Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Libro de lecciones, nivel 4: La vida -- Conocer y experimentar la vida divina»
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

Lección siete

EL SENTIR Y LA COMUNION DE LA VIDA DIVINA

Lectura bíblica

Bosquejo

  1. El sentir de la vida divina
    1. Su base bíblica
    2. Su origen
    3. Su función
  2. La comunión de la vida divina
    1. La fuente de la comunión de la vida divina
    2. El medio por el cual disfrutamos la comunión de vida
    3. El significado de la comunión de vida
    4. Debemos cuidar la comunión de la vida divina
    5. La función de la comunión de la vida divina
    6. El ciclo de la vida divina

Texto

I. EL SENTIR DE LA VIDA DIVINA

  Toda clase de vida posee sentidos. Cuando nace un bebé, inmediatamente, los sentidos de su vida humana empiezan a funcionar. Aunque sus sentidos no estén plenamente desarrollados, el niño comienza a ejercitar y desarrollar estos sentidos, tales como el tacto, el oído, la vista, etc.

  Asimismo nosotros, una vez que somos regenerados, poseemos el sentir de la vida divina, al cual llamamos el sentir de vida. Este sentir es simplemente el sentir del espíritu. Por medio de este sentir sabemos que somos salvos. La experiencia de la vida divina está íntimamente relacionada con el hecho de conocer este sentir, desarrollarlo y vivir en concordancia con el mismo.

A. Su base bíblica

  [Aunque la Biblia no usa explícitamente la expresión “el sentir de la vida”, en realidad sí trata este tema. Romanos 8:6 dice: “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz”. Este versículo claramente hace alusión al sentir de la vida divina, porque la paz que se menciona aquí es algo del cual uno puede estar consciente. Esta paz no proviene del medio circundante, sino de la condición interna; por lo tanto, ciertamente es un asunto relacionado con lo que uno puede sentir o percibir. Ya que la paz que se menciona aquí es algo que se siente, también la muerte y la vida que se mencionan en este pasaje son algo que se puede sentir.]

  Percibimos el sentir de muerte por haber prestado atención a la carne, mientras que percibimos el sentir de vida y paz por haber atendido al espíritu. Cuando vivimos en el espíritu, le hacemos caso y atendemos a su sentir, nos sentimos fuertes y satisfechos interiormente; también nos sentimos llenos de vida, radiantes, cómodos y tranquilos. Por ejemplo, si el Espíritu Santo produce un sentir en usted, y le presta atención y lo obedece, esto hará que se sienta fuerte y satisfecho interiormente; y al mismo tiempo se sentirá lleno de vida, radiante, cómodo y tranquilo. De esta manera, tendrá un sentir de vida y paz, porque presta atención al espíritu.

  [El segundo pasaje de la Escritura relacionado con el sentir de vida es Efesios 4:19, donde dice que los gentiles “después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza”. Esto revela que el motivo por el cual las personas de este mundo cometen pecados y perversidades voluntariamente, es porque han desechado toda sensibilidad. Cuando un hombre peca y comete perversidades, no podemos decir que carece de sentir alguno; más bien, los hace a un lado. Mientras más peque y cometa perversidades, más tendrá que hacer caso omiso de su conciencia. Por lo tanto, podemos decir que un hombre maligno y perverso carece de sentimientos, mientras que una persona buena y bondadosa es rica en éstos.

  Ahora bien, ¿quién tendrá un sentir interior más fuerte? ¿un cristiano o un gentil? Sin duda alguna, nuestros sentimientos son mucho más intensos que los de los gentiles, porque además de los sentimientos que comúnmente ellos tienen, nosotros poseemos un sentir de vida interior, que ellos no tienen. Por lo tanto, si nosotros pecamos y hacemos perversidades, se debe a que nos hemos esforzado mucho más que ellos por hacer a un lado nuestros sentimientos. Por esta razón, la Escritura nos exhorta a no desechar nuestros sentimientos como lo hacen los gentiles. Así, la Escritura nos insta a tomar en cuenta nuestro sentir interior. Por supuesto, esto se refiere a prestar atención al sentir de la vida divina.

  Más aún, casi todas las epístolas de los apóstoles contienen palabras de bendición y salutación, en las cuales se mencionan la gracia y la paz. La gracia es Dios obtenido por nosotros y la paz es la sensación que resulta de esta experiencia. La gracia es Dios mismo obtenido por nosotros para ser nuestra vida y nuestro deleite. Esta gracia en nosotros produce paz y nos da cierta tranquilidad en nuestro ser interior. Cuando los apóstoles les deseaban paz a los creyentes, en realidad ellos querían que tuvieran la paz interior, la cual brota del sentir de la vida divina. El sentir interior de paz equivale al sentir de la vida divina. Por eso, los apóstoles expresaban su deseo de que los creyentes tuvieran el sentir interior de paz, que prestaran atención al sentir interior de la vida divina.]

B. Su origen

  [¿De dónde proviene este sentir de la vida? ¿De qué se produce? Proviene de todo lo que obtuvimos mediante la regeneración, es decir, brota de la vida de Dios, de la ley de vida, del Espíritu Santo, de Cristo y de Dios. La vida de Dios, la ley de vida, el Espíritu Santo, Cristo y Dios generan una serie de sentimientos internos; a este sentimiento interno es al que llamamos el sentir de la vida divina.

