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Mensajes del libro «Experimentar a Cristo como vida para la edificación de la iglesia»
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CAPITULO DIEZ

LA UNCION DEL ESPIRITU COMPUESTO

  Lectura bíblica: Ex. 30:23-26, 29, 30; 2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27

  Hemos dicho que los aspectos del Espíritu mencionados en 2 Corintios son diferentes de los de 1 Corintios. Esto significa que hay diferentes clases de experiencias del mismo Espíritu. En 1 Corintios el Espíritu es el Espíritu que revela, que dispensa dones y que mora en nosotros. Pero 2 Corintios nos muestra algunas experiencias más profundas del mismo Espíritu. Hemos visto que en la segunda epístola hay nueve aspectos de la obra substancial y subjetiva que el Espíritu Santo hace en nosotros: ungir, sellar, garantizar, escribir, dar vida, ministrar, liberar, transformar y transmitir. Finalmente, el Espíritu nos trasmite todo lo que Cristo es junto con la plenitud de la Deidad. Estos aspectos son muy profundos, substanciales y subjetivos. En este capítulo vamos a decir más en cuanto al aspecto de la unción del Espíritu.

LA UNCION

  En el Nuevo Testamento se nos dice que tenemos algo maravilloso llamado la unción (1 Jn. 2:20, 27). Dios nos ungió y nos adhirió al Ungido (2 Co. 1:21). El Ungido es Cristo, el Hijo de Dios, a quien Dios ungió más que Sus compañeros (He. 1:9). Al ser adheridos a El, somos ungidos. Ahora compartimos la unción del Santo. Esta unción mora en nosotros y nos enseña en todo. La unción es el movimiento del ungüento, el movimiento del Espíritu dentro de nosotros.

EL UNGÜENTO COMPUESTO

  Necesitamos considerar cuál es la diferencia entre el aceite y el ungüento, porque ambos tipifican al Espíritu. Exodo 30 habla tanto del aceite de olivas como del ungüento compuesto (vs. 24-25). El aceite se compone de un solo elemento, el elemento de la oliva, pero el ungüento se compone del aceite y otros elementos. El ungüento compuesto tiene un elemento básico, el aceite de olivas, y está mezclado con cuatro clases de especias. Este ungüento compuesto de Exodo 30 es un cuadro y tipo maravilloso del Espíritu todo-inclusivo y compuesto del Nuevo Testamento (Fil. 1:19).

LOS INGREDIENTES DEL UNGÜENTO COMPUESTO

  El Antiguo Testamento nos da los cuadros, mientras que el Nuevo Testamento nos da la definición y la descripción de estos cuadros. Consideremos el cuadro de los ingredientes del ungüento compuesto de Exodo 30. El aceite de olivas es la base y está mezclado, combinado, con cuatro especias: la mirra, la canela, el cálamo y la casia.

Aceite de olivas

  El aceite de olivas, según la tipología, representa el Espíritu de Dios (Is. 61:1; He. 1:9).

Mirra

  Todos los buenos estudiantes y maestros de la Biblia reconocen que la mirra tipifica la muerte de Cristo con todos los sufrimientos por los cuales pasó Cristo en Su muerte. Cuando Nicodemo ayudó a enterrar a Jesús, lo enterró con mirra y áloes (Jn. 19:39).

  La mirra viene de un árbol aromático. Este árbol secreta su jugo como resultado de ser cortado o por alguna apertura natural. Tiene un aroma dulce y un sabor amargo. Hoy nosotros olemos la muerte de Cristo, pero El la gustó. Cristo gustó la muerte por nosotros y el sabor era amargo, pero para nosotros Su muerte es dulce. La mirra representa la muerte sufrida por Cristo.

Canela

  La canela fragante es extraída de la parte interior de la corteza de cierto árbol. No sólo tiene un sabor distintivo sino que también se puede usar para estimular un corazón débil. La canela representa la dulzura y la eficacia de la muerte de Cristo, la cual es muy eficaz para sanarnos.

Cálamo

  La tercera especia es el cálamo. El cálamo es una caña que crece y brota de un pantano o un lugar lodoso. Aunque crece en un pantano, puede brotar. El cálamo representa el levantamiento, la resurrección, de Cristo.

Casia

  La cuarta especia es la casia. La canela viene de la parte interior de la corteza, y la casia viene de la parte exterior. También es una especia dulce y fragante. En los tiempos antiguos la casia se usaba como repelente para apartar los insectos y las serpientes. Así que, representa el poder, la eficacia, de la resurrección de Cristo.

  Estas cuatro especias se añadieron al aceite de olivas. Por tanto, la muerte de Cristo con su dulzura y eficacia y la resurrección de Cristo con su poder se añadieron al Espíritu de Dios.

EL SIGNIFICADO DE LOS NUMEROS RELACIONADOS CON EL UNGÜENTO COMPUESTO

  Ahora necesitamos considerar los números relacionados con los ingredientes del ungüento compuesto. Según la tipología, todos los números de la Biblia tienen un significado.

Lo humano y lo divino se añaden al Espíritu de Dios

  Hay cuatro especias, y el número cuatro en la Biblia es el número de las criaturas. El libro de Ezequiel habla de los cuatro seres vivientes (1:5). Así que, el número cuatro representa la humanidad en la creación de Dios. Había 500 siclos de mirra, 250 siclos de canela, 250 siclos de cálamo y 500 siclos de casia en el ungüento compuesto, lo cual da una totalidad de tres unidades de 500 siclos. El número tres representa el Dios Triuno. De estos números podemos ver que tanto lo humano como lo divino se añaden al Espíritu de Dios, el aceite de olivas celestial.

El segundo de la Trinidad Divina es partido en la cruz

  Debe notarse que la segunda unidad de 500 siclos es partida en dos unidades de 250 siclos. Esto significa que el segundo de la Trinidad Divina fue partido por medio de Su muerte en la cruz.

La conexión de la muerte de Cristo y Su resurrección

  Las dos unidades de 250 siclos no son completas. Una representa la dulzura y la eficacia de la muerte del Señor; la otra representa la resurrección preciosa de Cristo. Esto muestra que la muerte del Señor no es completa. Su resurrección tiene que seguir Su muerte y ser añadida a Su muerte. Estas dos no son entidades separadas sino que están conectadas.

El Espíritu divino, completo, perfecto y eterno

  Todos estos elementos se ponen en un hin de aceite de olivas. Este hin de aceite de olivas representa el Espíritu divino, completo, perfecto y eterno. El Espíritu de Dios es completo y eternamente perfecto en Sí, pero necesita que le sean añadidos más ingredientes para que llegue a una consumación como el Espíritu todo-inclusivo de Jesucristo.

La capacidad de llevar responsabilidad

  En el ungüento compuesto, también tenemos el número cinco. Las cuatro especias más el hin de aceite de olivas son cinco ingredientes. En la Biblia el número cinco representa responsabilidad y la capacidad de llevar responsabilidad. Cinco se compone de cuatro más uno. Podemos usar como ejemplo la mano humana. En la mano tenemos cuatro dedos y un dedo pulgar. Por eso, nuestra mano puede hacer muchas cosas y llevar responsabilidad.

  En la Biblia hay ejemplos obvios del hecho de que cinco es el número de responsabilidad. Los Diez Mandamientos fueron escritos en dos tablas, cinco en cada una. Estos cinco mandamientos en cada tabla representan responsabilidad. También hay diez vírgenes en Mateo 25. Son divididas en dos grupos: cinco sabias y cinco necias. Esto muestra que todos los creyentes tienen la responsabilidad de ser llenos del Espíritu.

  El número cuatro nos representa a nosotros las criaturas, y el número uno representa a Dios. Cuando Dios nos es añadido, tenemos la capacidad de llevar responsabilidad. Una vez fuimos el número cuatro, pero el Dios único nos fue añadido. Ahora somos el número cinco. No tener a Dios es como tener cuatro dedos sin el dedo pulgar. De la misma manera en que es difícil no tener dedo pulgar, es aún más difícil no tener a Dios.

