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Mensajes del libro «Entrenamiento para ancianos, libro 01: El ministerio del Nuevo Testamento»
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CAPÍTULO SEIS

LA CONTINUACIÓN Y EL DESARROLLO REALIZADOS EN LA PARTE DEL MINISTERIO NEOTESTAMENTARIO CORRESPONDIENTE A PABLO

  De los veintisiete libros del Nuevo Testamento, catorce fueron escritos por Pablo. Por tanto, podemos decir que las epístolas de Pablo abarcan más de la mitad de los libros del Nuevo Testamento. En este capítulo, basados en sus catorce epístolas, veremos cuál es la parte que le corresponde a Pablo en el ministerio neotestamentario.

  Sin duda Pablo abarcó muchísimos asuntos en sus catorce epístolas. Por esta razón, es fácil desorientarse al profundizar en ellas, de la misma manera que una persona se perdería al internarse en un bosque. Quisiera alentar particularmente a los hermanos jóvenes a que dediquen más tiempo a leer los escritos de Pablo, si en verdad quieren adentrarse en sus profundidades. Es necesario que para ello no se apoyen en el conocimiento que hayan adquirido ni en sus propios conceptos teológicos, filosóficos, culturales, religiosos, éticos y morales; sino que acudan a estos catorce libros con una mente clara y despejada, con un espíritu abierto y con un corazón puro. De otra manera, les será imposible entender cabalmente lo que Pablo escribió. Además, será necesario que lean estas catorce epístolas más de diez veces; no les pido que hagan esto de una vez, pero quizás puedan leerlas una o dos veces a lo largo de esta semana, y luego volver a leerlas dentro de un mes, para después continuar leyendo de esta manera a lo largo de todo el año. Al leer estas epístolas, deben identificar los temas cruciales y tener en cuenta lo que hayan visto en los mensajes del Estudio-vida. Si logran prescindir de su propio conocimiento y, así, despojarse de todo cuanto ocupe su ser, despejar su mente y purificar su corazón, ciertamente lograrán ver algo.

CRISTO Y LA IGLESIA

  Después de invertir muchos años de estudio en esta línea, puedo afirmar que la parte del ministerio neotestamentario correspondiente a Pablo no difiere en manera alguna de la parte de dicho ministerio correspondiente al Señor Jesús. En realidad, la única diferencia es que cuando Pablo lleva a cabo el ministerio neotestamentario, éste ha avanzado; de hecho, avanzó significativamente de Cristo a la iglesia. Es menester que al leer estos libros tengamos en cuenta este punto crucial, a saber, que las catorce epístolas de Pablo tratan sobre Cristo y la iglesia.

  Hace algunos años, en Taiwán, empezamos a usar algunos lemas con respecto a Cristo y la iglesia, tales como: “Escogemos a Cristo y la iglesia”, y “El gran misterio es Cristo y la iglesia”. Tales expresiones aún son usadas por muchos de ustedes, amados hermanos del Lejano Oriente, pero según mi observación, todavía no han profundizado en el estudio de los demás aspectos de Cristo. Si bien tales lemas son muy populares, ustedes no han profundizado debidamente en su significado. Me temo que ustedes hayan tomado la vía más fácil. Por ello, al predicar así como al enseñar, ministrar u orar, ustedes lo hacen todo simplemente regidos por el conocimiento que han adquirido. Mucho me temo que sean como estudiantes que, habiéndose graduado de la escuela secundaria, ahora se rehúsan a avanzar a la universidad, o incluso como aquellos que se han graduado de la universidad pero se rehúsan a proseguir estudios más avanzados. En lugar de proseguir, se quedan donde están y usan sólo lo que aprendieron tiempo atrás. Por tanto, difícilmente las personas podrán ver progreso alguno en lo que ustedes comprenden respecto a los diferentes aspectos de Cristo o de la iglesia.

LA NECESIDAD DE MEJORAR CONSTANTEMENTE

  Ustedes han adquirido cierto entendimiento con respecto a Cristo y la iglesia; pero se limitan meramente a conservar lo que ya tienen y a recurrir a ello, sin experimentar avance ni mejora alguna. Por ello, no solamente quienes les escuchan pierden interés en estos temas, sino que incluso ustedes mismos carecen de interés por tales temas, debido a que ya no hay frescura. Algunos de ustedes siguen enseñando las mismas cosas acerca de Cristo, de la misma manera que lo hacían hace treinta años, incluso con los mismos detalles y tocando los mismos aspectos.

  Supongamos que ustedes se encontraran aprendiendo cosas nuevas con respecto a las matemáticas en una escuela de postgrado. En tal caso, cuando enseñen matemáticas a estudiantes de primaria ciertamente estarían en capacidad de realizar una presentación que suscite gran interés, pues podrían instruirlos de una manera muy elemental al mismo tiempo que abordarían aspectos de gran riqueza. Así pues, ustedes enseñarían de una manera muy diferente a como lo haría un estudiante graduado de la secundaria que quiera enseñar a la misma audiencia y que sólo consiga hacerles perder el interés en las matemáticas.

LA ENCARNACIÓN DE CRISTO REVELADA EN LOS ESCRITOS DE PABLO

  Ahora, veamos las enseñanzas de Pablo con respecto a Cristo. Quisiera darles ciertas pautas que les ayuden a profundizar en las enseñanzas de Pablo concernientes a Cristo y la iglesia. Una vez que hayan leído las catorce epístolas de Pablo por lo menos diez veces, todavía será necesario más estudio.

  Después que hayan leído tales epístolas reiteradas veces, deberán elegir un determinado tema, tal como la encarnación de Cristo, y estudiar lo que dice Pablo al respecto. En esta primera etapa no es necesario que consulten otros libros, sino que deben seleccionar todos los versículos que, directa o indirectamente, se relacionen con dicho tema en las epístolas de Pablo. Una vez que hayan reunido tales versículos, deberán leerlos y orar; esto ciertamente hará que perciban algo.

  Si optan por estudiar los escritos de Pablo de esta manera, tengo la convicción de que lograrán percibir muchas cosas que no veían antes. Por ejemplo, muy pocos lectores prestan atención a las palabras de apertura de Pablo en el libro de Romanos. Él primeramente declara que lo que ha de escribir en ese libro es el evangelio de Dios, el cual Dios había prometido antes por medio de Sus profetas, acerca de Su Hijo. Después nos dice que, según la carne, Jesucristo era del linaje de David, pero que según el Espíritu de santidad, Él fue designado Hijo de Dios (Ro. 1:1-4). Aquí, la Persona de Cristo no sólo es revelada, sino también es descrita ampliamente. Por consiguiente, tenemos aquí un versículo que nos muestra por lo menos un aspecto de la encarnación de Cristo. Afirmar que Cristo proviene del linaje de David según la carne, tiene que ver directamente con Su encarnación. Pero dudo que muchos de ustedes hayan prestado atención a este asunto al leer estos versículos de Romanos, debido al concepto tan arraigado que tienen de que Romanos trata sobre el pecado y la condenación, así como sobre la justificación, la santificación y la transformación que Dios efectúa.

  Sin embargo, en sus palabras de apertura del libro de Romanos, el apóstol Pablo no nos dice que el evangelio implica todas estas cosas. Él hizo hincapié en que el evangelio de Dios trata sobre el Hijo de Dios según dos elementos: según la carne y según el Espíritu. Posiblemente algunos de ustedes hayan leído este libro varias veces, pero dudo que hayan prestado debida atención a este asunto. Temo que sepan muchas cosas, pero que descuiden la Persona de Cristo.

MANTENERSE EN LA LÍNEA CENTRAL SIN SER DISTRAÍDOS

  He aquí algunas de las esencias intrínsecas, algunos de los elementos revelados en la parte del ministerio neotestamentario correspondiente a Pablo. Estos son asuntos cruciales. No hay necesidad de buscar cosas nuevas ni de hallar algún tema peculiar con el fin de presentar un mensaje diferente al mío; antes bien, es necesario que desarrollen el conocimiento de Cristo como el Hijo de Dios y como Aquel que procede del linaje de David según la carne, y que den mensajes sobre tales asuntos. No tienen que seguirme a mí; no tengo ningún interés en eso. Lo que me gustaría ver es que lo que ustedes ministren concuerde absolutamente con los elementos básicos, las esencias intrínsecas, del ministerio neotestamentario. Espero que todos ustedes puedan desarrollar más mensajes que los que yo he podido dar siguiendo esta línea; eso sería maravilloso.

  Por supuesto que me consternaría ver que alguno de ustedes enfatizara algún tema peculiar, algún pensamiento extraño, oscureciendo así el mensaje y distrayendo a los demás de la línea central, incluso distrayéndolos del enfoque central del ministerio neotestamentario. No quisiera que ninguno de ustedes hiciera algo así. Si para algo tengo agudeza de discernimiento, es para detectar ese tipo de cosas; me basta con leer unas cuantas líneas de lo que han escrito para poder decirles si en este asunto han sabido mantenerse en la línea central o no. Ciertamente no espero que ustedes meramente repitan los mensajes que les doy; más bien, espero que habiendo recibido toda la ayuda que mis mensajes pueden darles, ustedes, empinándose sobre mis hombros, avancen y puedan presentar más cosas con respecto a estos mismos temas. Entonces a mí me gustaría acudir a ustedes para aprender más y, empinándome sobre sus hombros, descubrir todavía más cosas.

