
Lectura bíblica:
En este mensaje continuaremos la comunión acerca de cómo cuidar a los nuevos creyentes en las reuniones de hogar. Tener éxito en las reuniones de hogar no es fácil; depende totalmente de nuestras acciones. Cada vez que hagamos algo como parte de la obra del Señor, debemos ser personas liberadas. También debemos ser personas que puedan hacer que otros sean liberados. Como descendientes de Adán, toda la gente en la tierra está bajo alguna especie de esclavitud. Sin embargo, al tocar la obra del Señor, nosotros no debemos ser personas bajo esclavitud; debemos estar totalmente liberados. Si vamos a visitar la casa de un nuevo creyente con el propósito de tener una reunión de hogar, pero no estamos liberados, esto puede causar mucho daño. Todos tenemos que aprender a ser liberados de toda clase de atadura.
Hay muchas cosas que vienen a nosotros para atarnos y oprimirnos. En este aspecto, somos muy débiles y frágiles. Una cosa pequeña fácilmente puede atarnos. Mientras un hermano maneja a la casa de un nuevo creyente para tener una reunión de hogar, puede ser que uno de los miembros de su equipo haga algún comentario acerca de su manera de manejar. Este pequeño comentario acerca de su manera de manejar lo molestará y lo atará. En la vida matrimonial es difícil estar liberados porque las cosas pequeñas fácilmente pueden causar ofensas, y ser ofendido es ser atado.
Antes de ir a visitar una casa, tal vez usted reciba una llamada telefónica que haga que usted sea atado. Tal vez usted sienta y se dé cuenta de que está atado e incluso ore diciendo: “Oh Señor, libérame”, pero muchas veces su oración no será contestada. Luego, cuando usted entre en la casa, tal vez grite y se regocije exteriormente, pero interiormente no está liberado. El diablo sabe que usted está atado, el espíritu de usted sabe que usted está atado, e incluso los nuevos creyentes se darán cuenta de que algo dentro de usted no es muy agradable. El hecho de que usted esté atado puede matar la reunión de hogar. No importa lo que diga, predique o enseñe, no surtirá efecto. Por lo tanto, para obrar por el Señor eficazmente, usted debe ser una persona liberada.
Hace muchos años, mientras yo estaba en Shangai, el hermano Watchman Nee recalcó mucho este punto. Nos dijo que nunca debemos abrir ninguna carta inmediatamente antes de hablar de parte del Señor. Si abro una carta antes de hablar, es posible que yo sea dañado y que pierda mi eficacia. Puede ser que incluso me moleste con nada más mirar el nombre y la dirección del que envió la carta. El hermano Nee también dijo que cuando se aproxima la hora de hablar, no debemos aceptar ninguna llamada telefónica. Muchas veces, mientras estoy recogiendo mis libros para ir a la reunión, el teléfono suena. ¿Debo contestar o no? Estas cosas son muy molestas.
Otro factor molesto puede ser nuestros hijos. Si estamos a punto de hablar de parte del Señor, algo pasará con respecto a nuestros hijos que nos molestará. Es fácil ver cuán frágiles somos. Muchas cosas en nuestras circunstancias, en nuestro ambiente y en nuestra situación vienen a nosotros con la intención de destruir nuestra obra espiritual. Es por esto que es difícil encontrar alguna persona en la tierra que esté totalmente liberada, que no esté atado de alguna manera. No podemos evitar tener contacto con la gente. Tenemos que contactar a otros, y cuanto más contacto tenemos con otros, más factores molestos tendremos.
Todos nosotros estamos rodeados de factores molestos. ¿Cómo podemos aprender a no ser molestados? Esta lección no tiene fin; continuaremos aprendiéndola hasta que nos reunamos con el Señor. En este mensaje mi carga es aclarar a todos ustedes una lección básica. No importa cuánto hayan sido entrenados con respecto a las reuniones de hogar, lo primero que deben aprender es cómo ser liberados. Es posible hacer casi todo estando bajo ataduras. Si usted está oprimido, todavía puede enseñar en un salón de clase o aprender como estudiante. Sin embargo, al tocar la obra espiritual, mientras no esté liberado, usted no puede hacer nada.
