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Mensajes del libro «Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El»
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EL EJERCICIO Y LA PRACTICA DE LA MANERA ORDENADA POR DIOS

MENSAJE VEINTICINCO

LA PRACTICA DE LA REUNION DE GRUPO

  Lectura bíblica: He. 10:24-25; 2 Ti. 2:2; Ef. 4:11-12

EL COMIENZO DE LA REUNION DE GRUPO

  En este mensaje seguiremos teniendo comunión en cuanto a la práctica de la reunión de grupo. En primer lugar tenemos que considerar cómo debemos venir a una reunión de grupo y cómo debemos entrar en una reunión de grupo. No debemos venir a la reunión de grupo de una manera religiosa. Debemos venir en una forma normal y espontánea. Podemos cantar si estamos solos y podemos tener comunión si venimos acompañados. Siempre es bueno venir hablando, bien sea al Señor o unos a otros. Si esperamos hasta que estemos en la reunión para cantar o hablar, tal comportamiento es religioso. Todos tenemos que aprender a hacer esto de una forma natural y espontánea.

  Entonces, cuando entremos en una reunión, podemos cantar, orar, o simplemente alabar al Señor. Es mejor no averiguar por otros, pero si tenemos carga, debemos orar por ellos. No debemos tener nada ajeno o religioso en la reunión de grupo; debemos estar en el espíritu y en vida. Entonces cuando otro entra, puede simplemente unirse a lo que estamos haciendo. Si estamos cantando u orando, él puede simplemente unirse a nuestro canto o decir “amén” a nuestra oración. De este modo comienza la reunión de grupo. Luego, al llegar los demás, pueden también venir hablando o cantando.

COMUNION, INTERCESION, CUIDADO MUTUO Y PASTOREO

  Todo debe ser hecho en una forma natural o normal. Hay muchas maneras de practicar la reunión de grupo. Tal vez usted haya oído que cierto hermano acaba de tener un accidente automovilístico. Cuando usted llega a la reunión, usted podría decir: “Hermanos y hermanas, el hermano Juan tuvo un accidente automovilístico”. Esto es comunión. Luego alguien espontáneamente intercede por ese hermano. En la reunión de grupo, cantar, tener comunión e interceder son cosas que deben ser hechas en una forma normal y espontánea.

  En primer lugar, la reunión de grupo debe ocuparse de la comunión adecuada. Muchas cosas debieron de haber sucedido desde la reunión de grupo de la semana anterior. Por tanto, cuando nos reunimos, debemos tener comunión unos con otros. Este tipo de comunión puede espontáneamente volverse intercesión de unos por otros. Luego, después de la intercesión, podemos tener algo de cuidado mutuo. Después de orar por el hermano que tuvo el accidente, tal vez alguien sepa si está en su casa o en el hospital. Entonces, de inmediato, algunos pueden ir a visitarlo. Esto es pastoreo. Junto con el pastoreo podríamos brindarle alguna ayuda. Debemos considerar la familia de este hermano y la situación económica. Quizá algunas hermanas quieran visitar a la esposa y los hijos de este hermano. Todas estas cosas pueden ser hechas en una forma espontánea. En la reunión de grupo debemos ocuparnos de la comunión, la intercesión, el cuidado mutuo y el pastoreo.

  Por medio de la comunión mutua, podemos conocer la situación unos de otros y considerarnos unos a otros. En Hebreos 10:24-25 hay tres importantes palabras en cuanto a la reunión de grupo. El versículo 24 dice: “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”. “Considerarnos” implica comunión. Si no tenemos comunión, ¿cómo podemos considerarnos unos a otros? La siguiente palabra es “estimularnos”. Esa consideración debe dar como resultado que nos estimulemos unos a otros al amor y a las buenas obras. Luego, en el versículo 25 debemos ser aquellos que “se exhortan” unos a otros. No debemos tomar estas tres palabras —considerar, estimular y exhortar— como una doctrina, pero sí debemos practicar inmediatamente estas cosas en las reuniones de grupo. Si nos consideramos unos a otros, ciertamente tendremos algo sobre lo cual podemos tener comunión cuando nos reunamos. Este tipo de comunión conducirá espontáneamente la reunión a la intercesión. Esta oración de unos por otros nos llevará a un cuidado mutuo. Así, el cuidado mutuo nos guía al pastoreo, y el pastoreo nos conduce a brindar ayuda, bien sea espiritual, práctica o material. Mediante estas prácticas, nuestra reunión de grupo satisfará de manera completa las necesidades de los santos.

LA ENSEÑANZA EN MUTUALIDAD PARA EL PERFECCIONAMIENTO DE LOS SANTOS

  Después de tener comunión, intercesión, cuidado mutuo y pastoreo, que incluye prestar ayuda, llegamos al propósito principal de la reunión de grupo: el perfeccionamiento de los santos. Perfeccionar a los santos es edificarlos, enseñarles y formarlos. Este perfeccionamiento depende de nuestra enseñanza, pero no debemos enseñar en la forma que lo hace el cristianismo, donde un solo hombre habla y el resto escucha. Ese método no hace que se desarrollen los dones de los santos. En la reunión de grupo la enseñanza es llevada a cabo por cada miembro en mutualidad. Si tenemos un profesor que se nos ha asignado, cada uno vendrá meramente a escuchar la enseñanza de ese profesor. Eso puede considerarse como una especie de reunión de grupo, pero es una reunión a la manera vieja; esto no es lo que la Biblia revela como una reunión de grupo, especialmente Hebreos 10:24-25: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras... exhortándonos”. Estos versículos muestran que una reunión de grupo está llena de mutualidad. Cada vez que nos juntamos en una reunión de grupo, todos nos ejercitamos practicando. Mediante esta práctica cada uno desarrolla su función, su don y su habilidad espirituales. En la reunión de grupo cada uno es tanto un maestro como un aprendiz. Cada uno es al mismo tiempo uno que pregunta y uno que responde. Toda respuesta viene a ser parte de la enseñanza en la reunión de grupo.

  Debido a que la reunión de grupo debe tener algunos creyentes jóvenes, debemos aprender a empezar toda enseñanza con algo muy simple. Uno de los nuevos podría decir: “Yo fui salvo hace una semana y también fui bautizado, pero no entiendo esto del bautismo. ¿Qué es el bautismo?” Si después de una pregunta de éstas todos se vuelven a cierto hermano esperando una respuesta, entonces es que están en el método de la religión. Aun si la pregunta fue dirigida hacia un hermano en particular, sería perfectamente correcto que una hermana dijera: “Me gustaría decirle algo en cuanto al bautismo”. Esto mostraría que la reunión está llena de vida.

  Al hablar no debemos ser formales ni religiosos, sino que debemos ir directamente al grano. Una hermana podría decir: “El bautismo consiste en poner a alguien en el agua, y el agua es algo muy significativo”. Esto es simple y directo; éste es un buen comienzo, pero esta hermana o alguna otra persona debería continuar, compartiendo algo en cuanto al significado del agua usando algunos versículos de la Biblia. Todos debemos aprender a funcionar conjuntamente como un maestro: una hermana comparte algo, yo puedo añadir algo más, y algunos otros añaden otros puntos. Sin embargo, no debemos hacer esto en una manera necia. Debemos tener una continuidad adecuada al enseñar y al compartir acerca de los puntos de la verdad paso a paso. Finalmente, después de cinco minutos, siete diferentes santos pueden haber expresado un punto en cuanto al bautismo. Estos siete puntos en conjunto deben ser un buen mensaje corto en cuanto al bautismo.

  Es posible que haya un hermano entre nosotros que tenga más experiencia y más conocimiento de la verdad, pero éste tiene que aprender a no ser el único maestro en la reunión de grupo. El debe sentarse y escuchar mientras que todos los presentes funcionan. Luego, en cierto momento, él podría juzgar que el asunto ha sido abarcado pero que se necesita una conclusión. Entonces este hermano podría dar una palabra como conclusión a lo que compartieron las siete personas, a fin de completar este corto “mensaje”. De esta manera todos aprenden algo en un corto período de tiempo.

  Al practicar la reunión de grupo, aunque estamos enseñando a otros, tenemos que darnos cuenta de que también estamos aprendiendo a enseñar. No debemos pensar que nuestra enseñanza es tan buena o tan completa. Un nuevo creyente podría decir: “Yo fui bautizado la semana pasada, y noté que todos ustedes invocan al Señor. Ustedes me pidieron que también yo invocara al Señor. Pero cuando invoqué al Señor esta semana, no sentí nada. Me da la impresión de que ustedes sienten algo. ¿Por qué yo no siento nada?” Podríamos responder a esta pregunta de muchas maneras, pero tenemos que aprender a responder esa pregunta en una manera simple y directa. Alguno podría responder diciendo: “Invocar el nombre del Señor es sencillamente como respirar. Muy frecuentemente, cuando respiramos no sentimos nada, pero cuando respiramos profundamente, sentimos algo. De esta manera, cuanto más alto uno invoque, más sentirá”. Con una respuesta de sólo unas frases, podemos responder a una pregunta así.