  He animado a la mayoría de ustedes a que aprendan griego, especialmente a los jóvenes. Pero mi intención jamás fue que ustedes se especializaran en ello a fin de que desarrollaran algunos temas peculiares o ideas extrañas. Tal perspectiva es errónea. En lugar de ello, es menester que ustedes se mantengan en la línea y enfoque central del ministerio neotestamentario. Lo que el hermano Watchman Nee y yo hemos hecho es simplemente poner un buen fundamento para el recobro del Señor, a fin de que ustedes tengan la base sobre la cual puedan proseguir edificando. Ciertamente no queremos que ustedes establezcan algo diferente como fundamento.

EL ÚNICO FUNDAMENTO —CRISTO PARA LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA— Y LOS MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN APROPIADOS

  Pablo dijo claramente que él, como perito arquitecto, había puesto el fundamento (1 Co. 3:10-11). Él puso el único fundamento, y nadie puede poner otro fundamento. Él nos advirtió que no pusiéramos un fundamento diferente, pero nos alentó a edificar sobre el fundamento que él puso. Además, nos instruyó a ser cuidadosos, a mirar cómo sobreedificamos. Sin duda, no era del agrado de Pablo ver fundamentos diferentes al único fundamento que ya había sido puesto; tampoco era de su agrado ver que se usara madera, heno u hojarasca en la edificación. Lo que queremos ver es más oro, más plata y más piedras preciosas edificadas sobre el único fundamento. Quiero exhortarles encarecidamente, hermanos, a continuar edificando. Ciertamente no tengo celos de lo que ustedes puedan hacer; por el contrario, mi expectativa y anhelo es que todos ustedes avancen más.

  No obstante, les reitero que ciertamente lamentaría mucho que alguno de ustedes pusiera otro fundamento que no sea el único fundamento. Entre los cristianos ha sido puesto un fundamento tras otro a lo largo de los años, y todos estos son fundamentos diferentes al único fundamento, y aún continúan poniéndose fundamentos distintos. Unos pusieron el presbiterio como fundamento, otros pusieron el bautismo en agua como fundamento, y otros más pusieron como fundamento el episcopado, el cual, mediante los obispos, controla a las personas; otros más pusieron el hablar en lenguas, y aun otros pusieron la santidad como fundamento. Existen muchos fundamentos, y todos ellos difieren del único fundamento.

  Ante tal situación, debemos tener bien en claro que, según el ministerio neotestamentario, el único fundamento puesto para la edificación de la iglesia es Cristo. No hay ningún otro fundamento. Una vez que estén claros al respecto, deberán reflexionar seriamente sobre su manera de proceder. Ustedes tienen que mantenerse todo el tiempo dentro de esta estrecha esfera, la esfera de Cristo como fundamento para la iglesia. Tienen que realizar toda su labor en esta esfera, cuidándose de no salir de la misma.

  Al animarles a que se mantengan en la esfera de Cristo como fundamento para la iglesia, no quiero decir que no puedan valerse de libros escritos por otros autores. Sin embargo, si carecen de un fundamento lo suficientemente firme, leer tales escritos podría convertirse en una distracción; dichos libros podrían conducirlos a ustedes a un bosque denso. Por tanto, espero que todos ustedes, especialmente los más jóvenes, echen los cimientos apropiados al leer y estudiar los mensajes del Estudio-vida de la Biblia. Sin duda, los mensajes del Estudio-vida les permitirán establecer un buen fundamento con el debido discernimiento.

  Si adquieren tal fundamento sólido, entonces podrán valerse de muchos otros libros; de hecho, yo mismo hice uso de varios libros de otros autores al estudiar y prepararme para escribir las notas de la Versión Recobro. Al trabajar con mis ayudantes, suelen haber sobre mi escritorio unos diez, veinte o más libros. Sin embargo, al recurrir a estos libros, es necesario hacerlo con el debido discernimiento. En muchos casos encontrarán que la primera parte de una oración puede ser muy buena, mientras que la segunda parte no es correcta. No siempre es fácil ejercer discernimiento; por tanto, les animo principalmente a que se dediquen a echar buenos cimientos, y luego, ejerzan el debido cuidado al consultar los libros de otros autores.

EL VIVIR HUMANO DE CRISTO TAL COMO ES REVELADO POR PABLO

  Supongamos que ustedes han estudiado el tema de la encarnación de Cristo en los escritos de Pablo de la manera que les presenté aquí; es decir, ustedes ya han reunido todos los versículos relacionados con este tema seleccionándolos con mucha oración. El segundo tema de su estudio deberá ser la vida humana de Cristo tal como es revelada en los libros de Pablo. Si estudian de este modo, cuando alguien aborde el tema de la vida humana de Cristo, ustedes ya habrán acumulado todos los aspectos que, con respecto a dicho tema, se mencionan en los libros de Pablo. Si alguien les preguntara acerca de tal tema, ustedes podrían responder sin titubeo alguno; por ejemplo, podrían hacer referencia a los aspectos de la vida humana de Cristo revelados en Filipenses 2:5-8. No solamente los cuatro Evangelios nos hablan de este tema, sino también los escritos de Pablo.

  De hecho, sin la interpretación dada por Pablo en sus escritos, nos resultaría muy difícil comprender cabalmente lo narrado en los cuatro Evangelios. Si no contáramos con lo dicho por Pablo en Filipenses 2 sobre la vida que Cristo llevó en Su condición de esclavo, sería mucho más difícil determinar que la vida presentada en el Evangelio de Marcos es, precisamente, la que corresponde a un esclavo. Ésta es una indicación de que el ministerio de Pablo no presentaba cosas novedosas ni extrañas, sino que era un ministerio que desarrollaba lo que ya había sido establecido. En Marcos ya se había presentado un cuadro, pero se necesitaba la debida interpretación, cierto grado de desarrollo, de la definición que representaba dicho cuadro. Ésta es la manera en que se deben estudiar estos temas.

UN CAMPO DE ESTUDIOS Y UNA ESPECIALIZACIÓN QUE, AL SER DESARROLLADOS, ADQUIEREN MAYOR RIQUEZA

  Lo que resta por desarrollar es tan vasto como el océano. El hermano Nee y yo hemos hecho sólo un poco. No hay necesidad de que ustedes incursionen en otro campo de estudios; hacer esto sería tomar el camino errado. El recobro del Señor no puede compararse con una universidad donde hay una gran diversidad de facultades así como diversas especialidades; más bien, el recobro del Señor es como una sola escuela en la que hay un único campo de estudios y una sola especialidad, y dicha especialidad es Cristo como fundamento para la iglesia. En el recobro del Señor no hay otras especialidades, y todos debemos centrar nuestro estudio en esa única especialidad.

  Jamás debieran pensar que sería preferible decir cosas novedosas así como inaugurar una nueva escuela dentro del recobro del Señor cuyo contenido sea diferente de lo establecido por el hermano Nee, a quien yo he seguido. Hacer esto sería equivalente a causar división. Debe haber una sola especialidad y una sola escuela en la que se profundice sobre este mismo tema de estudio cada vez más.

  Puedo decir, sin caer en jactancia alguna, que es absolutamente correcto decir que yo sigo al hermano Nee. Él puso el fundamento en el recobro, y ciertamente yo lo sigo. Sin embargo, en tiempos del hermano Nee, con respecto a los mensajes sobre lo que Dios desea, él llegó solamente a usar el término el plan de Dios. En ese tiempo aún no se había usado el término la economía de Dios. El concepto de la economía de Dios surgió cuando fuimos a Taiwán, y constituye un estudio y desarrollo adicionales del mismo tema al que se aludía con el término el plan de Dios.

  Además, en tiempos del hermano Nee el Señor nos mostró que Cristo es el Espíritu, pero no fue sino hasta después que fuimos a Taiwán que el Señor nos reveló que el postrer Adán llegó a ser el Espíritu vivificante. Según recuerdo, en todos nuestros mensajes antes de 1950 este asunto aún no había sido tratado. Reitero, este asunto no difiere de lo que se abordó anteriormente, sino que constituye un desarrollo de lo mismo.

  Es más, puedo testificar que el hermano Nee enfatizó el Espíritu al máximo, pero jamás enfatizó el asunto de los siete Espíritus en una manera particular. La verdad de los siete Espíritus no fue considerada cabalmente sino hasta 1969, en Erie, Pennsylvania. Sin embargo, al abordar este tema no diferimos en nada de la enseñanza del hermano Nee, sino que más bien le damos continuación a fin de proseguir edificando sobre el mismo cimiento.

  Es cierto que todo este tiempo he seguido al hermano Nee, pero jamás tuve que inventar ninguna otra especialidad ni fundar otra escuela para hacerlo. Antes de conocer al hermano Nee y llegar a ser uno de sus colaboradores, yo había desarrollado mi propia obra cristiana en el norte de la China. Si ustedes hubiesen analizado la situación en la que nos encontrábamos en aquel tiempo, habrían opinado que todo el norte de China era propicio para el desarrollo de mi obra. Aparte de algunos hermanos de mi ciudad natal, Chifú, no había un solo maestro adecuado de la Biblia en todo el norte de China. Chifú era reconocida como el centro de enseñanza bíblica para toda aquella región, especialmente porque dicha ciudad servía de sede a la Asamblea de los Hermanos, con la cual yo me congregué durante siete años y medio. No obstante, a mi parecer, la obra que ellos llevaban a cabo no alcanzaba la debida norma, por lo cual Dios me estaba capacitando.

