
En este mensaje seguiremos considerando el asunto de la enseñanza mutua en los grupos vitales. Hablar en una manera natural, chismear, murmurar y quejarse es muy fácil, pero enseñar las verdades divinas no lo es. Necesitamos alcanzar en los grupos vitales la meta de llevar a cabo la enseñanza mutua por medio de las preguntas y respuestas mutuas. Los grupos vitales deben ser el órgano de enseñanza de la vida de iglesia. Todos debemos estar dispuestos a pagar el precio por alcanzar esta meta.
Los grupos vitales pueden comprender el ochenta por ciento de la vida de iglesia principalmente por la enseñanza mutua. Del ochenta por ciento, el sesenta por ciento depende del perfeccionamiento mutuo realizado por la enseñanza mutua. Hasta ahora estamos dando los pasos iniciales.
Hace más de cincuenta años el hermano Nee recibió la luz en 1 Corintios 14 de que todos los creyentes deben profetizar en las reuniones de la iglesia (vs. 24, 31). El hermano Nee publicó dos libros: La vida cristiana normal de la iglesia (publicado primero en chino en 1933 bajo el título En cuanto a nuestras misiones) y Los asuntos de la iglesia (mensajes dados por el hermano Nee en 1948), en los cuales habló al respecto. En ambos libros él recalcó que se le debe poner fin a la práctica en la que un solo hombre habla en las reuniones de la iglesia. En Los asuntos de la iglesia (pág. 87) el hermano Nee dijo que todos los santos necesitan continuamente “empujar contra” la tradición de tener un mensaje en la reunión matinal del día del Señor donde un hombre habla y el resto escucha. El dijo que así con el tiempo la tradición sería derribada. Actualmente, cuarenta y cuatro años después, nosotros no hemos eliminado totalmente esa práctica. Cuando practicamos hoy el profetizar conforme a 1 Corintios 14, la tentación tal vez se levante en nosotros de volver a practicar la tradición de tener un solo orador.
Desde el fin de la segunda Guerra Mundial en 1945, han surgido muy pocos predicadores destacados en el cristianismo, especialmente en los Estados Unidos. Durante este tiempo, los intentos de unos cuantos hombres espirituales por traer un avivamiento espiritual a Estados Unidos no han tenido éxito. Aunque yo estoy en favor del crecimiento de las iglesias, no confiaría tanto en predicadores famosos ni en obras grandes. En cierto sentido, que el número de santos en las iglesias del recobro del Señor sea grande o pequeño no importa mucho. Lo que importa hoy es que todos los santos deben entrar en las verdades de la Biblia. Esto es muy difícil; no es un camino fácil. En Mateo 7:14 el Señor Jesús nos dijo que el camino que lleva a la vida es angosto y que pocos lo encontrarán y andarán en él. Siendo éste el caso, tal vez seamos tentados a rendirnos. Tal vez nos rindamos, pero alguien dentro de nosotros no se rendirá. El hecho de que pocos entren por la puerta estrecha y caminen por el camino angosto no significa que el Señor Jesús sufrirá pérdida. Por el contrario, de todos modos El tendrá éxito. El Señor espera tener una esposa, y obtendrá Su esposa. Apocalipsis 19:7 dice que el día vendrá cuando la esposa estará lista. ¿Estaremos nosotros incluidos? A esta pregunta debemos responder: “Sí lo estaré”. Decir “sí lo estaré” significa que aún estamos esforzándonos. No hemos llegado, pero aún estamos esforzándonos por llegar.
Si somos serios con el Señor para participar en los grupos vitales, desde este momento en adelante debemos prepararnos con la determinación de que nos esforzaremos por entrar en las verdades bíblicas. Debemos agradecer al Señor porque hoy tenemos una Biblia que no solamente ha sido traducida sino también interpretada. Lo que tenemos no es perfecto, completo, ni totalmente consumado; no obstante, lo que tenemos en el recobro hoy es inmensamente diferente de lo que yo tenía cuando era joven. En mi juventud hice lo posible por coleccionar libros que me ayudaran a entender Génesis, pero no pude encontrar muchos libros que me ayudaran. Sin embargo, si usted hoy desea entender Génesis, hay un libro llamado Estudio-vida de Génesis que contiene ciento viente mensajes acerca de dicho libro. Si usted lee varios mensajes al día en una forma rápida, sin reflexionar mucho, podría terminar este libro aproximadamente en un mes. Yo creo que casi todos los santos, jóvenes o viejos, pueden hacer esto. Después de leer el Estudio-vida de Génesis una vez, su entendimiento será diferente. Leer los ciento veinte mensajes de Génesis lo harán a usted una persona diferente.
Cuando usted determina hacer este tipo de lectura, también debe decidir cesar toda su palabrería innecesaria, sus murmuraciones, sus quejas y sus chismes (Mt. 12:36; Ef. 4:29). Cuando usted responda al teléfono, debe aprender a reducir en lo posible sus conversaciones a sólo una pocas frases. En Jeremías 15:19 Jehová le dijo a Jeremías: “Si entresacares lo precioso de lo vil, serás como Mi boca”. En ese entonces Jeremías estaba frustrado, y se quejó ante su madre y luego ante Jehová (vs. 10, 18). Fue allí cuando Jehová le habló a Jeremías con respecto a lo que éste dijo, de entresacar lo precioso de lo vil. En Sofonías 3:9 Jehová en Su salvación para los gentiles prometió devolver a los pueblos pureza de labios. Esto quiere decir que todo el pueblo de Dios necesita cambiar su lenguaje por un lenguaje puro. Según mi experiencia, si hablamos demasiado, nuestra conversación anulará nuestra capacidad de enseñar. Si reducimos nuestro hablar, nuestra capacidad para enseñar crecerá. Si queremos llevar a cabo la enseñanza mutua en los grupos vitales, tenemos que poner fin a nuestra conversación vana y concentrar todo nuestro ser en una sola cosa: conocer la verdad para estar provistos, equipados y completos a fin de tener la capacidad y también la habilidad de enseñar.
Es verdad que la capacidad viene de nacimiento, pero todos necesitamos darnos cuenta de que hemos tenido un segundo nacimiento, y éste todavía está en proceso. Aunque usted haya sido regenerado hace muchos años, debe darse cuenta que aún no ha salido del vientre; todavía está en el “vientre” del Espíritu Santo. Es por eso que necesitamos ser renovados (Ef. 4:23; Tit. 3:5). La renovación es la continuación de nuestro segundo nacimiento. El resultado de ser renovados es la transformación (Ro. 12:2). La transformación es la continuación de la regeneración. Necesitamos ser transformados porque no fuimos total y completamente regenerados. Nuestra regeneración no es total. Si lo fuese, no necesitaríamos la transformación. La transformación es la continuación de nuestra regeneración incompleta. Cuanto más acabemos con nuestra innecesaria palabrería, más renacidos seremos, y más capacidad tendremos de aprender y enseñar las verdades de la Biblia.
También debemos aprender a no pronunciar ninguna frase que no tenga valor. Necesitamos restringir nuestra conversación, especialmente para con nuestros hijos y nuestra esposa. Entonces veremos que cada día el Señor nos edifica en una sola cosa, que es hablar por El. Si usted pone en práctica lo que digo en seis meses, su capacidad de profetizar, de hablar por el Señor, crecerá.
También debemos aprender a hablar de una manera “oficial”. Necesitamos hablar audible, lenta, clara y “oficialmente”, con peso para así impartir algunos puntos específicos de la verdad a otros. De lo contrario, nuestro hablar no les transmitirá nada definido a los oyentes.
No importa si somos jóvenes o viejos, no deberíamos considerar las reuniones como algo insignificante. Las reuniones no son insignificantes. Son asambleas en el Señor, con El y ante El. Por consiguiente, hagamos lo que hagamos, debemos hacerlo con mucha reverencia, con un temor santo. Todo lo que digamos en las reuniones, sea al orar, al pedir un himno, al ofrecer una alabanza, o al profetizar, debemos hacerlo “oficialmente”; o sea que debemos hablar audible, apropiada y pausadamente para que todos puedan oír y todos escuchen y reciban algo. De no ser así, seremos una carga y un factor mortal para las reuniones. Decir algo en las reuniones es absolutamente diferente de hablar en cualquier otro tipo de ambiente o circunstancia. En las reuniones nuestro hablar se hace ante Dios; por lo tanto, es santo.
Muy a menudo nuestra conversación está llena de palabras huecas. En contraste, las palabras del Señor Jesús en los cuatro Evangelios eran breves, adecuadas, purificadas, limpias y no eran huecas. Cuando nos levantemos en las reuniones para hablar por el Señor, debemos tener la seguridad de que lo que digamos tenga peso, luz y el suministro de vida. Además, debemos aprender a hablar de una manera “oficial”.
Primero, usted debe tomar la decisión de leer los mensajes del Estudio-vida a fin de conocer la verdad. Recomiendo mucho que todos los santos lean rápidamente los mensajes del Estudio-vida de Génesis y de las catorce Epístolas de Pablo. Después de que usted los lea, será una persona diferente. Segundo, usted debe cesar toda su innecesaria palabrería. Bajo la restricción interior del Señor, usted debe aprender a no hablar innecesariamente a nadie; simplemente háblele al Señor. A menudo tengo el deseo de hablarle a mi esposa acerca de algo. Sin embargo, muchas veces la prohibición interior aparece, y me dice que no necesito hablarle a mi esposa acerca de cierto asunto. A veces desatiendo esa prohibición, y más tarde me arrepiento y confieso al Señor, pidiéndole que me perdone por haber dicho algo innecesario. Tal vez no digamos nada pecaminoso ni critiquemos a nadie; tal vez sólo queramos contarle algo a la gente. Sin embargo, con frecuencia el Señor en nuestro interior nos prohibirá hacer esto. Si seguimos al Señor y detenemos nuestro hablar innecesario, el Señor usará nuestra boca para hablar Su palabra. Nuestra boca será santificada al hablar la palabra del Señor.
Tercero, sea que hablemos a nuestra esposa, a nuestros hijos, o a los hermanos, debemos aprender a hablar solamente lo que tenga valor. Cuarto, necesitamos aprender a ser “oficiales”; es decir, debemos aprender a no hablar livianamente, sino con cuidado, profiriendo cada palabra de una manera “oficial”.
Próximamente entrenaremos a los miembros de los grupos vitales a salir para llevarle a la gente el evangelio. Realmente creo que ganaremos gente. Así que, necesitaremos inmediatamente saber cómo nutrir a los niños espirituales recién nacidos para que sean guardados y preservados. Después de cierto tiempo, todos debemos traer a estos recién nacidos a los grupos vitales para perfeccionarlos por medio de la enseñanza mutua.
A pesar de que anteriormente bautizamos mucha gente, nuestra tasa de crecimiento ha sido muy baja. En los últimos dieciocho años, desde 1974, el número de iglesias locales ha aumentado notablemente. En la actualidad hay más de mil doscientas iglesias locales en la tierra, aparte de las que hay en la China continental. Sin embargo, el número de miembros de muchas de las iglesias es bastante reducido. En el sur de California, hay ahora unas cuarenta y nueve iglesias, y el número total de santos es de aproximadamente tres mil. Esto significa que cada iglesia tiene un promedio de solamente sesenta miembros. Pese al aumento del número de iglesias, nuestra tasa de crecimiento todavía no es satisfactoria. Por lo tanto, tenemos que hallar la manera de cambiar nuestra situación actual.
Hoy día en el recobro del Señor la más grande necesidad, la necesidad primordial, es tener un aumento. Una casa no se puede edificar sin los materiales. Necesitamos salvar a los pecadores con la predicación del evangelio a fin de que lleguen a ser materiales para la edificación de la iglesia, la casa de Dios (1 Ti. 3:15). En general, la proporción de crecimiento depende de la manera en que laboramos en el evangelio y también de las circunstancias y de la gente misma. En Rusia en un corto lapso de un año más o menos, han sido establecidas dos iglesias grandes, una en Moscú y otra en San Petersburgo. Allí la proporción de crecimiento ha sido muy elevada debido a que el camino que hemos tomado ha sido el correcto en cierta medida, las circunstancias han sido favorables, y la gente ha sido muy receptiva. Por varias razones la tasa de crecimiento en los Estados Unidos ha sido muy baja. La tasa de crecimiento entre las iglesias de Taiwán ha sido similar a la de los Estados Unidos. Las iglesias de Taiwán han existido por más de cuarenta años y, aun así, el número de santos que hay en las iglesias indica que la tasa de crecimiento ha sido menos del diez por ciento anual.
Si nos damos seriamente al Señor para Su recobro, debemos considerar nuestra situación actual a conciencia. No debemos estar conformes con la situación actual del recobro del Señor, especialmente en cuanto al aumento. Con excepción de Rusia, la situación en todas partes —en América, Europa y el Lejano Oriente— es la misma con respecto al crecimiento. Debemos estar conscientes de la situación actual. No debemos dejarnos narcotizar, pensando que la situación reinante entre nosotros es tan maravillosa. Sin duda alguna, el recobro es maravilloso, pero algunos aspectos del recobro no son alentadores, especialmente esto del aumento. Esta es la razón por la cual en 1984 fui a Taiwán con el propósito de estudiar esto.
Pienso que para ser rescatados de nuestra situación actual, indudablemente necesitamos los grupos vitales. Los grupos vitales son asunto de vida o muerte. De ahora en adelante, en las reuniones ninguno de nosotros debe actuar, moverse, ni hacer nada livianamente. Cuando hablemos, tenemos que decir algo que tenga valor, y debemos decirlo con “oficialidad”. De no ser así, debemos guardar silencio. Aun al estar quietos y en silencio, debemos hacerlo en una manera formal, no en una manera liviana. Si obramos livianamente, ¿cómo podríamos tener la bendición del Señor? Necesitamos llevar este asunto al Señor en oración. El recobro no es sólo de ustedes o mío; es nuestro. Por consiguiente, todos debemos considerar esto seriamente como un asunto de vida o muerte.