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Mensajes del libro «Lecciones de vida, tomo 1»
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LECCION NUEVE

CONOCER A CRISTO

(2)

E. Ascendió a los cielos

  Después de que Cristo se resucitó de entre los muertos, El ascendió a los cielos. Esta es la quinta gran cosa hecha por El como el Ungido de Dios, la cual logró por nosotros los dos asuntos siguientes:

  1) “Subiendo a lo alto [el cielo], llevó cautivos a los que estaban bajo cautiverio, y dio dones a los hombres” (Ef. 4:8).

  “Los que estaban bajo cautiverio” se refiere a nosotros, quienes antes fuimos capturados por Satanás y la muerte. Ahora Cristo, en Su resurrección triunfante, nos ha capturado de las manos de Satanás y de la muerte, llevándonos a los cielos, para hacernos el don de Dios a Cristo, para que Cristo nos dé como dones a la iglesia.

  2) “Y juntamente con El ... nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús” (Ef. 2:6).

  La ascensión de Cristo también nos llevó a nosotros, los que hemos creído en El y hemos sido unidos a El para ser uno, a los lugares celestiales, para que lleguemos a una posición celestial y vivamos en una atmósfera y estado celestial.

F. Cumplió Su ministerio celestial

  Cuando Cristo ascendió al cielo, empezó a cumplir Su ministerio celestial. El fue ungido por Dios para realizar esta sexta gran cosa, la de llevar a cabo continuamente a nuestro favor los cuatro asuntos siguientes:

  1) “Pero ahora tanto más excelente ministerio ha obtenido, cuanto es Mediador de un mejor pacto” (He. 8:6).

  Después que Cristo estableció el nuevo pacto (Mt. 26:28) a través de Su muerte en la tierra, El ascendió a los cielos para ser el Mediador de este nuevo pacto, ejecutándolo sobre los que creen en El.

  2) “El cual [Cristo] se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Ministro de los lugares santos y de aquel verdadero tabernáculo” (He. 8:1-2).

  Cristo es ahora también el Ministro del verdadero tabernáculo en los cielos, el que ministra a Sus creyentes la vida celestial y el suministro celestial y divino.

  3) “Por tanto, teniendo un gran Sumo Sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios” (He. 4:14).

  Hoy día, Cristo es también nuestro gran Sumo Sacerdote en los cielos, quien intercede ante Dios a nuestro favor para que seamos salvos por completo (He. 7:24-26).

  4) “Y si alguno peca, tenemos ante el Padre un Abogado, Jesucristo el Justo. Y El mismo es la propiciación por nuestros pecados” (1 Jn. 2:1-2).

  Cristo en los cielos hoy es también nuestro Abogado ante el Dios justo. Si pecamos después de ser salvos, basado en que El es nuestra propiciación, El aboga por nosotros para recobrar la comunión interrumpida entre Dios y nosotros.

G. Viene de nuevo

  Cuando Cristo termine Su ministerio celestial, El regresará para realizar la séptima gran cosa como el Ungido de Dios, la cual incluye los tres asuntos siguientes:

  1) “Porque el Señor mismo ... descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:16-17).

  Aquí se nos dice que cuando Cristo venga de nuevo, arrebatará a todos los creyentes al aire, ya sea que ellos estén resucitados o vivos, para reunirlos con El, para que siempre estén juntos con El. Este es el primer asunto que llevará a cabo en Su segunda venida.

  2) “Y luego todo Israel será salvo, según está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, y apartará de Jacob la impiedad” (Ro. 11:26).

  Esto nos dice el segundo asunto que Cristo llevará a cabo en Su segunda venida, es decir, que salvará a todo Israel.

  3) “Cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria ... entonces se sentará en el trono de Su gloria, y serán reunidas delante de El todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como separa el pastor las ovejas de los cabritos” (Mt. 25:31-32).

  Esta porción de la Escritura nos revela el tercer asunto que el Señor llevará a cabo cuando regrese, es decir, juzgará a todas las naciones incrédulas que estén vivas.

H. Establece el reino milenario

  Después de que Cristo limpie la tierra en Su venida, establecerá el reino milenario. Esta es la octava gran cosa que realizará como el Ungido de Dios.

  1) “Las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios ... y vivieron (fueron resucitados) y reinaron con Cristo mil años” (Ap. 20:4).

  Estos versículos nos muestran que después de que Cristo venga a la tierra, establecerá el reino milenario y reinará con Sus creyentes vencedores en el reino por mil años.

I. Es el centro de la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva

  Al final del reino milenario, el cielo viejo y la tierra vieja serán abolidos. Cristo será el centro de la eternidad en la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva por venir. Esta es la última gran cosa que será realizada por Cristo como el Ungido de Dios para cumplir el propósito eterno de Dios. Todos aquéllos redimidos por Dios por todas las edades estarán entonces con El, disfrutando del abundante resultado de la obra de Dios por todas las edades, en la vida eterna de Dios por los siglos de los siglos.

  1) “La ciudad ... la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara” (Ap. 21:23).

  Este versículo nos muestra que en el futuro, en la Nueva Jerusalén del cielo nuevo y la tierra nueva, la ilimitada gloria de Dios resplandecerá como luz con Cristo como la lámpara, lo cual indica que Cristo es el centro de la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva por toda la eternidad.

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