  Antes de ir a Shanghai para unirme a la obra del hermano Nee, el pastor más prominente de mi ciudad me invitó a cenar. Él aprovechó esta ocasión para pedirme específicamente que no estableciera mi propia iglesia, sino que simplemente celebrara reuniones todas las noches, de lunes a sábado, para enseñar la Biblia; luego, él quería que cerráramos nuestro salón de reuniones el día del Señor, y me aseguró que sería invitado por todas las denominaciones de Chifú, quienes me extenderían una calurosa bienvenida. Él incluso llegó a decirme que yo sería exaltado al máximo y que mucha gente se beneficiaría con mi enseñanza. Obviamente, yo no podía aceptar tal propuesta.

  Por la misericordia del Señor, me fue dada la habilidad de enseñar la Biblia de una manera muy adecuada. Incluso antes de que fuera a Shanghai para reunirme con el hermano Nee en su obra, ya había expuesto el Cantar de los cantares. Por supuesto, en aquel tiempo no sabía mucho acerca de Cristo, el Espíritu, la vida divina y la iglesia, pero podría haberme convertido en un experto en la enseñanza de la tipología, la profecía y las dispensaciones mostradas en la Biblia. Si tan sólo me hubiera dedicado a enseñar tales cosas, seguramente me habría convertido en un maestro experto en enseñar la Biblia de esta manera en todo el norte de la China. Y verdaderamente había una gran apertura en esa región para que yo hiciera eso. Sin embargo, por la misericordia del Señor, luego de ponerme en contacto con el hermano Nee, empecé a ver que el camino del Señor no consiste en la tipología, la profecía, ni en las dispensaciones bíblicas, sino en Cristo como Espíritu y vida con miras a la iglesia. Al recibir tal visión, dejé absolutamente todo lo demás y simplemente seguí al hermano Nee.

  A fin de seguir al hermano Nee, abandoné completamente todo lo demás. Hablaba lo que él hablaba, enseñaba lo que él enseñaba y predicaba lo que él predicaba. Puedo declarar que armonicé con él cien por ciento. Algunos han dicho, a manera de acusación y burla, que lo único que hago es imitar al hermano Nee. Pero para mí, es maravilloso que digan eso. Están absolutamente correctos al decir que simplemente le imito. Me dediqué a imitar a Watchman Nee en los gestos, en la manera de expresarse, en los términos que él usaba e incluso en la acentuación y el ritmo que él usaba al hablar. Sencillamente imitaba a Watchman Nee en todo. Considero que es algo glorioso imitar a tal siervo del Señor, quien recibió la visión celestial concerniente al mover de Dios sobre la tierra.

  Por la misericordia del Señor, me dediqué a estudiar en el mismo campo de estudios de Watchman Nee durante todo el tiempo. Él era mi maestro, y yo era su alumno. Ambos seguíamos una misma especialidad. ¿Como podría alguien ser alumno de un profesor que enseña asuntos relacionados con un determinado campo de estudios y una determinada especialidad y, al mismo tiempo, abordar un campo de estudios diferente con una especialidad diferente procurando distinguirse de su profesor y llegar a ser más destacado que él? ¿Cómo podría ser esto posible?

  Creo que este ejemplo sobre optar por un solo campo de estudios es muy bueno. Todos nosotros hemos optado por una sola escuela, un solo campo de estudios y una sola especialidad. La única diferencia entre el profesor y los estudiantes consiste en que el que enseña ahora es el profesor. Si bien los estudiantes pueden llegar más lejos que su profesor, no deben desviarse de lo que el profesor enseña. Ciertamente es bueno y correcto que ellos avancen al edificar lo mismo que su profesor edificaba, y que haciéndolo, lleguen cada vez más alto y descubran cada vez mayores riquezas.

  Cuánto agradezco al Señor por este camino. Si en lugar de seguir a Watchman Nee hubiese seguido enseñando la Biblia a mi manera y según mis propias capacidades, es muy probable que hubiese sido un predicador de renombre, pero ese habría sido mi fin. Todo lo que mis enseñanzas hubieran producido sería simplemente cierta reputación personal. Pero no habría encontrado el camino fijado por el Señor y Su rica bendición otorgada a quienes han optado por él; además, mis enseñanzas jamás hubieran formado parte del ministerio neotestamentario de Dios.

  Les exhorto a todos ustedes a circunscribirse estrictamente a este mismo campo de estudios y a perseverar en él. No deben pensar de distinta manera, pero sí deben avanzar dentro del mismo campo de estudios. Sobra decir que en los veintisiete libros del Nuevo Testamento, e incluso en los catorce libros de Pablo, ustedes podrán profundizar en numerosos aspectos de la encarnación y el vivir humano de Cristo.

  En tercer lugar, deben estudiar todos los aspectos concernientes a la muerte de Cristo. Este es un vasto tema que requiere mucho estudio. Después, deben estudiar todos los aspectos de la resurrección de Cristo y Su ascensión.

  Posteriormente, deben seguir estudiando hasta abarcar todos los aspectos de la Persona de Cristo. Al hacerlo, verán que esta persona maravillosa alcanza Su consumación como el Espíritu vivificante. Más aún, al estudiar los libros de Pablo deben desarrollar el tema del Espíritu vivificante. Si emplean dos años para estudiar todos estos temas —la encarnación, el vivir humano, la muerte, la resurrección, la ascensión y la Persona de Cristo—, necesitarán más años para estudiar al Cristo cuya consumación es el Espíritu vivificante. Además, al estudiar esto último, deberán estudiar lo que es el espíritu humano.

  Otro tema importante que deberán abordar al estudiar las epístolas de Pablo, es la iglesia. En cuanto a este tema, deben estudiar cómo es producida la iglesia, cuál es la naturaleza de la iglesia —incluyendo la vida misma, la esencia, de la iglesia— y la edificación de la iglesia. También deberán estudiar la función de la iglesia, así como las diferentes designaciones que se le dan. Deben comprender, hermanos, que para abarcar adecuadamente todos los temas mencionados se requieren unos diez años.

  Lamento tener que decirles, hermanos, que ustedes han optado por el camino fácil. Debido al largo tiempo que hemos estado juntos y a los muchos años durante los cuales ustedes han recibido mi entrenamiento, puedo permitirme hacerles una exhortación amorosa con absoluta franqueza. A veces ustedes utilizan mis mensajes para hacer sus propios mensajes. Esto es maravilloso, pero debido a que lo hacen optando por la vía fácil, les es imposible hacer que sus mensajes sean de interés para la audiencia. Al presentar así los mensajes del Estudio-vida, éstos no despiertan el interés de las personas; por tanto, ustedes se apartan de los mensajes del Estudio-vida para abordar otros temas que les permitan atraer a las multitudes.

LA BENDICIÓN DEL SEÑOR SOBRE UNA OBRA EN PARTICULAR

  Desde el día en que empecé la obra en Taiwán, no tuve ninguna intención de despertar el interés de la gente ni de atraer multitudes. No soy una persona de mente estrecha ni soy demasiado exigente, pero ciertamente tomo las cosas muy en serio en la obra del Señor. Mi carga al empezar la obra en Taiwán era sencillamente llevar a cabo el ministerio neotestamentario de Dios. El Señor bendijo la obra allí, de modo que muchos de ustedes fueron cautivados por el Señor y llegaron a ser entrenantes que recibieron mis enseñanzas. Aunque yo no tenía la intención de reunir una multitud, en Taiwán finalmente llegaron a reunirse un gran número de hermanos.

  Según estadísticas recientes y confiables que muestran el número de iglesias existentes en Taiwán, el número de aquellos que se reúnen con nosotros ocupa el segundo lugar después de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, la cual ha estado en Taiwán por más de un siglo. El número de quienes se congregan en esta denominación rebasa los ochenta y siete mil, pero una buena parte de ellos no son salvos. El número de los creyentes que se reúnen con nosotros llega a cuarenta y cinco mil, y en tercer lugar se encuentra la “Verdadera Iglesia de Jesús”, con veinte mil personas.

  Lo que quiero recalcar es lo siguiente: aunque nunca tuve la intención de congregar a una multitud, llegamos a reunir cuarenta y cinco mil creyentes. El número no ha aumentado mucho durante los últimos veintidós años, desde que dejé Taiwán. Estuve allá por poco más de diez años y cuando vine a los Estados Unidos se congregaban unos cuarenta mil.

  Después de tal experiencia, cuando veo que ustedes intentan incursionar en otros campos de estudio, otras especialidades, y dejan la escuela de Cristo y la iglesia, no puedo permitirlo. Todos debemos volver a la escuela inicial y permanecer en la especialidad original: Cristo y la iglesia. Necesitamos avanzar en esta especialidad. Pueden valerse de los mensajes del Estudio-vida de la Biblia, los cuales deben ser una ayuda para ustedes así como una base para sus estudios, pero todos y cada uno de ustedes deben estudiar personalmente la Palabra de Dios de manera exhaustiva a fin de profundizar en esta especialidad. Se requiere un estudio minucioso de la revelación divina con la ayuda del Estudio-vida de la Biblia. Les ruego que no intenten realizar una obra fácil y superficial en el recobro del Señor.

