Gracia especial y gracia de reserva
Muchos hermanos y hermanas tienen un problema fundamental: son mantenidos por un suministro especial de gracia. Dependen de una provisión de gracia para el momento y no tienen almacenada la revelación que recibieron “hace catorce años” [2 Co. 12:2]. Hemos dicho que toda la obra que Dios realiza en nuestras vidas es una obra de gracia; así que debemos reconocer que si El quitara de nosotros Su gracia, nuestras vidas quedarían completamente vacías. Además, Dios desea que Sus hijos acumulen un depósito de gracia, y no que dependan exclusivamente de la gracia que reciben esporádicamente para permanecer en Su voluntad. El no se complace en que nosotros Sus hijos vivamos cada día con un suministro especial de gracia, pues desea que tengamos un depósito que rebose de gracia.