Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Cristo como la realidad»
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
21
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPÍTULO DIECISÉIS

LA HUMANIDAD DE JESÚS ES NECESARIA PARA EL RECOBRO DEL SEÑOR

  Lectura bíblica: 2 Ti. 3:1-5, 16-17; 2:21-22; 1:7; 4:22

  El onceavo punto acerca de la humanidad de Jesús es que ésta es necesaria en el recobro del Señor. Debemos darnos cuenta de que las epístolas de Pablo a Timoteo y a Tito fueron escritas con miras a un recobro, debido a que en ese tiempo la degradación de la vida de iglesia ya existía. La historia nos dice que la decadencia del Imperio Romano comenzó al mismo tiempo que la decadencia de la vida de iglesia, y esto sucedió durante la última parte del primer siglo. Al leer 2 Timoteo 3, podemos ver la situación que imperaba al final del primer siglo. Pablo dijo que en los días postreros vendrían tiempos difíciles, y no pasó mucho tiempo antes que su profecía se cumpliera. La historia nos dice que al final del primer siglo había mucha corrupción y ruina en la sociedad del Imperio Romano.

LA SITUACIÓN ACTUAL

  Hoy en día la situación es exactamente igual a la de la iglesia primitiva. En aquel entonces la iglesia se había degradado y la sociedad se había corrompido, y es evidente que la situación actual es la misma. Por tanto, debemos darnos cuenta de que estamos en una situación que requiere la humanidad de Jesús por causa de Su recobro. Debe haber un grupo de personas que permanezcan firmes en contra de la corriente de esta era. Pero ¿de qué manera debemos permanecer firmes? ¿Es por el poder divino? Es difícil encontrar el poder divino en estos tres libros. Estas epístolas son el producto del ministerio final de Pablo, el cual tiene mucho que ver con la humanidad de Jesús.

  Como mencionamos anteriormente, en estos libros vemos que la humanidad de Jesús es necesaria para el servicio de la iglesia, en el cual participan los colaboradores, los ancianos, los diáconos y las diaconisas; y todos los versículos que atañen a estos servidores mencionan algo en cuanto a las virtudes de una humanidad apropiada. Pablo no le dice a Timoteo que debía ser un ejemplo en poder, sino en amor, en palabra y en conducta; todo lo cual se relaciona con la humanidad. Todos los requisitos para el servicio de la iglesia aluden a las virtudes humanas. El mismo principio se aplica a nuestro andar cristiano. Para relacionarse con los hermanos y hermanas, sean mayores o jóvenes, se necesita la humanidad elevada de Jesús.

  Está plenamente demostrado en estos tres libros que necesitamos una humanidad fuerte, idónea y apropiada para mantener el recobro del Señor en un tiempo de tanta degradación. Para estar firmes en una era tan degradada, no necesitamos tanto el poder divino como la humanidad de Jesús. Estar firme es el poder de la madera de acacia. Si seguimos la corriente de la era presente, seremos como las medusas, que no tienen columna vertebral. Las medusas siempre siguen la corriente de la marea. Nosotros necesitamos una columna fuerte, a fin de estar firmes en contra de la corriente de esta era por causa del recobro del Señor; y esta columna vertebral sólo puede ser producida por la humanidad de Jesús. El trasfondo de estos tres libros (la degradación de la iglesia y la corrupción de la sociedad) es exactamente igual a la situación actual. Por tanto, estos tres libros en realidad deben ser aplicados a nosotros hoy en día.

VEINTIÚN PUNTOS

  Los primeros cinco versículos de 2 Timoteo 3 nos muestran la situación que existía en aquel entonces: “Pero debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, vanagloriosos, soberbios, injuriadores, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, salvajes, aborrecedores del bien, traidores, impetuosos, cegados por el orgullo, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; de éstos apártate”.

  En estos versículos hay exactamente veintiún puntos. El primero de ellos son los amadores de sí mismos. Creo que todos ya sabemos que la humanidad es un asunto de amor. Los seres humanos no son máquinas, sino seres que aman. Si no hubiese amor, la humanidad desaparecería. Supongamos que todos los miembros de una familia no se aman. ¿Qué clase de familia sería esa? Así pues, el primer aspecto de la humanidad es el amor. Pero el amor se debe practicar de una forma apropiada; si se practica equivocadamente, el amor llega a ser sumamente peligroso. Sin embargo, el empleo adecuado del amor requiere de la humanidad apropiada. Por consiguiente, la primera causa de la corrupción de la sociedad es disponer mal del amor. Pablo nos dice que los hombres serán amadores de sí mismos.