MANTENER LA FRESCURA DESECHANDO TODA OBRA FÁCIL, TODO CAMINO FÁCIL

  En el recobro del Señor, tal como en cualquier campo de estudios científico de hoy, el trabajo fácil no existe. Si cualquier profesor universitario intentara hacer un trabajo fácil, no obtendría los resultados requeridos. Por tanto, les exhorto a que, con la ayuda del Estudio-vida, estudien en las catorce epístolas de Pablo todos los temas cruciales antes mencionados. Entonces verán los resultados.

  Tengo la convicción, hermanos, de que si se dedican a estudiar de esta manera, no solamente su aprehensión de estos temas será fresca, sino que también serán enriquecidos con un aprecio nuevo y fresco por estos asuntos. Serán refrescados con dulces sentimientos con respecto a estos temas. Entonces podrán ir a las reuniones y presentar lo mismo que yo les presenté, pero lo harán de una manera que será cada vez más dulce y refrescante.

  En cambio, si optan por la vía fácil que consiste en simplemente acudir a los mensajes del Estudio-vida para aprender algunas cosas que luego podrán presentar en las reuniones de la iglesia, ello carecerá de significado. En realidad, optar por este camino equivale a suicidarse, porque solamente se matarán a sí mismos. Entonces, si incursionan en otros campos de estudio, abandonando el campo de Cristo y la iglesia, esto significaría que dejan el recobro del Señor. El recobro del Señor no es estrecho, pero es muy estricto. Ser estrecho es una cosa, y ser estricto es otra cosa totalmente diferente. Aquellos que se han graduado de la universidad saben que deben ser estrictos en sus estudios, pues de otro modo nunca avanzarán, no podrán progresar.

  En los escritos de Pablo podemos ver la encarnación de Cristo, Su vivir humano, Su muerte, Su resurrección y Su ascensión; además, vemos la manera en que tal persona llegó a ser el Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Todo esto está estrechamente vinculado con nuestra experiencia en nuestro espíritu humano; por consiguiente, tenemos que estudiar el espíritu humano.

CRISTO COMO NUESTRA VIDA Y NUESTRA EXPERIENCIA DE CRISTO REVELADA EN LOS ESCRITOS DE PABLO

  Hay dos asuntos adicionales que son sumamente cruciales tanto en relación con los escritos de Pablo como en lo referido a su parte en el ministerio neotestamentario. Uno de ellos es el hecho de que Cristo es nuestra vida, y el otro, la experiencia que tenemos de Cristo. Aunque el Evangelio de Juan es el evangelio de la vida divina, en éste no se ve de una manera concreta que Cristo sea nuestra vida. El Evangelio de Juan dice que el Hijo de Dios es vida, y que Él vino para que tuviéramos vida, y vida en abundancia (1:4; 14:6; 10:10). Eso es todo lo que este Evangelio nos dice al respecto. Por consiguiente, necesitamos las epístolas de Pablo. En diversos pasajes de sus catorce epístolas, aquí y allá y poco a poco, Pablo nos provee un cuadro completo que nos muestra cómo es que Cristo, de manera práctica y concreta, pasa a formar parte de nuestra experiencia. Éste es un tema que ustedes deben estudiar. Además, no hay otros libros que contengan tantos detalles en cuanto a la manera de experimentar a Cristo. En los escritos de Pablo se presenta detalladamente la manera de experimentar a Cristo. Necesitamos estudiar detenidamente este asunto y dedicarle mucho tiempo a ello.

LA IGLESIA ESTÁ CONSTITUIDA DE CRISTO COMO EL ESPÍRITU, QUIEN LLEGA A SER NUESTRA VIDA

  Además, en el estudio que realicen de la iglesia y del contenido intrínseco de la misma, llegarán a la conclusión de que el elemento constitutivo de la iglesia procede de una sola fuente y tiene tres aspectos. En primer lugar, la iglesia tiene como contenido a Cristo; además, ella tiene como contenido al Espíritu y a la vida divina. Así pues, el elemento constitutivo de la iglesia es Cristo como el Espíritu, quien llega a ser nuestra vida. La fuente del contenido intrínseco de la iglesia así como los elementos constitutivos que la conforman son: Cristo, el Espíritu y la vida divina. Primero deben estudiar en las catorce epístolas de Pablo a Cristo como la fuente y elemento constitutivo de la iglesia. Luego, del mismo modo, deben estudiar al Espíritu vivificante como la fuente y elemento constitutivo de la iglesia; y, finalmente, deben estudiar la vida divina, la vida zoé, como la fuente y elemento constitutivo de la iglesia.

  Todos estos temas constituyen aspectos principales y cruciales de los escritos de Pablo, y ninguno de ellos ha sido abarcado adecuadamente. Simplemente les he dado algunos ejemplos o pautas que les ayudarán a estudiar estas catorce epístolas. No les pido que estudien estos asuntos en los veintisiete libros del Nuevo Testamento. Si solamente estudiaran los escritos de Pablo, ciertamente serían muy enriquecidos, y las iglesias en las que enseñen, también serán enriquecidas. Cuánto necesitamos de tal enriquecimiento a fin de que ninguno de nosotros permanezca en una condición de pobreza espiritual por más tiempo. No es necesario que aborden otros temas diferentes a los mencionados, pues en estos temas es donde están las riquezas.

PABLO ERA APTO PARA EJERCER SU PARTE EN LA CONTINUACIÓN DEL MINISTERIO, A FIN DE QUE LA IGLESIA SEA PRODUCIDA

  El asunto crucial que debemos ver es que la parte correspondiente a Pablo en el ministerio neotestamentario, era exactamente la continuación de la sección del ministerio correspondiente al Señor Jesús. La única diferencia era que el Señor usó a Pablo para hacer que el ministerio avanzara de Cristo a la iglesia. Hemos visto claramente en el libro de Hechos y en las Epístolas, que el Señor usó a Pedro a fin de continuar Su propio ministerio, pero debemos decir que de alguna manera Pedro se estancó y envejeció. El Señor siempre sabe cuál es nuestra verdadera condición. En aquel tiempo, el Señor sabía que Pedro no era capaz de seguir adelante. Por consiguiente, el Señor necesitaba otra persona, alguien que estuviese dispuesto a dejar atrás todo lo viejo. Esa persona fue Saulo de Tarso. El libro de Hechos y las Epístolas nos muestran claramente la manera en que el Señor usó a Pablo para proseguir de Cristo a la iglesia.

  En esto consiste el ministerio neotestamentario. Desde sus inicios, con Juan el Bautista, el ministerio neotestamentario prosigue hasta llegar a Cristo, quien es su parte más importante y su fundamento. Pero a partir de ese punto, era necesario que otra persona, alguien nuevo, avanzara a fin de que se produjera la iglesia, ésta fuera edificada y se obtuviera el Cuerpo, el cual habría de expresar a Cristo. Éste es un asunto que reviste crucial importancia.

LA CONTINUACIÓN ACTUAL DEL MINISTERIO NEOTESTAMENTARIO

  El hermano Nee dio una serie de mensajes acerca del Cuerpo de Cristo, y yo diría que en dichos mensajes él abarcó el asunto del Cuerpo de una manera adecuada y cabal. Sin embargo, en tiempos del hermano Nee, no se abordaron algunos de los asuntos que hemos visto recientemente. Uno de estos asuntos es el referido a la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef. 1:23). La plenitud de Cristo es un tema que no fue tocado entonces, ni tampoco se tocó el tema de la plenitud de Dios, que es la iglesia (4:13; 3:19). No fue sino hasta que emigramos a Taiwán que el Señor empezó a mostrarnos que el Cuerpo de Cristo es la plenitud, no sólo de Él, sino también de Dios mismo. En tiempos del hermano Nee no teníamos una definición clara y adecuada del término plenitud. Además, en aquel tiempo incluso el asunto de las “inescrutables riquezas de Cristo” no era algo que se enfatizara. No podemos hallar esta definición en ninguno de los escritos del hermano Nee.

  Sin duda, el hermano Nee se esforzó mucho por presentarnos el recobro del Señor, y puedo testificar que a ello dedicó su vida. Le estamos muy agradecidos; sin embargo, en estos últimos treinta y cinco años ha habido una continuación. No hemos incursionado en un nuevo campo de estudio, ni en otra especialidad. Nuestra especialidad sigue siendo la misma, esto es: Cristo y la iglesia; no obstante, hemos ido desarrollando esta especialidad cada vez más. Este asunto es crucial, y todos nosotros debemos darle la debida importancia. Confío en que todos los asuntos que hemos abordado habrán de ayudarnos a entender mejor la parte del ministerio neotestamentario correspondiente a Pablo.

  La parte que le correspondió a Pablo en el ministerio del Nuevo Testamento consistió en ministrar a Cristo como Aquel que se encarnó, como Aquel que llevó una vida humana excelente, maravillosa, particular y especial sobre esta tierra. Esta persona experimentó una muerte todo-inclusiva y entró en resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante que mora en nuestro espíritu, a fin de hacernos miembros de Cristo, con miras a producir un Cuerpo, el cual viene a ser la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo y la plena expresión de Cristo. Ésta es la parte correspondiente a Pablo en el ministerio neotestamentario. Si tenemos esto bien en claro, entonces sabremos en qué etapa se encuentra el recobro del Señor hoy.

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