
Oración: Señor, gracias porque Tú eres la fuente y Tú eres nuestro Maestro. Podemos acudir a Ti en todo tiempo para buscar Tu suministro. Necesitamos Tu suministro. Hasta ahora necesitamos Tu suministro para saber cómo formar los grupos paso a paso y cómo edificarlos, cómo hacer que todo aumente hasta que sea el ochenta por ciento de la vida de iglesia. Señor, enséñanos y guíanos en nuestra comunión los unos con los otros. Muéstranos el camino. Necesitamos Tu luz y necesitamos Tu revelación. Necesitamos aún más Tu guía. Necesitamos Tu luz y necesitamos Tu revelación. No queremos hacer nada que parezca estar bien, pero que proceda de nuestro concepto natural. Señor, líbranos de todas estas cosas. Queremos seguirte para cumplir el plan del Padre, la economía de Dios, y cuidar del crecimiento en vida y tener la verdadera espiritualidad. Señor, no queremos ser una torta no volteada, pero no sabemos cómo dar la vuelta. Señor, ayúdanos. Te necesitamos en cada detalle. Necesitamos que Tú nos libres de confiar en nosotros mismos. No queremos confiar en nosotros mismos en absoluto. Tememos esto. Señor, temblamos ante Ti al hacer algo aparentemente nuevo pero totalmente en contra de Ti. Señor, vence al enemigo; pues él está activo. Siempre que Tú haces algo, él está activo. Necesitamos Tu sabiduría para estar atentos de su obrar. Señor, destruye la obra del enemigo, la obra de las tinieblas, la obra de las potestades espirituales en los aires. Reprende a Tu enemigo y avergüénzalo, y ata todo espíritu maligno. Amén.
Tal vez creamos que es fácil formar grupos, pero en realidad no lo es. Es por esto que apenas empezamos a practicar las reuniones de grupos, aunque hemos estado hablando acerca de los grupos hace ya algún tiempo. Puede ser fácil tener contacto con otros santos y tener algunos compañeros, pero no es fácil formar un grupo y hacerlo eficaz para que pueda cumplir con las funciones de producir, alimentar y perfeccionar.
Además de esto, tenemos un trasfondo muy particular. El recobro ha estado con nosotros por más de setenta años. El Señor nos ha mostrado muchas cosas, y El nos ha pasado por muchas situaciones y experiencias variadas. No solamente tenemos este trasfondo, sino que ahora en el recobro hay más de mil doscientas iglesias en toda la tierra. No podemos seguir con la nueva manera como la hemos visto, y a la vez olvidar nuestro trasfondo y nuestra situación actual. Por un lado, debemos encontrar la manera de encargarnos positivamente de la formación de los grupos, y por otro, debemos encontrar la manera de prestar atención al trasfondo y a la situación actual.
En Anaheim hay una iglesia con aproximadamente trescientos miembros activos, esto incluye las reuniones de los santos de habla inglesa, de los de habla china y de los de habla española. Si somos absolutos y estamos dispuestos a consagrarnos al Señor para la nueva manera, y especialmente para dar este paso de formar grupos, y sin embargo olvidamos la situación actual, nos equivocamos. No podemos simplemente hacer a un lado la situación actual y empezar algo separado.