  Muchas veces cuando tratamos de responder una pregunta, damos muchas buenas enseñanzas, pero no la respondemos de acuerdo con el pensamiento del que preguntó. Por tanto, mientras uno enseña, todos los demás deben aprender. De este modo todos se ejercitan. Todos estamos siendo entrenados, algunas veces por medio de observar un ejemplo negativo. Podríamos darnos cuenta de que, a pesar de que la respuesta de alguien es buena, no responde la pregunta. Tenemos que aprender a responder en una manera acertada. Después de irnos a casa podemos considerar ciertas preguntas, así que la próxima vez que la misma pregunta sea hecha, podremos contestarla en una mejor manera. Cada santo podría asistir a cuarenta y cinco reuniones de grupo en un año. Durante este período de tiempo aprenderemos mucho, y nuestros dones pueden ser desarrollados.

  Además, en nuestra práctica de las reuniones de grupo, nuestra enseñanza no debe ser demasiado larga. Si decimos una palabra corta que llegue al meollo del asunto, es suficiente. No debemos tratar de responder todas las cosas tratando de abarcar todos los aspectos. Debemos procurar dejar más tiempo para que otros digan algo. Entonces aprenderemos más.

  Cuando alguno hace una pregunta práctica, usted debe en primer lugar darle una respuesta práctica, y debe procurar que su respuesta sea breve. Alguno podría preguntar: “Ustedes hablan acerca de adorar a Dios. ¿Cómo adoran ustedes a Dios?” Usted podría responder: “Adorar a Dios no es inclinarse o postrarse uno, como piensa mucha gente. Esa no es la adoración que enseña la Biblia. Adorar a Dios es simplemente tocar a Dios. Cuando usted ora a Dios, ésa es su adoración a El. Cuando usted canta para Dios o le alaba, está adorándole. Incluso cuando usted está sentado considerando lo que Dios es, está adorando a Dios de otro modo”. Esta respuesta es suficiente. Usted ya ha dicho algo, ahora dé tiempo a los demás. Entonces una hermana podría concluir la respuesta a dicha pregunta diciendo: “Para orar a Dios, para alabarle, para cantarle y para invocarle, usted tiene que ejercitar su espíritu. La Biblia nos dice en Juan 4:24 que Dios es Espíritu, así que los que le adoran, deben adorarle en espíritu”. Esto no es demasiado doctrinal, y además le da cierta instrucción práctica. Si usted le da a alguien una buena respuesta, ésta puede implicar mucha enseñanza.

  Alguno podría preguntar cómo leer la Biblia. Hay muchas maneras de contestar esta pregunta. Usted podría enseñarle a orar-leer la Palabra. Esto no estaría mal, pero no sería la mejor respuesta. Usted debe darle una instrucción directa y breve. Usted debe siempre considerar la pregunta de la otra persona, y no responder según su propio concepto. Usted debe responder según el concepto del que preguntó. El pregunta cómo leer la Biblia. Usted podría decir: “La mejor manera de leer la Biblia es simplemente leerla. Sencillamente léala una y otra vez”. Luego podría ir un poco más lejos y decirle que la Biblia es la Palabra de Dios, de modo que puede orar antes de leerla. También debe aconsejarle que lea toda la Biblia consecutivamente sin saltar de un libro a otro, y que es mejor empezar con el Nuevo Testamento. Si él recibe estas sugerencias y las pone en práctica, le serán de mucha ayuda. Si todavía tiene tiempo en una reunión de grupo, usted puede avanzar un poco, pero no vaya demasiado lejos de una vez. No olvide que él es un nuevo aprendiz. Si usted va demasiado lejos, él no podrá entender mucho.

  Algunas preguntas hechas por los nuevos son muy triviales. No tienen nada que ver con un punto crucial ni con una doctrina, así que no debemos gastar mucho tiempo en esos asuntos. Algunas preguntas están relacionadas con asuntos básicos como el bautismo o invocar al Señor. Para éstas necesitamos invertir más tiempo a fin de responderlas adecuadamente.

  Un nuevo podría preguntar acerca de lo que es comer y beber a Dios. Es posible que se ofenda cuando hablamos de esto, creyendo que es irrespetuoso hablar así. ¿Cómo podríamos responderle? Usted tal vez vaya inmediatamente a Juan 6 y le enseñe a esta persona; no obstante, antes de que usted lleve a las personas a la Biblia, sería bueno que les diera una respuesta simple y práctica. Podría decir: “Dios es nuestra provisión, pero El es Espíritu. Esto es muy misterioso. Es difícil entender cómo podemos nosotros recibir Su provisión. La Biblia nos dice que Dios es nuestro alimento y que Dios es nuestra agua viva. Ya que Dios es nuestro alimento, debemos comerlo; puesto que El es nuestra agua viva, tenemos que beberlo. ¿Cómo podemos comerle y beberle? Comerle es leer Su Palabra, la Biblia. Cuando leemos la Biblia considerando lo que hay allí, ingerimos a Dios. De este modo Dios llega a ser nuestro alimento, una especie de provisión de vida. Luego, cuando oramos a El e invocamos Su nombre, le tomamos. Tomarle es beberle”. Todos ustedes deben aprender a dar respuestas sencillas, con todo, esta respuesta sencilla implica muchos puntos. Esta es una buena enseñanza.

  Este asunto de comer y beber a Dios es un punto importante, de manera que ustedes deben invertir más tiempo para abarcar dicho asunto. Sin embargo, no introduzcan otros puntos que tienen cierta afinidad pero que no están incluidos en el marco de la pregunta. Es mejor recalcar un punto varias veces que causar distracción. El problema con este nuevo es que él piensa que decir que nosotros comemos y bebemos a Dios es una falta de respeto. Usted podría decir: “Esto tal vez le suene crudo, pero tenemos que considerar lo que Dios es para nosotros. El no sólo es nuestro Señor y el objeto de nuestra adoración; El es vida para nosotros. La Biblia aun nos dice que El es nuestro alimento y nuestra agua viva. Hasta el mismo Señor Jesús dijo que El vino como pan celestial. El mismo nos dice que aquel que le coma vivirá por El. Recibimos el alimento comiéndolo, no adorando el alimento. Adorar el alimento sería una necedad. Cuanto más comemos el alimento, más lo respetamos. El Señor es nuestra agua viva. Cuanto más bebemos de El, más le respetamos. Comerle concuerda con Su propósito para con nosotros. No menospreciamos ni desatendemos a Dios porque El es nuestra comida y nuestra bebida. Por consiguiente, tenemos que comerle, y tenemos que beber de El”. Esto es responder la pregunta dentro de los límites del enfoque de la pregunta.

  En todo el recobro, la práctica de tener reuniones de grupo según la manera bíblica apenas ha comenzado. Anteriormente no teníamos la práctica orgánica de las reuniones de grupo. Todos ustedes tienen mucho que aprender, por tanto, deben avanzar gradualmente en las reuniones de grupo. Después de practicar fielmente por un año aproximadamente, esto se formará como un hábito positivo entre nosotros. Algunos hermanos que están en el entrenamiento de tiempo completo y que están aprendiendo a practicar este camino llevarán esto a todo lugar.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

  Pregunta: Algunas veces en una reunión un nuevo pregunta algo que es peculiar o que trae a colación un tema que no es muy apropiado. ¿Cómo le respondería usted en una manera cuidadosa que no lo ofenda ni lo insulte?

  Respuesta: Esto es algo que todos ustedes deben aprender. Si alguien trae un tema que no es muy apropiado, ustedes tienen que volver ese asunto impropio en algo bueno. Ustedes pueden cambiar todo el panorama simplemente hablando de algo bueno. No tienen que discutir con él, pero sí deben tratar de apaciguar cualquier disturbio en la reunión.

  Pregunta: En una reunión de grupo, hay algunos que tienen la tendencia a “quedarse con el balón”. La reunión es como juego, y todos debemos pasarnos el “balón” unos a otros. Pero algunos retienen el “balón” y dan muchos rodeos, hablando algo natural. Como resultado, la reunión sufre. No obstante, ellos son jóvenes en el Señor y sensibles en cierto grado, así que nosotros tememos ofenderlos y cortarlos en seco. ¿Cómo se puede manejar apropiadamente una situación semejante?

  Respuesta: En primer lugar, no son muchos los hogares que tienen este problema. En algunos hogares la situación puede ser difícil de tratar, pero por lo general tenemos que creer que la mayoría de los hogares tendrá un buen ambiente. Si se da este problema en una de sus reuniones de grupo, la primera cosa que usted puede hacer es ignorar el asunto. Si usted los reprende, ellos reaccionarán en contra. Entonces la reunión se vuelve una reunión de pelea. La mayoría de las personas que están en las reuniones de grupo son muy capacitados para esto, así que es mejor dejar que aquellos que son buenos “lleven el balón”. Trate de que el “balón” no caiga en manos de esos que causan problemas. En este tiempo de disturbios, en la vida de la iglesia hay algunos, aunque no son muchos, que causan problemas. Animamos a aquellos que quieren seguir adelante que “jueguen con el balón” en la manera correcta. Finalmente, la atmósfera cambiará en el lugar donde usted está.

  Ningún disturbio perdura para siempre. Nunca he visto un tifón que dure todo un mes. El tifón viene y el tifón se va. No tienen que preocuparse. Simplemente estén en paz y gozosos. Algunas veces todos debemos decir: “Aleluya, ninguna tormenta permanece para siempre”. Me alegro de no estar en la tormenta. Cuando la tormenta se va, yo me quedaré. No se una a la tormenta. Si usted se une a la tormenta, cuando ésta se vaya, también usted se irá. Todo aquel que esté en la tormenta, no permanecerá.

  Mi ministerio ha perdurado a lo largo de cincuenta y siete años, desde 1932. Puedo testificar que en estos cincuenta y siete años he visto muchas tormentas. Con el tiempo aprendí que ninguna tormenta dura mucho tiempo. Las tormentas no me hacen alarmar; las conozco muy bien. Parece que cada nueva tormenta hace mucho ruido, sin embargo, para mí no es ruido sino música. No tengo que molestarme porque cada tormenta que viene, se va. Donde quiera que usted esté, no se preocupe; la tormenta pasará.

  Pregunta: Cuando los nuevos vienen a la reunión de grupo, se ponen tan rígidos y tensos. Hemos tratado diferentes cosas para romper esta clase de atmósfera. ¿Puede usted compartir algo en cuanto a esta situación?

  Respuesta: Ustedes no necesitan hacer nada diferente. Si ustedes practican según este principio, los nuevos serán liberados. No me preocupo tanto por los nuevos, pero sí me preocupan un poco los antiguos. Cuando todos los hermanos antiguos van a una reunión, su apariencia y postura podría hacer que los nuevos estuvieran atados. Si usted está atado, con seguridad ellos también lo estarán. En un hogar, todos los hermanos y hermanas pequeños siguen a los mayores. Si usted “juega con el balón”, los nuevos nunca estarán atados, sino que se le unirán para jugar. Cuando usted llega a la reunión de grupo, si todos ustedes funcionan en una manera activa y llena de vida, los nuevos posiblemente estén sometidos por media hora, hasta que también ellos digan: “¡Alabado sea el Señor!” y “¡Amén!” Si usted nunca dice: “Amén”, ellos nunca sabrán cómo decir: “Amén”. Si usted quiere que ellos “jueguen con el balón”, usted tiene que “jugar con el balón”. Entonces ellos se le unirán. Un niño puede aprender a hablar inglés simplemente oyendo; pero los inmigrantes que llegan a este país tienen que aprenderlo recibiendo enseñanza. En cierto sentido, somos como inmigrantes aprendiendo un nuevo idioma. Después de uno o dos años podremos hablar este nuevo idioma con propiedad. Es por esto que tengo que invertir mucho tiempo para que nos volvamos de la vieja manera a la nueva manera. Para esto necesitamos mucha práctica.

  Pregunta: Estamos encargados de una reunión de hogar que tiene tres nuevos y todos están en diferentes niveles de crecimiento. Muchas veces parece que ellos quieren hablar todos a la vez. Algunas veces parece que la reunión ha estado a punto de dividirse debido a que los jóvenes hablaban mucho. A mí me parece que nosotros debemos tomar la iniciativa de alguna manera, pero no sé qué hacer. ¿Qué debemos hacer en esta situación?

  Respuesta: Ustedes nunca deben tratar de mantener la reunión en mucho orden o muy callada. Siempre esperamos tener una reunión muy ordenada, pero no deberíamos tener esta clase de esperanza. Eso es religioso. Dejen que los nuevos se sientan libres. Si hay tres de ellos que hablan al mismo tiempo, ustedes deben decirles algo, pero deben decirlo en una manera alegre y alentadora. Cuando estos tres empiezan a hablar al mismo tiempo, usted podría sonreír y decir: “Me alegro mucho de que todos ustedes digan algo. ¿Qué les parece si le permitimos a este amado hermano hablar primero?” Con seguridad los nuevos se escucharán unos a otros, y los dos a quienes usted refrenó no se sentirán ofendidos. Todo depende de la manera en que usted maneje la situación, y de la manera en que usted les hable acerca de este tipo de cosas. Cuando el primero termine, no le pida al segundo que hable inmediatamente. Más bien, aproveche la oportunidad para resolver algunos de los problemas del que acaba de hablar. De este modo, usted puede hacer girar toda la reunión, y los otros dos no se ofenderán. Esta es otra cosa que todos ustedes deben aprender en cuanto a manejar las reuniones de grupo.

  Pregunta: Estuve en una reunión de grupo muy disfrutable, donde muchos hablaron, pero luego un hermano empezó a hablar por más de diez minutos. El siguió hablando y hablando, y todos los nuevos se empezaron a incomodar. Incluso, uno de los nuevos salió del cuarto. Finalmente yo dije: “Hermano, cantemos un himno”. ¿Es esta la manera de manejar la situación?

  Respuesta: Ustedes tienen que ser sabios. Al comienzo de la reunión ustedes podrían decir: “¿Qué les parece si cada uno de nosotros habla no más de dos minutos?” Todos podemos hacer esto al comienzo de la reunión, haciéndolo una especie de regla. Aun si ustedes no dicen eso, si lo que alguno habla es muy largo, como ocho o diez minutos, ustedes todavía pueden manejar la situación en una manera amorosa. Ustedes podrían decir: “Hermano, demos tiempo a los demás”. La mayoría de las personas escucharían esto. Los jóvenes usualmente acatarían esta palabra, pero los más antiguos dirían: “Denme un minuto más”. Esto significa otros diez minutos. No discuta, déjele continuar. Después de un minuto, diga: “Hermano, ya pasó un minuto. Dejemos la reunión a los demás”. La mayoría de las personas, hasta los antiguos, aceptarían esto. Pero algunas veces viene la tormenta; cuando venga ustedes tienen que soportarla. No se moleste; ella pasará. Este no es el problema, así que no discutan por ese asunto. Si lo hacen, ustedes volverán este asunto un problema, y ustedes sufrirán.

  Pregunta: Una de las cosas que hemos estado practicando con los nuevos es hacerles una pregunta para hacer que ellos digan algo. ¿Es esto provechoso?

  Respuesta: Esto es absolutamente correcto. Si los nuevos no tienen una pregunta en la reunión de grupo, ustedes tienen que aprender a iniciar un tema haciendo una pregunta. Sin embargo, ustedes deben hacer la pregunta como lo haría un nuevo. No pregunte como si usted fuera el apóstol Pablo. Eso causaría problemas. Ustedes deben hacer un tipo de pregunta que dé comienzo a algo, tal como un nuevo, a fin de producir algunas respuestas. Entonces, aquellas respuestas vendrán a ser enseñanzas.

  Pregunta: Anteriormente usted dijo que nosotros debíamos ir a la reunión de grupo con una meta específica. Si en una reunión de grupo las preguntas hechas no concuerdan con la meta de la reunión, ¿debemos responder las preguntas y olvidarnos de nuestra meta?

  Respuesta: ¿Cuál es la meta de la reunión de grupo? La meta de la reunión de grupo es perfeccionar a los santos; no es un tema en particular. Usted posiblemente tenga la carga de enseñarles acerca de la justificación, y ahora ellos le están preguntando en cuanto a comer y beber a Dios, pero ésta no era su meta para la reunión. Esto muestra que ustedes son religiosos. Ustedes son muy legalistas. La meta de la reunión de grupo es perfeccionar a las personas. Si usted solamente alcance esta meta, será maravilloso. Si lo que usted enseña es la justificación o por qué debemos comer y beber a Dios, ambos casos ayudan a alcanzar este propósito. El propósito es perfeccionar. Ciertamente usted tiene que preparar algo, pero de todos modos debe dejar el asunto completamente en las manos del Espíritu Santo. Entonces, usted puede ser flexible y simplemente seguir. Usted debe aprender a ser flexible siempre. Quizá usted piense que aprender todo esto es muy difícil, pero esto no es invención mía. Esto es lo que la Biblia revela.

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