: la casa de Dios, la columna y fundamento de la verdad, el Cuerpo de Cristo y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

NUESTRA VISIÓN DE LA IGLESIA REGULA LA MANERA EN QUE NOS CONDUCIMOS EN LA IGLESIA

  Mientras servimos y administramos en determinada iglesia local, ¿tenemos un fuerte sentir de que no debemos introducir nada en la iglesia que sea de la vieja creación, es decir de la tierra, nada que no esté por encima de Satanás ni se encuentre en la esfera del tiempo y el espacio? ¿Tenemos el solemne sentir de que, debido a que la iglesia es celestial y está por encima de todas las cosas, más allá del tiempo y el espacio, no debemos introducir en ella nada que sea de la tierra ni de la vieja creación? Debemos tener temor de Dios, debemos agradarle y hacer lo que sea conforme a Su voluntad. En la iglesia todo debe hacerse conforme a Su voluntad, y debemos rechazar cualquier cosa que no sea conforme a Su voluntad. Cuando nos hacemos cargo de algún asunto en la iglesia, debemos orar, diciendo: “Oh Dios, ¿qué debemos hacer para estar en armonía con Tu voluntad? Queremos lo que es conforme a Tu voluntad, y rechazamos todo lo que no sea conforme a ella”. Lo que determina si algo es conforme a la voluntad de Dios son las cuatro cosas que la iglesia es y las seis características de la iglesia.

  Quizás no tengamos un profundo sentir, un sentir de peso, en cuanto a las cuatro cosas que la iglesia es ni en cuanto a las seis características de la iglesia. Es posible que en vez de ello, sólo sintamos que debemos agradar a Dios y obedecer Su voluntad de modo general. Sin embargo, Efesios 1 claramente nos muestra el significado de la iglesia. Por consiguiente, en todo lo que hagamos en la iglesia, como por ejemplo, en las decisiones que tomemos, la manera en que tratemos los asuntos y la manera en que nos ocupemos de diferentes cuestiones, no debemos introducir nada que sea de la vieja creación, que sea terrenal, que pertenezca a la esfera del tiempo y espacio, que sea de Satanás ni nada que sea de la carne. Podemos comparar esto a la obra de un joyero, quien no puede mezclar otros elementos con el oro porque sabe que está haciendo joyas de oro. A menos que quiera engañar a las personas, él no mezclará el oro con impurezas, o sea, con elementos como el bronce o la plata. Nuestra administración de la iglesia será pura, y nuestro discernimiento, decisiones, propuestas y conducta serán purificados solamente cuando veamos la luz en cuanto a la iglesia según 1 Timoteo 3 y Efesios 1.

  Si verdaderamente hemos visto que la iglesia es la casa de Dios, el lugar donde Dios se expresa a Sí mismo, ciertamente no nos atreveremos a hablar de manera informal y despreocupada cuando hablemos acerca de cómo tratar los asuntos de la iglesia. Sin embargo, si no hemos visto esta visión, yo expresaré mis puntos de vista, usted expresará sus sentimientos y otro hermano expresará sus opiniones siempre que discutamos los asuntos de la iglesia. ¿Qué es esto? Esto definitivamente no será la casa de Dios. Si realmente hemos visto que la iglesia es la casa de Dios y que nosotros somos mayordomos en esta casa, no expresaremos nuestras opiniones ni hablaremos como nos plazca. Por ejemplo, es posible que tengamos un siervo que sepa hacer las cosas y tratar muy bien los asuntos de la casa; sin embargo, si él también tiene muchas ideas y opiniones, muy probablemente no querremos usarlo porque nuestra casa vendría a ser su casa.

  Si hemos visto que la iglesia es la casa de Dios, el lugar donde Dios se expresa a Sí mismo, entonces cuando tratemos los asuntos de la iglesia, dejaremos de hablar tanto y de expresar nuestras opiniones. Todo lo que hagamos debe regirse por este principio. La iglesia es la casa del Dios viviente con miras a la propagación de la vida de Dios. Cuando tratamos los asuntos de la iglesia, debemos tener esto en cuenta y regirnos por este principio. A veces los santos ven la iglesia solamente como una escuela donde la gente se educa, en vez de verla como el lugar donde la vida de Dios es propagada. Todo lo que hagamos en la iglesia, las decisiones que tomemos y la manera en que la administremos, debe ser gobernado por nuestro conocimiento de la iglesia. Por lo tanto, tengo el profundo sentir delante del Señor de que si hemos de saber cómo administrar la iglesia, debemos primeramente saber lo que la iglesia es. Una vez que veamos esto, nuestras acciones en la iglesia serán gobernadas por lo que hemos visto. Si queremos saber cómo conducirnos en la iglesia, debemos ver lo que la iglesia es. Todos nuestros puntos de vista, métodos, talentos y aprendizaje de nada servirán. La manera en que administremos la iglesia y la manera en que nos conduzcamos debe ser conforme a nuestro conocimiento de la iglesia.

  La iglesia no se halla en la vieja creación, sino en la nueva creación. Por lo tanto, no podemos decidir las cosas en la iglesia conforme a la vieja creación, ni podemos observar las cosas en la iglesia desde la perspectiva de la vieja creación. La iglesia es celestial; por lo tanto, no podemos tomar decisiones en la iglesia según un punto de vista terrenal. Si tomamos las decisiones en la iglesia conforme a un punto de vista terrenal, no estaremos considerando la iglesia como una entidad celestial. Creo que muchos santos entienden esta verdad claramente, pero me temo que no saben cómo aplicarla.

  Por ejemplo, hace poco la iglesia en Manila decidió comprar un terreno bastante grande, que costará $150,000 dólares. Cuando se añadieron los costos de construcción, la suma ascendió a cerca de $250,000 dólares. Sin embargo, hasta ahora han recibido menos de $12,000 en ofrendas, pese a que la transacción de la tierra se cerró hace unos cuantos meses. Puesto que las ofrendas que ha dado la iglesia no eran suficientes, se han tenido que destinar temporalmente fondos de otras fuentes a la iglesia. Por esta razón, los ancianos sienten que ésta es una carga muy pesada.

  Cuando la iglesia en Manila empezó a construir su primer salón de reuniones, lo que se solía hacer era reunir a unos cuantos santos adinerados, formar con ellos un comité para la construcción del salón y luego dejar la carga sobre sus hombros. Si la necesidad era de 30,000 dólares, los miembros del comité entonces decidían que uno de ellos daría 5,000, que otro daría 10,000 y que el tercero daría 15,000. Ellos entonces escribían y firmaban cheques por la cantidad que se necesitaba. Luego, cuando se necesitaba pagar otros 30,000 dólares, ellos volvían a firmar cheques, aunque los hermanos del comité habían orado: “Oh Señor, haz esto por nosotros”. Un hermano daba 10,000, otro 5,000 y otro 15,000 para cubrir el pago requerido.

  Después que compraron el nuevo terreno, los ancianos me preguntaron qué debían hacer. Les dije que no necesitaban de un comité ni de miembros de comité en tanto que alguien pudiera encargarse de los asuntos en la iglesia. También les dije: “Ustedes deben tener claro que cuando reúnen hermanos y hermanas a orar, sus oraciones deben estar dirigidas a los oídos de Dios. Si oran con la intención de exhortar a los hermanos y hermanas para que den, esto no será aceptable”. Les dije que no debían organizar un comité para la construcción del local ni usar las oraciones para exhortar. Ésa fue la razón por la que recibieron ofrendas de solamente $12,500 dólares.

  Este asunto se mantuvo así por varios meses, y yo no dije nada porque no era asunto mío sino del Señor. Sin embargo, debido a que los hermanos responsables no podían soportar esta situación por más tiempo, se reunieron secretamente y dijeron: “Si el hermano Lee viene y tiene comunión con unos pocos hermanos, este problema se resolverá”. Cuando visité la iglesia, ellos no se atrevieron a decirme nada en las reuniones de ancianos; en vez de ello, le dijeron a una hermana de edad que me estaba brindando hospitalidad que ellos querían que yo hablara. Esta hermana me dijo más tarde que les dijo: “Eso no funcionará. Ustedes quieren que el hermano Lee hable, pero si él no se atreve a decir nada en cuanto a las necesidades que hay en Taiwán, aunque la necesidad allí ciertamente es muy grande, ¿cómo creen que lo van a obligar a decir algo acerca de la necesidad aquí?”. Ella me contó toda la historia.

  Cuando estaba a punto de partir de Manila, les dije a los ancianos que si yo quisiera organizar una asociación china de negocios o un club juvenil, podría haber recaudado los fondos mucho tiempo atrás. Sin embargo, les dije que no podía hacer esto en la iglesia donde sirvo a Dios y guío a los hijos de Dios, porque este método es terrenal. Establecer un comité de construcción, reunir a los hermanos de entre nosotros que son más adinerados y repartir entre ellos los costos es lo que se practica en el mundo; pero nosotros no podemos hacer esto en la iglesia. Debemos ver delante del Señor qué es la iglesia; sólo así, al tomar cualquier medida en la iglesia, estaremos firmes sobre el terreno apropiado.