  Toda clase de vida tiene sentimientos que le son inherentes y cuanto más elevada sea esta vida, más agudos serán estos sentimientos. La vida de Dios es la vida más poderosa; por lo tanto, cuando esta vida está en nosotros, no sólo genera cierto sentir, sino que además es un sentimiento muy poderoso.

  El Espíritu Santo como ungüento nos unge y se mueve en nosotros; Cristo vive activamente en nosotros; y Dios lleva a cabo Su obra en nosotros. Los tres de la Deidad actúan en nosotros de una manera muy activa. No están quietos ni estáticos; por lo tanto, producen sentimientos en nosotros.]

C. Su función

  [Entonces, ¿cuál es la función de este sentir de la vida divina? Su función es revelarnos nuestra condición en cuanto a la vida. ¿Estamos viviendo en la vida natural o somos guiados por la vida del Espíritu? ¿Estamos viviendo en la carne o en el espíritu? Esto es lo que el sentir de vida nos revela continuamente, y por eso nos ha sido dado. Por lo tanto, el sentir de vida nos guía y examina. Si obedecemos este sentir de vida, estaremos siguiendo la dirección que Dios nos da y al mismo tiempo, se nos verificará en qué esfera nos movemos.

  El sentir de la muerte nos permite saber que no estamos viviendo en el espíritu sino en la carne. El sentir de la muerte produce debilidad, vacío, depresión, oscuridad y dolor. Cuando tenemos tales sentimientos, sabemos que el sentir de la vida en nosotros nos está indicando que algo no está bien, que no estamos viviendo en el espíritu, sino en la carne.]

  El sentir de la vida divina [nos da sentimientos de vida y paz, en otras palabras, nos hace sentir fuertes, satisfechos, vivientes, resplandecientes y cómodos. Cuando nos sentimos de esta manera, esto constituye una prueba interna de que estamos bien ante Dios y que estamos viviendo en el espíritu. La vida y la paz son sentimientos positivos que el sentir de vida produce en nosotros interiormente, confirmando de esta manera que nuestra condición en vida es normal.]

  ¿Qué debemos hacer cuando tenemos el sentir de la muerte? Simplemente arrepentirnos, esto es, volvernos al Señor, invocando Su nombre. También debemos confesar nuestras faltas, lo que equivale a estar de acuerdo con El en cuanto a nuestra condición. Entonces, El nos perdonará y seremos lavados por Su sangre. Como resultado recuperaremos nuestra sensación de vida y paz. Dios nos ha provisto del sentir de la vida para facilitarnos la experiencia de la misma. ¡Cuán bueno y fácil es experimentar la vida divina siguiendo el sentir de la vida!

II. LA COMUNION DE LA VIDA DIVINA

  [Examinemos ahora la comunión de la vida divina, que está íntimamente ligada al sentir de la vida divina.]

A. La fuente de la comunión de la vida divina

  [¿De qué proviene la comunión de vida? En 1 Juan 1:2-3 dice: “(Los apóstoles) os anunciamos (a los creyentes) la vida eterna ... para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo”. Estos versículos muestran que los apóstoles nos predicaron “la vida eterna” para que pudiéramos tener “comunión”. La vida eterna es la vida de Dios, y cuando esta vida entra en nosotros, nos capacita para tener comunión. Ya que esta comunión proviene de la vida de Dios, se le llama la comunión de vida. La vida de Dios, por lo tanto, es la fuente de tal comunión.]

B. El medio por el cual disfrutamos la comunión de vida

  [La vida de Dios reside en el Espíritu Santo de Dios, y es mediante este Espíritu que la vida de Dios entra en nosotros y vive en nosotros. Por lo tanto, la comunión que la vida de Dios nos trae, se obtiene mediante el Espíritu Santo de Dios, aunque proviene de la vida misma de Dios. Es por eso que la Biblia también llama a esta comunión “la comunión del Espíritu Santo” (2 Co. 13:14). Por consiguiente, si deseamos tener la comunión de la vida divina, no sólo tenemos que poseer esta vida, sino que también debemos vivir en el Espíritu Santo de Dios. La vida de Dios es la fuente de la comunión de vida, y el Espíritu Santo de Dios es el medio por el cual tenemos la comunión de vida.]

C. El significado de la comunión de la vida divina

  “Comunión” [significa participación mutua, común participación. La comunión es el producto de la vida eterna, y en realidad es el fluir de la vida eterna en todos los creyentes, quienes han recibido, y ahora poseen, la vida divina. Esta comunión es llevada a cabo por el Espíritu en nuestro espíritu regenerado. Por lo tanto, se le llama “la comunión del Espíritu Santo” (2 Co. 13:14) y “la comunión de (nuestro) espíritu” (Fil. 2:1). En la comunión de la vida eterna, nosotros los creyentes participamos de todo lo que el Padre y el Hijo son, y de todo lo que han hecho por nosotros, es decir, disfrutamos el amor del Padre y la gracia del Hijo por virtud de la comunión del Espíritu (2 Co. 13:14).]

