
En la lección anterior, tal vez hayan notado que en Génesis 2:9 había otro árbol además del árbol de la vida. Este árbol era el árbol del conocimiento del bien y del mal. Al participar de este otro árbol, el hombre cayó y quedó completamente arruinado para cumplir el propósito de Dios. En esta lección aprenderemos un poco más acerca de estos dos árboles, de cómo el hombre fue engañado para comer del árbol del conocimiento y del resultado de ello.
El árbol de la vida y el árbol del conocimiento representan dos principios que rigen la relación entre el hombre y Dios. El principio del árbol de la vida es vivir en total dependencia de Dios. Tener a Dios como nuestra vida nos hace depender de El. Por otra parte, el principio del árbol del conocimiento es vivir independientes de Dios. Cuando no tomamos a Dios como nuestra vida y decidimos vivir conforme al conocimiento, vivimos independientes de Dios y esto nos impide ser llenos de El y expresarlo conforme a Su plan.
Así como el árbol de la vida representa la vida de Dios, es decir, a Dios como vida para el hombre, el árbol del conocimiento representa a Satanás como el origen de la muerte. En Génesis 2:17 Dios le dijo al hombre que el día en que comiera del árbol del conocimiento ciertamente moriría. Esto indica que el árbol del conocimiento del bien y el mal es en realidad el árbol de la muerte. Al tomar del árbol del conocimiento, el hombre recibió el elemento y la naturaleza de Satanás, quien es la fuente de la muerte.
En la Biblia se nos muestra que al principio, Satanás era Lucifer, el arcángel de Dios. Lucifer significa “lucero” o “estrella de la mañana”. De entre todas las criaturas de Dios de aquel entonces, Lucifer era el más hermoso y sabio. Debido a esto, él ambicionó ser igual a Dios y quiso independizarse de El. Era su deseo que todas las criaturas de Dios le adorasen. Por lo tanto, se rebeló contra Dios y se convirtió en Su enemigo, el cual siempre ha tratado de exaltarse por encima de Dios y frustrar Su propósito.
Antes de que el hombre hubiera recibido la vida de Dios, Satanás vino a Eva, la compañera de Adán, y la incitó para que comiera del árbol del conocimiento. El logró esto inyectando en la mente de ella sus pensamientos diabólicos. Fue así que Satanás hizo que Eva cuestionara a Dios, Su palabra y Su intención, haciéndola pensar que ella podía ser independiente de Dios y aún llegar a ser igual a Dios. Como resultado de esto, Eva tomó del fruto, lo comió y lo dio a su esposo, el cual también comió.
Este acto del hombre es la tragedia más grande del universo. El hombre que Dios había creado para contenerle y expresarle como vida, desobedeció, recibiendo a cambio la vida satánica. Ahora, en lugar de expresar a Dios, el hombre expresaría la vida pecaminosa y la naturaleza de Satanás, el enemigo de Dios. A causa de este hecho trágico, el hombre se desvió del propósito original de Dios. A este hecho y su resultado es a lo que llamamos la caída del hombre.
Este hecho causó los dos problemas principales al hombre. Primero, por el lado objetivo, el hombre transgredió la justicia de Dios al desobedecer Su mandamiento de no comer de este árbol. Como consecuencia de esto, el hombre cayó bajo el juicio de Dios y perdió su derecho de participar del árbol de la vida. En vez de ser lleno de Dios, el hombre quedó separado de Dios; condenado a morir en sus pecados y finalmente a enfrentar el juicio de Dios y el lago de fuego.
En cuanto al aspecto subjetivo, el hombre tomó dentro de sí la vida satánica, la cual vino a ser un veneno en él, constituyéndolo en un pecador con una naturaleza pecaminosa. El hombre, a quien Dios tanto amaba, y a quien había creado para que fuera Su único vaso y expresión, se había arruinado completamente debido a este hecho pecaminoso.
Esta gran tragedia se ha convertido en la historia de la humanidad. La caída del hombre ocurrió hace seis mil años, y sin embargo sus efectos pueden verse aún hoy día. Después de haber comido del árbol del conocimiento y de haber escogido una vida independiente de Dios, el hombre cayó del propósito de Dios a una vida llena de pecados y constituida de la naturaleza satánica. Es por eso que hoy en día él ignora completamente a Dios y a Su propósito.
Estos dos problemas se pueden ilustrar de la siguiente manera. Supongamos que un niño, después de que su madre le advierte no tomar de una botella con veneno, la desobedece y lo bebe. En ese momento diríamos que el niño no sólo ha cometido un acto de desobediencia y que ahora tiene un problema con su madre, sino más grave aún es que ha tomado veneno y que morirá irremediablemente, a menos que se haga algo de inmediato.
Asimismo, el hombre no sólo desobedeció a Dios y cayó bajo Su condenación al comer del árbol del conocimiento, sino que también tomó dentro de sí la naturaleza venenosa de Satanás. Por lo tanto, Dios, en Su obra salvadora, necesita resolver ambos problemas: el problema de la desobediencia, y el problema de la vida venenosa y pecaminosa de Satanás que el hombre ingirió en su ser. A menos que Dios haga algo radical, el hombre morirá en sus pecados y será condenado por Dios, quedando completamente inútil para El y Su propósito eterno.
Compendium of God’s Full Salvation [Compendio de la salvación completa que Dios efectúa] (LSM), capítulo 2
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