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Mensajes del libro «Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales»
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COMUNION EN CUANTO A LA URGENTE NECESIDAD DE LOS GRUPOS VITALES

MENSAJE VEINTITRES

LLEVEMOS FRUTO Y TENGAMOS UNA VIDA DE ORACION APREMIANTE

  En este mensaje queremos considerar el propósito de los grupos vitales. Muchos de los grupos se han estado reuniendo para orar fervientemente y han estado laborando por casi siete meses, pero ¿qué es lo que se ha obtenido? La situación exterior entre nosotros no parece ser muy alentadora debido a que aún no hemos visto resultados concretos. Los santos del libro de Hechos oraron juntos por diez días. El resultado fue el derramamiento del Espíritu (2:2-4), y tres mil fueron añadidos a la iglesia (v. 41). Es posible que nosotros esperemos un resultado similar después de orar juntos por un corto período de tiempo. Tal vez nos desalentemos ya que aún no hemos visto mucho resultado.

LO QUE EL SEÑOR DIJO EN MATEO, MARCOS Y LUCAS EN CUANTO A LA PREDICACION DEL EVANGELIO

  Necesitamos considerar lo que nos dijo el Señor en los Evangelios en cuanto a predicar el evangelio y a obtener el aumento. Al final de Mateo, el Señor nos mandó que fuéramos e hiciéramos discípulos a las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (28:19). Al final de Marcos, El nos mandó que fuéramos por todo el mundo y proclamáramos el evangelio a toda la creación (16:15). Marcos nos dice que la predicación del evangelio llevada a cabo por los discípulos iría acompañada de milagros (vs. 17-18). Al final de Lucas, el Señor les dijo a los discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que fueran investidos de poder desde lo alto (24:49). Entonces tendrían el impacto para que la gente recibiera el evangelio del perdón de pecados (v. 47).

LA VISION DE DAR FRUTO EN EL EVANGELIO DE JUAN

  Nosotros tal vez esperemos el mismo poder y los mismos resultados instantáneos en nuestra labor del evangelio, pero necesitamos ver lo que dice el Evangelio de Juan. Al final de Juan no hay una exhortación a predicar el evangelio, como ocurre en los evangelios sinópticos. El último capítulo de Juan describe una situación en la cual Pedro estaba desanimado. Debido a su desaliento, se fue a pescar, o sea que regresó a su antiguo oficio (21:3). Cuando tomó la iniciativa de ir a pescar, los demás discípulos lo siguieron. Ellos pasaron toda la noche sin pescar nada, pero a la mañana siguiente el Señor se les apareció repentinamente y les dijo que echaran la red a la derecha de la barca. Cuando ellos lo hicieron, pescaron una gran cantidad de peces (v. 6).

  Juan nos dice que pescaron ciento cincuenta y tres peces (v. 11). Pero sin estos peces, y aún estando en tierra, donde no hay peces, el Señor preparó pescado y pan para Sus discípulos (v. 9). En Juan 21 el Señor no les mandó a los discípulos que fueran a hacer discípulos de las naciones. El los estaba entrenando para que tuvieran fe en El en cuanto a su vivir. Lo primero que el Señor les dijo fue: “Hijitos, ¿tenéis algo de comer?” (v. 5). Esto muestra que El cuidaba de su diario vivir, de lo necesario para cada día.

  Después de que se hubieron desayunado, el Señor le preguntó a Pedro tres veces si le amaba. Pedro no fue tan atrevido en contestar como lo había sido antes de la crucifixión del Señor, cuando dijo que nunca negaría al Señor. Pedro respondió diciéndole al Señor que lo amaba y finalmente dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo” (v. 7). Después de las repuestas de Pedro a Sus preguntas, el Señor le mandó que alimentara Sus corderos, pastoreara Sus ovejas y alimentara Sus ovejas (vs. 15-17). Esta es la manera en que el Evangelio de Juan nos dice cómo producir el fruto permanente del evangelio.

  Juan habla directamente acerca de llevar fruto, pero no lo hace al final del Evangelio sino en el capítulo 15. En el versículo 16 el Señor dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo los elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”. Juan no habla de predicar el evangelio como lo hacen los otros Evangelios. El habla de llevar fruto. La vid da fruto una sola vez al año. Si uno quiere fruto de la vid, no puede orar y tener mucho fruto a la mañana siguiente. Eso sería un verdadero milagro, pero ésa no es la forma en que la vid lleva fruto. Si uno mira la vid hoy, parece ser que está igual que ayer, porque la temporada de llevar fruto todavía no ha llegado. Además de no tener fruto, tal vez ni siquiera tenga flores.

