
Los versículos 23 al 26 del capítulo tres de Romanos dicen: “Porque todos han pecado, y carecen de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios ha presentado como propiciatorio por medio de la fe en Su sangre, para la demostración de Su justicia, a causa de haber pasado por alto, en Su paciencia, los pecados pasados, con la mira de demostrar Su justicia en este tiempo, a fin de que El sea justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.
[¿Qué es la justificación? Es la acción por la cual Dios nos aprueba según la norma de Su justicia. La norma es Su justicia, no la nuestra. Aunque nosotros nos consideremos justos, nuestra justicia sólo mide un centímetro. No importa cuán justos seamos o nos consideremos, nuestra justicia no mide más de un centímetro. En cambio, ¿qué tan alta es la justicia de Dios? ¡Ciertamente es ilimitada! ¿Acaso piensa usted que su propia justicia es suficiente para que Dios lo apruebe? Eso es imposible. Aunque usted sea muy justo con sus padres, sus hijos y sus amigos, su propia justicia nunca lo justificará delante de Dios. Usted puede justificarse según su propia norma, pero eso no lo hará justo delante de Dios según la norma divina. Por tanto, necesitamos la justificación provista por la fe. Ser justificados por la fe significa ser aprobados por Dios según Su norma divina de justicia.
¿Cómo puede entonces Dios justificarnos? Puede hacerlo basado en la redención de Cristo. Somos justificados cuando la redención de Cristo nos es aplicada. Si no fuera por tal redención, sería imposible que fuéramos justificados por Dios. La redención es la base de nuestra justificación.]
¿Ha sido usted justificado? ¿En qué se basa para afirmar esto? La Biblia nos dice que somos justificados por la fe en Cristo, no por obras (Ro. 3:28; 5:1).
La muerte de Cristo hizo posible nuestra redención. Dios nos justificó sobre la base de tal muerte redentora. “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió; mas aún, el que también resucitó...” (Ro. 8:33-34). Todo aquel que sea de la fe de Jesús es justificado debido a que Cristo murió.
Dios es justo. El no permitiría que Cristo muriera en vano. Debido a que Cristo murió por nosotros, todos fuimos justificados. Dios no puede exigirnos ningún otro pago, después de haberle cobrado toda la deuda a Su Hijo Jesús. Ya que Cristo pagó el precio por nosotros, no necesitamos pagarlo de nuevo. Ahora podemos ser justificados simplemente creyendo en El. ¡Alabado sea el Señor!
Por la justicia de Dios fuimos condenados; pero por el hecho justo de Cristo, a saber, Su muerte en la cruz por nuestros pecados, todos hemos sido justificados según la norma de Su justicia. Ahora podemos decirle a Dios: “Soy tan justo como Tú, porque he creído en Cristo”. ¿Se atreve usted a decir esto? Si creemos en la Biblia, nos arrepentimos de nuestros pecados y creemos en Cristo, ciertamente podremos afirmar esto. En ello consiste la fe cristiana básica.
Compendium of God’s Full Salvation [Compendio de la salvación completa que Dios efectúa] (LSM), capítulo 14.
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