Nuestro trasfondo no es algo liviano ni superficial, pues por muchos años hemos prestado atención en buscar al Señor, conocerle, experimentarle, vivirle, crecer en El y permitirle que crezca y se magnifique en nosotros. Desde el mismo comienzo fuimos guiados por el Señor en este camino, y nunca nos hemos desviado de esta clase de búsqueda. Este es nuestro trasfondo espiritual. Además, tenemos un trasfondo mucho más profundo, y es que nos ocupamos de la economía de Dios para que todo lo que hagamos sea para la edificación de Su organismo, la iglesia. Dios desea tener una iglesia, y nosotros nos empeñamos en alcanzar Su meta. A muy pocos cristianos les importa la iglesia. A la mayoría sólo le importa su obra. Muchos cristianos usan métodos mundanos para promover y llevar a cabo su obra. Sin embargo, es imposible andar en el espíritu y a la vez estar envueltos con cosas mundanas. En Romanos 8:4 Pablo dijo que debemos hacer todo conforme a nuestro espíritu. Al estar comprometidos con prácticas mundanas es imposible estar conforme al espíritu. Otros grupos cristianos pueden tener grandes reuniones en las cuales usan atracciones mundanas para agradar a la gente. Esa es una actividad en la que no se presta atención a la espiritualidad. Nosotros no podemos hacer eso. Sí, queremos traer personas para crecer, pero no queremos engendrar hijos por incesto. No queremos producir amonitas ni moabitas (Gn. 19:30-38). Tal vez logremos salvar a otros al emplear medios mundanos, pero es probable que estos salvos sean como amonitas o moabitas. Ni a los amonitas ni a los moabitas les era permitido entrar a la santa congregación hasta la décima generación (Dt. 23:3).
Necesitamos aprender la lección. Por más de setenta años el Señor nos ha guardado de toda clase de contaminación y mancha. No podemos seguir rápida y fácilmente, porque debemos ocuparnos de la espiritualidad, la vida de iglesia, el terreno de la iglesia, la unidad del Cuerpo y muchas otras cosas. Por lo tanto, por un lado, debemos tomar la nueva manera, la manera ordenada por Dios, como el Señor nos lo ha revelado, y por otro, mientras continuamos avanzando debemos ocuparnos de nuestro trasfondo, de nuestra situación actual y de las muchas iglesias que hay por toda la tierra.
Después de mucha consideración ante el Señor, me sentí guiado por el Señor a la conclusión de que mientras nos estamos empeñando para tomar la nueva manera, no deberíamos cambiar la situación actual. No deberíamos cambiar nuestra manera presente de conducir las reuniones de niños, la obra con los jóvenes, la reunión de oración y las reuniones de grupos existentes. Sin embargo, aparte de cumplir todas las cosas de las iglesias locales existentes, los ancianos y colaboradores de tiempo completo pueden dedicar más tiempo en ayudar a los santos a tomar la nueva manera. Mientras ellos se esfuerzan en practicar la manera ordenada por Dios, deberían aún participar en todos los diferentes aspectos de la obra, incluyendo las reuniones de grupos existentes.
Para formar grupos nuevos se necesitará mucha oración y también mucho trabajo. Las denominaciones dependen de sus actividades y los pentecostales de su superstición de confiar en el Espíritu Santo. Ambos están equivocados. El apóstol Pablo vio al Señor mismo (1 Co. 2:9; 15:8) y también recibió al Espíritu (Hch. 9:17). El recibió más revelaciones divinas que cualquier otro apóstol. Por esta causa el Señor le dio un aguijón para que no fuese orgulloso (2 Co. 12:7). No obstante, en 1 Corintios 15:10 Pablo nos dijo que él trabajó mucho más que los demás apóstoles, y en Colosenses 1:28-29 él dijo que trabajó, luchando según la operación de Dios, la cual actuaba en él con poder. Las palabras griegas traducidas “trabajar” y “luchar” se usaron con referencia a los atletas que competían en los juegos olímpicos. Todos los atletas que compiten en los juegos deben trabajar y luchar. Pablo trabajaba, luchaba y competía para cumplir con su ministerio. Por lo tanto, no deberíamos pensar que es fácil formar un grupo. De hecho, no es fácil. El resultado de nuestro trabajo depende de cuánto laboremos. Si no laboramos, nada será producido.
Al buscar un compañero para formar un grupo, usted no debería elegir a alguien según su preferencia natural. En vez de eso, debería orar y esperar. Necesita orar por algunos días, incluso por una o dos semanas, esperando en el Señor para darle un compañero apropiado. Después de conseguir uno, ambos necesitan orar en unidad. Ustedes mismos necesitan orar en la apropiada intimidad espiritual y celestial. Luego, a fin de realizar las reuniones de grupo, necesitan otros cuatro o cinco miembros del grupo. Para elegir a estos miembros adicionales también se necesita oración y trabajo.
