
En este capítulo aprenderemos la manera de obtener el fluir del Espíritu dentro de nuestras partes internas. En Números capítulo 20, vemos que de la roca herida, la cual tipifica a Cristo, el cual fue herido y hendido, fluyó agua viva (1 Co. 10:4). Luego en el capítulo 21, vemos que del pozo cavado por el pueblo de Dios brotó agua. Por lo tanto, en estos dos capítulos del mismo libro, tenemos primeramente la roca, la cual debe ser herida para que el agua viviente fluya, y luego un pozo, el cual debe ser cavado para que de él brote agua.
Si leemos cuidadosamente las Escrituras, nos daremos cuenta de que tanto la roca como el pozo tipifican a Cristo, y que ellos revelan lo que El es en dos diferentes aspectos. La roca tipifica a Cristo en la cruz, herido por Dios para que el agua viva, la cual es el Espíritu de vida, pueda fluir de El a nuestro interior. El pozo nos muestra un aspecto diferente. Mientras que la roca es Cristo sobre la cruz, el pozo es Cristo dentro de nosotros (Jn. 4:14). Para los creyentes, no es un asunto de tener la roca, sino de tener el pozo. Cristo como la roca ya ha realizado Su obra en la cruz, lo cual produjo que el agua de vida fluyera dentro de nosotros; pero hoy en día, Cristo como el pozo de agua viva que brota continuamente dentro de nosotros, es otra cosa y tiene mucho que ver con el proceso actual de excavación.
El propósito de este capítulo no es darnos más enseñanzas, sino animarnos a que acudamos al Señor y seamos cavados. No debemos hablar demasiado acerca de doctrinas, circunstancias, pasos futuros, ni acerca de la dirección con respecto a la voluntad del Señor. Nosotros mismos debemos ser cavados. ¿Por qué? Porque yo creo que aun hasta el momento actual, la mayoría de nosotros no tenemos el libre fluir de agua viva. Nuestras oraciones no son tan libres. Nuestros testimonios no son tan fuertes, y en muchas maneras hemos sido derrotados y no somos victoriosos. Esto es debido a una cosa: la corriente de la vida espiritual o el manantial del agua viva, no está libre dentro de nosotros. Hay mucha tierra dentro de nosotros que debe ser sacada. Tal vez usted pregunte: “¿Qué es esta tierra?” Es la tierra que hay en nuestra conciencia, en nuestra emoción, en nuestra voluntad y en nuestra mente. Nuestros corazones tienen mucha tierra que necesita ser sacada, e incluso en nuestro espíritu hay algo de tierra, con la cual es necesario tratar.
¿Qué quiero decir al usar la palabra “tierra”? Quiero decir que nuestra conciencia no es tan pura. Tal vez ahora mismo alguna acusación, la cual no hemos confesado al Señor, todavía está en nuestra conciencia. Estas acusaciones son la tierra que necesita ser quitada. La razón por la cual no sentimos mucha libertad dentro de nosotros es las acusaciones en nuestra conciencia. ¿Qué son las acusaciones? Usted debe preguntarse a sí mismo; sólo usted sabe. Usted sabe lo que hay dentro de usted que es incorrecto para con otros. Cuando usted no está bien con otros, las acusaciones persisten. Cuando usted se rehusa a hacer lo que el Señor le demanda, esto llega a ser una acusación en la conciencia de usted. Entonces usted se pregunta por qué está atado y sin libertad. Es simplemente debido a que hay algo que el Señor demanda, a lo cual usted no responde, que ha llegado a ser una acusación inmediata en la conciencia de usted. La conciencia de usted no está limpia de acusaciones, ni tampoco está libre de ofensas.
Si deseamos experimentar un libre fluir interior del Espíritu, primeramente nuestra conciencia debe ser tratada y purificada. La tierra solamente puede ser quitada por medio de acudir al Señor varias veces cada día. Yo sugiero que en esta semana acudamos al Señor una y otra vez, incluso mientras estemos caminando por la calle. Tenemos que acudir al Señor en nuestro espíritu y ser cavados en Su presencia. Debemos quitar toda la tierra, con la ayuda del Espíritu Santo.
Después de tratar con las acusaciones de nuestra conciencia, también debemos cavar en las muchas cosas condenadas por el Señor, que se encuentran en nuestro corazón. No son muchos los hermanos y hermanas que tienen un corazón puro en cuanto a buscar solamente al Señor mismo. Por un lado, muchos buscan al Señor junto con Su camino; pero por otro, siguen buscando demasiadas cosas además del Señor mismo. Entonces el corazón llega a ser complicado y no está libre ni puro. Debemos acudir al Señor una vez más, para cavar hasta quitar todas las cosas que están en nuestro corazón y que no pertenecen a Cristo.
