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Mensajes del libro «Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales»
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COMO CLASIFICAR A LAS PERSONAS PARA LA PREDICACION DEL EVANGELIO

  1. Los que viven en pecado.
  2. Los que están vacíos.
  3. Los que son cultos e intelectuales.
  4. Los que son muy morales.
  5. Los que son justos en su propia opinión.
  6. Los ateos.
  7. Los politeístas.
  8. Los que están hartos del mundo.
  9. Los amadores de placeres y de vanagloria.
  10. Los pragmáticos (los que son prácticos).
  11. Los que son ambiciosos y capaces de grandes logros.
  12. Los amadores de dinero.
  13. Los que aman el conocimiento.
  14. Los que buscan fama, fortuna y posición.
  15. Los antagonistas.
  16. Los escépticos.
  17. Los que están tristes, y son pesimistas y miserables.
  18. Los obstinados.
  19. Los religiosos.
  20. Los que son indiferentes.

COMO TRATAR CON LAS PERSONAS

  1. Con aquel que vive en pecado:
    1. Con el que todavía no es consciente de su pecaminosidad:
      1. (1) Háblele acerca de la miseria de pecar y acerca de su conciencia para que se percate de sus pecados; pero no exagere, no sea que él se moleste.
      2. (2) Ejercite su sabiduría para no hacerle sentir que lo está condenando.
    2. Con uno que es consciente de su pecaminosidad pero no puede salvarse a sí mismo:
      1. (1) En principio, trate de sensibilizarlo más acerca de los pecados.
      2. (2) Ayúdele a sentir la miseria del pecado.
      3. (3) Adviértale acerca de las consecuencias de pecar en contra de Dios y hágale sentir el peso de ello.
      4. (4) Dígale que el resultado de cometer pecados es muerte y que cuanto más los cometa, más pronto morirá; además, hay juicio después de la muerte.
      5. (5) Guíelo a conocer la redención y liberación del Señor.
      6. (6) No le muestre muchas maneras de ser salvo; más bien, guíelo a tocar al Señor y a recibirle abriendo su boca para orar.
  2. Con el que está vacío:
    1. No trate de tocar sus sentimientos en la misma manera que con el de la primera categoría.
    2. No le hable de su pasado. Por ejemplo, a uno que tenga cierta vicio, no le diga nada de su vicio; al que perdió a su cónyuge, no se lo mencione.
    3. Comuníquele que Dios es el contenido del hombre y cuál es el sentido de la vida humana, y que la humanidad se siente vacía porque está sin Dios.
    4. Guíelo a ver que el hombre halla satisfacción sólo cuando gana a Dios.
  3. Con el que es culto e intelectual:
    1. Absténgase por completo de hablar de conocimiento (porque este tipo de persona disfruta hablando de conocimiento). Dele a entender que usted no es muy versado.
    2. No le hable directamente de la necesidad que él tiene.
    3. Trate con el conocimiento de esa persona dándole testimonios prácticos, tales como el gozo de la salvación, la paz y la libertad, para hacerle sentir que su conocimiento sólo es teoría, y no tiene ninguna utilidad práctica; esto le hará ver su verdadera necesidad.
  4. Con el que es muy moral:
    1. Alabe la moralidad primero.
    2. Hágale sentir que su moralidad no es suficiente.
    3. Hágale saber que solamente la vida, que es la más elevada, puede producir la moralidad más elevada. Use Romanos 7 para mostrarle que sin esta vida elevada, uno sólo tiene el deseo pero no el poder para hacer el bien.
    4. Dígale que Cristo puede ser la vida más elevada del hombre y de esta manera usted creará en él un corazón que desea a Cristo.
  5. Con el que es justo en su propia opinión:
    1. Comience hablándole de Dios, tal como Dios trató con Job.
    2. Hágale ver la grandeza, excelencia e inmensidad de Dios.
    3. Preséntele la norma que Dios exige, y la humanidad y vivir del Señor, para que él se pueda comparar con ello.
  6. Con un ateo:
    1. No debata con él la existencia de Dios; más bien, toque sus sentimientos, porque lo que de Dios se conoce es manifiesto en el hombre (Ro. 1:19). Aun el ateo más intransigente tiene preguntas en lo más profundo de su corazón acerca del ateísmo.
    2. También toque su conciencia. El sentir de la conciencia es el sentir de la moralidad, y la fuente de la moral es Dios.
  7. Con un politeísta:
    1. No le discuta su teoría; más bien, preséntele hechos que le muestren cuál es el resultado de adorar muchos dioses.