El sutil enemigo que daña nuestra obra es el que nos molesta. Una vez que estamos molestos, no estamos liberados sino oprimidos. Entonces, nuestra obra se hace infructuosa. Para nuestro trabajo en las reuniones de hogar, todos debemos aprender a siempre mantenernos en el espíritu. Nunca debemos salir del espíritu para tratar con las cosas en nuestro ambiente o situación. Debemos mantenernos en el espíritu. También es de provecho tratar de no comprometernos en situaciones molestas. Una vez que uno se compromete en algo, es fácil que uno sea molestado.
Por el lado negativo, debemos aprender a no comprometernos. Por el lado positivo, debemos preservarnos, es decir, mantenernos, en el espíritu. En tal caso, aun si alguien nos dice algo acerca de nuestra manera de manejar, no nos importará, no tendremos ganas de involucrarnos en el asunto. El problema es que somos muy sensibles y siempre queremos meternos en todo. A algunas personas les gusta saber todo, y siempre están buscando información. Si somos así, ya no somos aptos para la obra del Señor.
La Biblia nos dice que mientras el Señor estaba en la tierra, era sordo y ciego (Is. 42:19). El no era sordo y ciego en realidad, sino que simplemente no quiso oír ni ver. A veces yo voy por algún lado y en realidad veo muchas cosas, pero no me preocupo por tales cosas ni les presto atención. En lugar de eso, tal vez esté pensando en cierto capítulo de la Biblia. Por lo tanto, cuando regreso, no me acuerdo de muchas de las cosas que he visto. Creo que la vista del Señor Jesús era muy fina, pero El no quiso mirar muchas cosas. En ese sentido, El no vio; era ciego. En el mismo sentido, también era sordo. No vio ni oyó, así que no se enredó en muchas cosas. Nosotros debemos darnos cuenta de que tal vez seamos personas metidas en demasiadas cosas. Algunos santos pueden estar entre nosotros sólo unos cuantos días y estar ya metidos en más cosas que yo. Tales personas no pueden llevar a cabo la obra del Señor. Todos debemos aprender a no enredarnos con otros y a no meternos en las situaciones de otros. Debemos ser personas que sólo conocen al Señor y nada más.
Inmediatamente después de su bautismo, debemos ayudar a los nuevos creyentes en las reuniones de hogar. No obstante, no debemos hacer esto de modo legalista como si estuviéramos usando un libro de texto: primero, lección número uno, luego, lección número dos, y así sucesivamente. Primeramente, debemos ser liberados. Debemos tener un espíritu muy libre que pueda percibir los sentimientos de otros. Luego, cuando vengamos a las casas de los nuevos creyentes para tener una reunión de hogar con ellos, no debemos tener un tema ya establecido. Eso matará la reunión. Podemos cantar, orar o alabar para hacer que estemos muy liberados y también para liberar a otros. Por medio de esto, los nuevos creyentes abrirán su ser a nosotros y dirán algo. Al escucharlos, podremos percibir sus sentimientos acerca de su situación. Luego podremos decirles algo que sea conforme a su necesidad.
Tal vez un nuevo creyente diga: “Durante estos dos días después de mi bautismo, no he tenido paz por dentro” ¿Qué debe decir usted? Si usted dijera algo acerca de la consagración porque había preparado este tema para la reunión, eso no encajaría y no satisfaría la necesidad de este nuevo creyente. Usted debe seguir el espíritu para decirle algo. Lo mejor sería no decir algo muy pronto, sino primero preguntarle por qué no tuvo paz durante estos dos días. Debe de haber alguna razón. En la respuesta que le dé, tal vez usted se entere de la causa de su problema. Puede ser que él diga que después de que fue bautizado, comenzó a pensar en su padre, y a preguntarse qué pensaría su padre acerca del hecho de que él llegó a ser cristiano. Ahora usted sabe por qué estaba preocupado y puede decirle algo que satisfaga la necesidad.
