
En este mensaje me gustaría tener con ustedes una comunión breve para ayudarles a ver la necesidad de los grupos vitales desde un ángulo específico. Probablemente ninguno de nosotros ha considerado la necesidad de los grupos vitales desde este ángulo. ¿Por qué tenemos la carga de tener los grupos vitales, y por qué usamos la palabra vital? Me gustaría que consideráramos esto desde un punto de vista muy específico, y este punto de vista es la situación que se ha venido dando gradualmente en los Estados Unidos.
El recobro del Señor llegó a este país en 1961, y nosotros comenzamos nuestro ministerio en 1962. Esto ocurrió dieciséis años después de la segunda Guerra Mundial. Debido a la guerra, la mentalidad estadounidense cambió bastante. En aquel entonces entre los cristianos había un remanente de buscadores que el Señor había levantado. Para entonces Estados Unidos había llegado a ser el país más grande, y el cristianismo era la religión principal. Este país tenía millones de cristianos, tanto católicos como protestantes. El Señor obtuvo principalmente entre los protestantes un remanente, que son los verdaderos buscadores. Dieciséis años después de la guerra, llegó el recobro y fue muy bien recibido por este remanente de buscadores. Yo viajé por todo Estados Unidos en los primeros años de mi ministerio, y muchos fueron capturados por el Señor. Esta fue la primera etapa del recobro en los Estados Unidos, y duró nueve años, de 1962 a 1971. En aquellos años, gran parte del aumento era el resultado de mis visitas a muchos lugares y personas a lo largo de los Estados Unidos. Adondequiera que iba, personas que tenían una búsqueda seria eran capturados para el recobro del Señor.
Para 1970 más de seiscientos santos estaban reuniéndose en la iglesia en Los Angeles. En ese año decidimos emigrar. La emigración de santos a otras localidades de los Estados Unidos fue muy exitosa. En 1973 tuvimos nuestras conferencias de verano en el centro de convenciones de Los Angeles. Había allí más de tres mil personas. Tuvimos que abrir cuatro salones para el sobrecupo, y aun así no había suficiente espacio. Esta fue la primera etapa del recobro del Señor para traer el aumento.
Sin embargo, en ese aumento algunos vinieron con un corazón no muy puro. Ellos vieron la obra explosiva entre nosotros, y se unieron a nosotros con el fin de hacer lo posible por sacar algo de esta obra. Cuando se dieron cuenta de que no podrían obtener nada, se rebelaron. Ese fue el período de 1973 a 1978.
Durante ese tiempo estábamos creciendo aceleradamente; nuestros jóvenes eran muy fervientes. Ochenta estudiantes universitarios apartaron medio año con el solo propósito de construir el salón de reunión de Anaheim. Mientras tanto, otro grupo en Berkeley vio la situación y no estuvo de acuerdo con nosotros, así que formaron un grupo para escribir en contra de nosotros. Produjeron un manuscrito en contra de nosotros lleno de falsedades y calumnias. Más tarde, se dividieron en dos grupos. Uno de ellos usó este manuscrito para escribir el libro llamado The Mindbenders [Los torcedores de mente], y el otro grupo usó el mismo manuscrito para producir otro libro llamado The God-men [Los Dios-hombres]. Estos escritos malignos en contra de nosotros se publicaron en 1977. Esto dio origen a la oposición en los Estados Unidos. También en 1977 otro grupo contrató a alguien para que viniera a Anaheim a oponérsenos. Para tratar con esta oposición y proclamar la verdad, durante tres meses y medio, cada sábado, publicamos un artículo en el periódico. También tratamos de ponernos en contacto repetidas veces con los escritores y editores de estos dos libros difamatorios y malignos, pero nos rechazaron.
En 1980 tuvimos una conferencia en Albuquerque. Cuando los hermanos que estaban al frente se reunieron, uno de los colaboradores dijo que si no tratábamos con esos dos libros, nuestra obra en las universidades no podía llevarse a cabo. Esto se debía a que cada vez que tratábamos de hablar con un nuevo, fuera cristiano o no, más tarde recibía una copia de dichos libros malignos. Fue en Albuquerque que tomamos la decisión de apelar a “César”, así como Pablo lo hizo para preservar su ministerio (Hch. 25:11). En nuestro caso “César” es la ley de los Estados Unidos. Debido a que apelamos a “César”, estos dos libros fueron refutados y erradicados. Sin embargo, nuestro buen nombre fue perjudicado y nuestra reputación fue manchada en todo el país. Nos tomó cinco años de legislación para derrumbar estos dos libros y ganar la victoria en los dos casos. Si no hubiésemos actuado, estos dos libros nos habrían perjudicado sobremanera.
Además de esto, necesitamos darnos cuenta de que Estados Unidos, debido a sus riquezas, es un país muy mundano. Los estadounidenses viven en mundanalidad sin ser conscientes de ello. Todo el mundo sigue la mundanalidad de los Estados Unidos. Debido a que nosotros no somos mundanos, otros piensan que no estamos de moda. Muchos estadounidenses piensan que son el pueblo más moderno de toda la tierra. Pero nosotros no queremos estar en este camino mundano. Para vestir bien, tener la mejor casa y el mejor automóvil, muchos tratan de obtener la mejor educación, con el fin de tener una posición alta y ganar más dinero. Todo esto es mundano.
Indudablemente el Señor trajo Su recobro a los Estados Unidos. Mi venida no fue cosa mía. Luego cuando conocí a todos los buscadores en este país, quedé sorprendido. El Señor en pocos años reunió entre ochocientos y mil verdaderos buscadores en Su recobro. En esos primeros años, la mayoría entre nosotros era verdaderos buscadores que estaban dispuestos a pagar el precio para seguir al Señor absolutamente entregados a los intereses de El. Pero tenemos que entender que la mundanalidad de Estados Unidos es un gran obstáculo.
Además, la verdad que practicamos en lo tocante al terreno de la iglesia —una sola iglesia en cada ciudad, y una ciudad con una sola iglesia— anula todas las bases en que se fundan las denominaciones. Así que, ¿qué denominación iba a decir algo bueno de nosotros? Bajo la enseñanza del terreno de la iglesia son condenadas todas las divisiones, todas las denominaciones.
La mundanalidad, la oposición y las denominaciones son tres capas de obstáculos para el recobro del Señor en los Estados Unidos. Estados Unidos es el país que más se destaca por su población cristiana. Todas las denominaciones están sólidamente fundadas. Nosotros fuimos levantados para afirmar y defender el terreno de la iglesia, el terreno genuino de la unidad, el cual es un testimonio en contra de las denominaciones.
Podríamos pensar que sería fácil traer personas al recobro del Señor, pero no lo es. No estamos en una situación fácil. Estas tres capas de obstáculos u obstrucciones están allí para estorbarnos. Necesitamos vencer la mundanalidad que hay en los Estados Unidos. La mundanalidad, la oposición y las denominaciones son los tres obstáculos que impiden el debido aumento en el recobro del Señor. Si no existiese el recobro del Señor, el cual está cimentado en la verdad y tiene la vida, ya hubiésemos quedado en nada. Aunque haya obstrucciones, el recobro del Señor sigue aquí con una posición firme.
En los últimos cinco años, a partir de 1987, ha habido conflictos causados por ciertas personas facciosas que han causado divisiones. Y a pesar de los conflictos, las iglesias del sur de California han aumentado casi un treinta por ciento anual en los últimos cinco años. A principios de 1987, teníamos un poco más de mil santos en el sur de California. Pero para octubre de 1992, hemos aumentado a cerca de tres mil. La única desventaja es que hemos aumentado muy poco entre los caucásicos durante este tiempo. Con toda esta comunión como fondo, podemos ver qué tan difícil es ganar al caucásico típico de mediana edad.
A la luz de la situación en la que estamos, ¿qué vamos a hacer? He estudiado cabalmente nuestra situación, y creo que nada atraerá ni conmoverá a los estadounidenses caucásicos de mediana edad si no ven la vitalidad entre nosotros. Ser vital es ser activo y viviente. Si un grupo de personas se reúne y tiene un verdadero grupo vital —activo y viviente—, quienquiera que venga y vea será convencido. Si nosotros somos muy vitales, y algunos buscadores vienen a nuestro medio, ellos serán atraídos al Señor. La vitalidad es el factor convincente.