  En la vida cristiana la verdadera producción de fruto es igual a la de la vid. Es anual y de acuerdo a la temporada. El período que precede a la temporada de producir fruto es una prueba para uno. Tal vez usted piense que está esperando llevar fruto y que esta espera es una pérdida de tiempo. Pero si le pregunta a la vid, ella le diría que no es una pérdida de tiempo; es parte del período de producción. La vid está en la etapa de producción aun el invierno, y finalmente, a su tiempo, el fruto aparecerá.

  Juan 15 es un capítulo muy valioso y profundo en la Biblia. Algunos maestros de la Biblia enseñan que este capítulo únicamente habla de permanecer en el Señor. Pero en realidad Juan 15 hace hincapié en llevar fruto. Permanecer no tiene el único propósito de permanecer; el fin es llevar fruto. Si uno permanece en el Señor toda la vida pero no lleva fruto, tal permanencia no significará nada. El énfasis de Juan 15 no es en permanecer. La clave es permanecer, pero el énfasis es llevar fruto. Podemos llevar fruto cuando permanecemos en el Señor.

  Cuando el pámpano permanece en la vid, tiene una vida que experimenta muchas condiciones: la luz del sol, el viento, la lluvia, el calor y el frío. En otras palabras, permanecer en el Señor es vivir una vida en El pasando por todo tipo de sufrimientos. En realidad la vid sufre día y noche durante la temporada en que lleva fruto hasta la producción del mismo (véase el himno #635 en Hymns).

  No fue por nuestra decisión que llegamos a ser pámpanos de Cristo, la vid verdadera. El Señor dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto...” (Jn. 15:16). La palabra puesto es una palabra llena de significado. El Señor no solamente nos nombró o dispuso algo para nosotros, sino que nos ha puesto. Este es nuestro destino. El destino de quienes aman a Cristo es llevar fruto.

  Según Juan 15, llevar fruto no es un asunto fácil (vs. 18-25). La vid sufre durante muchos meses hasta que llega la temporada de llevar fruto. Después de cosechar el fruto de la vid, la vid entera es deshojada. En el invierno la vid aguanta el frío y la nieve hasta el comienzo de la primavera. Es entonces cuando una vez más comienza a producir fruto. El proceso de producir fruto conlleva el sufrimiento del calor del sol, del viento y de la lluvia. Además, el Cantar de los Cantares habla de “las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas” (2:15). A las zorras les gustan las uvas tiernas de la vid. Este cuadro debe dejar una profunda impresión en nosotros. La vid sólo puede producir fruto en su temporada, pasando por mucho sufrimiento. Es posible que alguien quiera fruto de la vid inmediatamente, pero la vid no puede producirlo sino hasta que su temporada llegue después de pasar por sufrimientos.

  Desde 1984 he hablado de la necesidad que tenemos de producir fruto para el incremento del Señor, pero la mayoría de los santos esperan resultados instantáneos. Piensan que pueden orar por corto tiempo, y que entonces el Señor soberanamente arreglará todo para que ellos se encuentren con alguien que será salvo y añadido a la iglesia. En Taipéi nosotros conocimos medio millón de hogares y bautizamos treinta y ocho mil personas en menos de diecisiete meses, pero de esto no vimos mucho fruto que permaneciera.

  Si George Müller estuviera aquí, nos diría que dar fruto no es algo rápido. El hizo una lista de personas y oró diariamente por ellas hasta que cada una fue salva. En su autobiografía él dice que todavía había una persona por quien él estaba orando que no era salva. Pero después de su muerte el Señor salvó a esta persona. Debemos ver que el llevar fruto es un asunto de temporada. Es igual que engendrar hijos. Una vez que una mujer concibe, tiene que esperar nueve meses para dar a luz. Ella no puede decidir el tiempo del nacimiento.

  No debemos pensar que los siete meses que hemos estado reuniéndonos en los grupos vitales han sido una pérdida de tiempo. Debemos recordar que llevar fruto depende de la temporada adecuada. Por otro lado, es posible que algunas vides no produzcan fruto por una u otra razón. Esto quiere decir que la vid vivió en vano por un año sin producir fruto. La vid no produjo fruto porque vivió mal. Si producimos fruto o no al final del año, va a depender de la manera en que vivamos en estos próximos meses.

SEAMOS PERSONAS VITALES, VENCEDORES, PERSONAS DE ORACION CON UNA VERDADERA CARGA POR LA ORACION, PARA RESCATAR A LA IGLESIA DE SU DEGRADACION

  Necesitamos recordar que nuestros grupos deben ser grupos vitales. La Biblia habla de personas vitales. ¿Qué es un vencedor? Un vencedor es una persona vital. Entonces, ¿qué es ser vitales para poder ser vencedores? Una persona vital, un vencedor, es una persona que ora. Usted debe tener una carga genuina por la oración genuina. Recientemente les dije a unos colaboradores que su oración no era producto de una carga. Si nos reunimos únicamente para enunciar en voz alta algunas frases, ¿es esto tener carga por la oración? Esto es una formalidad; no pasa de ser una actuación formal.

  En un mensaje anterior vimos que el hermano Nee dijo que no debemos ofrecer ninguna oración que no sea genuina. Muchas de las oraciones que hacemos no son en realidad oraciones. Son frases reiterativas que proceden de nuestra tradición. La carga genuina de la oración no es hacer una composición. Cuando el ciego oró al Señor, no hizo una oración elaborada. Cuando el Señor Jesús le preguntó qué quería, el ciego dijo: “Señor, que reciba la vista” (Lc. 18:41). Esta es una oración genuina que procede de una carga genuina. El tenía la carga de tocar a Jesús para poder ver, y el Señor contestó su oración. Sin embargo, nuestras oraciones no son así. Nuestras oraciones, inclusive nuestras oraciones personales, son en su mayoría formas religiosas y una actuación.

  Entonces nos podemos preguntar: “¿Cómo podemos tener carga para orar?”. Esto depende de la misericordia del Señor. No puedo olvidarme de los grupos vitales, porque ésa es mi carga genuina. No puedo olvidarme del recobro del Señor porque ésa es mi carga. Yo siempre tengo que orar al Señor por Su recobro. Cuando oro y clamo “Oh Señor, Tu recobro”, esto proviene de una carga. Una vez que comenzamos a orar por el recobro, nos damos cuenta de que no podemos terminar nuestra oración. Hay muchos lugares y personas por las cuales tenemos que orar. Tenemos que ser vitales, y ser vitales equivale a tener una carga genuina de oración. Es necesario que entre nosotros haya una oración genuina. La carga por la cual los grupos vitales deben orar es ésta: “Señor, la iglesia necesita el aumento adecuado”.

  Por causa de algunos rebeldes que estuvieron entre nosotros, nuestro número de miembros bajó y nuestra moral fue arruinada. Si amamos la iglesia, debemos estar desesperados por orar, aun orar ayunando. Nuestras reuniones deben estar llenas de oraciones genuinas, no de oraciones formales. Debemos orar así: “Señor, no podemos seguir adelante sin el aumento adecuado, en especial entre los caucásicos”. Esta clase de oración es una oración genuina. No debemos reunirnos dentro de cierto horario tan sólo por cumplir un compromiso. La oración de algunos entre nosotros es muy tradicional. Ellos no tienen carga ni desesperación en sus oraciones. Tenemos que estar desesperados. Que los grupos vitales sigan adelante para ganar el aumento debe ser un asunto de vida o muerte entre nosotros. Aun si no tenemos una reunión programada, deberíamos tener la carga de reunirnos para orar.

  Recientemente consulté con algunos de los grupos para saber lo que estaban haciendo, pero nadie me dijo que estaban orando desesperadamente por los grupos vitales. Me hablaron de otras actividades en sus grupos. Cuando oí esto, me preocupó que estaban convirtiendo los grupos en algo que no es vital. La vitalidad no está en lo que se hace; está en la oración. Si alguien les pregunta qué están haciendo en sus grupos, sería maravilloso oírlos decir: “No podemos vivir sin la oración. Estamos desesperados junto con el Señor. Todos oramos. Solamente tenemos tiempo para orar”. Esto es lo que me gusta oír. Debe haber oración vital con una carga vital.

  Para tener los grupos vitales, nosotros primero tenemos que ser vitales. Necesitamos orar desesperadamente diciendo: “Señor, te pedimos que, cuando llegue la temporada, nos des a cada uno de nosotros dos personas que sean fruto que permanezca. De otra manera, no podremos seguir adelante”. Tenemos que orar insistentemente hasta que el Señor conteste nuestra oración. No debemos desanimarnos ni desilusionarnos; debemos tener la plena certidumbre de que El cumplirá Su palabra. Es por esto que El nos dijo que nos escogió y nos puso para que llevásemos fruto y que nuestro fruto permaneciera.