A veces es necesario preguntar a los nuevos creyentes para saber algo, pero no haga muchas preguntas. Es mejor resolver una sola pregunta a la vez. Este nuevo creyente se preocupa cuando piensa en su padre; tal vez piense que su padre lo reprenderá o que lo rechazará. Lo que usted conteste dependerá de lo que ha aprendido, de su conocimiento. Puede usar Hechos 16:31: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Usted puede leerle este versículo y decirle: “Esto es una gran promesa a los creyentes. Todos los creyentes tienen el derecho de esperar que toda su familia sea salva. No necesitas preocuparte por tu padre; tienes que creer la Palabra del Señor. Tarde o temprano, tu padre será salvo”. De esta manera usted puede fortalecerlo.
Cuatro prácticas cruciales de la vida cristiana son leer la Biblia, orar sin cesar, mantener la vigilia matutina y asistir a las reuniones. Sería maravilloso si pudiéramos presentar estas cuatro prácticas cruciales en dos reuniones de hogar.
Aunque usted haya fortalecido y animado al nuevo creyente, en sí esto no es suficiente. Todavía tiene que aprovecharse de la oportunidad de avanzar, de hablar algo más. No debe ir a una reunión de hogar con un tema preparado, pero sí debe tener un propósito. Tener un propósito al ir a una reunión de hogar es diferente de tomar una decisión acerca de lo que va a hablar. Si usted va a visitar a un hombre que acaba de bautizarse hace dos días, usted debe tener la carga, el propósito, de alimentarlo o nutrirlo. Tal vez usted diga: “Este versículo, Hechos 16:31, es muy bueno y consolador. La Palabra es clara y pura. Nosotros los cristianos debemos conocer los versículos en la Biblia, así que necesitamos leer la Biblia. Desde el primer día en que creemos en el Señor Jesús, debemos aprender la práctica de leer la Biblia. En 2 Timoteo 3:15-16 dice: ‘Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación...Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia’”. Luego usted puede tener comunión con él y encargarle que aparte algún tiempo cada día para leer la Biblia.
Tal vez usted continúe su plática con él diciendo: “Leer la Biblia es bueno, pero tal práctica debe ir acompañada de otra cosa: nuestra oración al Señor. Nuestra lectura debe ser complementada por la oración. Podemos tomar la porción de la Palabra que dice: ‘Toda la Escritura es inspirada por Dios’ y simplemente convertirla en oración, diciendo: ‘Señor, gracias por todas las Escrituras. Gracias que todas las Escrituras son inspiradas por Dios’. Tienes que aprender a orar las palabras de la Biblia de esta manera”.
Usted debe demostrar cómo leer la Biblia y orar. También puede leerle 1 Tesalonicenses 5:17-18 —“Orad sin cesar. Dad gracias en todo”— y decir: “Después de orar, uno siempre debe dar gracias. Este versículo dice que oremos sin cesar y que luego demos gracias a Dios”. Puede leer estos dos versículos y luego demostrar un poco. Esto lo ayudará. Al tener contacto con él de esta manera, usted puede hacer que la plática abarque el asunto de leer la Biblia y el de orar.
Después de unos cuantos días, usted debe volver a visitar a este nuevo creyente. Esta vez, al llegar, en lugar de escucharlo a él primero, usted debe decir: “Hace dos días hablamos contigo acerca de leer la Biblia y orar. Ahora nos gustaría hablarle acerca de otra práctica que es crucial para nuestra vida cristiana: mantener la vigilia matutina”. Usted puede darle una explicación de lo que es la vigilia matutina diciendo: “Cada día, levántate un poco más temprano para pasar algún tiempo con el Señor, para leer la Biblia y platicar con El. Mientras estés platicando con el Señor, puedes decirle todo lo que necesitas”. Esto es orar. No necesitas pasar mucho tiempo haciendo esto, tal vez diez minutos cada mañana. Esto será de gran ayuda para tu vida cristiana”. Usted puede hablar con él acerca de esta práctica y encargarle que lo practique. Luego, cuando vuelva a visitarlo, puede preguntarle si lo está practicando o no.
Usted también debe de tener suficiente tiempo para decir: “Otra práctica crucial de la vida cristiana es asistir a las reuniones. Hebreos 10:25 dice que no debemos dejar de congregarnos. Nosotros los cristianos somos como abejas; ninguno de nosotros puede vivir la vida cristiana por sí solo. Debemos reunirnos. En la iglesia hay reuniones de hogar, reuniones de grupo pequeño y reuniones grandes.
No debemos meramente explicar o presentar estas cuatro prácticas a los nuevos creyentes. Necesitamos por lo menos un mes para ayudarles a desarrollar estas prácticas. Cada vez que volvamos a visitarlos, debemos preguntarles acerca de estas cuatro prácticas. Tal vez ellos nos digan que han fracasado. Puede ser que uno de ellos diga que guardó la vigilia matutina tres mañanas, pero que en la cuarta mañana no pudo levantarse. Necesitamos preguntarle: “¿A qué hora te levantaste? ¿A qué hora te acostaste?” A nadie le gusta acostarse temprano. Aun si uno decide acostarse a las diez y media, tal vez no se acueste sino hasta las once y media. Si queremos aprender a mantener la vigilia matutina, debemos pedir al Señor que nos conceda Su gracia y Su misericordia para que podamos acostarnos más temprano. Si no nos acostamos temprano, nos será difícil levantarnos temprano. Tenemos que tratar de ayudar a los nuevos creyentes a desarrollar el hábito de tener vigilia matutina.
Si los nuevos creyentes han de vivir una vida cristiana sana, ellos deben practicar estas cuatro cosas. Deben leer la Biblia, y hasta cierto punto, deben aprender a estudiar la Biblia. La oración es saludable para su vida espiritual, así que debemos hacer mucho para ayudarles a orar. Debemos ayudarles a adquirir el hábito de orar y debemos decirles que orar no meramente significa pedir a Dios que haga ciertas cosas para nosotros, sino que significa respirar a Dios, recibiéndolo por dentro. También debemos ayudarles a mantener la vigilia matutina y a asistir a las reuniones de la iglesia. Debemos dedicar mucho tiempo trabajando para desarrollar estas prácticas.
Mientras estamos ayudando a los nuevos creyentes a desarrollar en ellos estas cuatro prácticas, también tendremos que tocar otros asuntos. Debemos ir a las reuniones de hogar de manera muy flexible. En una sola visita podemos abordar dos o tres temas, pero con respecto a ciertos temas debemos dedicar un período de tiempo más largo para ayudarles. Con respecto al asunto de la consagración, no necesitamos mucho tiempo, pero con respecto a estas cuatro prácticas, necesitamos más tiempo. Es posible que ni siquiera un mes sea suficiente para establecer a un nuevo creyente en estas prácticas. Mientras estamos trabajando en él con respecto a estas cuatro prácticas, también podemos hablar de otras cosas.
Ahora es el tiempo de practicar las reuniones de hogar por medio de cuidar a las personas a quienes usted ha bautizado. Usted los dio a luz, así que la responsabilidad recae sobre sus hombros para regresar y alimentarlos, nutrirlos y cuidarlos con ternura. No haga cosas sin dirección. Usted necesita laborar por un buen período de tiempo para desarrollar en ellos estas prácticas saludables, las cuales son cruciales para la vida cristiana.