  Como hemos visto, hay tres unidades de quinientos siclos de especias. Así que, tenemos tres por quinientos, y quinientos es cien por cinco. Esto significa que en este ungüento compuesto hay la plenitud de la capacidad de llevar responsabilidad.

El ungüento compuesto para el edificio de Dios

  Cinco y tres son números básicos del ungüento compuesto. Como ya vimos, tres es el número de la Deidad, y el ungüento tiene tres unidades de quinientos siclos. La segunda unidad de quinientos siclos es partida, lo cual indica que el segundo de la Trinidad Divina fue partido en la cruz. En el ungüento compuesto hay cuatro especias añadidas a un hin de aceite de olivas. Cinco es cuatro más uno, la criatura más el Creador que viene a ser la capacidad de llevar responsabilidad.

  Quisiera que leamos unas porciones de la Biblia para que veamos más del significado de los números cinco y tres.

  Primero consideremos las dimensiones del arca, que Noé edificó, encontradas en Génesis 6. Después de que Dios lo creó todo, tenía la intención de edificar algo. El primer objeto de la obra edificadora de Dios era el arca de Noé. El arca es la semilla de la obra edificadora de Dios, y la Nueva Jerusalén es la cosecha del edificio de Dios. De esta semilla la Nueva Jerusalén crece y madura.

  Los números tres y cinco son prevalecientes en las dimensiones del arca, el primer objeto del edificio de Dios. Génesis 6:15 dice: “Y de esta manera la haréis: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura”. El versículo 16 dice que el arca debía ser hecha “piso bajo, segundo y tercero”. Aquí con las dimensiones del arca, tenemos múltiples de los números tres y cinco. Tres, el número del Dios Triuno, y cinco, el número de responsabilidad, el número de Dios añadido al hombre, son los números del edificio de Dios.

  Las dimensiones del tabernáculo también están llenas de los números tres y cinco. Por ejemplo, Exodo 27:1 habla de las dimensiones de su altar: “Haréis también un altar de madera de acacia de cinco codos de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado el altar, y su altura de tres codos”. Una vez más vemos los números cinco y tres porque son los números del edificio de Dios.

  Ahora leamos Exodo 25:10 en cuanto a las dimensiones del arca que está en el Lugar Santísimo: “Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio”. Dos y medio es la mitad de cinco, y uno y medio es la mitad de tres. El altar es cinco por tres, y el arca es dos y medio por uno y medio. El altar es una unidad completa, pero el arca es la mitad del tamaño del altar. El arca tipifica a Cristo, y Cristo fue partido. El Cristo “partido” es el Cristo que fue crucificado para el edificio de Dios. Una vez más vemos los números básicos de cinco y tres para el edificio de Dios.

  El tabernáculo tenía tres secciones: el atrio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Según Exodo 27:13, la anchura del atrio en el lado del este debía ser cincuenta codos. Luego los versículos 14 y 15 dicen que las cortinas de los dos lados de la puerta debían ser de quince codos y tres columnas y tres basas. Además, el versículo 18 dice que la altura de las cortinas de lino del atrio debían ser cinco codos. En realidad, cada cortina del área del atrio era de cinco codos por cinco codos.

  Estos ejemplos deben sernos evidencia de que los números tres y cinco son los números del edificio de Dios. Esto también nos muestra que el ungüento de la unción tiene como fin el edificio de Dios. Dios mandó a Moisés para que ungiera con este ungüento el tabernáculo y todos los utensilios del tabernáculo (Ex. 30:26-29). Moisés también debía ungir a Aarón y a sus hijos con este ungüento compuesto (v. 30). Esto significa que el Espíritu todo-inclusivo también tiene como fin el sacerdocio de Dios. Si el tabernáculo y todo lo relacionado con él no hubieran sido ungidos con el ungüento, habría sido un edificio secular, no un edificio santo, no el edificio de Dios. El tabernáculo nunca podía ser un edificio divino hasta que cada parte fuera ungida con el ungüento santo compuesto.

