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Mensajes del libro «Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El»
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EL EJERCICIO Y LA PRACTICA DE LA MANERA ORDENADA POR DIOS

MENSAJE VEINTE

APRENDER A CUIDAR DE LAS REUNIONES DE HOGAR EN UNA MANERA FLEXIBLE

ALIMENTANDO A LOS NUEVOS CREYENTES EN LAS REUNIONES DE HOGAR

  Recientemente, antes de tener una reunión de hogar, los santos se habían preparado para compartir con un nuevo creyente en cuanto a leer la Biblia. Al estar leyendo junto con el nuevo creyente en las Lecciones de vida la lección en cuanto a leer la Biblia, llegaron a la porción que está en 2 Pedro 1:21, que dice: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, son que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. En este punto, el nuevo creyente preguntó: “¿Qué es el Espíritu Santo?” Los santos compartieron un poco con esa persona en cuanto a que Dios es Triuno, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Después de que cantaron un himno que decía que el Dios Triuno es un misterio, pareció que su pregunta fue satisfecha, así que ellos continuaron con la lección. Un poco más tarde, ella hizo otra pregunta: “¿Por qué Dios no salva a las personas, ni siquiera a las buenas personas, a menos que vengan a El?” Al regresar a casa, los santos pensaron que no habían tenido la respuesta adecuada a sus preguntas y consideraron cómo podrían haberle respondido mejor.

  Estos santos se dieron cuenta de que el propósito de la reunión de hogar era alimentar al nuevo creyente, pero debieron haber aprovechado la oportunidad para ayudarle a este nuevo creyente a conocer al Espíritu Santo. Puesto que ésta fue una pregunta hecha por el nuevo creyente, los santos debieron haber hecho a un lado el tema de la lectura de la Biblia para otra ocasión y centrarse sólo en la pregunta. También habría sido mejor no sugerirle al nuevo que cantara en ese momento, puesto que otros temas introducidos en el himno podrían haber llegado a ser una distracción para responder la pregunta. Los santos podrían haber comenzado diciendo: “Hermana, ésta es nuestra carga al venir a reunirnos con usted. Nos gustaría ayudarle a que conozca que el Dios a quien adoramos, y el Salvador en quien creemos es Espíritu, y este Espíritu es el Espíritu Santo”. Entonces podrían haber invertido el mayor tiempo posible recalcando el asunto del Espíritu Santo.

  Inmediatamente después de que alguien es bautizado, debemos ayudar a este nuevo creyente a conocer los dos espíritus: el Espíritu Santo mezclado con nuestro espíritu humano. En este caso, el nuevo creyente hizo una pregunta en cuanto al Espíritu; por lo tanto, los santos no tenían necesidad de abordar este tema. Habría sido bueno que los santos hubieran usado toda la reunión de hogar para introducir a este nuevo creyente en el entendimiento de que Dios es Espíritu (Jn. 4:24) y de que Cristo es el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). No obstante, decir que el Dios Triuno es un misterio iba demasiado lejos y distraía del asunto primordial del Espíritu Santo.

  Tenemos que aprender a ir a las reuniones de hogar con un propósito definido. Pero al mismo tiempo, debemos ser rápidos para aprovechar la oportunidad cuando salga a flote una pregunta adecuada o un tema apropiado. Si los santos hubieran hecho un buen trabajo al responder la primera pregunta que fue hecha en cuanto al Espíritu Santo, aquella persona habría estado contenta y tal vez habría desechado la segunda. La segunda pregunta, en cuanto al porqué Dios no salva a los hombres a menos que vengan a El, quizá fue un interrogante para distraerlos de la meta principal de la reunión. La estrategia del enemigo es arruinar el trabajo en las reuniones de hogar, distrayéndonos de la meta. Tenemos que restaurar la reunión hacia la meta principal de nuestro propósito.

APROVECHAR TODA OPORTUNIDAD PARA ALIMENTAR A LOS NUEVOS CREYENTES

  Un hermano le habló a un nuevo creyente por teléfono porque este nuevo creyente había perdido una reunión y el hermano no quería dejar pasar mucho tiempo entre el tiempo de la salvación y la siguiente visita o reunión. En la conversación, el nuevo creyente le preguntó la razón por la cual había diferencia en las dos narraciones de la creación en los capítulos uno y dos de Génesis. Como era una conversación telefónica y el tema en cuestión requería tiempo para abordarlo apropiadamente, el hermano le pidió al nuevo creyente que estudiara un poco más los capítulos con miras a reunirse para hablar un poco más acerca de estos asuntos en la reunión de hogar siguiente. El hermano se preguntaba cómo responder la pregunta del nuevo creyente.

  Aunque es muy razonable hablar de un tema tal como éste más adelante, de todos modos debemos aprovechar cada oportunidad al cuidar de los nuevos creyentes para inyectar en ellos, para ministrarles, algo que tenga vida y verdad. Si hubieran tomado dos o tres minutos para decir algo en cuanto a Génesis 1 y 2, eso habría sido de ayuda para mejorar la conversación telefónica.

  Para responder esa pregunta en cuanto a la diferencia entre Génesis 1 y 2, usted debe, en primer lugar, señalar que Génesis 1 es el bosquejo de la creación, y que Génesis 2 contiene los detalles de ese bosquejo. Génesis 1:26 dice que Dios creó al hombre a Su imagen y según Su semejanza. Luego el capítulo dos nos da los detalles de cómo Dios creó al hombre. Dios usó dos materiales en la creación del hombre: el polvo y el aliento de Dios (v. 7). Dios usó el polvo de la tierra para formar el cuerpo del hombre, y usó Su aliento de vida para crear el espíritu humano dentro del hombre. De esta manera, hoy en día nosotros tenemos cuerpo y espíritu. Con esta palabra corta, usted le ayuda al hermano nuevo a conocer algo en cuanto a estos dos capítulos. Entonces usted podría proponerle que se reuniera con usted en un futuro cercano para hablar más acerca de este asunto.

  Cuando compartimos un tema con los nuevos creyentes, tenemos que tener presente que ellos son recién nacidos (1 P. 2:2a; 1 Co. 3:1b); por consiguiente, debemos alimentarlos con comida para niños. A fin de que nuestra obra sea efectiva, tenemos que aprender a alimentar a otros, y también tenemos que saber qué porciones darles. Puede ser demasiado profundo al comienzo alimentar a un niño con los escritos de Pablo. Nuestro contacto con los nuevos creyentes, que son como niños, envuelve dos aspectos diferentes. El primer aspecto tiene que ver con su educación y aprendizaje humanos. Si alguien es profesor, no debemos hablarle en una manera infantil, de otro modo, podría pensar que lo estamos menospreciando. Debemos tratarlo como a una persona culta, como a un erudito. El segundo aspecto tiene que ver con la condición y la edad espirituales de los nuevos creyentes. Según el aprendizaje humano, ellos pueden saber de ciencias, filosofía o sicología, pero según el entendimiento espiritual, son niños y no conocen las cosas espirituales. Por lo tanto, tenemos que ayudarlos como a uno que no sabe nada de asuntos espirituales. Por ejemplo, podríamos señalarles Génesis 1:26 y 2:7, y poner de relieve que el hombre es hecho conforme a la imagen de Dios y según Su semejanza, que fue formado del polvo, y que Dios sopló en él el espíritu de vida. Debemos hacer hincapié en estas dos cosas una y otra vez, tratándoles como a niños, alimentándolos con estas cosas profundas en forma de comida para niños. La comida para niños es muy nutritiva, pero la cantidad y la textura hace fácil que los niños lo digieran.

INVERTIR NUESTRO TIEMPO SABIAMENTE EN EL CUIDADO DE LOS NUEVOS CREYENTES

  Algunas veces los nuevos creyentes podrían pedirle que se enrole en sus actividades deportivas. En principio, usted debe determinar primero si dispone de tiempo. Luego, debe decidir si su intención es pasar tiempo con ese nuevo o participar en sus actividades deportivas. Si usted simplemente desea enrolarse en actividades deportivas, ha descendido a otro nivel. Su carga debe estar en aprovechar la oportunidad para pasar tiempo con el nuevo creyente a fin de hablarle quizá en camino a la actividad deportiva y al regreso. Si usted no tiene tiempo para hacer esto, pero desea pasar tiempo con el nuevo creyente, usted podría sugerirle que se reúnan en otra ocasión. El tal vez quiera pasar tiempo con usted, pero usted no debe desgastarse o malgastar su tiempo. Cuando usted invierta tiempo con los nuevos creyentes, debe aprovechar la oportunidad para espiritualmente brindarles ayuda.

PREPARAR PARA LAS REUNIONES DE HOGAR

  Antes de visitar a los nuevos en las reuniones de hogar, se debe dedicar algo de tiempo a la preparación. En ese tiempo de preparación debe haber comunión entre los miembros del equipo que va a salir a visitar en cuanto a la meta de la reunión de hogar. Ustedes no deben ir a las reuniones de hogar sin un propósito específico. Por supuesto, no deben convertir su propósito en un legalismo que no tiene flexibilidad alguna. No obstante, no importa cuán flexibles sean, ustedes deben ir con un propósito y una meta.

CUIDAR DE LA REUNION DE HOGAR DE ACUERDO CON SU AMBIENTE

  La manera de cuidar de una reunión de hogar —los himnos que cantamos y los versículos que leemos— debe estar de acuerdo con el ambiente específico de esa reunión de hogar. Empezar una reunión de hogar cantando un himno, sin que se tenga el ambiente adecuado, es practicar una forma religiosa. Simplemente cantar un himno es algo que pertenece a la religión. En general, según nuestro entendimiento, no está mal iniciar una reunión con un canto. Pero según lo que hemos aprendido y practicado en estos últimos años, este tipo de práctica es errónea. Esta práctica religiosa puede sólo corroborar en los nuevos su concepto pasado en cuanto al cristianismo.

CUIDAR DE LAS REUNIONES DE HOGAR EN UNA MANERA QUE TRAIGA VIDA, INSPIRACION Y REVELACION

  La manera en que empezamos una reunión debe estar llena de vida y espontaneidad, libre de todo tipo de religión. Si oramos, sugerimos un himno, abrimos las Escrituras, o le pedimos al nuevo que diga algo, tenemos que hacerlo en una manera llena de vida, habiendo ya preparado la atmósfera. Puede darse que antes de cantar cierto himno uno de los hermanos o hermanas lea algo de la Palabra. Tal vez los demás asistentes deseen leer de nuevo esa porción. Entonces alguien podría explicar esa porción de la Palabra con una o dos frases. A continuación podrían orar-leer esa porción de la Palabra. Finalizar esa clase de lectura tal vez requiera diez minutos. Tal lectura dejará en el nuevo la impresión de algo lleno de vida, y le preparará para adentrarse en el himno. De este modo, su participación es algo más que meramente cantar un himno.

  Todo lo que hagamos en cualquier tipo de reunión debe estar lleno de vida, debe ser conmovedor, y debe ser algo que el Espíritu pueda usar para inspirar y revelar algo a las personas en cuanto al misterio de Dios. No debemos hacer nada como una simple actividad religiosa. Ayudarle a la gente a ser avivada o a amar la Biblia puede ser también una actividad religiosa, lo cual es muy común en el cristianismo. Este tipo de labor es muy general. Pero leer y cantar un himno, como por ejemplo el #537 de Hymns [Himnos] en cuanto al Cristo que es tan subjetivo, impresionará al nuevo creyente en una manera especial. Recalcar que Cristo es subjetivo es algo en verdad nuevo para los cristianos que están en el cristianismo. Cristo no es sólo una persona histórica, que es meramente objetiva; más bien, el Cristo que es nuestro Salvador es muy subjetivo. Ayudar a un nuevo con un tema tan particular es cuidar de las reuniones de hogar de una manera llena de vida, inspiración y revelación, libre de toda religión.

  La nueva manera es algo vivo, completamente ajeno a la religión. La nueva manera aclara, revela e inspira. La nueva manera no es una obra al estilo o según la forma de algún tipo de religión. Es algo completamente dentro de la realidad de vida. Cuando usted ministra a Cristo, haciendo hincapié en Su ser subjetivo, no sólo el nuevo recibe ayuda, sino también aquellos que, junto con usted, están cuidando de la reunión de hogar.

APRENDER A USAR LAS PALABRAS DE LOS NUEVOS CREYENTES EN UNA MANERA POSITIVA

  Recientemente, en una reunión en la universidad, un hermano nuevo, aunque había recibido ayuda de la práctica de invocar el nombre del Señor, preguntó en qué forma invocar el nombre del Señor es diferente del sentimiento producido al repetir una consigna como: “No desistas” o “Nunca te rindas”.

  Quizá la mejor manera de ayudar a este nuevo hermano es sencillamente animarlo a que nunca desista de invocar el nombre del Señor, animarlo a que toque al Señor todo el día. La mejor manera de ayudar a los nuevos creyentes es simplemente tomar sus palabras y decirles algo definido y específico, de acuerdo con su necesidad. En este caso, usted podría decir: “Hermano, no desistas de tener contacto con el Señor. No desistas de permanecer en el espíritu. No desistas de invocar el nombre del Señor. No te rindas y sigue haciendo todas estas cosas positivas”. Cuando nosotros usamos sus palabras y los dejamos con algo positivo, pueden ellos ser inspirados, impresionados y guardados en el ambiente, el espíritu, de la comunión de esa reunión.