Pregunta: Un problema que hemos tenido es que cuando vamos a una reunión de hogar, el nuevo creyente hace tantas preguntas acerca de tantas cosas que nos es difícil tratar cualquier punto de modo sólido. ¿Cómo podemos evitar esto?
Respuesta: Si una persona hace varias preguntas, usted debe tratar de contestar sólo una, y debe procurar hacer que entienda que es difícil contestar tantas preguntas en una sola visita. Puede decirle que en esta ocasión sólo contestará una pregunta, y que volverá en algunos días. Si el tiempo permite, tal vez usted conteste otra pregunta. Usted no debe tratar de contestar todas las preguntas. Tal vez algunas preguntas tengan que ver con temas seculares tales como la ciencia. En tal caso debemos ser francos y humildes y decir que no hemos estudiado tal campo y que no podemos contestar tal pregunta. Aun si usted sabe algo acerca de ciencia, es mejor evitar tal pregunta porque no proporcionará mucha ayuda para la vida espiritual. Debe ahorrar su tiempo y tratar de concentrarse en dar ayuda espiritual.
Pregunta: Hemos tenido la carga de que los nuevos creyentes participen en la predicación del evangelio. ¿Debemos promover esto, o debemos enfocarnos en las cuatro prácticas que se han compartido en este mensaje?
Respuesta: Cuando vayamos a la reunión de hogar, debemos tener un propósito. Nuestro propósito simplemente es nutrir a los nuevos creyentes para que crezcan. Por lo tanto, debemos tener algunos puntos dentro de nosotros que queramos impartirles. Por ejemplo, cada nuevo creyente debe tener la certeza de su salvación. Eso es muy bueno para ellos. Además, cada nuevo creyente debe saber que el Señor Jesús no sólo es el Salvador que murió en la cruz por nuestros pecados para redimirnos, sino que también después de redimirnos, El llegó a ser Espíritu vivificante. Hoy en día el Salvador, Jesucristo, es el Espíritu vivificante, y como tal, El puede entrar en nuestro espíritu. Tenemos que nutrir a los nuevos creyentes con esto. Luego, tenemos que ayudarles a aprender estas cuatro prácticas básicas para que puedan comenzar a vivir la vida cristiana. Sin leer la Biblia, sin orar, sin tener la vigilia matutina, y sin asistir a las reuniones, nadie puede comenzar la vida cristiana. Sin embargo, no podemos tomar la decisión de que en esta reunión de hogar les hablaremos acerca de alguna cosa particular. Eso es muy legalista. Debemos tener un propósito que queramos llevar a cabo. Con el tiempo podremos establecer estas prácticas como una base, y podremos seguir adelante.
Gradualmente, después de aproximadamente medio año, llegarán a una etapa donde necesitará la ayuda de nuestra enseñanza. Han sido salvos, pero no saben qué es la salvación. Han sido regenerados, pero no saben qué es la regeneración. Han sido justificados, pero no saben qué es la justificación. Sus pecados han sido perdonados, pero no saben qué significa que sus pecados sean perdonados por Dios. Por lo tanto, en esta etapa tenemos que darles algo de enseñanza. Como ayuda para nosotros mismos, debemos referirnos a las Lecciones de vida y a las Lecciones de la verdad. Pero no debemos enseñar a los nuevos creyentes de modo legalista, como si estuviéramos usando un libro de texto. Sencillamente debemos ir con un propósito y actuar conforme a la necesidad por medio de vivir en el espíritu.
Pregunta: No estamos seguros de que algunas de las personas con quienes hemos tenido contacto puedan ser ganadas para la vida de la iglesia. ¿Cómo debemos seguir adelante con éstos?
