
En esta lección abarcaremos el asunto de la justicia de Dios. La justicia de Dios es la base sobre la cual somos salvos. El término “justicia” no debe atemorizarnos. Si comprendemos lo que es la justicia de Dios, nos regocijaremos y le alabaremos. Sin ella, no podríamos tener la confianza de acercarnos a Dios para aceptar y disfrutar Su salvación.
Primero necesitamos ver en qué consiste la justicia de Dios. [Podríamos decir que la justicia de Dios es lo que Dios es con respecto a la justicia y rectitud (Ro. 3:21-22; 1:17; 10:3; Fil. 3:9). Dios es justo y recto. Todo lo que El es en cuanto a Su justicia y rectitud, constituye Su justicia. Podemos decir además, que todo lo que Dios es en estos dos aspectos, en realidad es, El mismo. Por tanto, la justicia de Dios es Dios mismo, es decir, Su Persona, y no meramente uno de Sus atributos.]
Dios tiene un gran problema con respecto a nosotros debido a nuestro pecado. Debemos recordar que El dijo en Génesis 2:17 que si el hombre a quien tanto amaba comía del árbol del conocimiento, ciertamente moriría. Debido a que el hombre comió de este árbol de maldición, debía morir, según la justicia de Dios. La justicia y el juicio son el fundamento del trono de Dios. Si Dios no condenara al hombre, Satanás podía tener una base legítima para acusar de injusto a Dios . De ser así, Dios no tendría autoridad alguna para gobernar y todo el universo entraría en caos.
Aunque Dios amaba al hombre, debía condenarlo por lo que había hecho. Por consiguiente, ¿qué podía hacer Dios para cumplir los requisitos de Su justicia y a la vez preservar al hombre a quien amaba? ¿Cómo podía perdonar al hombre sin quebrantar Su justicia? La respuesta a estas preguntas son los dos aspectos de la justicia de Dios.
[A fin de que Dios nos pudiera perdonar, Cristo, el Hijo de Dios, se hizo carne. Romanos 8:3 nos dice que Dios envió a Su Hijo en semejanza de carne de pecado. En la encarnación, el Señor Jesús se vistió con la semejanza de carne de pecado, identificándose con los pecadores que viven en la carne, y fue muerto en la cruz a causa de la justicia. En la cruz, El fue hecho pecado por nosotros y así Dios condenó al pecado en la carne. Al morir por nosotros, el Señor Jesús llevó a cabo la redención cumpliendo todos los justos requisitos de Dios. Ahora Dios tiene la posición legal para perdonarnos. De hecho, no solamente puede perdonarnos, sino que ahora, debido a Su justicia, tiene que perdonarnos. Dios nos perdona, no principalmente porque nos ama, sino porque está obligado a hacerlo por causa de Su justicia.]
La justicia de Dios nos condena, pero la muerte justa de Cristo nos justifica. La muerte de Cristo cumple los justos requisitos de Dios. ¡Cuán maravilloso es esto! El hombre puede recibir perdón y salvación, pues la muerte de Cristo satisface la justicia de Dios y le cierra la boca a Satanás. Ahora Dios no puede, y mucho menos Satanás, condenar a aquellos que creen en la muerte justa de Cristo. Si vemos esto, amaremos y apreciaremos mucho a nuestro Dios. Estos dos aspectos de Su justicia nos revelan Su amor, Su justicia y Su sabiduría.
Compendium of God’s Full Salvation [Compendio de la salvación completa que Dios efectúa] (LSM), capítulo 7.
o