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Mensajes del libro «Entrenamiento para ancianos, libro 02: La visión del recobro del Señor»
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CAPÍTULO DOCE

LA VISIÓN CONCERNIENTE A LA NUEVA JERUSALÉN: LA MÁXIMA CONSUMACIÓN

(8)

Apocalipsis: un libro de consumaciones (parte 3)

  En este capítulo veremos los asuntos restantes que tienen su consumación en el libro de Apocalipsis, el cual, en esencia, es un libro de consumaciones. Cabe recordar que en este libro sólo tienen su consumación aquellos asuntos relacionados con Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia.

La mujer universal y el hijo varón

  En el capítulo 12 vemos a la mujer universal y al hijo varón (vs. 1-2). Con respecto a esta mujer universal, es necesario estudiar las mujeres que tienen un significado positivo en el Antiguo Testamento, comenzando con Eva. En nuestro estudio deben incluirse aquellas mujeres como Sara y Rebeca. Además, aun en el Antiguo Testamento, Dios consideraba a Su pueblo como una mujer e incluso como Su pareja, Su esposa (Is. 54:5; 62:5; Jer. 2:2; 3:1, 14; 31:32; Ez. 16:8; 23:5; Os. 2:7, 19). Esta mujer universal revelada en Apocalipsis 12 es una composición universal de todos los redimidos de Dios, quienes son presentados como una mujer. Isaías 7:14 es otro pasaje del Antiguo Testamento que hace referencia a esta mujer universal: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Por supuesto, en el Nuevo Testamento la iglesia es considerada como una mujer, la esposa de Cristo (Ef. 5:23-25), una virgen pura para Cristo (2 Co. 11:2), e incluso los creyentes mismos son considerados como vírgenes (Ap. 14:4; Cnt. 1:3). Todo esto requiere nuestro estudio concienzudo. Posteriormente, esta mujer universal alcanza su consumación. También debemos estudiar en detalle lo relacionado con la simiente de esta mujer, que es el hijo varón. La simiente de la mujer (Gn. 3:15), la simiente de Abraham (Gá. 3:16), la simiente de David (Ro. 1:3) y la simiente de la virgen María, son temas que debemos abarcar en nuestro estudio. El hijo varón de Apocalipsis 12 representa la parte más fuerte del pueblo escogido de Dios. Esto también constituye una consumación.

El gran dragón escarlata

  El gran dragón escarlata es la consumación de la serpiente antigua (Ap. 12:3, 9). En Génesis 3, Satanás era una serpiente, una criatura pequeña; pero en Apocalipsis 12 él ha llegado a ser un dragón, lo cual es mucho más grande que una serpiente. Por tanto, es llamado “un gran dragón escarlata”. En este pasaje, “escarlata” denota el derramamiento de sangre a causa de los homicidios cometidos por Satanás (Jn. 8:44).

Las bestias

  En Apocalipsis 13:1-2 vemos a la bestia venidera que sube “del mar”, la cual representa al emperador proveniente del Imperio Romano venidero. Ésta es la consumación de las cuatro bestias de Daniel 7. Esta última bestia de Apocalipsis 13 es la bestia final, la más grande. Así también, en Apocalipsis 13 vemos otra bestia “que subía de la tierra”, la cual tenía “dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón” (v. 11). Éste es el falso profeta, el cual es la consumación de todos los falsos profetas.

Las primicias y la cosecha

  En Apocalipsis 14:4 tenemos las primicias, que representan a los vencedores del pueblo de Dios que aún estarán vivos en aquel tiempo, y en 14:15 vemos la cosecha, que representa al resto del pueblo de Dios que haya quedado vivo. Para entender cabalmente esta consumación necesitamos estudiar Levítico 23:9-14, donde se nos habla de la fiesta de las primicias. La cosecha también se halla en Levítico 23:15-22. Pentecostés era el cumplimiento de la fiesta de las semanas (Dt. 16:10), que también era llamada la fiesta de la siega (Éx. 23:16), la cual se contaba desde el día en que se ofrecía una gavilla de las primicias de la cosecha hasta el día posterior al séptimo sábado (Lv. 23:10-11, 15-16). Esta cosecha permite al pueblo de Dios celebrar la fiesta de los tabernáculos (Lv. 23:33-44).

El mar de vidrio

  En Apocalipsis 15:2 vemos el mar de vidrio, el cual es una consumación de todos los diferentes bautismos en el Antiguo y Nuevo Testamentos. Esto incluye los tipos del bautismo que aparecen en el Antiguo Testamento, tales como el diluvio por el cual pasó Noé (1 P. 2:20-21), y el mar Rojo, el bautismo que experimentaron los hijos de Israel (1 Co. 10:1-2). Luego, en el tabernáculo vemos el lavacro (Éx. 30:18); en el templo, en 1 Reyes 7, este lavacro corresponde al mar de bronce que descansa sobre doce bueyes, junto con las pequeñas fuentes de bronce (vs. 23-25, 38, 43-44). Luego, ya en el Nuevo Testamento, tenemos el bautismo de Juan, el bautismo de Jesús y Sus discípulos y el bautismo en el Dios Triuno, en Cristo, en la muerte de Cristo y en el Cuerpo de Cristo. El mar de vidrio es la consumación de todos los lavamientos llevados a cabo mediante dichos bautismos. Debemos ver que la máxima consumación de todos los bautismos será el mar de vidrio descrito en Apocalipsis 15. En el interior de este mar no hay agua, sino fuego. Finalmente, este mar de vidrio se circunscribirá a un lago, el lago de fuego (Ap. 20:14:15). En su máxima consumación, el mar de vidrio no se agranda sino que es reducido. El mar será reducido a un lago, el cual es más pequeño que un mar en cuanto a sus límites; esto muestra la misericordia de Dios. La consumación de un asunto tan negativo se encuentra en el libro de Apocalipsis. Todo esto es muy significativo.

Babilonia la Grande

  En Apocalipsis 17:5 se halla Babilonia la Grande, con la cual se alude a la Iglesia Romana. A fin de entender el significado de esta consumación, debemos estudiar la Babel de Génesis 11:1-9 así como la historia de Babilonia en el Antiguo Testamento. Babilonia envió a su ejército para destruir la santa ciudad y era enemigo de Jerusalén (Jer. 39:1-3).

La novia y las bodas

  Después de ver la gran Babilonia en su aspecto religioso en el capítulo 17, y en su aspecto material en el capítulo 18, hallamos a la esposa del Cordero, la novia, en Apocalipsis 19:7, la cual representa a los vencedores de entre el pueblo redimido de Dios. Ésta es también una consumación, como lo son también las bodas mencionadas en 19:7-9. Estas bodas son la consumación de todas las bodas positivas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Un ejército

  Después de las bodas, esta esposa llegará a ser un ejército (19:14), el cual es también mencionado en Apocalipsis 17:14. El ejército celestial es la máxima consumación de todos los que han combatido por los intereses de Dios a lo largo de las generaciones.

El reino milenario

  Luego, en Apocalipsis 20:4-6 vemos el reino milenario. En este reino, el cual será la manifestación del reino de los cielos, los santos serán reyes. Ésta es la parte celestial del milenio. La parte terrenal del milenio incluye el reino del Mesías (2 S. 7:13), el tabernáculo de David (Hch. 15:6) y el reino del Hijo del Hombre (Mt. 13:41; Ap. 11:15). Ésta es la consumación del reino de Dios.

La Nueva Jerusalén

  La Nueva Jerusalén es la mayor de las consumaciones; la Nueva Jerusalén es una consumación máxima y todo-inclusiva, pues en ella alcanza su consumación casi todo elemento positivo contenido tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En esta máxima consumación podemos ver el árbol de la vida, el cual se menciona en Génesis 2:9. En esta ciudad también vemos perlas, las cuales son la consumación del bedelio mencionado en Génesis 2:12 y de la perla en Mateo 13:45-46. Son muchos los aspectos de la Nueva Jerusalén que pueden ser detectados a lo largo de toda la Biblia. Asimismo, muchos de los aspectos de esta consumación constituyen consumaciones de asuntos presentados en el Evangelio de Juan. En Juan 15 tenemos el árbol de la vida tipificado por la vid; también tenemos los ríos de agua viva mencionados en 7:38; y la luz de la vida es mencionada en 8:12. Juan 1:4 dice: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Estos elementos mencionados o revelados en el libro de Juan, alcanzarán su plena consumación en la Nueva Jerusalén.

  En la Nueva Jerusalén también vemos la consumación todo-inclusiva y concreta de la Trinidad Divina. Como dijimos anteriormente, el pasaje bíblico más importante con respecto a la Trinidad es Juan 14 al 17; en este pasaje se nos revela la Trinidad Divina no como una doctrina, sino como Aquel que se forja continuamente en todos los creyentes en Cristo. Esta impartición de la Trinidad Divina en los creyentes en Cristo alcanzará su consumación en la Nueva Jerusalén.

El Espíritu y la novia

  Finalmente, Apocalipsis 22:17 dice: “El Espíritu y la novia dicen...”. Este versículo no dice que el novio y la novia hablan juntos, sino que “el Espíritu y la novia” hablan al unísono. Ésta es la consumación de lo que, según Juan 3:29, Juan el Bautista les dijo a sus discípulos: “El que tiene a la novia, es el novio”. Al final del Nuevo Testamento se revela que no es Cristo como el Novio quien tiene a la novia, sino el Espíritu, ya que dice: “El Espíritu y la novia...”. Éste es el Espíritu vivificante y todo-inclusivo, quien es la consumación del Dios Triuno procesado. Este Espíritu es el Novio, quien en el Evangelio de Juan era Cristo y en Apocalipsis 21 es el Esposo (vs. 2, 9). En Apocalipsis 22 el Espíritu es el Novio, y en Apocalipsis 2 y 3 el Espíritu es quien habla a las iglesias.

LA NECESIDAD DE RECIBIR UNA VISIÓN PARA SER RESGUARDADOS

  Es imprescindible que veamos todas estas cosas, pues nuestros ojos estaban cubiertos, teníamos velos, nuestros conceptos habían sido leudados, estábamos distraídos, fuimos detenidos en nuestro progreso, nos habíamos desviado, nos habíamos atrasado y nos encontrábamos frustrados. No es posible ser rescatados sin primero recibir una clara visión. Únicamente tal visión prevaleciente podrá quitar el velo, depurarnos de toda levadura y traernos de regreso al carril central. Tal visión nos regulará, nos resguardará y nos mantendrá en la verdadera unidad, la unidad apropiada. Además, dicha visión nos dirigirá, conducirá y traerá al carril correcto que conduce a la meta correcta. Si no tenemos una visión clara sobre Juan 14, y en especial una visión clara sobre Apocalipsis 21 y 22, no creo que podamos ser plenamente resguardados en esta línea que corresponde a la vida divina. Sería imposible conciliar las diversas enseñanzas que habrían entre nosotros a fin de poder guardar la unidad. Nadie puede controlar lo que otros enseñan. Todos tienen la libertad y el derecho de enseñar lo que quieran. Nadie puede ejercer control sobre esto. Si a una persona no se le permitiera enseñar algo, simplemente tendría que irse a otra parte. Pero supongamos que tal persona no se va, sino que permanece junto a nosotros y con otros más. Y supongamos que, aunque estemos juntos, uno enseñe una cosa mientras que otro enseña algo diferente y yo enseño algo distinto de lo que los demás enseñan. Si éste fuera el caso, no habría unidad. Al menos habría dispersión, y finalmente se produciría una división. Así que, lo único que puede resguardarnos y mantenernos en la verdadera unidad, y no en una unidad humana, es recibir esta visión.

  Debo testificar que por la misericordia del Señor he sido resguardado por más de cincuenta años, no por alguien que me haya estado controlando, sino por esta visión. No puedo enseñar ninguna otra cosa. Esta visión ha hecho que me sea imposible enseñar otra cosa diferente; ya no sirvo para ello. Podría haberme hecho famoso enseñando tipología, profecía y todo lo referente a las dispensaciones. Estudié estas cosas por siete años y medio durante los mejores años de mi vida, de los veinte a los veintiocho años. Ésta es la edad de oro de todos los jóvenes para aprender algo. Las cosas que aprendí en ese tiempo aún me son útiles. Debido a que aprendí la interpretación de los tipos del libro de Éxodo, no tuve que dedicar mucho tiempo para escribir los bosquejos de los mensajes de este libro, pues había recibido la ayuda básica para interpretar dichos tipos cuando estuve en aquella época dorada de mi vida. Había dejado de estudiar estas cosas desde hace muchos años, pero cuando surgió la necesidad, aún era capaz de interpretar los tipos. Si no hubiera sido aparentemente “distraído” por el ministerio neotestamentario y hubiera continuado enseñando tipología, profecía y todo lo referente a las dispensaciones, habría llegado a ser un experto en estos asuntos, especialmente en la China. Pero en lugar de ello abandoné todas esas cosas. ¿Quién me dijo que lo hiciera? Nadie me lo exigió. Lo hice simplemente porque esta visión celestial empezó a regir mi vida. Creo que incluso los ángeles pueden testificar cómo me dediqué de forma completa, total y absoluta a ser uno con el ministerio del hermano Watchman Nee. ¿Qué es lo que me condujo a ser uno con este ministerio? Únicamente esta visión. Hoy en día, algunas personas denigran el nombre del hermano Nee. No me interesa lo que ellos hagan ni lo que hayan a hacer. Nunca podré negar el hecho de que fue el hermano Nee quien tomó la iniciativa de llevar el ministerio por el presente camino; yo lo vi y lo seguí cien por cien. Todos los que así lo seguimos hemos sido resguardados.

NUESTRO MINISTERIO

  Después de recibir esta visión debemos aprender, por la misericordia del Señor, a seguirla; debemos ver esto. Entonces, todos seremos como los primeros apóstoles, quienes no ministraban ninguna otra cosa aparte de esta única economía neotestamentaria. Por supuesto, ellos abarcaron muchos asuntos. Pablo enseñó respecto a cubrirse la cabeza (1 Co. 11:2-16), pero lo hizo dentro del contexto de la impartición del Dios Triuno. Incluso la práctica de cubrirse la cabeza es algo que Pablo enseñó regulado por esta visión y dentro de este contexto. Él no enseño nada aparte de la economía neotestamentaria, la cual consiste en que la Trinidad Divina se imparte en el pueblo escogido, redimido y regenerado por Dios. Tenemos que ver esto. Jamás debiéramos enseñar con la finalidad de atraer multitudes despertando su interés natural. Nuestro ministerio no consiste en atraer multitudes, ni en ganar un mercado para nuestra obra ni en despertar el interés natural de la gente; más bien, nuestro ministerio consiste en impartir al Dios Triuno en otros conforme a Su economía eterna y mediante Su ministerio neotestamentario.

  No podemos negar el hecho de que durante este medio siglo el Señor nos ha mostrado algo. Todos ustedes pueden testificar que una vez que leen las publicaciones del ministerio neotestamentario del Señor, pueden percibir un sabor especial. Hay algo muy particular que es propio de la naturaleza divina del ministerio neotestamentario. Hermanos, si logran aprender algo de este ministerio, es imprescindible que aprendan esto.

  Deben profundizar en todas las cosas que el Señor ha mostrado en Su recobro. Si profundizan en estos asuntos, serán debidamente educados y edificados. En términos humanos, a fin de ser educados apropiadamente debemos pasar por seis años de escuela primaria, seis años de secundaria y finalmente cuatro años de universidad. Después de esta preparación uno recién está capacitado para hacer trabajos de investigación. De igual manera, espero que todos ustedes puedan dedicar el debido tiempo a profundizar en la Palabra santa, valiéndose para ello de la ayuda que el Señor nos ha proporcionado durante los últimos sesenta años. He descubierto que casi todo lo que hemos publicado ha permanecido en sus estantes sin que ustedes hayan profundizado debidamente en los temas cruciales. Muchos de ustedes ni siquiera han profundizado debidamente en muchos de los libros de la Biblia. Esto muestra que todavía permanecen en las cosas viejas.

  Quisiera usar como ejemplo nuevamente Hymns, #1348. Este himno fue escrito por alguien que no está entre nosotros; luego, fue introducido en nuestro medio y lo usamos por algunos años; finalmente, fue editado e impreso en una edición suplementaria a nuestro himnario principal. Hemos cantado este himno durante algunos años, pero nadie se dio cuenta de que este himno era ajeno a nosotros, pues correspondía a incrédulos. Si bien no nos habíamos percatado de ello, el concepto implícito en este himno es el de personas que no han sido regeneradas, que jamás podrán estar dentro de la ciudad, que siempre estarán fuera de la misma, que no tienen derecho a comer del árbol de la vida sino tan sólo a disfrutar de las hojas del mismo, y que todavía derramarán lágrimas. Aunque todos estos asuntos están claramente revelados en Apocalipsis 21 e incluso hay subtítulos claros sobre estos temas en la Versión Recobro, nadie se dio cuenta del asunto. Estuvimos en el entrenamiento del libro de Apocalipsis e incluso lo revisamos, pero todos pasaron por alto este asunto. Éste es sólo un ejemplo. Probablemente podría revisar otros cincuenta asuntos mencionados en las notas de la Versión Recobro para probarlos respecto a su conocimiento en cuanto a otros aspectos de la verdad, y probablemente ninguno de ustedes sería capaz de responder. Todos los diamantes y los tesoros están aquí; sin embargo, prefieren ir a otras fuentes para obtener cosas aparentemente “preciosas”, cosas diferentes, raras y novedosas para atrapar a muchos y captar su interés. Hacer esto no corresponde al ministerio neotestamentario. Eso es enseñar cosas diferentes, según se menciona en 1 Timoteo 1:3. En este versículo Pablo dice que dejó a Timoteo en Éfeso para que mandase a algunos que no enseñen cosas diferentes. En el versículo 4, Pablo también le instruye que mande a éstos a prestar atención a la economía de Dios. Hoy en día debemos estar alertas, no con respecto a otros sino con respecto a nosotros mismos. Yo jamás permitiría que el enemigo de Dios me usara o me usurpara para ministrar algo que fuese “cobre”, esto es, algo que pareciera ser oro pero que no lo fuese. Dios no quiere cobre; el cobre debe ser juzgado. Dios quiere ser expresado como oro. Finalmente, en la Nueva Jerusalén no habrá cobre sino solamente oro. Todos debemos ver esto.

  No me gusta controlar a nadie, jamás controlaría a nadie y jamás he sido controlado por nadie. Incluso el hermano Nee jamás me controló. Nadie puede controlar nada. Sin embargo, en el recobro del Señor todos debemos ver lo que es el ministerio neotestamentario. Algunos han dicho: “El hermano Lee obliga a las iglesias a estudiar los estudios-vida”. Probablemente si ellos estuvieran en mi lugar, lo harían, pero yo jamás haría esto. Yo jamás los obligaría a valerse de los mensajes del Estudio-vida; antes bien, si me enterara de que ustedes tienen tal concepto, evitaría que la oficina del ministerio continúe enviándoles mis escritos. No obstante, como un hermano un poco mayor que ustedes y a quien ustedes respetan como alguien que puede brindarles ayuda, debo hablarles con franqueza: si no están bajo el ministerio del Señor en Su recobro, ciertamente sufrirán una gran pérdida. Ustedes sufren pérdida, pero si sólo ustedes la sufrieran no sería tan grave. Ustedes y yo personalmente no significamos nada, pero al no estar bajo el ministerio del Señor retrasamos al recobro del Señor; esto sí es muy grave.

  Tal vez digan que nunca han sido negativos con respecto al ministerio. Puede ser que muchos de ustedes nunca hayan sido negativos, pero su actitud indiferente sin un discernimiento agudo de la verdad, además de su tibieza, me ha molestado y lo sigue haciendo. Debemos entregarnos incondicionalmente al Señor; debemos proseguir con fervor. No piensen que sólo por haber participado en este entrenamiento por algunos años ya lo saben todo. En días recientes, el Señor nos ha mostrado que no sabemos tanto como pensábamos. El ministerio neotestamentario es un campo muy amplio que necesita ser explorado y una gran mina que necesitamos excavar. No debemos detenernos en donde estamos.

  La reunión de oración de esta mañana (ver el capítulo 10) fue para mí una clara evidencia de que no hemos progresado tanto en el recobro del Señor. Aún seguimos siendo muy viejos. Conforme a la carga que siento en mi espíritu, esta mañana debíamos habernos reunido para clamar al Señor pidiéndole que nos rescate de las cosas tradicionales, que tenga misericordia de nosotros y que nos conceda gracia a fin de que podamos ser introducidos de una manera plena en Su ministerio neotestamentario. También deberíamos haber orado por las iglesias y por cada santo en el recobro, para que sean traídos a una comprensión cabal del ministerio neotestamentario. No era necesario que en nuestra oración repitiéramos todas las cosas que escuchamos, dando a los demás todo un sermón. Sinceramente ésa no fue mi carga al convocarlos a orar. Debemos orar de tal manera que derramemos nuestro ser, clamando al Señor inclusive con lágrimas: “Señor, ten misericordia de nosotros. He estado en el recobro durante años y nunca he visto estas cosas. Ten misericordia de mí. Ten misericordia de todas las iglesias. Señor, ten misericordia de todos los cristianos. Utilízanos para iluminarlos, para presentarles la economía de Dios”. Debemos orar de esta manera y no orar doctrinalmente. Mi corazón ha sido quebrantado una y otra vez al ver esta situación entre nosotros. Espero que lloren conmigo. Muchos de los que estamos aquí necesitamos llorar durante varios días. Anoche, cuando convoqué a una reunión de media hora, ésta era la manera en que quería que oráramos. No quería que vinieran a perder su tiempo aquí durante treinta minutos. Una vez más, ésta es una clara evidencia de que no hemos logrado comprender cabalmente qué es el ministerio neotestamentario.

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