    2. Hágale ver que la “ser uno” es la cosa más ortodoxa del universo, tal como un solo padre, una sola madre, un solo esposo, una sola esposa, un solo jefe de estado, un sol; por lo tanto, tiene que haber un solo Dios.
  8. Con uno que está harto del mundo:
    1. No lo asuste con el infierno, pero hágale ver que Dios le ama tiernamente. El es la oveja perdida de entre las cien. Cuéntele las tres parábolas de Lucas 15.
    2. Hágale saber que Dios no puede hacer nada sin él y que Dios lo ha predestinado para tener las mejores bendiciones.
  9. Con el que ama el placer y la vanagloria:
    1. Hágale saber que él necesita a Dios y que cae en la búsqueda de placeres y de vanagloria porque no ha encontrado a Dios.
    2. Muéstrele la belleza de Dios, y el disfrute y la gloria verdadera en Dios. Cuando él vea que esto es lo mejor, dejará lo que es secundario.
  10. Con el realista:
    1. Hágale ver que sólo el hombre que posee al Señor es un realista auténtico porque el Señor es la verdadera realidad.
    2. Luego compártale el testimonio y la vida de los salvos; hágale ver que sólo al ser salvo puede él tener la realidad.
  11. Con el que es ambicioso y capaz de obtener grandes logros:
    1. Primeramente elógielo un poco.
    2. Guíelo a ver que la fuerza humana es limitada, y use Filipenses 2:13 para mostrarle que sólo el Señor es el poder verdadero que da al hombre la capacidad y la voluntad para la obtención de grandes logros.
    3. Dios creó al hombre para que obtuviera logros. No obstante, sólo al tener la vida de Dios puede el hombre verdaderamente obtener logros y una vida humana valiosa.
  12. Con el que ama el dinero:
    1. Con un hombre rico que está enfermo de gravedad puede usar Mateo 16:26 para ayudarle a ver lo efímero que es el dinero.
    2. A un hombre rico que disfruta de paz y comodidad, háblele indirectamente de cosas que le hagan ver que el dinero, aunque se le considere todopoderoso, no puede comprarlo todo. Muéstrele que el dinero no puede comprar la paz ni la vida ni la salvación.
  13. Con el que ama el conocimiento:
    1. Descubra qué motiva a dicha persona a buscar conocimiento.
    2. Al que prefiere el conocimiento, muéstrele que Dios es mucho mejor que conocer todas las cosas, y que da más satisfacción al hombre.
    3. Al que adquiere conocimiento para resolver los problemas de la vida humana y para buscar las perspectivas de la vida humana, hágale saber que la perspectiva de la vida humana depende totalmente de Dios y que Dios es el gran porvenir de la vida humana.
  14. Con el que busca fama, fortuna y posición:
    1. Trate con él del mismo modo que trata el que ama el placer y la vanagloria.
    2. Hágale ver que aunque el mundo es agradable hay uno que es mejor. Póngalo frente a Dios y a todo lo que Dios desea dar al hombre, y hágale ver la diferencia entre Dios y todo lo que es del mundo.
  15. Con el que es antagonista:
    1. Ignore su antagonismo; más bien, preséntele los hechos.
    2. Si su antagonismo se debe a que tiene un concepto erróneo con respecto a la iglesia, puede darle una pequeña explicación.
  16. Con el que es escéptico:
    1. Hágale saber que su problema está en su mentalidad. Aunque en su mente él duda del Señor Jesús, en su corazón él siente la necesidad del Señor.
    2. Ayúdele a sacar la duda de su mente y a ocuparse del sentir que hay en su corazón.
  17. Con el que es triste, pesimista y miserable:
    1. Preséntele al Señor para que sepa que todas las miserias de la vida humana se deben a la ausencia de Dios.
    2. Hágale saber que sólo Dios pude resolver sus problemas.
  18. Con el que es obstinado:
    1. Trate con él de una manera amable.
    2. No discuta ni razone con él, porque eso lo hará más obstinado. Al contrario, muéstrele el amor de Dios porque este amor es tierno y a la vez poderoso.
  19. Con el que es religioso:
    1. Hágale saber que la salvación no es meramente una doctrina vacía, sino que es práctica y que lo puede capacitar para recibir la vida del Señor. Por lo tanto, tiene que procurar obtener la vida del Señor, y no meramente a escuchar sermones. (No sea muy explícito acerca de esto).
    2. Guíelo a que toque y reciba al Señor ejercitando su espíritu.
  20. Con el que es indiferente:
    1. Muéstrele claramente que él tiene una necesidad.
    2. Guíelo a tocar al Señor.
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