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Mensajes del libro «Lecciones de vida, tomo 1»
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LECCION ONCE

CONOCER LA CRUZ DE CRISTO

  La cruz de Cristo realizó la redención eterna de Dios para nosotros conforme a los requisitos de la justicia, santidad y gloria de Dios, para ser la base de nuestra salvación eterna. Por lo tanto, debemos conocer perfectamente la cruz.

I. LA CRUZ FUE PROFETIZADA POR DIOS

  1) “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gá. 3:13).

  La palabra “madero” aquí indica la cruz, que estaba hecha de madera. En Deuteronomio 21:23 del Antiguo Testamento, Dios profetizó en los juicios de la ley que Cristo sería colgado en un madero, esto es, colgado en la cruz.

II. LA CRUZ ERA UNA FORMA ROMANA DE EJECUCION

  1) “Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato [el gobernador romano] les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César [el emperador romano]” (Jn. 19:15).

  La forma de ejecución judía era la de apedrear a un criminal hasta la muerte (Dt. 22:24). Sin embargo, alrededor de sesenta años antes del nacimiento del Señor, la nación judía sucumbió ante Roma. No mucho antes de que el Señor fuera sentenciado a morir en la cruz por el gobernador romano, el Imperio Romano había adoptado la crucifixión como la forma de ejecución para las peores personas. Así que, cuando los judíos buscaron matar al Señor, ellos le crucificaron por medio de las manos del gobernador romano, cumpliendo así la profecía de Dios en Deuteronomio 21:23 con respecto a cómo moriría el Señor. Esto fue hecho por la mano soberana de Dios.

III. LA HORA CUANDO CRISTO FUE CRUCIFICADO

  1) “Era la hora tercera [9:00 a.m.] cuando le crucificaron” (Mr. 15:25).

  Cristo fue crucificado comenzando a las nueve de la mañana.

  2) “Y desde la hora sexta [el mediodía] hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena [3:00 p.m.]” (Mt. 27:45).

  Cristo estuvo crucificado hasta las tres de la tarde. Desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde es un total de seis horas. En las tres primeras horas, Dios no le castigó en lugar de los pecadores; sino que fue el hombre que estaba persiguiéndole. En estas tres horas El sufrió por el martirio, y no por la redención. Al mediodía, la tierra se oscureció. Desde ese momento hasta las tres, no fueron los hombres los que estaban persiguiéndole, sino Dios quien estaba juzgándole en lugar de los pecadores. En estas tres horas, El sufrió por la redención, no por el martirio.

IV. LAS REALIZACIONES DE LA CRUZ

  1) “Quien llevó El mismo nuestros pecados [plural, refiriéndose a los pecados del hombre en sus obras externas] en Su cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos a la justicia” (1 P. 2:24).

  Lo primero que Cristo realizó en la cruz fue llevar los diversos pecados de nuestras acciones externas, es decir los pecados cometidos por la persona misma, para que seamos salvos y pasemos de muerte a vida.

  2) “Pero ahora ... una sola vez en la consumación de los siglos se ha manifestado para quitar de en medio el pecado [singular, refiriéndose al pecado del hombre en su naturaleza interna] por el sacrificio de Sí mismo” (He. 9:26).

  Al mismo tiempo en la cruz, Cristo quitó el pecado en nuestra naturaleza interna, esto es, el pecado que heredamos por nacimiento, para que fuésemos liberados de nuestra naturaleza pecaminosa interior.

  3) “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque ... Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gá. 3:13).

  Cristo llevó nuestros pecados externos y quitó nuestro pecado interno en la cruz, recibiendo la maldición que nosotros, según la ley de Dios, deberíamos haber recibido por causa de nuestra caída y nuestro pecado.

  4) “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El para que el cuerpo de pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos” (Ro. 6:6).

  Cristo no solamente terminó con nuestro doble pecado en la cruz; El también crucificó nuestro viejo hombre pecaminoso para que el cuerpo del pecado se quedara sin efecto, para que no fuéramos más esclavos del pecado.

  5) “Con Cristo estoy juntamente crucificado” (Gá. 2:20).

  El “yo” aquí implicado, es nuestro viejo hombre. Puesto que nuestro viejo hombre ha sido crucificado con Cristo, nuestro “yo” está crucificado también con El.

  6) “Pero los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias” (Gá. 5:24).

  Cristo no solamente crucificó nuestro viejo hombre en la cruz, El también crucificó nuestra carne con las pasiones y concupiscencias. Aquí dice que nosotros los que somos de Cristo hemos crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. Podemos hacer esto basados en el hecho de que el Señor crucificó nuestra carne en la cruz.

  7) “...Sangre y carne, de igual manera El participó también de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a esclavitud” (He. 2:14-15).

  En la cruz, Cristo destruyó al diablo, quien tiene el poder de la muerte, y nos liberó de la esclavitud de la muerte.

  8) “Y como Moisés levantó la serpiente [en un asta] en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado [en la cruz], para que todo aquel que en El cree, tenga vida eterna” (Jn. 3:14-15).

  Puesto que Cristo destruyó al diablo, quien tiene el poder de la muerte, evidentemente El también lo juzgó y terminó con él, la serpiente antigua que había envenenado a la humanidad, para que todos los que creen en Cristo tengan la vida eterna de Dios y pasen de muerte a vida. Esto fue tipificado cuando Moisés levantó la serpiente en el desierto, lo cual llevó a los israelitas de muerte a vida.

  9) “Por quien [por Cristo] el mundo me es crucificado a mí” (Gá. 6:14).

  En la cruz, Cristo destruyó a Satanás el diablo, y al mismo tiempo El crucificó al mundo organizado por Satanás y soportado por Satanás, para que el mundo perdiera su poder usurpador sobre los que creen en Cristo.

  10) “Porque El [Cristo]...que de ambos pueblos [judíos y gentiles] hizo uno y derribó la pared intermedia de separación, la enemistad, aboliendo en Su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre” (Ef. 2:14-15).

  En la cruz, Cristo abolió la ley de los mandamientos en las ordenanzas del Antiguo Testamento, la cual separaba a los judíos de los gentiles, e hizo de ellos uno, creando en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, el cual es la iglesia.

  11) “Si el grano de trigo [el cual tipifica a Cristo] no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto [el cual tipifica a los miembros de Cristo]” (Jn. 12:24).

  En la cruz Cristo no sólo terminó con todos estos asuntos negativos para Dios y para nosotros, sino que a través de Su muerte en la cruz El también liberó la vida divina desde su interior a nuestro interior, para que pudiéramos llegar a ser Sus muchos miembros que constituyen Su Cuerpo.

V. NOS GLORIAMOS EN LA CRUZ

  1) “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo” (Gá. 6:14).

  Los que eran celosos de la religión judía obligaban a otros a ser circuncidados para gloriarse en su carne (Gá. 6:12-13). Sin embargo, el apóstol Pablo, ganado por Cristo, no se glorió en nada sino en la cruz de Cristo.

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