Una vez que se logra la formación del grupo, los miembros no deberían salir inmediatamente a tocar puertas. Esta era nuestra práctica en el pasado pero no dio los debidos resultados. Todos los miembros del grupo necesitan trabajar juntos como una persona. Para esto necesitan reunirse para orar: “Señor, guíanos Tú. Muéstranos Tú dónde deberíamos tocar puertas”. Si ustedes oran, el Señor los guiará primero a estudiar todos los conocidos de cada miembro del grupo, incluyendo a los parientes, vecinos, amigos, compañeros de clase y de trabajo. Hagan una lista de todos ellos, y estudien cosas como su personalidad, carácter y la situación familiar. Al hacer esto ciertamente tendrán una vista clara de aquellos a quienes deben ir. Luego los pueden contactar. Siendo que ellos son sus conocidos, parece fácil contactarlos. Sin embargo, deben encontrar la manera de contactarlos apropiadamente. Antes de ir a visitar al primer conocido, deberán estudiar su situación por algún tiempo.
En todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos, todos los comerciantes tienen que competir para poder ganar dinero. Ellos estudian el mercado, los precios y mercancía de otros para que ellos puedan atraer compradores y así producir ganancias. En Lucas 19 el Señor compara nuestra obra con hacer negocios. En el versículo 13, El dijo: “Negociad entre tanto que vengo”. Según la parábola dada allí por el Señor (vs. 12-27), necesitamos hacer uso del “capital” que El nos ha dado para producirle ganancias. Sin embargo, en relación con la obra del Señor, muchos creyentes son perezosos. No laboran, sin embargo esperan producir ganancias. En la obra del Señor tomamos las cosas muy livianamente. No obstante, ningún esfuerzo que valga la pena es fácil. Aun decidir a quién visitar con el evangelio requiere muchos días de estudio.
En el pasado dije que una tercera parte de los santos en una iglesia local deberían salir regularmente a contactar a la gente para llevarle el evangelio, y al hacer esto constantemente podrían esperar llevar tres frutos anuales. Si esto se realizara, las iglesias doblarían su número cada año. Si trabajamos así cincuenta y dos semanas al año, fácilmente ganaríamos a tres que permanezcan para el Señor al año. Sin embargo, si relajamos y no trabajamos, no ganaremos ni un fruto en diez años. Si trabajamos poco, pero mal, tampoco llevaremos frutos.
Algunos de los santos tal vez tomen mi palabra en cuanto a los grupos e intenten ponerla en práctica, pero al poco tiempo su práctica no tenga un resultado positivo y así se desanimen. La razón probable por su falla es que no laboraron. Algunos hombres de negocios pueden ganar dinero, mientras que otros no. Muchos negociantes invierten una buena parte de su tiempo y dinero para mejorar sus negocios. A fin de hacer negocios internacionalmente, muchos negociantes, especialmente los orientales, emplean un considerable esfuerzo para aprender otros idiomas para comunicarse con aquellos de otras naciones y así exportar sus productos. Por haber trabajado, ellos han tenido éxito. Sin embargo, cuando venimos a la obra del Señor, tal vez relajemos. Cuando no trabajamos, no veremos un resultado apropiado. Los negociantes trabajan porque están desesperados; ése es su vivir. Sin embargo, nosotros no estamos desesperados. Sea que ganemos uno o ninguno este año, aún seguimos viviendo; aún podemos venir a la mesa del Señor para disfrutar al Señor. No llevar fruto que permanece en cinco años, parece no importarnos; pero si a un negociante le va mal por medio año, es posible que tenga que cerrar sus puertas. Quisiera impresionarlos con el hecho de que la gente del mundo está ocupada, pero que en relación con la obra del Señor, muchos de los santos no están ocupados. Los mundanos son industriosos, pero muchos de nosotros no lo somos.
Si usted va a laborar conforme a mi palabra, verá el resultado. Cuando salga a tocar puertas, varias puertas se le abrirán. No irá a las puertas en vano. Antes de salir debe estudiar mucho la situación. Necesita considerar qué va a decir al contactar a alguien por primera vez, y qué va a decir la segunda vez. No es tan adecuado tomar una copia del folleto El misterio de la vida humana y decir la misma cosa a todos aquellos con quienes tiene contacto. No debe orar y estudiar solo, sino con su grupo como una unidad. Después de estudiar juntos, pueden salir a contactar a la gente. Si hacen esto, será fácil tener un incremento; el crecimiento estará asegurado.
Una vez que ganamos nuevos, necesitamos estudiar la manera de cuidarlos. He estado considerando cuáles serían los mejores materiales para usar en las reuniones de grupo para enseñarle a la gente. Tenemos tanto las Lecciones de vid a como las Lecciones de la verdad. Aunque estas lecciones están muy bien compuestas, yo siento que no son muy convenientes, porque tal vez sean demasiado para que los nuevos lo digieran. Incluso La palabra santa para el avivamiento matutino tal vez no sea conveniente para los nuevos en las reuniones de grupo. No es bueno alimentar a la gente con mucha comida; necesitamos darles las porciones adecuadas. En Hebreos 5:12-14 Pablo mencionó dos clases de comidas: leche y comida sólida. No debemos intentar alimentar a un recién nacido con comida sólida. Por eso, necesitamos que alguien labore a fin de escribir material apropiado para las reuniones de grupo que alimente a los nuevos con leche. A fin de tener la enseñanza y comunión provechosa en las reuniones de grupo, son necesarios algunos materiales que sirvan como guía. Espero que algunos de los hermanos sean levantados por el Señor para componer escritos adecuados para las reuniones de grupo.
Conforme a nuestra situación actual, necesitamos considerar cuál sería el mejor momento para traer a los nuevos a las reuniones de la iglesia. Todos necesitamos estudiar para descubrir cuándo los nuevos podrían ser traídos a las reuniones de la iglesia. Por tener nuestra situación actual y nuestro trasfondo particular, por el beneficio de los nuevos sería mejor no traerlos a las reuniones de la iglesia por algún tiempo. Después de reunirse en grupos por algún tiempo, ellos deberían ser en alguna medida edificados. Luego podemos considerar y estudiar si los traemos o no a las reuniones de la iglesia.
Otro problema es cómo llevar a cabo la enseñanza de la verdad en las reuniones de grupo. Necesitamos encontrar la manera de llevar a cabo la enseñanza año tras año para aquellos que continúan en las reuniones de grupo, y al mismo tiempo cuidar de los nuevos que son salvos y traídos a las reuniones de grupo mes tras mes. No es suficiente preparar lecciones sólo por un año y luego repetirla año tras año. Después que un grupo termina una serie de lecciones, necesitará continuar. Además, otros nuevos serán traídos continuamente. Necesitaremos una manera de enseñarles a ellos también. La educación humana ha sido estudiada por seis mil años. Hoy en día casi todo el mundo ha adoptado el mismo sistema educativo. Sin embargo, la educación humana no puede ser aplicada directamente a la vida de iglesia. Por lo tanto, necesitamos estudiar para hallar la manera apropiada de enseñar la verdad en las reuniones de grupo.
La vida humana no es meramente de una generación; es de generación en generación. Con el tiempo, tendremos varias generaciones juntas reuniéndose en las reuniones de grupo. Cada generación debe ser cuidada apropiadamente. Tal vez este problema no aparezca en la primera generación de las reuniones de grupo, pero con el tiempo otra generación surgirá, y tendremos que encarar la manera de cuidar las reuniones de grupo con diferentes generaciones.
He mencionado todos estos asuntos para mostrar que necesitamos mucha preparación para lo que está adelante. Sin duda, ganaremos el crecimiento a través de las reuniones de grupo. Sin embargo, necesitamos laborar mucho a fin de cuidar de todos los santos en los grupos.