  El segundo punto se relaciona con los amadores del dinero. No creo que antes el dinero haya sido tan atractivo como en nuestros días. El tercer punto se relaciona con los vanagloriosos. ¡Cómo se jactan los jóvenes hoy en día! El cuarto punto se relaciona con los soberbios. No sólo son orgullosos, sino arrogantes. El quinto punto se relaciona con los injuriadores. Vemos mucho de esto en nuestros días. El sexto punto se relaciona con los que desobedecen a sus padres. Esto es muy prevaleciente en la actualidad. Parece que la ética humana ha cambiado, pues algunos hasta dicen que es bueno ser desobedientes a los padres. Esto viene directamente del diablo. Toda desobediencia proviene de Satanás, el rebelde; él es la fuente de toda rebelión.

  El séptimo punto se relaciona con las personas ingratas. La tendencia hoy en día es que las personas son malagradecidas, esto es, son malagradecidas con sus padres, con sus abuelos, con sus hermanos y hermanas, y hasta con el país. Éste es un cuadro real de la generación actual. Y la presente generación sólo siega lo que sembró la generación anterior. El octavo punto se relaciona con los impíos. La gente hoy en día simplemente aborrece ser santa. El noveno punto es que la gente no tiene afecto natural. Hoy en día son muchos los que no tienen afecto natural y hasta se jactan de ello.

  El décimo punto atañe a los que son implacables. Esto quiere decir que ellos no quieren hacer la paz con otros. No les gusta perdonar a otros, ni les gusta reconciliarse con otros. Cuanto más problemas puedan causar, mejor se sienten. Cuanto más agitación y más tumultos hayan, más contentos están. Ésta es una profecía que se cumplió al final de primer siglo y que también se cumplirá al final de esta era. En la Biblia las profecías siempre tienen un cumplimiento doble: uno es en el tiempo presente y el otro en el futuro. Creo que lo que estamos viendo hoy en día es parte de este cumplimiento. A la gente simplemente no le gusta hacer la paz. Hablan de hacer la paz, pero actúan en forma contraria.

  El undécimo punto se refiere a los calumniadores. Esta gente siempre critica los buenos informes que oye acerca de otros, pero propaga los malos. Continuamente levantan toda clase de informes falsos. El duodécimo punto es ser intemperante. Hoy en día muchos han desechado toda restricción. El decimotercero punto se relaciona con los salvajes. Ellos son como las bestias salvajes; no sólo son feroces, sino también salvajes. El decimocuarto punto se refiere a los que aborrecen el bien. En el mundo actual la gente maligna y diabólica enseña a otros a aborrecer todo lo bueno. En vez de ser amadores del bien, son aborrecedores del bien. El decimoquinto punto se relaciona con los traidores; ellos siempre están traicionando a los demás. El decimosexto atañe a los impetuosos. El decimoséptimo se refiere a los que están cegados por el orgullo; el decimoctavo son los amadores de los deleites, y el decimonoveno atañe a los que no aman a Dios.

  Los últimos dos puntos se pueden ver en la frase “tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”. El vigésimo es la apariencia de piedad. Esto se puede referir a los que van a la iglesia los domingos. Aunque podemos decir que ellos tienen apariencia de piedad, niegan el poder de la misma, que es el punto veintiuno. ¿Cuál es el poder de la piedad? Es Jesucristo. Muchos cristianos tienen la forma de la piedad, pero no les interesa nada de Cristo. Tienen una apariencia religiosa, pero no tienen a Cristo.

  Casi todos los veintiún puntos se relacionan con las virtudes humanas. Debemos amar de una manera apropiada. Debemos estar bien con Dios, con nuestros padres y con otros, e incluso con nosotros mismos. Son muchos los que en estos días no están bien consigo mismos. Ellos están mal con Dios, con sus padres, con otros y aun consigo mismos. En cierto sentido, no son humanos; no tienen la humanidad apropiada. Su humanidad ha sido arruinada hasta lo sumo.

UNA OBRA DE RECOBRO

  El Señor está haciendo una obra de recobro, en la cual Él necesita un pueblo que conozca y se apropie de Su humanidad. En medio de la degradación de las iglesias y la corrupción de la sociedad, nosotros estamos aquí para el recobro del Señor. Pero para esto necesitamos una humanidad fuerte y apropiada; no es suficiente sólo exclamar: “¡Aleluya!” o “¡Jesús es el Señor!”. No es suficiente hacer sanidades divinas o tener lo que llaman el poder de lo alto. Debemos mostrar a esta generación y aun a todo el universo, incluyendo al diablo y todos sus demonios, que estamos tomando la humanidad apropiada para cumplir el propósito de Dios. Debemos declarar y aun proclamar a este universo que estamos aquí como hombres genuinos; estamos aquí como un hombre corporativo que toma a Jesús como su humanidad. Esto aterrorizará al enemigo. El tentador vino al Señor Jesús y le dijo: “Si eres Hijo de Dios...”. Pero el Señor Jesús le contestó refiriéndose a Sí mismo como un hombre (Mt. 4:3-4). Eso aterrorizó al enemigo. Debemos ser “Jesusmente” humanos. Cada miembro de la iglesia en el recobro del Señor debe ser un hombre apropiado, aun un hombre de “acacia”. Esto será un testimonio fuerte y esto cerrará la boca del enemigo.