  Si ustedes hacen esta clase de oración con una carga, cada vez que oren obtendrán el Espíritu. Serán llenos interiormente del Espíritu y el Espíritu será derramado sobre ustedes. Nuestras reuniones no deben ser una actuación vana, sino reuniones llenas del Espíritu. Nuestro entrenamiento de los grupos vitales no es una reunión común. Esta es una reunión en la cual los vencedores rescatan la iglesia de su degradación. Si los grupos vitales fracasan, no habrá forma de que el Señor haga algo.

  Recientemente un hermano me dijo que los grupos vitales en verdad producen resultados. Sin embargo, me pregunto si en realidad ese hermano sabía de qué estaba hablando. Si los grupos vitales producen resultados o no, depende de cuánta oración se tenga. Al orar tendrán el Espíritu; serán personas llenas del Espíritu según lo dicho en Hechos 13:52: “Y los discípulos estaban llenos ... del Espíritu Santo”. Si usted es una persona de oración, será una persona que vive, camina y obra en su espíritu; no será tan liviano ni hablará fácilmente de otros. Será muy limitado y restringido en su espíritu.

  Entonces tendrá la carga genuina de producir fruto. Tendrá contacto con otros, y este contacto será diferente de todos los contactos del pasado. Si usted es vital, sus contactos sentirán que dentro de usted hay algo genuino. De otra manera, las personas con quienes usted tenga contacto no recibirán nada. Si es vital, algo de vida será suministrado a aquellos con quienes tenga contacto.

  A estas alturas deberíamos tener en nuestra mira y en nuestras oraciones algunos candidatos para el evangelio. Debemos de tener la certidumbre de que para fines del año, tendremos uno o dos que sean fruto que permanezca. Pero todo esto depende de la manera en que usemos estos próximos meses. La temporada para llevar fruto no es ahora sino en los meses venideros. Tenemos que laborar. El nacimiento de un ser humano requiere nueve meses después de haber sido concebido. La vid se tarda como un año para producir fruto. Estas son las leyes en la naturaleza según la creó Dios. Incluso Dios, cuando se encarnó, permaneció en un vientre humano por nueve meses. El guardó la ley que El había establecido en la naturaleza.

  Espero que mi palabra sea de ánimo para todos nosotros. Debemos estar desesperados por los intereses del Señor en esta tierra. Este es nuestro destino. Debemos aspirar a ser vencedores para rescatar a la iglesia de su degradación. En el Nuevo Testamento no hay un versículo que nos diga que cuanto más cercana está la venida del Señor, mejor será la iglesia. No existe tal cosa. Al contrario, cuanto más cercanos estamos a la venida del Señor, más se degradará la iglesia. La victoria será de los vencedores. Ellos serán arrebatados temprano, y serán los que lleven esta era a la consumación. Esta era sólo será consumada por causa de los vencedores. Por supuesto, todavía necesitamos la vida de iglesia. Nadie puede ser vencedor sin la vida de iglesia. Si usted se aísla y descuida la iglesia no habrá forma de que sea un vencedor.

  El libro de Jueces nos muestra que Israel llegó a la degradación máxima. Pero aun la degradada nación de Israel mantuvo un pedazo de tierra a la cual Cristo pudo venir a pisar. Sin la degradada nación de Israel, aquel pedazo de tierra no habría estado allí. Además Israel produjo a Booz y a Rut, quienes produjeron a Obed, quien a su vez engendró a Isaí, el padre de David (Mt. 1:5-6). También Israel produjo otra pareja, María y José, para producir a Cristo. La iglesia puede ser derrotada, pero Dios nunca puede ser derrotado. El tiene Su manera de obrar. Nosotros todavía necesitamos la vida de iglesia, que nos mantiene en la vida vencedora, pero no deberíamos estar satisfechos con sólo estar en la iglesia. Estar en la iglesia es un cosa, pero estar en la iglesia y ser un vencedor es otra cosa.

  Los grupos vitales necesitan vencedores. Aun los mismos grupos vitales necesitan otros grupos vitales de entre ellos para ser rescatados. Después de una pequeña degradación ya no somos vitales. Usted no puede ser vital sin oración, sin estar en el Espíritu Santo y en su espíritu humano. No piense que si usted asiste a todas las reuniones de los grupos vitales usted será vital. Ser vital depende de si usted es vital en orar en el Espíritu Santo y en su espíritu humano.