Respuesta: En el pasado cometimos un gran error. Nuestro contacto con la gente no tenía meta. Nos poníamos en contacto con cierta persona una o dos veces; después, nos olvidábamos de ella. Luego laborábamos en otro, pero después de tres semanas íbamos para tener contacto con otro. Luego, íbamos a otro. Pensábamos que así ganaríamos más gente, pero finalmente no producíamos nada. Por medio de más de cuatro años de estudio, aprendí que nuestra visitación, nuestro contacto con la gente debe llevarse a cabo con una meta definida. No podemos ser como una madre que da a luz tres hijos y luego los deja para dar a luz más. Esto sería una necedad.
Usted debe llevar a cabo la obra del Señor de modo definido. Vaya a una nueva ciudad y visite las casas para bautizar a algunas personas. Mientras tenga dos o tres recién bautizados, deje de visitar nuevas casas, y cuiden de estos dos o tres por medio de alimentarlos. Con el tiempo, tal vez pierda dos de ellos, lo cual significa que le queda sólo uno. Esto no es suficiente, así que debe procurar ganar más nuevos creyentes por medio de tocar puertas. Mientras usted esté laborando en dos o tres, eso es suficiente. Debe visitarlos una y otra vez.
Mientras usted esté trabajando, debe ejercer el discernimiento del Señor con respecto a ellos. Entonces, después de aproximadamente tres o cuatro semanas, usted se dará cuenta de cuáles de estos tres merecen más labor. Tal vez descubra que sólo uno de los tres realmente merece el tiempo que usted está dedicando para laborar en ellos. Entonces debe tratar de ganar más nuevos para trabajar en ellos. Esto no significa que usted abandonará completamente a los otros dos; simplemente no dedicará tanto tiempo a ellos. Al hacer esto, usted puede trabajar en ciertas personas de modo definido y dentro de un año podrá ganar uno o dos creyentes sólidos como fruto que permanece. Tal vez usted piense que esto es muy poco, pero en realidad no es así. Si usted es un obrero de tiempo completo, de esta manera puede traer entre cinco y diez cada año.
Pregunta: ¿Cómo debemos cuidar a los cristianos con quienes tenemos contacto?
Respuesta: Muchas veces usted visita a la gente y se da cuenta de que son cristianos. Tienen que discernir qué clase de cristianos son. Si están establecidos en sus denominaciones y si son salvos, es mejor que usted no pierda su tiempo. Si se da cuenta de que son cristianos verdaderos, y que no están establecidos en ninguna denominación, vale la pena trabajar en ellos. En los Estados Unidos, la gente se muda con frecuencia. Entre los muchos cristianos que hay en los Estados Unidos, cada año muchos se mudan a nuevos lugares y buscan una nueva iglesia. Oí que algunos hermanos llamaron a las casas de la gente por medio de obtener números en el directorio telefónico. Cierta persona que contestó dijo: “¿Quien le dijo que estábamos esperando que alguien nos llamara? Recientemente hemos estado pensando en unirnos a una iglesia, pero no hemos tenido la manera. Es muy bueno que haya llamado”. Usted debe trabajar en esta clase de persona. En este país hay muchos cristianos, pero si usted enfoca su labor en los cristianos, ganará muy poco. Eso no sería muy provechoso.
Pregunta: Hay una familia que fue bautizada mediante algunas personas que nosotros habíamos bautizado durante el verano de 1987. Tuvimos reuniones de hogar con esta familia por un largo período de tiempo y los estuvimos entrenando en las cuatro prácticas cruciales que se compartieron en este mensaje. Las reuniones de hogar parecían muy buenas, pero finalmente el esposo dijo que no quería que volviéramos más. Dijo que su corazón era demasiado duro y que no pudo vivir conforme al nivel de lo que estaba en la Biblia. Compartimos muchas cosas con él, y todavía está dispuesto a tener comunión con nosotros, pero no sabemos cómo seguir adelante. Me parece que ésta es una buena familia. ¿Qué podemos hacer para ayudar a esta persona?