  Sé que muchos están esperando el momento para criticar a las iglesias locales. Cada vez que ellos se equivocan, lo justifican; pero si nosotros nos equivocamos en cualquier cosa, lo divulgan a todos. Sólo hay una manera de cerrarles la boca, y ésta consiste en expresar la humanidad de Jesús. Su conciencia tendrá que estar de acuerdo con la humanidad apropiada. Muchos de los que se oponen están esperando que la iglesia fracase. Ellos esperan que cometamos una falla, lo cual es realmente un sufrimiento para nosotros. Muchos de nosotros jamás han tenido tanta oposición ni tanta crítica como cuando vinieron a la iglesia local. Estar en la iglesia local equivale a recibir muchas críticas del cristianismo. Sin embargo, esto en realidad no es sólo criticas; más bien, es algo del campo de batalla. Pero sin tener la humanidad apropiada del Señor Jesús, nosotros no podemos pelear la batalla. La humanidad apropiada que es para el recobro del Señor ciertamente cerrará las bocas opositoras que nos critican.

EL CAMINO APROPIADO

  Entonces, ¿cómo podemos disfrutar tal humanidad? En los versículos antes mencionados podemos ver cinco puntos principales, los cuales nos dejan ver el pensamiento del apóstol Pablo acerca de la manera en que debemos tomar la humanidad de Jesús. El primer punto es invocar el nombre del Señor Jesús con un corazón puro. “Huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor” (2 Ti. 2:22). Al invocar el nombre del Señor, verdaderamente recibimos Su humanidad dentro de nosotros. Después Pablo se refirió a las Escrituras: “Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios” (3:16). Toda la Escritura ha sido exhalada por Dios para hacernos hombres de Dios genuinos y apropiados. No sólo necesitamos invocar el nombre del Señor, sino que también debemos inhalar cada palabra de las Escrituras. Esto es simplemente orar-leer la Palabra. ¡Qué importante son estas dos cosas en lo que se refiere a tomar la humanidad del Señor! Debemos invocar al Señor y debemos inhalar Su Palabra.

  El tercer punto es la vida del Cuerpo. Pablo no dijo que debíamos invocar al Señor a solas, sino que lo hiciésemos “con los que” (2:22). Ésta es una vida corporativa. Disfrutamos la humanidad del Señor con aquellos que de corazón puro invocan al Señor. En cuarto lugar, Pablo nos dice que debemos ejercitar nuestro espíritu. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de cordura” (1:7). El quinto punto es que tenemos una Persona maravillosa en nuestro espíritu: “El Señor esté con tu espíritu” (4:22).

  Tenemos que practicar estos cinco puntos: invocar al Señor, inhalar las Escrituras, tener la vida del Cuerpo, ejercitar nuestro espíritu y hacer real el hecho de que el Señor Jesús está en nuestro espíritu. Esto nos revela el concepto que tenía el apóstol Pablo. ¿Cómo podemos disfrutar de la humanidad de Jesús? Simplemente por medio de estas cinco cosas. Debemos invocar al Señor, debemos inhalar la Palabra y debemos hacer todo esto en el principio del Cuerpo, en la vida de iglesia. Para esto contamos con un factor que fortalece nuestro espíritu, a saber: el Señor Jesús, quien es la verdadera humanidad, está en nuestro espíritu. Simplemente disfrutamos de Su humanidad al ejercitar nuestro espíritu para invocarlo a Él e inhalar la Palabra de forma corporativa.

  Supongamos que soy un joven de diecisiete años de edad. Si ejercito mi espíritu para invocar al Señor y orar-leer la Palabra con los hermanos y hermanas, ¿creen ustedes que yo podría ser desobediente a mis padres? No lo creo. No necesitaría que nadie me diga que obedezca a mis padres. Espontáneamente sería obediente a ellos porque tengo la humanidad de Jesús dentro de mí. Y si he estado practicando estas cosas en la vida de iglesia, ¿creen ustedes que podría ser jactancioso o arrogante? ¡Jamás! Si tengo la humanidad apropiada dentro de mí, jamás podría comportarme de esa manera. Esto no resulta de las enseñanzas, sino que es el resultado de alimentarnos del Señor Jesús. El disfrute apropiado de la humanidad de Jesús absorbe todas las cosas negativas y las reemplaza con las positivas.

  Debemos orar por la situación del recobro del Señor a fin de que todos los hermanos y hermanas en las iglesias locales puedan tener el disfrute pleno de la humanidad de Jesús. Entonces seremos las tablas de acacia, derechas y firmes en contra de la corriente de esta era maligna. Éste será un testimonio fuerte, y esto introducirá el recobro de la vida de iglesia local en todas las ciudades principales.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración