BOSQUEJO TRES
HABLAR POEMAS
EN LAS REUNIONES DE LA IGLESIA
PARA LA EDIFICACIÓN ORGÁNICA
DE LA IGLESIA
COMO EL CUERPO DE CRISTO
- Para obtener el máximo provecho al hablar los poemas en las reuniones de la iglesia, debemos estar familiarizados con los poemas cruciales de nuestro himnario, Himnos, que contengan el rico hablar de las verdades divinas, es decir, la enseñanza de los apóstoles:
- Si queremos conocer el himnario, debemos pasar tiempo en la tabla de contenido y así descubrir las riquezas.
- Debemos alabar al Señor porque tenemos la Biblia y también un himnario con poemas compuestos según las verdades de la Biblia.
- Hay centenares de poemas en nuestro himnario que contienen puntos vitales:
- La bendición, la adoración y la experiencia del Dios Triuno: el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu.
- El llenar del Espíritu, interiormente y exteriormente.
- La identificación con Cristo.
- La experiencia de Cristo.
- La experiencia de la cruz y la vida de resurrección.
- Los varios aspectos de la vida interior.
- La oración y el servicio.
- La iglesia y el reino.
- La certeza de la salvación.
- La consagración.
- Consuelo en pruebas y aliento.
- La guerra espiritual.
- El evangelio.
- Las reuniones.
- La esperanza de gloria.
- La máxima manifestación.
- Respecto a los poemas que hablamos en las reuniones de la iglesia:
- Debemos conocer los puntos cruciales del contenido de los himnos.
- Debemos cuidar de la norma de los himnos:
- Podemos conocer la norma por medio de percibir el sentido de los himnos:
- El sentimiento de un himno se basa en el pensamiento del himno.
- El sentimiento de un himno también se refiere a su sabor.
- Los siguientes son dos ejemplos de la norma de los himnos:
- Hymns, #19 del himnario en inglés (no es tan lleno de revelación, ni es elevado): Himnos, #12 (está lleno de revelación y es elevado).
- Himnos, #40 (no tiene mucha vida, verdad, experiencia ni revelación); Himnos, #77 (tiene un estándar más elevado) y Himnos, #76 (tiene el nivel más elevado).
- También tenemos que discernir las palabras de los himnos:
- Un himno debe tener el pensamiento adecuado.
- Un himno debe tener la distribución poética adecuada para producir la rima y el ritmo.
- Todos debemos conocer el tono de los himnos; muchos himnos buenos pueden ser completamente dañados cuando se tiene una melodía pobre.
- La práctica de hablar los poemas (véase el punto XI):
- Tome las palabras del himno como sus propias palabras y proclámelas.
- Funcione en coordinación con otros al hablar el himno, a fin de liberar un mensaje completo en mutualidad:
- Cada himno se puede considerar un mensaje.
- Por medio de hablar el mismo himno, muchas personas hablan un mensaje completo para la reunión.
- Funcione como un miembro del mismo equipo, jugando con un solo balón (el poema que se esté hablando).
- Mantenga una buena continuidad:
- Hable de tal modo que los demás puedan “recibir el balón”.
- Hable con cláusulas, frases o expresiones completas que otros puedan seguir.
- Cuide de la conexión adecuada:
- Mantenga una buena secuencia.
- Correlacione los puntos del poema.
- Hable en orden (sin desacuerdo ni confusión):
- No hable mientras otro esté hablando.
- Ejercítese tanto para escuchar el hablar de otros como también para cuidar de su propio hablar.
- Espere que otros hablen.
- No “luchen” unos con otros por la oportunidad de hablar.
- Hablen con una sola voz:
- (1). Hablen solos.
- (2). Hablen juntamente con otros.
- No hablen de manera desordenada.
- Cuanto más claro es el hablar, más hermoso es.
- Hablen de manera conversacional, es decir, sin formalidad.
- Hablen de manera informal, es decir, de una manera libre pero no desordenada.
- Hablen por medio de repetir y de enfatizar las palabras, frases y cláusulas cruciales.
- Hablen usando diferentes espacios de tiempo.
- Utilicen el poema para hablar expresiones nuevas:
- Al leer uno lo hace según lo que está escrito.
- Al hablar uno puede o no hacerlo según lo que esté escrito; además es libre, automático y espontáneo.
- Cuando hablen mírense los unos a los otros; no dirija su mirada hacia el himnario:
- “Juan, ¿sabía usted que...?”.
- “Susana, nuestro Cristo es...”.
- “Hermanos, ¡que todos corramos la carrera!”.
- Pongan mucha atención en la manera de hablar.
- No con voz baja, sin que ame los oídos de los santos.
- No muy fuerte, para que no lastime los oídos de los santos.
- No muy lento, para que no agote la paciencia de los santos.
- No muy rápido, para que no deje perplejos a los santos.
- No hagan nada que distraiga del fluir del himno.
- Hagan todo de manera viviente, no de manera legal:
- La legalidad introduce la muerte; debemos mantenernos alejados de la legalidad que produce muerte.
- Debemos procurar hacerlo todo de una manera muy viviente, que sea flexible y apropiada.
- Practiquen evitar lo rutinario, lo muerto, la vejez y lo tradicional:
- Consideren los ejemplos siguientes:
- Hablen individualmente o corporativamente un himno completo, y luego cántenlo individualmente o corporativamente. (Tal vez canten o hablen nuevamente todo el himno).
- Hablen individualmente o corporativamente la estrofa de un himno, y luego canten la estrofa individualmente o corporativamente. (Tal vez hablen o canten nuevamente la estrofa antes de que pasen a la siguiente estrofa del himno).
- Canten individualmente o corporativamente un himno, y luego háblenlo individualmente o corporativamente.
- Canten individualmente o corporativamente una estrofa, y luego háblenla individualmente o corporativamente.
- Hablen y canten solamente una estrofa de un himno.
- Hablen y canten sólo algunas estrofas de un canto.
- Que las hermanas hablen una estrofa.
- Que los hermanos canten una estrofa.
- Que un santo hable una línea, y que el resto de los hermanos hable la segunda línea, etc. Pueden alternarse para hablar todo el poema.
- Que individualmente o corporativamente proclamen parte de un himno, o todo el himno como un mensaje iluminador.
- Etc., etc., etc.
- Hay más de cien maneras diferentes de hablar un himno.
- Aprendan a no ser repetitivos, hablando los poemas de la misma manera vez tras vez.
- Aprendan también a mantener la frescura en el hablar por medio de ejercitar continuamente el espíritu.
- Tal como en los Salmos, tengan un “selah” de vez en cuando mientras hablan un poema:
- Ofrezcan una oración.
- Hablen brevemente algo de la Palabra.
- Expliquen un poco.
- Compartan un testimonio breve.
- Siéntanse libres en su espíritu para decir: “Amén” y “Aleluya”—1 Co. 14:16.
- De vez en cuando dé una conclusión del poema:
- Enfatice algunos de los puntos principales del poema.
- Dé un resumen de todo el poema.
- Dé un testimonio de su experiencia relacionado con el contenido del poema.