Respuesta: Probablemente ustedes enseñaron mucho a este hombre, de una manera legalista. Le han señalado lo que la Biblia dice y le han dado a entender que tiene que hacerlo. Esto es legalismo. Algunas personas no escucharán esta clase de enseñanza legalista. Lo que ustedes deben hacer es sencillamente abrir la Biblia en cierto versículo y ayudarles a leerlo. Tal vez a ellos les parezca que lo que leen es difícil de cumplir. Entonces en seguida ustedes pueden decir: “El Señor está lleno de gracia. El Señor nos ama. Si queremos hacerlo, El nos ayudará. Si no estamos dispuestos a hacerlo, todavía tendrá paciencia con nosotros”. Esto es la manera de presentar algo de la Biblia en la manera de amor, lo cual no los agobiará. Si usted enseña de manera legalista, cada requisito de la Biblia es una demanda que nadie puede satisfacer. Tenemos que guiarlos, diciéndoles: “Esto es lo que el Señor quiere que hagamos, pero el Señor sabe que no podemos hacerlo, así que El será nuestra ayuda”.
Este hombre que usted ha conocido es franco. Después de escuchar la enseñanza de usted, él dice: “No puedo lograrlo”. No sea legalista al enseñar cualquier cosa. Es mejor tomar el camino de la gracia, el camino de amor. Esto servirá.
Pregunta: Hemos compartido estas prácticas básicas de la vida cristiana con muchos nuevos creyentes, pero muy pocos de ellos las adquieren pronto. Parece que algunos de ellos no tienen ningún deseo de practicarlas. ¿Qué podemos hacer para ayudar a estos nuevos creyentes?
Respuesta: En primer lugar, cuando vamos para laborar en la gente, siempre esperamos ver el resultado. Sin embargo, el resultado nunca vendrá rápidamente. Por lo tanto, debemos continuar trabajando, y con el tiempo tendremos algunos resultados. No obstante, en esto hay un principio: el buen resultado de hoy tal vez no dure para siempre, y el resultado pobre de hoy tal vez llegue a ser el mejor. No importa cuán prometedor parezca alguien, no podemos tener la certeza de que después de veinte años todavía estará aquí. Después de veinte años, tal vez llegue a ser el peor resultado de todos. Puede ser que otro resultado parezca muy pobre. Tal vez no reaccione. Tal vez no acepte nada, no obstante le gusta escuchar. Siempre nos invita a su casa, pero no hay progreso, no hay resultado. Sin embargo, es posible que después de cinco años éste llegue a ser el mejor resultado. Les puedo decir que muchas personas que, a mi juicio, eran buenos resultados, ya no están. También muchos a quienes consideré malos resultados han llegado a ser muy buenos. Es difícil decir quién es un buen resultado y quién no. Simplemente debemos ponernos a laborar; el resultado está en las manos del Señor. Nunca debemos desanimarnos; trabajar es mucho mejor que no hacer nada. Si pensamos que el resultado es muy pobre y nos quedamos en casa, nada resultará jamás.
En segundo lugar, si usted trata de ayudar a una persona a leer la Biblia, a orar, a mantener la vigilia matutina y a asistir a las reuniones, y no hay resultado, no debe seguir promoviendo estas cosas de la misma manera. Eso no sería sabio. Con tal que esta persona lo reciba a usted, usted debe seguir laborando en él. Debe darse cuenta de que en ese tiempo él no tomará estas cuatro prácticas, así que debe hablar con él de otra manera. Si usted no puede hacer nada usando cierta manera, tiene que cambiar su manera. Tal vez no recalque el asunto de leer la Biblia, no obstante usted puede tomar la iniciativa en leer la Biblia cuando esté con él, para establecer un modelo de modo que él pueda ver algo. Usted nunca debe ser legalista, insistiendo en que una persona siga ciertas prácticas. Cuando visitamos a la gente según cierta manera y no tenemos éxito, debemos probar otra manera. Todos tenemos que aprender a ser flexibles.