Tal vez usted pregunte: “¿Qué cosas necesitan ser sacadas?” Quizás una de las primeras cosas es su preocupación acerca del futuro y de la dirección del Señor. Usted no debe preocuparse por esto; el futuro no está en sus manos, sino en las manos del Señor. En realidad, usted no debería tener ningún futuro, ¡el Señor mismo es nuestro único futuro! No sabemos cuán “pegajoso” es nuestro corazón. Hace muchos años se usaba un papel especial para atrapar moscas; ¡qué pegajoso era! Todo lo que tocaba se le pegaba. Nuestro corazón es como el papel para atrapar moscas: muy pegajoso. Todo lo que toca al corazón, se le pega. Todas estas cosas deben ser cortadas. Parece que todos buscamos al Señor. Muchos de nosotros vivimos solamente para el Señor y hemos dejado nuestros hogares y nuestro trabajo. Día tras día buscamos la dirección del Señor, sin embargo, no sabemos cuántas cosas complican nuestro corazón. ¿Podemos olvidar estas cosas? Cavar hasta quitar la tierra de la conciencia es fácil, pero quitar la tierra del corazón no lo es. En muchas cosas somos muy benevolentes con nosotros mismos; no nos gusta cavar severamente en nuestro corazón. Es fácil cavar hasta quitar las acusaciones de nuestra conciencia, pero no es tan fácil quitar las cosas que amamos con nuestro corazón. Estamos apegados a las cosas que queremos mucho. Es por esto que las Escrituras nos dicen que necesitamos una buena conciencia y un corazón puro. “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Mt. 5:8, gr.).
No hay duda de que amamos al Señor y de que lo buscamos, pero nuestro amor y nuestra búsqueda del Señor, se llevan a cabo con un corazón complicado. El deseo y la meta del corazón no son puros. No sabemos cuántas metas hay en nuestro corazón. ¿Qué de nuestra familia, nuestro trabajo, nuestro título? ¿Qué de este año y del que viene? Todavía hay tantas cosas en nuestro corazón. Les digo hermanos y hermanas, toda esta tierra está obstaculizando el fluir del agua viva dentro de nosotros y por lo tanto debe ser quitada. Desde el día en que recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, El entró en nosotros como el manantial del cual brota el agua viva. Pero el problema hoy en día es que hay mucha tierra en nuestra conciencia y en nuestro corazón.
Cuando alguien está cavando un pozo profundo, muchas veces descubre que la tierra tiene muchas capas. Una capa es de tierra suave, la siguiente capa es de barro duro, y la otra capa es de piedra. Es difícil cavar a través de una capa de piedra. Esto muestra las muchas capas que están en nosotros, a través de las cuales tenemos que cavar. Tenemos una capa que se llama la conciencia, otra que se llama el corazón y ahora vamos a ver una capa que se llama la mente, la cual contiene mucho barro. ¡Oh, no sabemos cuántas imaginaciones tenemos día tras día! No solamente soñamos durante la noche mientras estamos dormidos, sino que hasta soñamos durante el día mientras estamos despiertos. Todas nuestras imaginaciones son diferentes sueños. Ya hemos hablado de que Satanás ciega nuestras mentes. El hace esto simplemente mediante las imaginaciones. A veces mientras usted está escuchando un mensaje, yo no sé dónde está su mente, ¡quizás está viajando por la luna! Exteriormente usted está asintiendo con la cabeza, pero interiormente su mente está imaginándose algo que está en el espacio. Durante el mensaje usted oye la voz, pero no recibe nada. Su mente ha sido cegada por las imaginaciones.
Muchas veces la gente viaja alrededor del mundo entero en sus imaginaciones. En cuestión de segundos, la gente puede viajar a través de todo el mundo. ¡Ellos pueden ir al Lejano Oriente más rápido que el mejor avión! ¡Oh, cuántas imaginaciones hay en la mente! Cuando hay tanta tierra en su mente, ¿cómo puede fluir libremente dentro de usted el agua viva? Puesto que su mente ha sido bloqueada, el agua viva también ha sido bloqueada en su mente. Los montones de tierra son simplemente los muchos pensamientos, imaginaciones, y sueños, los cuales deben ser quitados para que el agua viva fluya libremente.
La voluntad también contiene mucha tierra. No hay muchas personas que sean absoluta y completamente obedientes al Señor. Necesitamos ser más sumisos en nuestra voluntad. ¡Oh, cuántas veces no nos sometemos al arreglo soberano del Señor! A veces pensamos que somos muy sumisos al Señor, pero cuando El nos pone en ciertas circunstancias, somos expuestos. Es muy fácil someternos al Señor invisible, sin embargo, es muy difícil someternos a las personas visibles. Usted dice: “Oh, yo soy muy sumiso al Señor. No tengo ningún problema con el Señor. Pero...” ¡Sí, hay un gran pero! “Ante el Señor no tengo ningún problema, pero con respecto a la iglesia... Oh, no puedo ser sumiso a ellos!” El Señor lo puso a usted específicamente en su iglesia local a fin de quebrantar la voluntad de usted.