EDIFICAR LA IGLESIA POR LA UNCION DEL ESPIRITU COMPUESTO

  No deben pensar que tengo la carga de darles un sermón en cuanto a la tipología. Mi intención es mostrarles cómo podemos tener la vida de la iglesia. Podemos tener la vida de la iglesia siendo ungidos con el Espíritu compuesto. En 1 Corintios se encuentran los dones, pero en 2 Corintios se habla de la unción. El edificio de Dios es establecido y edificado con la unción del ungüento compuesto, el Espíritu compuesto.

  El salmo 133 dice: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en unidad! Es como el buen óleo...” (vs. 1-2a). El óleo, o el ungüento, es la unidad. Por eso Efesios 4:3 habla de la unidad del Espíritu. El Espíritu como el ungüento compuesto no es sólo el Espíritu de Dios, que posee meramente lo divino; al Espíritu como el ungüento se le han añadido la naturaleza divina y la humana de Cristo, Su muerte y la eficacia de la misma, y Su resurrección y el poder de ella.

  Las enseñanzas y los dones solos no pueden edificar la iglesia. La iglesia, el Cuerpo de Cristo, ha sido dividida por las enseñanzas y los dones. Sólo la unción del Espíritu de Jesucristo como el ungüento compuesto puede edificar la iglesia. Dios nos unge hoy con el Espíritu todo-inclusivo. En este ungüento se encuentra la eficacia de la muerte de Cristo que mata todos los gérmenes y las cosas negativas que están en nuestro ser.

EL ESPIRITU DEL JESUS GLORIFICADO

  Ahora quiero citar una porción de la obra maestra de Andrew Murray titulado El Espíritu de Cristo. Los siguientes extractos vienen del capítulo cinco, que lleva el título, “El Espíritu del Jesús glorificado”.

  Sabemos que el Hijo, quien había estado con el Padre desde la eternidad, entró en una nueva etapa de existencia cuando se hizo carne. Cuando volvió al cielo, El todavía era el mismo Hijo unigénito de Dios, pero no el mismo en todo. Ahora El era también, como Hijo de Hombre, el Primogénito de entre los muertos, vestido de esa humanidad glorificada que había perfeccionado y santificado para Sí. Precisamente por eso el Espíritu de Dios que fue derramado en Pentecostés era sin duda algo nuevo ... Cuando El fue derramado en Pentecostés, vino como el Espíritu del Jesús glorificado, el Espíritu del Cristo encarnado, crucificado y exaltado, el portador y comunicador para nosotros, no de la vida de Dios como tal, sino de esa vida que fue mezclada con la naturaleza humana en la persona de Cristo Jesús.

  ...Al ser glorificada Su naturaleza en la resurrección y en la ascensión, surgió de ella Su Espíritu como el Espíritu de Su vida humana, glorificada en la unión con lo divino, para hacernos partícipes de todo lo que El personalmente había forjado y adquirido, de Sí mismo y de Su vida glorificada ... Y en virtud de que había perfeccionado en Sí mismo una nueva naturaleza humana santa para nosotros, El ahora puede comunicar lo que anteriormente no existía: una vida tanto humana como divina.

  ...Y el Espíritu Santo podía descender como el Espíritu del Dios-hombre, era verdaderamente el Espíritu de Dios, y, al mismo tiempo, verdaderamente el espíritu del hombre.

  La enseñanza de Andrew Murray muestra que hoy el Espíritu de Dios es el Espíritu del Jesús glorificado. El es el Espíritu no meramente con lo divino, sino un Espíritu tanto de Dios como del hombre con una naturaleza humana renovada, elevada, desarrollada y nueva. Estamos bajo la unción de este Espíritu maravilloso para la edificación de la iglesia como el Cuerpo de Cristo.

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