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Mensajes del libro «Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales»
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COMUNION EN CUANTO A LA URGENTE NECESIDAD DE LOS GRUPOS VITALES

MENSAJE DIECISEIS

TENER LA CARGA CON LA PREOCUPACION AMOROSA DE DIOS POR LOS PECADORES Y CON LA CONVERSION DE PECADORES EN MIEMBROS DE CRISTO PARA LLEVAR A CABO LA ECONOMIA DE DIOS

  En el mensaje anterior mencionamos cinco puntos que son cruciales para los grupos vitales. Primero, es necesario que nos compenetremos con los demás miembros de nuestro grupo vital por medio de una comunión íntima y completa y orando mucho y minuciosamente. Segundo, es necesario que procuremos llenarnos del Espíritu por dentro y por fuera. Tercero, tenemos que orar continuamente ejercitando nuestro espíritu para redimir el tiempo. Cuarto, debemos aprender a servir y a trabajar no de acuerdo a nuestra preferencia sino en coordinación y renunciando a nuestra libertad. Quinto, debemos orar para que nuestra manera de ser, carácter y rasgos peculiares sean tratados. Estos cinco puntos no son lecciones que podamos estudiar ni cursos de los cuales podamos graduarnos. Son cinco necesidades diarias como beber, comer, respirar, dormir y hacer ejercicio.

  Si practicamos todo esto, nuestras reuniones estarán llenas de vida y serán liberadas. En la reunión espontáneamente seremos aquellos que liberan el Espíritu al orar, al alabar, al cantar y al hablar por el Señor. Entonces seremos avivados y avivaremos a los demás. Necesitamos los grupos vitales debido a que estamos en una situación de muerte. En vez de avivar a otros, les comunicamos muerte. Por lo tanto, al ir a la reunión, la matamos. Esto está mal. Debemos ser aquellos que avivan las reuniones. Todos deben estar liberados en la reunión. Para ser liberados, debemos practicar los cinco puntos mencionados anteriormente.

  Necesitamos ejercitar nuestro espíritu para orar incesantemente. Esto significa que no debemos desperdiciar nuestro tiempo. Por el contrario, debemos llenar nuestro tiempo con oración. Nadie puede decir que redime y utiliza todos los momentos de cada día. Hoy en día los estadounidenses, en general, tienen mucho tiempo libre. Esta es la razón por la cual gastan su tiempo buscando entretenimientos y placeres mundanos. Cuando tengamos tiempo libre debemos ocuparlo en oración. Esto significa que debemos orar incesantemente. La persona que ora constantemente es una persona liberada.

  El recobro del Señor nos ha ayudado a entender las prácticas espirituales que debemos tener diariamente. Sabemos invocar el nombre del Señor y hablar con el Señor para liberar nuestro espíritu. Lo único que necesitamos es ocupar nuestro tiempo con estas prácticas.

  Cada vez que oremos, debemos liberar nuestro espíritu. No quiero decir con esto que debemos gritar todo el tiempo, sino que cuando oremos en las reuniones, nuestra oración no debe ser común y corriente. Aun nuestra voz debe estar ejercitada cuando oremos. La oración es la liberación de nuestro espíritu. Si no liberamos nuestro espíritu, no hay oración.

  La oración y la alabanza son diferentes. La alabanza requiere que nuestra voz sea más liberada que en la oración. En nuestra traducción de los Salmos, usamos el término gritos de júbilo (Sal. 71:23). Según la Biblia, nosotros, el pueblo de Dios, debemos ser “locos” que alaban alegremente al Señor cada día (Fil. 4:4; 1 Ts. 5:16). Si alguien le regala a usted un diamante muy caro, usted se entusiasmará, pero nosotros tenemos algo mucho más valioso que eso; tenemos a Cristo. Cristo es muy valioso y muy rico. El es inmensurable, inescrutable e insondable. Tenemos un Cristo semejante, pero ¿es El nuestra realidad? Cantamos acerca de cuán maravilloso y rico es Cristo pero, ¿realmente lo vemos y lo experimentamos de tal manera? ¿Estamos realmente locos por Cristo? No debemos estar viejos, fríos y sin frescura, sino que debemos ser frescos, vivientes, jóvenes y nuevos en el Señor. Para ser miembros vivientes y vitales en la vida de iglesia, debemos practicar constantemente los cinco puntos mencionados. Entonces nuestras reuniones estarán llenas de gritos de júbilo y regocijo.

  Necesitamos mucha preparación antes de poder tener el debido impacto para alcanzar personas con miras al aumento de la iglesia. Aunque es posible que conozcamos la verdad en cuanto a estos cuatro pasos de la manera ordenada por Dios, no los hemos practicado apropiadamente. Muy pocos de nosotros hemos practicado apropiadamente la predicación del evangelio. Si no sabemos cómo hacer algo, no estaremos interesados en ello. Cuando un niño está en las primeras etapas de aprender a tocar el piano, la tarea es difícil para él y tal vez no esté muy interesado. Pero con el tiempo, a medida que practica y va aprendiendo más, pondrá su pasión en tocar el piano. Esto nos muestra que cuanto más practicamos, más aprendemos, y cuanto más aprendemos, más pasión ponemos. Parece que actualmente muy pocos entre nosotros tienen un verdadero interés por la manera ordenada por Dios. Estamos de acuerdo en que las reuniones de grupo constituyen el ochenta por ciento de la vida de iglesia, pero, ¿cuántos están verdaderamente interesados en ellas? Todavía estamos en el camino viejo. Hemos estado practicando los grupos vitales por unas diez semanas, pero me temo que hay algunos santos en su grupo cuyos nombres y apellidos usted aún desconoce. Esto nos muestra que aún no hemos alcanzado una comunión completa, íntima y mutua para poder ser compenetrados. Yo deseo que no sólo conozcamos los nombres de los miembros de nuestro grupo en particular sino también los nombres de los santos de todos los grupos vitales.

  En estos días tengo mucha carga por el establecimiento y la continuación de los grupos vitales. Necesitamos prepararnos para poder salir a traer gente para el aumento y la edificación de la iglesia. Necesitamos prepararnos haciendo una lista de nuestros familiares y amigos. Luego necesitamos orar y pedirle al Señor que nos muestre en quiénes debemos primeramente concentrar nuestra atención como candidatos para nuestro servicio evangélico. El Señor nos guiará. En estos meses necesitamos orar continuamente por ellos, y luego podremos comunicarnos con ellos.

  Para poder llevar a cabo la carga del Señor en los grupos vitales, debemos ser personas renovadas y tenemos que aprender a servir al Señor en todo aspecto. Llegar a ser doctor es difícil, pero aprender a servir al Señor en conformidad con la manera que El nos ha mostrado es mucho más difícil que estudiar medicina. He estado aprendiendo a servir al Señor por más de sesenta años, y todavía no me he graduado.

TENER LA CARGA Y LA PREOCUPACION AMOROSA QUE HAY EN EL CORAZON DE DIOS POR LOS PECADORES QUE PERECEN

  Tenemos que aprender a tener la carga y la preocupación amorosa que hay en el corazón de Dios por los pecadores que perecen. Juan 3:16 dice que de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Dios tiene tal amor. Ahora nosotros como hijos de Dios debemos ser uno con nuestro Padre en Su amor por los pecadores. Necesitamos tener una preocupación amorosa por la salvación de los pecadores. El concepto de predicar el evangelio con el mero fin de ganar almas es algo muy superficial. Necesitamos tener una preocupación amorosa por el hombre caído. A mi parecer, la mayoría de los santos han perdido esta preocupación y cuidado por los pecadores.

  Jorge Whitefield es un ejemplo de uno que tuvo una preocupación genuina por los pecadores. Un día él estaba predicando acerca de la perdición eterna de aquellos que no creen en Cristo. El describió el lago de fuego de tal forma que algunos del público se asían de las columnas con miedo de caer en el lago de fuego. El tenía tal corazón, carga y preocupación genuina por los pecadores, pero nosotros casi la hemos perdido.

  Nuestros grupos vitales deben aprender a tomar la carga y la preocupación amorosa del Padre por los pecadores. En 1 Timoteo 2:4 se nos dice que Dios desea que todo hombre sea salvo. Antes de salir, debemos estar equipados con este sentir. De otro modo, seremos hipócritas y sólo estaremos actuando. Si no tenemos interés en los pecadores, ¿por qué hemos de visitarlos? Esto sería meramente una actuación.

TENER LA CARGA DE CONVERTIR PECADORES EN MIEMBROS DE CRISTO PARA LLEVAR A CABO LA ECONOMIA DE DIOS

  En Romanos 15:16 Pablo dice: “Para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, un sacerdote que labora, sacerdote del evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo”. Pablo era un sacerdote del evangelio que ofrecía a Dios los gentiles como sacrificio. Pablo tenía la carga de llevar a cabo su ministerio, que consistía en convertir pecadores en miembros de Cristo. En el Antiguo Testamento los sacerdotes ofrecían ganado en sacrificio como tipo de Cristo. Mas Pablo dijo que él le ofrecía a Dios los pecadores como sacrificios espirituales y como miembros del Cuerpo de Cristo, los cuales habían sido salvos al predicarles él el evangelio (1 P. 2:5). El hacía esto con el fin de edificar el Cuerpo de Cristo para llevar a cabo la economía de Dios.

  Esto no es meramente tener la preocupación amorosa de Dios por los pecadores, sino tomar la carga de llevar a cabo Su economía. Dios tiene una economía, y esa economía está centrada en Cristo, quien desea tener un Cuerpo. En la actualidad es difícil encontrar a alguien que tenga una carga genuina por el Cuerpo de Cristo. La obra evangelizadora de hoy es simplemente ganar almas, pero, ¿a quién le importa la edificación del Cuerpo de Cristo? Pablo predicó el evangelio para el aumento y la edificación del Cuerpo de Cristo. El era un sacerdote que ofrecía a Dios los salvos como miembros vivientes del Cuerpo de Cristo. Necesitamos tener tal carga.

  Pedro en su primera epístola dijo que nosotros somos las piedras vivas que están siendo edificadas juntamente como casa espiritual, y esta casa es un sacerdocio (2:5). Una casa es una unidad corporativa constituida de muchos materiales edificados juntamente. Tenemos que ser esa casa edificada. Esta es la razón por la cual tenemos que ser compenetrados. Entonces seremos un solo sacerdocio, un solo Cuerpo. La palabra sacerdocio tiene dos significados. Primero, el sacerdocio es el servicio sacerdotal; en segundo lugar, el sacerdocio es un cuerpo sacerdotal, un grupo de sacerdotes que sirven juntos. En 1 Pedro 2:5 el sacerdocio no se refiere al servicio de los sacerdotes, sino al cuerpo de sacerdotes, y ese cuerpo es sin duda el Cuerpo de Cristo.

  El versículo 9 dice que la función del sacerdocio, el cuerpo de sacerdotes, es anunciar las virtudes de Aquel que nos salvó, y que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable y maravillosa. Las virtudes de Dios son el amor, la bondad, la gracia, la misericordia, la paciencia, el perdón, etc. Anunciar las virtudes de Dios es predicar el evangelio de la obra salvadora de Dios en Sus virtudes, según nuestras experiencias. Los resultados de nuestra predicación serán los sacrificios espirituales, los pecadores salvos, mencionados en el versículo 5.

  Predicar el evangelio es anunciar las virtudes de nuestro Salvador, el cual nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable. Para poder predicar el evangelio así, tenemos que aprender mucho. Lo más básico es que tenemos que ser compenetrados. Somos pedazos de materiales que deben edificarse juntamente como una casa. De no ser así, no seremos un sacerdocio. Tal vez seamos sacerdotes, pero no somos un sacerdocio. Por esta razón, lo primero que les dije que hicieran es que se compenetren. ¿Cómo es posible que pedazos de materiales esparcidos sean una casa? Si no somos edificados juntamente como una casa, estamos acabados. Dios no puede usar trozos de materiales esparcidos o amontonados. Dios únicamente puede usar una casa edificada en la cual El puede morar. Entonces esta casa será un sacerdocio, donde todos los materiales son los sacerdotes juntamente edificados. Aun en el Antiguo Testamento, los sacerdotes no estaban esparcidos. El sacerdocio era un sistema. Nadie en ese sistema sacerdotal podía actuar individualmente. Cada sacerdote tenía que actuar corporativamente como parte del sistema.