“Si mi esposo fuera un hermano bien cariñoso, con mucho gusto sería sumisa a él”. Hermanas, ¡cuántas veces han pensado esto! Pero el hecho es que su esposo no puede ser esa clase de persona. El Señor le dio a usted un esposo adecuado, él es simplemente el esposo que usted necesita. Si usted pudiera tener el esposo de sus sueños, usted nunca sería expuesta. Muchas experiencias y circunstancias bajo Su soberanía, simplemente nos exponen a la luz, para que veamos cuán obstinada es nuestra voluntad. Tal vez usted diga que cierto hermano es obstinado, sin embargo, cada uno de nosotros es obstinado. Tal vez seamos los hermanos más obstinados. Cada uno de nosotros tiene que cavar en su voluntad. Cuán fácil es obtener más y más conocimiento espiritual, mientras que nuestra vida, nuestra naturaleza y nuestra disposición nunca cambien. ¡Esto es un fracaso total! Si el agua viviente ha de fluir en nosotros, debemos ser cavados. El fluir es asunto del Señor, pero el cavar es asunto nuestro. Necesitamos cavar en nuestro propio ser.
Después de cavar hasta quitar la tierra de la voluntad, debemos tratar con nuestra emoción. No se cómo mostrar cuán problemática es nuestra emoción. Los problemas emocionales no sólo existen en las hermanas, sino también en los hermanos. Cuando somos emotivos, estamos ocupados con nosotros mismos. Estamos bajo el control y la esclavitud de nuestras emociones. Si deseamos pasar tiempo con el Señor y abrir nuestro ser, debemos empezar por cavar en nuestra conciencia, luego en nuestro corazón, después en nuestra mente, y por último nuestra voluntad. Finalmente, llegamos al punto donde vemos cuánto estamos todavía en nuestras emociones. Es muy fácil que nos guste una cosa y que no nos guste otra. Es muy fácil hacer amistad con un hermano, y luego al siguiente día tratarlo como si fuera un “enemigo”. No es tan fácil cambiar nuestra voluntad, pero es fácil tener muchos cambios en nuestras emociones. Nuestras emociones fluctúan aun más que el clima.
¡Esto no es solamente un mensaje! Mi principal preocupación es darles algunas instrucciones para que ustedes acudan al Señor. Olvídese de sus necesidades, su trabajo, su futuro, y sus circunstancias. Busque solamente la presencia del Señor, y pídale que lo introduzca a usted en Su luz. Luego siga Su luz para cavar hasta sacar el barro que hay en la conciencia de usted, en su corazón, mente, voluntad y emoción. Cuanto más quite el barro que hay en usted, más avivado será. Usted será viviente, será fortalecido y será victorioso. Esta es la clave para resolver sus muchos problemas. Usted debe mantener el fluir del agua viva, esto es, la comunión de vida fluyendo libremente dentro de usted. Cuando el agua viva fluye libremente dentro de usted, entonces hay victoria. Todos los problemas serán resueltos espontáneamente e incluso inconscientemente. Aunque usted no sepa cómo resolverlos, no obstante, serán resueltos por el fluir del agua viva, la comunión de vida. Este fluir del agua viva depende completamente de que usted cave.
Esta excavación solamente es llevada a cabo por medio de la oración. Debemos pasar más y más tiempo con el Señor y orar conforme a Su guía interior. Conforme a tal dirección, debemos confesar y cavar hasta quitar todo el barro que está dentro de nosotros. Estoy seguro de que estas instrucciones son claras; ahora necesitamos ponerlas en práctica. A veces necesitamos orar con otros, pero la oración que cava es más eficaz en privado. Es sumamente necesario pasar más tiempo en privado con el Señor. Todo el barro que está en la conciencia, en el corazón, en la mente, en la voluntad y en la emoción debe ser quitado por medio de nuestras oraciones. Tal vez usted diga: “Estoy muy ocupado”. Pero aunque estemos muy ocupados con los quehaceres cotidianos, todavía podemos tocar al Señor y quitar el lodo. Muchas veces mientras estoy trabajando, aplico el ejercicio de excavación a mí mismo. Debemos aprender a orar, a tener contacto con el Señor y a cavar hasta quitar todo el barro que hay en nuestro interior.
Brota, agua del pozo; Cristo, cava en mí, Quita las barreras Fluye, Cristo en mí.
Cristo ya herido, Agua ya fluyendo, Mas mi corazón no Deja que El fluya.
Cavaré orando, Cavaré el barro, Al Espíritu dar Una vía libre.
Ya no necesito Que El sea herido, Debo entregarme A cavar el pozo
Lo que más me falta Es que El me llene Que el agua viva Brote libremente
Que no haya nada Que bloquee el paso, Hasta fluir el río El vivo mensaje.
Brota, agua del pozo; Cristo, cava en mí, Quita las barreras Fluye, Cristo en mí.
Himno Nº 250, del himnario en inglés.