UNA PALABRA EN CUANTO A LOS BAUTISMOS Y AL CUIDADO DE NUESTROS CANDIDATOS PARA EL EVANGELIO

  Ahora me gustaría dar una palabra con respecto a los bautismos de nuestros candidatos para el evangelio. Yo pienso que no es prudente bautizar a los nuevos apresuradamente, especialmente a los caucásicos. Si los bautizamos ligeramente, eso los echará a perder. Tenemos que buscar la dirección del Señor en este asunto. Quizás podríamos preparar una reunión de bautismos en el día del Señor para hacer de su bautismo un asunto más solemne. Entonces podríamos traer aquellos que están verdaderamente maduros para el bautismo y bautizarlos en una reunión más solemne.

  Si usted cree que algunos de sus candidatos pueden ser traídos a la vida de iglesia por medio de la reunión matinal del día del Señor, puede hacerlo, pero tiene que hacer que la reunión sea comprensible para ellos. Traer a los chinos es fácil hasta cierto punto hoy en día, especialmente aquellos que vienen de la China continental. Sin embargo, no podemos esperar que esto suceda con los caucásicos típicos. Estos, en su gran mayoría, analizan mucho las cosas. Es posible que tengan una cultura religiosa, pero no quieren ir a su propia denominación porque no los satisface. Algunas denominaciones están llenas de gente anciana y no tienen miembros de mediana edad. Muchas personas de edad mediana no se reúnen regularmente en un lugar, sino vagan y viajan de iglesia en iglesia. Pero algunos de ellos todavía tienen un corazón que busca. Si usted les presenta algo real de Cristo, ellos serán atraídos. Pero usted debe tener cuidado de no darles la impresión de que está envuelto en alguna formalidad religiosa. De otro modo, ellos estarán prejuiciados. Constantemente tiene que mantenerlos en el sentir de que les está suministrando algo realmente espiritual de Cristo. Eso los convencerá y los preservará.

  Tal vez sea más fácil traerlos a Cristo pero mucho más difícil traerlos a la vida de iglesia. Usted debe esperar pasar mucho tiempo en oración y laborando por ellos. Este año usted puede traerlos a Cristo pero tal vez éste no sea el tiempo oportuno para traerlos a la vida de iglesia. Quizá usted tenga que esperar un tiempo para esto. No hay necesidad de estar ansiosos y apurados en cuanto a su bautismo o a su participación en la vida de iglesia. Debemos tener en mente que los grupos vitales necesitan ganar a los caucásicos típicos laborando y orando mucho.

  Para concluir les recomiendo que le canten y oren al Señor Himnos, #135:

  1. Sin la sangre y su limpieza
        No se puede unción tener;
    Sin pasar por el Calvario,
        No habrá Pentecostés.
    Si la sangre no nos limpia
        No hay poder espiritual,
    Si queremos ser testigos
        Hoy la cruz hay que llevar.

        Por la cruz, mi buen Señor,
        Haz mi alma fenecer;
        Cualquier precio pagaré
        Para plena unción tener.

  2. Si no se golpea la Roca,
        Agua viva no saldrá;
    El Espíritu sin muerte
        No se manifestará.
    Si morimos hoy con Cristo,
        Para todo así perder,
    Salvaremos este mundo
        Al vestirnos Su poder.

  3. Sigue al altar el fuego,
        No hay ganancia sin perder;
    Si no se ofrece el todo
        Nunca el trono se ha de ver.
    Si hay un sacrificio vivo
        Para a Dios obedecer,
    Se verá comprometido
        Desplegando Su poder.

  4. Hay que preparar los vasos
        Para Aceite contener;
    Al cavar por fe las zanjas,
        El la Lluvia ha de verter.
    Sólo el Jordán pasando
        La unción nos cubrirá;
    Bautizados en Su muerte,
        La Paloma bajará.

  5. Cuando vemos la cosecha
        Tan dorado en su esplendor,
    Nos recuerda las semillas
        Que la tierra consumió.
    Antes que florezca el fruto
        A la muerte hay que ir;
    Si el Espíritu queremos
        Hoy con Cristo hay que morir.

  6. Ya que por Tu senda estrecha
        Sólo debo caminar,
    Oh Señor, rompe mi orgullo,
        Para en obediencia andar.
    No por más poder te pido,
        Sino en Tu muerte estar,
    Y que en mí la Cruz opere
        Tan profunda realidad.
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