Si no tenemos grupos vitales, no tendremos una manera exitosa de traer a los caucásicos de clase media. Si somos vitales, tarde o temprano en nuestro vecindario y entre nuestros familiares, compañeros de escuela y de trabajo, y amigos, conoceremos algunos buscadores. A los buscadores les interesará nuestra vitalidad y que seamos activos y vivientes.
La verdad tiene cierta influencia en la gente, pero todo depende en quién la comunique. Si usted es una persona vital, la verdad será eficaz. Si usted no es una persona vital, otros no serán convencidos. Pensarán que usted sólo tiene un buen discurso pero que no es muy diferente de ellos. Si traemos algunos nuevos a la reunión y nuestra reunión está muy adormecida, no los convenceremos.
Esta es la razón por la cual recalcamos los grupos vitales. Sino tenemos los grupos vitales, de todos modos sobreviviremos como el recobro del Señor. Seguiremos existiendo, pero no habrá mucha esperanza de que aumentemos en estadounidenses típicos. El único factor convincente que tenemos es los grupos vitales. Si no somos vitales, estaremos terminados.
Ya que amamos al Señor y estamos entregados al recobro del Señor, ¿qué vamos a hacer? Tenemos que ser vitales a toda costa. No tenemos alternativa; tenemos que aprender diligentemente y practicar con una entrega absoluta esto de ser vitales. Entonces habrá posibilidad de ganar a un buen numero de buscadores. Estos buscadores que habrán sido capturados, divulgarán la noticia. Dirán: “Me estoy reuniendo en un grupo lleno de vitalidad. Vengan a vernos”. Esta clase de noticia no será muy bien apreciada por los cristianos en general, pero algunos verdaderos buscadores serán atraídos. En esta comunión, espero que nos demos cuenta dónde estamos y qué debemos ser.
Ahora que entramos en el campo de ir a otros, hay muchas lecciones que aprender. Sólo podemos invertir cierto tiempo para recobrar a los que se descarriaron, puesto que los pecadores y los nuevos están esperando nuestra ayuda. Cuando hablemos con uno que se ha alejado, la primera cosa que tenemos que saber es cómo decir algo específico e ir al grano. Si un hermano se ha alejado y ha estado distraído hace años, debemos tener una comunión total con él y percatarnos de su situación. Entonces podremos darle el antídoto apropiado. Para darles a las personas el antídoto apropiado, necesitamos aprender mucho. Si hablamos demasiado, no habrá resultados; si hablamos poco, no será suficiente.
Necesitamos tomar los dos a tres meses que vienen para ir a los demás santos entre nosotros. Luego necesitamos ir a los pecadores incrédulos. Si logramos recobrar a uno que se había alejado, será maravilloso. Si no podemos recobrarlo, no debemos desanimarnos, porque de todos modos estamos sembrando algo en él. Quiero animarlos a que aprendan algo cada vez que hagan el esfuerzo de comunicarse con otros.
Cuando vayamos a otros, debemos ejercitar nuestro espíritu para que el Espíritu pueda seguir moviéndose. Muchas veces lo que hablamos no produce resultados, pero lo que expresamos, lo que deja una impresión en otros, es lo que trae resultados. Quizá nuestras palabras no afecten a otros pero lo que somos sí lo hará. Si tenemos algo real y vivo del Señor, esto causará una impresión. Muchas veces esta impresión no produce resultados inmediatos. Es posible que después de seis meses, alguien sea traído de nuevo al Señor por la impresión que recibió de uno. No debemos desanimarnos, porque estamos sembrando. Con cualquier clase de siembra, hay una cosecha.
Les aconsejo que aprendan a ejercitar el espíritu. Aun cuando algunos compartimos en la reunión, no tenemos un espíritu que cause una impresión. Cada vez que usted comparta algo en la reunión, tiene que ejercitar su espíritu. Para poder decir algo del Señor que ayude a otros, debemos ejercitar nuestro espíritu. Entonces el Espíritu Santo se moverá. Si alguien está desanimado y cabizbajo, y escucha a alguien que está muy vitalizado, esto le vitalizará.
Es muy fácil quedarnos en nuestra vejez. Lo que hablemos será bueno, pero si no tenemos un espíritu ejercitado y el Espíritu Santo no es expresado, no habrá ningún efecto. Si no ejercitamos nuestro espíritu, lo que compartamos no será de ayuda espiritual a otros. Tenemos que aprender a ejercitar nuestro espíritu en todo.