  Nuestra carga no debe ser meramente ganar almas. Debemos tener la carga de ganar más miembros para el aumento del Cuerpo de Cristo y para llevar a cabo la economía de Dios. En Hageo 1:8 Jehová le mandó a Su pueblo diciéndole: “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa”. Con el material se edifica el templo de Dios, Su casa. Esto es un cuadro de la necesidad de ganar a los escogidos de Dios como material para la edificación de Su casa viviente, Su iglesia, el Cuerpo de Cristo.

  A quienes salvamos son los escogidos de Dios. Una vez que los salvamos, necesitamos laborar en ellos para que tengan un cambio metabólico en su interior. Necesitamos laborar estando en el Señor para que los pecadores puedan ser regenerados y luego transformados y edificados. Debemos traer los que salvamos a la vida de iglesia, lo cual tiene como fin la edificación del Cuerpo de Cristo.

  Necesitamos predicar el evangelio para el aumento del Cuerpo de Cristo, y no meramente para ganar almas. En Juan 3:30, Juan el Bautista declaró: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”. En aquel tiempo los discípulos de Juan el Bautista estaban celosos al ver que toda la gente iba a Cristo. Cuando ellos le contaron esto a Juan, él respondió que Cristo tenía que crecer y que él tenía que menguar. El estaba diciendo: “Nadie debe venir a mí. Más bien, todos deben ir a El para ser Su aumento”. El aumento en este versículo es la novia en el versículo 29, y la novia es la composición viva de todas las personas regeneradas. La regeneración nos hace la novia corporativa de Cristo para Su aumento.

  Romanos 12 nos muestra que los pecadores regenerados no deben amoldarse a este mundo sino que deben ser transformados por la renovación de sus mentes para ser miembros vivientes del Cuerpo de Cristo. Romanos 12 nos muestra la práctica de la vida del Cuerpo, y en la vida del Cuerpo debemos ser transformados. Los transformados serán el debido material para la vida del Cuerpo. Tenemos la carga de salvar pecadores para que sean regenerados y luego transformados en materiales apropiados para ser edificados en el Cuerpo de Cristo.

  Quienes estamos en los grupos vitales necesitamos tener una carga doble. Una es la preocupación amorosa del Padre por los pecadores, y la otra es la carga por convertir pecadores en miembros de Cristo. No podemos obrar a la ligera. Tenemos que hacerlo con seriedad.

  Me preocupa en gran manera que al pasar los años, no veamos mucho aumento en las iglesias. Aun cuando hemos ganado algunos, parece ser que sólo estamos ganando almas en lugar de convertir pecadores en miembros del Cuerpo de Cristo. Nuestra carga es convertir pecadores para la edificación del Cuerpo de Cristo. No es fácil convertir un pecador en un miembro del Cuerpo de Cristo. Esta es la razón por la cual tenemos que prepararnos, entrenarnos, perfeccionarnos y equiparnos. Esta es la carga que tenemos en este entrenamiento de grupos vitales.

  Necesitamos que el Señor nos toque interiormente. Entonces habrá dentro de nosotros una respuesta al amor de Dios y a Su economía. En el corazón de Dios hay una preocupación amorosa por los pecadores caídos y el deseo de llevar a cabo Su economía. Esta es una carga pesada que El tiene. Hoy en día, ¿quién entiende lo que hay en el corazón de Dios y está de acuerdo con Su intención? Hoy en día Dios en Su corazón está preocupado por dos cosas: salvar pecadores y llevar a cabo la edificación del Cuerpo de Cristo. Sabemos que esto culminará en la Nueva Jerusalén, la cual es la meta final de Dios. Tenemos que orar por los dos asuntos que he mencionado. Si no oramos ni tomamos esta carga, nuestra participación en los grupos vitales no tiene sentido.

  Tenemos que ser revolucionados en todos los aspectos. Ninguno de los miembros de los grupos vitales deben ser pasivos sino que deben estar llenos del Espíritu interior y exteriormente, y deben ejercitar el espíritu para liberarlo. Entonces estaremos equipados, compenetrados y listos para salir a traer el aumento.

  Les he dado siete puntos para que los pongan en práctica diariamente. Si queremos poner en práctica los grupos vitales, tenemos que estar dispuestos a pagar un precio. Este no es un mover común ni meramente una práctica de la iglesia.

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