  Lo que les he compartido aquí lo digo como principio. La iglesia es la casa de Dios, la columna y fundamento de la verdad, el Cuerpo de Cristo y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. La iglesia es una nueva creación; no pertenece a la vieja creación. La iglesia supera, sobrepasa, a Satanás; no está bajo su autoridad. La iglesia trasciende el tiempo y el espacio; ella no se halla en el tiempo ni en el espacio. La iglesia está por encima de todas las cosas y es cabeza sobre todas las cosas junto con Cristo. Ver estos asuntos determinará la manera en que nos conducimos en la iglesia. En el mundo podemos hacer muchas cosas que son legales y apropiadas, pero no podemos hacerlas en la iglesia porque la iglesia es diferente en naturaleza. Debemos tener esta visión de la iglesia; sólo así nos conduciremos apropiadamente en la iglesia.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

  Pregunta: ¿Cómo es que la iglesia trasciende el tiempo y el espacio, y cómo es que ella está por encima de todas las cosas?

  Respuesta: Usemos el siguiente ejemplo. En la vida de iglesia en Taipéi, los que se reúnen en el salón uno siempre quieren que los hermanos allí estén bien, los del salón dos quieren también que los hermanos allí estén bien y los del salón tres quieren lo mismo. Así, los que se reúnen en cada salón de reunión quieren que su propio salón sea el mejor. Cuando se trata de cómo se dispone el servicio y de las provisiones materiales, cada salón de reuniones compite con los demás. Por ejemplo, si queremos trasladar el servicio de algunos hermanos a Keelung, los hermanos de la iglesia en Keelung enseguida dirán: “Oh, los necesitamos mucho”. Sin embargo, los hermanos de otras iglesias dirán que ellos también están escasos de ayuda, por lo que empiezan a discutir entre sí. La única razón por la cual ellos discuten es que no han visto que la iglesia trasciende el espacio. No existe tal cosa como la iglesia que pertenece a Keelung, a Kaohsiung, al salón uno de Taipéi o al salón dos de Taipéi. Aunque hay iglesias locales sobre la tierra hoy, ellas son temporales. La iglesia trasciende el tiempo y el espacio. Nuestros ojos necesitan ser abiertos para ver que cuando la iglesia en Keelung no está bien, la iglesia en Kaohsiung tampoco lo está; cuando la iglesia en Keelung es fuerte, la iglesia en Kaohsiung también lo es; cuando los del salón uno de Taipéi son ricos espiritualmente, también lo son los del salón dos. La iglesia trasciende el tiempo y el espacio.

  Hace varios días, mientras leíamos una publicación que produjo cierto grupo, notamos que ellos usaban casi todos los mismos términos espirituales que nosotros usamos. Desde la época en que el cristianismo vino a China, nadie jamás usó la expresión reunión de oración y comunión; nosotros fuimos los primeros en hacerlo. Sin embargo, el horario de reuniones que estaba impreso en esta publicación incluía una “reunión de oración y comunión”. Además, había también un artículo que hablaba acerca de la coordinación en el servicio, es decir, de la necesidad de que los hermanos y hermanas sean coordinados en el servicio del Cuerpo de Cristo.

  Cuando acudimos al Señor y consideramos este asunto, debemos sentir interiormente que hemos recibido la bendición de ver algo y, debido a ello, hemos inventado algunos términos espirituales. Ahora otras personas, debido a lo que han visto, también están usando nuestros términos. Debido a que los hijos de Dios han sido bendecidos, debemos sentirnos llenos de paz interiormente. Por ejemplo, algunas personas usan nuestros materiales de entrenamiento para la predicación del evangelio y producen cristianos que saben predicar el evangelio; debemos alabar al Señor por ello. Aunque no siguen este mismo camino, Dios también los bendice con nuestros mensajes. Debemos inclinar nuestras cabezas y adorarlo por esto. Si vemos que la iglesia trasciende el tiempo y el espacio, diremos: “Oh Señor, te alabo porque ésta es la iglesia. Aunque C. H. Spurgeon no estaba en el mismo terreno que nosotros, con todo, es nuestro hermano; y aunque D. L. Moody no siguió el mismo camino que nosotros, con todo, es nuestro hermano. ¡Aleluya! Todos nosotros somos la iglesia”. De esta manera, muchos problemas desaparecerán.

  Nosotros no simplemente nos quedamos con los brazos cruzados, deseando que el cristianismo continúe en un estado de confusión; más bien, hemos estado orando al Señor desesperadamente, diciendo: “Oh Señor, vindícate a Ti mismo”. Aunque oramos de esta manera, aun podemos decir: “Ésta es la iglesia. El Señor es quien gobierna, no nosotros; el Señor es quien interviene, no nosotros”. Si al Señor le parece bien y apropiado que ellos hagan esto, ¿qué podemos decir nosotros los esclavos que no somos más que polvo? Únicamente podemos inclinar nuestras cabezas y adorar al Señor, diciendo: “Oh Señor, ésta es la iglesia”. Ésta no es nuestra obra; es la iglesia. Estamos aquí no para edificar un supuesto salón para la asamblea de la iglesia, porque sabemos que la iglesia trasciende el tiempo y el espacio. Los apóstoles Pablo, Pedro y Juan están en la iglesia; también están en la iglesia Lutero, Spurgeon, Moody, Finney e incluso aquellos a quienes no estimamos mucho o aquellos que toman y usan la luz que nosotros hemos visto. Esto se debe a que la iglesia trasciende el tiempo y el espacio.

  En el cielo nuevo y la tierra nueva, ¿aún podremos ver la iglesia en Taipéi? En la Nueva Jerusalén, ¿aún estará la iglesia en Kaohsiung? ¿Aún estarán las iglesias de la época apostólica? ¿Estará allí la iglesia del siglo XX? Para entonces, todas las iglesias que existen en el tiempo y el espacio habrán desaparecido, pues habrán trascendido el tiempo y el espacio. Si vemos esto, llegaremos a ser personas de amplia perspectiva, y sabremos cómo conducirnos en la iglesia. Si, por el contrario, no hemos visto esto, seremos personas con una mente muy estrecha y mezquina. En la Nueva Jerusalén todos estos problemas habrán desaparecido, y todos podremos decir: “Oh Señor, la iglesia trasciende el tiempo y el espacio. Mientras las personas puedan ser bendecidas, salvas y conocerte a Ti, mientras Tú puedas hacer crecer la iglesia, y mientras el Cuerpo de Cristo pueda ser edificado, no tenemos ningún problema. Aunque podríamos decir algo, no diremos nada. Te adoramos porque la iglesia no se halla en el tiempo ni en el espacio”. Una vez que veamos esto ya no habrá más sectarismo, y una vez que veamos esto ya no habrá más disputas.

  ¿Cómo entonces es que la iglesia está por encima de todo? Puesto que la iglesia está por encima de todo, una iglesia que tenga un salón de reuniones es la iglesia y una iglesia que no tenga un salón de reuniones también es la iglesia. Lo que determina si una iglesia es la iglesia no es un salón de reuniones ni siquiera una obra exitosa. La iglesia está por encima de todas las cosas, y todas las cosas han sido sometidas bajo sus pies. Les di una fuerte exhortación a los hermanos en Manila, diciendo: “En cuanto a la compra del terreno, algunos ancianos han dicho que no tenemos dinero. Otros han dicho que sólo se han recibido 12,500 dólares en ofrendas, e incluso otros han dicho que han recibido cheques con pequeñas cantidades, pero no cheques con sumas más grandes. Esto muestra que nosotros no hemos visto que la iglesia está por encima de todas las cosas. Si hemos visto la iglesia, no diríamos tales cosas”. Si hablamos de esta manera en la vida de iglesia, inmediatamente someteremos la iglesia al oro, a las riquezas. Debemos entender que la iglesia está por encima de todas las cosas. Incluso si la iglesia sufre pobreza, ella está por encima de todas las cosas.

  Por consiguiente, si queremos administrar la iglesia, guiarla y saber cómo manejar sus asuntos, debemos ver lo que la iglesia es. De lo contrario, no sabremos cómo atender los asuntos en la iglesia y haremos que la iglesia pierda todo su valor. La iglesia trasciende el tiempo y el espacio y está por encima de todas las cosas. En 1 Corintios 3:21 dice: “Todo es vuestro”. En otras palabras, todas las cosas le pertenecen a la iglesia. Si verdaderamente vemos esto, cuando surja una necesidad, tendremos la fe para creer que Aquel que es Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia le dará todas las cosas a la iglesia. Puesto que Cristo es Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, ¿cómo no hará Él que todas las cosas cooperen para el bien de la iglesia? Es un hecho que todas las cosas son para la iglesia.

  Una vez que conozcamos la iglesia, sabremos cómo administrarla y guiarla, y cómo llevar a cabo los asuntos de la iglesia. Lo que hagamos debe hacerse en conformidad con no ser desobedientes a la visión celestial que hemos recibido en cuanto a la iglesia. Sólo cuando el Señor nos conceda la luz sabremos cómo conducirnos en la casa de Dios.

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