Todo lo que hagamos debe ser específico por nuestra oración y por la experiencia que tenemos del Espíritu. Luego tenemos que hacer que el ejercicio de espíritu esté a la par del Espíritu. Necesitamos estas dos cosas: experimentar el Espíritu y hacer que dicha experiencia esté a la par del ejercicio de nuestro espíritu. Todos estamos escasos de esto. Cuando nos reunimos con nuestro grupo, tenemos que ejercitar nuestro espíritu y usarlo al hablar.
Cuando ejercitamos nuestro espíritu, le damos al Espíritu que mora en nosotros la oportunidad de actuar. Entonces algunas riquezas de Cristo brotarán de uno. Si les pide a algunos que tienen una callada manera de ser que hablan en voz alta, esto los pondrá en la cruz. Pero si ellos están llenos del Espíritu y experimentan el derramamiento del Espíritu, cambiarán y llegarán a ser personas diferentes. No tenemos que permanecer en nuestra vejez y en nuestras antiguas costumbres. Cada vez que ejerzamos nuestra función tenemos que ejercitar nuestro espíritu. El Espíritu sigue a nuestra voz. Si nuestra voz no es liberada, el Espíritu no es liberado. Algunos que son callados y tímidos necesitan ejercitar su espíritu y su voz para que el Espíritu Santo pueda expresarse.
Quisiera ver mejoría en este asunto. He estado mejorando por más de sesenta años, y todavía sigo esforzándome por mejorar. No estoy satisfecho; no estoy contento con lo que soy. Espero que aprendamos a ejercitar nuestro espíritu para tener un verdadero progreso en nuestra vida cristiana.
La vida cristiana es simplemente la vida del Espíritu. Necesitamos al Espíritu Santo, y la única manera de entrar en este Espíritu Santo es la oración. Sólo la oración lo puede introducir a uno en el Espíritu. Cuando uno ora adecuadamente, espontáneamente siente que es lleno del Espíritu y que El es vertido sobre uno. Les animo a orar, no ligera sino minuciosamente.
Cada semana debemos tener una reunión de grupo, y también debemos apartar un día o una noche para salir a otros. Debemos hacer esto dos veces por semana. Esto es algo aparte de la reunión de oración de la iglesia y de la mesa del Señor. En nuestro grupo en estos días, tenemos que orar por nuestra obra de ir a otros. Luego tenemos que tener comunión acerca de la situación de nuestros contactos, para poder estudiar cada caso, tener comunión al respecto, y recibir ayuda mutua. Después de estudiar cada caso, tenemos que orar una vez más. Esta clase de costumbre será muy practica, útil y vital. Luego tendremos que decidir a quien hay que visitar y de qué modo hacerlo. Tenemos que creer que lo que estamos haciendo en los grupos vitales no es en vano, porque es algo que sembramos de un modo muy práctico. Con seguridad habrá una cosecha.
A este mensaje adjuntamos, en la pagina 255, un bosquejo titulado Cómo clasificar a las personas para la predicación del evangelio. Esta publicación da una lista de veinte diferentes clases de personas. Fue escrita en 1954 en Taipéi cuando tuvimos un entrenamiento en el servicio. Anteriormente también di una lista de versículos sobresalientes que concuerdan con las diferentes categorías de personas. Necesitamos considerar los versículos apropiados que debemos de usar cuando vayamos a cierto tipo de persona. Las veinte categorías de personas que hemos clasificado para predicarles el evangelio son las siguientes:
El bosquejo adjunto nos da algunas instrucciones básicas para tratar a cada una de las diferentes categorías de personas. Los animo a que lo lean, lo estudien y tengan comunión con otros acerca de esto, pero no lo apliquen de una manera legalista. Tienen que edificarse a sí mismo con esta clase de conocimiento. Luego cuando hable con otros, espontáneamente sabrá cómo tratarlos de acuerdo al tipo de personas que sean.
También adjunto a este mensaje, en la página 261, hay un bosquejo titulado Cómo producir y establecer un grupo vital en la vida de iglesia. Espero que lean y estudien este bosquejo con mucha oración para que sean vitalizados y para que vitalicen a otros.