TRATAR CON PROBLEMAS EN LAS REUNIONES DE HOGAR

  Algunos santos se estaban reuniendo con un nuevo creyente que había renunciado a su trabajo en esos días. Al cuidar de este nuevo, uno de los hermanos ofreció ayudarle a escribir un historial personal para solicitar un nuevo trabajo. Al hermano también le pareció que este nuevo necesitaba ayuda en cuanto al asunto de la autoridad, pero estaba indeciso en cuanto a la manera de compartir este asunto y a la vez permanecer en la esfera de alimentar un niño en Cristo.

  En este caso, sería mejor no tocar el problema de su falta de trabajo. Ayudarle a hacer algo en cuanto a su situación laboral, simplemente lo hundiría más en ese problema. El hermano que está cuidando de este nuevo creyente debe poner énfasis en el asunto de tocar al Señor y de volverse al espíritu. Nuestra labor entre la gente está en el ámbito espiritual. Este hermano debe tratar de traer al nuevo creyente a la esfera espiritual, a la experiencia de la presencia del Señor y a Su rica unción.

APRENDER A CUIDAR DE LAS REUNIONES DE HOGAR SEGUN UNA META DEFINIDA

  Un grupo de santos ha estado visitando desde hace varias semanas a una pareja nueva. La pareja está muy abierta a estos santos, pero todavía no se ha bautizado. Ellos han hecho algunas preguntas básicas acerca de varios asuntos, como por ejemplo el espíritu humano, así que los santos simplemente han respondido sus preguntas. En la última visita, la pareja les preguntó a los santos qué era lo que el Señor requería que ellos hicieran puesto que ya eran cristianos. Sabiendo que estaban todavía sin bautizar, los santos los guiaron a leer Juan 3:5, que habla del bautismo. La pareja respondió que no estaba lista y que primero necesitaba aprender más en cuanto a la Biblia. En esa ocasión los santos juzgaron conveniente no presionarlos más en cuanto al bautismo. Pero ahora se preguntan cuál debe ser el próximo paso para ayudarle a esta familia a seguir adelante con el Señor.

  Estos santos han sido un poco generales en su cuidado por estos nuevos creyentes, no habiendo dado pasos definidos para ayudarles. Cuando la pareja les preguntó acerca de lo que requería el Señor que hicieran Sus creyentes, se presentó la oportunidad perfecta para bautizarlos. En esa ocasión los santos pudieron haber presentado Marcos 16:16 que dice: “El que creyere y fuere bautizado será salvo”. Luego les habrían podido señalar que ésta es una palabra que salió de la boca del Señor. Pudieron haberles dicho: “Esta palabra de Marcos 16:16 nos insta a creer y a ser bautizados. Ustedes ciertamente ya han creído, y por lo tanto, son salvos. Pero todavía no son bautizados. Hoy, ustedes preguntan: ‘¿Qué requiere el Señor que hagan los cristianos?’ Después de leer este versículo ustedes deberían decirnos qué deben hacer”. Ellos podrían responder a esto: “Nosotros tenemos que ser bautizados”. De esta manera, los santos habrían ayudado a esta pareja a ser bautizada. No debemos forzar la gente a que haga cosas, pero hasta cierto punto debemos simplemente instar a la gente a que tome la palabra del Señor.

  Cuando vayamos a laborar en las reuniones de hogar, debemos siempre tener un propósito definido. El principal propósito por el cual tenemos las reuniones de hogar es nutrir a los nuevos creyentes, pero cada madre que nutre a su recién nacido, lo hace con una meta definida. El tipo de alimento que la madre usa, depende de la situación del nene. Nutrir a los nuevos creyentes sin ningún propósito es correr el riesgo de dañar, a largo plazo, su salud espiritual.

LECCIONES DE VIDA

  Después de seis meses de cuidar de la reunión de hogar semanalmente, usted debe primordialmente tratar de ayudar a los nuevos creyentes conforme a las lecciones del libro Lecciones de vida. Claro que usted no podrá terminar las cuarenta y ocho lecciones en sólo veinte semanas o más. Pero nosotros, como aquellos que cuidan de las reuniones de hogar, debemos estar familiarizados con las cuarenta y ocho lecciones. El libro Lecciones de vida fue escrito según la secuencia de la experiencia cristiana, no según la doctrina. Pero estas lecciones no deben ensañarse como un libro de texto. Usted debe poner estas cuarenta y ocho lecciones en su corazón y estar muy familiarizado con su contenido. Entonces, mientras que usted se prepara para ir a la reunión de hogar, tendrá un sentir profundo en cuanto al punto sobre el cual debe laborar para infundirlo en los nuevos creyentes alimentándolos. Su propósito y meta podría ser ayudar a los hermanos nuevos a conocer y a experimentar su espíritu regenerado. Pero al llegar a la reunión de hogar, el ambiente y la verdadera necesidad del momento puede ser completamente diferente. La necesidad urgente puede ser compartir con ellos algo acerca de tratar con los ídolos. Posponer este asunto hasta la semana siguiente sería demasiado tarde. Por lo tanto, usted debe hacer a un lado el asunto del espíritu humano e inmediatamente abordar el asunto de tratar con los ídolos. Al compartir este asunto, usted logrará abarcar, durante esa visita, otra de las cuarenta y ocho lecciones”.

  En la siguiente visita usted puede tener como meta una vez más el espíritu humano al alimentar a los nuevos. El ambiente, no obstante, puede todavía no ser propicio para tratar el asunto del espíritu humano; puede quizá ser apropiada para hablar de conocer la Biblia. En un ambiente semejante, insistir en deshacerse de su carga en cuanto al espíritu humano sería un legalismo. Además sería erróneo. Usted debe encajar en la situación, percibiendo el ambiente y dando una palabra en cuanto a la Biblia, la revelación divina. Al hacer esto, usted espontáneamente abarca otra lección de las cuarenta y ocho. Quizá usted no haya usado una copia del libro Lecciones de vida, pero ha tratado ya una de sus lecciones. Haciendo esto una y otra vez, a la larga, abarcará cada lección del libro en una manera viviente y flexible, de acuerdo con la situación.

  Laborar en las reuniones de hogar es nutrir a los nuevos creyentes con el alimento para niños contenido en las Lecciones de vida. Cada lección es como un frasco de alimento para niños. Usted debe mantener cada lección en el “bolsillo” de su corazón. Así, cuando haya una necesidad, igual que un médico después de diagnosticar, usted puede satisfacer cualquier necesidad del paciente. Usted no sólo sabe qué medicina recetar, sino que también tendrá a mano la medicina para dársela. Tenemos que nutrir a los nenes con comida para niños.

  No debemos conducir las reuniones de hogar sin un rumbo determinado. Debemos siempre llevar a cabo las reuniones de hogar con el propósito de inyectar una de las Lecciones de vida en los nuevos creyentes. Tal vez no podamos terminar las cuarenta y ocho lecciones con un nuevo creyente en seis meses, pero tal vez sí podamos completar por lo menos veinte en ese período de tiempo. El material contenido en una lección puede ser demasiado para una sola inyección, pero tenemos que darnos cuenta de que cada lección es como una “canasta de duraznos”. Quizá sólo una porción de la canasta sea necesaria para el nuevo creyente que nosotros estamos cuidando. Debemos alimentar a los nuevos creyentes de acuerdo con su necesidad.

APRENDER A CUIDAR DE LA GENTE ES UN ASUNTO DE TODA LA VIDA

  Durante muchos años en las iglesias hemos sufrido pérdida por dos razones. No alimentábamos a otros en las reuniones de hogar, y no sabíamos cómo alimentarlos. En el pasado, es posible que alguien haya sido bautizado, y que nosotros hayamos tenido la carga de visitarlo, pero después de varias visitas perdimos el interés porque no supimos qué hacer y porque hubo poco resultado. De la misma manera, el nuevo creyente a quien visitamos tuvo poco interés en continuar recibiendo nuestras visitas. Todos nosotros debemos aprender a hacer la labor de tener reuniones de hogar para nutrir a los nuevos creyentes con alimento para niños.

  En el período de 1940 a 1943 en la iglesia en Chifú, empecé a aprender a visitar los hogares y a cuidar de los nuevos creyentes. Ahora estoy apenas abriendo algunas puertas para que ustedes aprendan todo lo que puedan. En este entrenamiento estoy simplemente abriendo las puertas y dando direcciones para que ustedes vayan y aprendan más. Gradualmente, día tras día, al cuidar de dos o tres nuevos creyentes todo el año, llevaremos a la vida de la iglesia dos o tres personas anualmente que sean fruto permanente. En el curso de nuestra vida, podríamos traer de cien a ciento cincuenta a la vida de la iglesia. Asegúrese de que cuando entremos en los tabernáculos eternos (Lc. 16:9), estos cien o ciento cincuenta lo reciban. ¡Qué vida tan maravillosa es ésta! Hacer la obra de nutrir a los creyentes en las reuniones de hogar edifica a la iglesia y nos ayuda a saber lo que significa ser edificados con otros.

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