  Esta vida [surgió de Dios como un fluir y entró en miles de santos, incluyéndonos a nosotros. Esta vida que fluye, procede de Dios, y pasa a través de Dios así como a través de miles de santos, incluyéndonos a nosotros, haciendo que tengamos comunión con Dios y con miles de santos.]

  [La comunión de vida también es el fluir de vida. Este fluir de vida no está separado de la vida misma, sino que es la comunión de dicho fluir. Esta comunión requiere que andemos y vivamos continuamente obedeciendo y cediendo a ella. En cualquier momento que no obedecemos ni cedemos a ella, la vida deja de fluir. Entonces, la comunión entre Dios y nosotros se interrumpe, y la comunión entre nosotros y los santos, también.

  En 1 Juan 1:6 leemos: “Si decimos que tenemos comunión con El y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”. Tener comunión con Dios es tener un contacto íntimo y viviente con El, en el fluir de la vida divina, conforme a la unción del Espíritu en nuestro espíritu (2:27). Esto nos mantiene en la participación y disfrute de la luz divina y el amor divino.]

D. Debemos cuidar la comunión de la vida divina

  [Es crucial que nos demos cuenta de que la relación en vida entre los creyentes y Dios, es inquebrantable. Sin embargo, la comunión con El sí puede ser interrumpida. Lo primero es incondicional; lo segundo es condicional. Una vez que somos regenerados, somos hijos de Dios y obtenemos una relación en vida con nuestro Padre celestial. Nuestra relación con Dios tiene como base la propia vida divina y es establecida una vez y para siempre. Por lo tanto, la relación en vida con Dios es incondicional e inquebrantable. Pero, nuestra comunión con Dios sí requiere ciertas condiciones y puede resquebrajarse o fluctuar.] Por lo tanto, debemos cuidarla y preservarla. Siempre que percibimos que la comunión ha sido interrumpida, tenemos que arrepentimos y confesar, a fin de restaurarla.

E. La función de la comunión de la vida divina

  [¿Cuál es la función o la utilidad de la comunión de vida? Ella nos suministra todo lo que se halla en la vida de Dios, todo lo que está en Dios. La plenitud de Dios nos es suministrada por medio de la comunión de la vida. Cuanto más permitimos que su fluir corra en nosotros, más de la plenitud de Dios se nos provee interiormente. Tal suministro de vida se asemeja tanto a la circulación de la sangre, la cual es el suministro para nuestro cuerpo, como a la corriente de electricidad, la cual es el suministro para las lámparas.

  El sentir de la vida divina nos revela si estamos viviendo de acuerdo con Dios o no. Además, la comunión de vida nos suministra continuamente todo lo que pertenece a la vida. Cada vez que se interrumpe el suministro de vida, la comunión de vida se interrumpe también. Si vivimos continuamente en la comunión de vida, el suministro de vida nos llegará también continuamente y sin cesar.] Tal suministro nos ayuda a llevar una vida cristiana normal.

F. El ciclo de la vida divina

  En 1 Juan 1:1-7 vemos [el ciclo de la vida espiritual, el cual consta de cuatro elementos cruciales: la vida eterna, la comunión de la vida eterna, la luz divina y la sangre de Jesús el Hijo de Dios. La vida eterna trae la comunión de la vida divina, la comunión de la vida externa trae la luz divina y la luz divina incrementa nuestra necesidad de la sangre de Jesús el Hijo de Dios] para que podamos tener más vida eterna. Cuanto más disfrutamos de la vida eterna, más participamos de su comunión. Cuanto más comunión de la vida divina disfrutamos, más luz divina obtenemos. [Cuanto más luz divina recibimos, más somos lavados por la sangre de Jesús. Tal ciclo nos hace avanzar en el crecimiento de la vida divina hasta alcanzar la madurez.] De este modo, obtenemos todo lo que necesitamos para experimentar la vida, para crecer en esta vida y para madurar en vida. ¡Aleluya!

Preguntas

  1. ¿Cómo se revela el sentir de vida en Romanos 8:6? ¿Ha tenido tal experiencia hoy?
  2. Conforme a Efesios 4:19, ¿cuál es el resultado de desechar nuestro sentir interior de vida?
  3. ¿Puede el medio ambiente afectar nuestra paz interior? Explique.
  4. Nombre algunos sentimientos producidos por el sentir de vida y el sentir de muerte.
  5. ¿Cuál es la función del sentir de vida?
  6. ¿Cuál es la fuente de la comunión de vida? ¿La ha disfrutado hoy?
  7. ¿Qué puede causar que la comunión de vida se interrumpa?
  8. Use 1 Juan 1:1-7 para explicar el ciclo de nuestra vida espiritual.

Citas tomadas de las publicaciones de Lee y LSM

  1. El conocimiento de la vida, págs. 51-60, 61-65.
  2. Versión Recobro, 1 Jn. 1:3, nota 3; 1 Jn. 1:7, nota 3.
  3. Life-study of First John [Estudio-vida de 1 Juan], págs. 57-58.
Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración