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Mensajes del libro «Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El»
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El manejo de la iglesias por parte de los ancianos

PREFACIO

  El plan y el propósito de Dios se cumplen mediante la iglesia. El centro de la iglesia son los ancianos. Esto nos muestra la importancia de la posición de los ancianos. El manejo que los ancianos realizan en la iglesia es un asunto que no debe subestimarse. Debido a mi ignorancia al respecto, he servido como un anciano mal informado por más de veinte años. No fue sino hasta el año 1960, cuando asistí a un entrenamiento dado por el hermano Witness Lee, que por primera vez me enteré del secreto del manejo realizado por los ancianos en la iglesia. Estas lecciones son la culminación de los muchos años de experiencia y participación prácticas, basadas en principios bíblicos, que el hermano Lee ha tenido en el manejo de la iglesia. Los temas son definidos, detallados y prácticos. Las lecciones fueron usadas por primera vez por la iglesia en Peitou, donde las estudiaron dos veces en sus reuniones de servicio y atestiguaron de ricos resultados. El enero pasado, el salón uno de la iglesia en Taipéi hizo copias mimeografiadas de las notas de estas reuniones y las estudiaron durante las reuniones de los hermanos responsables por todos los distritos. Dejaron una impresión profunda en los hermanos y propiciaron mucho progreso en el servicio y coordinación de ellos.

  Recientemente, después que el hermano Chang Wu-Cheng y yo visitamos veinticuatro iglesias locales por toda la provincia, sentimos que el estudio de la administración de los ancianos en la iglesia es una gran necesidad en las iglesias hoy en día. Aprovecho la oportunidad de publicar este libro para animar a todos los demás ancianos a estudiar estas lecciones junto con los hermanos responsables de sus distritos y a ponerlas en práctica juntos. Esto brindará gran ayuda en cuanto al manejo de la iglesia, a la coordinación de los ancianos y diáconos y a la producción de personas útiles. Con esto, el Señor obtendrá un camino más abierto entre nosotros. ¡Que el Señor realice esta aspiración!

  Chang Yu-lan de Taipéi julio de 1963

A. Dios desea obtener un Cuerpo que exprese a Su Hijo

  En primer lugar, debemos saber que desde la eternidad pasada Dios ha deseado obtener un Cuerpo que exprese a Su Hijo. En otras palabras, Dios desea obtener un Cuerpo para Su Hijo, y este Cuerpo tiene por finalidad expresar a Su Hijo. La Biblia nos muestra que el Hijo de Dios es muy grande, completo, abundante y rico. Todo lo que Dios es se halla en Su Hijo. Cuanto más usted lee la Biblia, más percibe la plenitud y abundancia de Dios mismo; ciertamente son ilimitadas. Su amor es una plenitud ilimitada; Su sabiduría es una plenitud ilimitada; Su gloria es una plenitud ilimitada; y Su poder es una plenitud ilimitada. Todo lo que Él es en Sí mismo es una plenitud ilimitada. Esto supera toda imaginación y cálculo humano. Según Colosenses 2, toda esta plenitud de Dios habita corporalmente en Su Hijo Cristo. Por esta razón, Dios desea obtener un Cuerpo para Su Cristo tan completo, de modo que toda la plenitud se haga manifiesta en todo el universo. Este Cuerpo es la iglesia. Por lo tanto, el plan de Dios consiste en obtener una iglesia exclusivamente con el propósito de que ella sea el Cuerpo de Su Hijo en el universo, a fin de que Su Hijo se exprese plenamente en este Cuerpo y por medio del mismo.

  Hermanos, si ustedes ven esta visión, será una tremenda liberación para ustedes. Serán librados del concepto religioso que comúnmente se tiene en el cristianismo. Muchos cristianos piensan que creer en el Señor tiene como fin que ellos sean librados del infierno para poder ir al cielo: todo el que tema a Dios hoy y le agrade será bendecido y recibirá paz y prosperidad. Otros cristianos tienen un conocimiento más avanzado; ellos han visto que una persona tiene que ser ferviente, amar al Señor y aprender a ser espiritual. Sin embargo, todos éstos son los conceptos religiosos comunes a muchos cristianos. Si tenemos la visión del plan que Dios tiene con respecto a la iglesia, veremos claramente que no es suficiente ayudar a otros a ser salvos. Tampoco es suficiente ayudar a otros a procurar la espiritualidad y amar al Señor. El plan de Dios en el universo es obtener una iglesia. Esta iglesia es el Cuerpo viviente del Hijo de Dios. En este Cuerpo Él es expresado. Con respecto a esto, no hay diferencia alguna entre algo que está en la tierra hoy y algo que estará en el cielo en el futuro.

  Hay un concepto que impera en el cristianismo hoy, el cual es fundamentalmente equivocado. La gente considera que la iglesia es algo que está en la tierra hoy, y que en el futuro estará en el cielo. Estoy completamente de acuerdo con que en la salvación de Dios existe lo que es ir al cielo; no niego que existe tal cosa. Sin embargo, no me gusta la expresión ir al cielo. Lo que Dios desea es un Cuerpo para Su Hijo, y este Cuerpo ha de ser la expresión del Hijo. Este concepto divino no tiene el elemento del tiempo ni del espacio. Él jamás considera si ha de ocurrir en la tierra o en el cielo, o si ha de ocurrir hoy o en el futuro. Él tiene un solo concepto, el cual es obtener un grupo de personas en Su universo creado —que incluye el tiempo y el espacio— para que ellos lleguen a ser el Cuerpo místico de Su Hijo a fin de que el Hijo sea expresado en este Cuerpo. A Él no le importa si esto ocurrirá en el cielo o en la tierra, o si ocurrirá hoy o en el futuro. Él no tiene ningún concepto por el estilo. Si el Hijo de Dios ha de ser expresado en este Cuerpo en el futuro, Él desea mucho más que se exprese hoy. Si el Hijo de Dios ha de ser expresado en este Cuerpo en el cielo, Él necesita mucho más que se exprese en la tierra. Todo anciano debe tener este conocimiento. La iglesia es el Cuerpo que Dios busca para Su Hijo según Su plan a fin de que el Hijo sea expresado en el universo. Esto no tiene que esperar al futuro para hacerse realidad, pues está aquí hoy. Tampoco tenemos que esperar a ir al cielo para verlo, pues debe estar aquí en la tierra.

  Damos gracias al Señor por haber levantado a los Hermanos de Inglaterra hace cien años. Ellos vieron mucha luz en cuanto al plan de Dios, la iglesia y la segunda venida de Cristo. Sin embargo, tenemos que señalar que los Hermanos fueron demasiado lejos al posponer el plan de Dios al futuro según la manera en que aplicaron las profecías. Si leen la Biblia de estudio del Dr. Scofield, cuyas enseñanzas provenían principalmente de los Hermanos, ustedes comprobarán que él fue a un extremo en su aplicación de las profecías, aun al grado de hacer distinción entre la iglesia visible y la iglesia invisible. Según su enseñanza, algunos elementos de la iglesia visible son verdaderos y otros falsos; solamente la iglesia invisible es enteramente verdadera. Algunos elementos de la iglesia visible son carnales, mientras que otros son espirituales; no obstante, la iglesia invisible es enteramente espiritual. La iglesia visible está en la tierra, y la iglesia invisible está en el cielo. Por lo tanto, es inevitable —e incluso tolerable— que la iglesia visible esté dividida y se denomine, pues cuando la iglesia invisible venga, todas las divisiones desaparecerán. Queridos hermanos y hermanas, ésa no es la enseñanza de la Biblia. Ustedes simplemente no pueden encontrar tal enseñanza en toda la Biblia. La Biblia dice que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, y que con respecto a ella no hay distinción alguna entre el presente y el futuro, ni entre lo terrenal y lo celestial. Si la iglesia ha de ser el Cuerpo de Cristo en el futuro, mucho más tiene que serlo hoy.

  Estamos de acuerdo con que el Señor Jesús vendrá por segunda vez. También estamos de acuerdo con que la iglesia será arrebatada. Pero no será solamente cuando ocurra el arrebatamiento de la iglesia que su naturaleza y función se harán manifiestas. No, esto es algo que debe manifestarse hoy. Todo anciano tiene que conocer el plan que Dios tiene con respecto a la iglesia aun en esa medida. De lo contrario, el manejo de la iglesia se verá afectado. Todo el servicio tiene que estar regido por esta visión. Si ustedes no tienen una visión clara en cuanto al plan de Dios, su manejo de la iglesia no alcanzará la norma del plan de Dios. A fin de que la iglesia alcance la norma del plan de Dios, es imperativo que tengamos esta visión. Es sólo al ser regidos por esta visión que el servicio se conformará a la norma de esta visión.

B. Dios desea que quienes conforman este Cuerpo lleguen a ser iglesias en diferentes localidades

  Según el plan de Dios, Él desea obtener un Cuerpo para Su Hijo en el universo. Sin embargo, de manera práctica Dios desea que quienes conforman este Cuerpo lleguen a ser iglesias en diferentes localidades. Dios desea que cada una de estas iglesias —en sus respectivas localidades— sea una miniatura y una representación del Cuerpo místico del Hijo de Dios. Se halla muy poco de esta clase de entendimiento entre los cristianos de hoy. Incluso los que insisten en la búsqueda de la espiritualidad descuidan este hecho.

  En el primer punto hablamos de la iglesia universal; en este segundo punto estamos hablando de la iglesia local. Un anciano debe tener este conocimiento doble en cuanto al plan que Dios tiene con respecto a la iglesia. Él debe conocer la iglesia universal, y también debe conocer la iglesia local. En otras palabras, debe conocer la iglesia en su aspecto universal y también en su aspecto local. No deben pensar jamás que la iglesia universal es una clase de iglesia y que la iglesia local es otra clase de iglesia. Sólo existe una iglesia. En el sentido colectivo, hablamos de la iglesia universal, y refiriéndonos a ella localmente, hablamos de las iglesias locales. Hablando con propiedad, las iglesias locales son la iglesia universal. La iglesia universal es simplemente la suma total de las iglesias locales, y las iglesias locales son simplemente las manifestaciones locales de la iglesia universal. Sin las iglesias locales, no puede existir la iglesia universal. Cuando los ancianos manejan las iglesias locales, ellos están manejando la iglesia universal.

  El plan de Dios consiste en obtener una iglesia en el universo que sea el Cuerpo de Su Hijo para Su expresión. Sin embargo, a fin de llevar a cabo este plan, Él ha establecido iglesias en diferentes localidades. Si Él no estableciera iglesias en diferentes localidades, el plan universal de Dios con respecto a la iglesia sólo sería un ideal vano que no puede hacerse realidad. Así que, a fin de llevar a cabo este plan, Dios ha establecido iglesias en diferentes localidades.

  Si ustedes captan estos dos asuntos, tendrán claridad cuando lean nuevamente el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento se encuentra una gran visión que nos dice cómo la iglesia como Cuerpo de Cristo es la expresión del Hijo de Dios. Esto tiene que ver con el plan de Dios en el universo. Por otro lado, el Nuevo Testamento nos muestra que la iglesia se manifiesta en las localidades. Es en las diferentes localidades que el plan de Dios se lleva a cabo. Todos los ancianos deben tener un conocimiento claro de todos estos asuntos. Éste es el conocimiento que los ancianos deben tener en cuanto a la iglesia. Por supuesto, hay muchos otros asuntos relacionados con este tema, como por ejemplo, aquellos concernientes a las denominaciones, al terreno de la iglesia y a la naturaleza de la iglesia. Sin embargo, no abordaremos estos asuntos. Aquí únicamente hacemos hincapié en que, en el plan de Dios, la iglesia es el Cuerpo de Cristo que ha de expresar a Cristo, y en que en la tierra ponemos en práctica la iglesia en diferentes localidades.

II. EL GOBIERNO DE DIOS

  Todo anciano debe tener una comprensión sobria y profunda de que el ancianato está relacionado con el gobierno ejercido en la iglesia. Todos sabemos que los ancianos también son llamados los que vigilan. La palabra anciano denota la persona, mientras que la expresión el que vigila se refiere a su oficio. En lo que a la persona se refiere, los ancianos tienen más edad y son más maduros; y en lo que a su oficio se refiere, ellos realizan la labor de uno que vigila. El cargo de vigilar es parte del gobierno de Dios en el universo. Por esta razón, los ancianos deben tener conocimiento acerca del gobierno de Dios.

  En el Nuevo Testamento hay algunos ministros de la palabra, y cada uno posee sus propias características. El énfasis del ministerio de Pablo es la iglesia. El énfasis del ministerio de Juan es la casa de Dios y se trata de que Dios es el Padre, y que los que son salvos son hijos de Dios. Aunque las epístolas de Pedro son menos numerosas que las epístolas de Pablo o los escritos de Juan, con todo, Pedro es un gran ministro de la palabra. El ministerio de Pedro trata exclusivamente sobre el gobierno de Dios, el cual es la administración de Dios. Entre los hijos del Señor hoy, muchos saben que el ministerio de Pablo nos habla acerca de la iglesia, y muchos otros saben que el ministerio de Juan trata sobre la casa de Dios. Pero son muy pocos los que saben que el ministerio de Pedro trata acerca del gobierno o administración de Dios.

  Debido a la degradación de la iglesia, cada vez que se mencionan las palabras gobierno o administración, algunos de inmediato empiezan a preguntarse si esto es el catolicismo romano. Es por ello que entre la mayoría de los cristianos protestantes, y en particular entre los más espirituales, existe el concepto común que es mejor no tener ningún gobierno ni administración. Para ellos, mientras usted entienda que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y la casa de Dios, con ello basta. Lo único que se necesita es ayudar a otros a amar al Señor y a ser espirituales. Mientras los demás sean ayudados a recibir la vida de Dios y a andar delante del Señor, todo estará bien. Para ellos, no es necesario tener algo semejante a un gobierno. Sin embargo, hermanos y hermanas, nosotros no somos más sabios que Dios. En el universo sí existe el gobierno de Dios y la administración de Dios. Esto es algo que Dios ha ordenado, y no podemos descuidarlo.

  En la Biblia el reino es cuestión de gobierno. El reino de Dios es el gobierno de Dios. Éste también es la administración de Dios. Hoy el universo está en desorden porque el gobierno de Dios no ha sido respetado. Los ancianos no sólo deben ver que en el universo existe la salvación de Dios, la iglesia de Dios y la casa de Dios; además de ello, necesitan ver que en el universo existe el gobierno de Dios y la administración de Dios. Dios no es un Dios de confusión. Él no es un Dios sin principios y normas. Dios es un Dios que tiene Sus principios, normas, orden y disciplina. Por esta razón, Dios necesita establecer Su administración y gobierno en el universo.

  Cada uno de los libros de la Biblia nos muestra el gobierno y administración de Dios. Considere la historia de los israelitas cuando salieron de Egipto para atravesar el desierto y entrar en Canaán. Ya sea en el libro de Éxodo o en Números, podemos ver una coordinación y edificación muy entretejida. Esta coordinación y edificación está completamente bajo el gobierno y administración de Dios. Entre los israelitas, se podía percibir claramente el gobierno y administración de Dios. Dios no pasaba por alto ningún descuido. Nada podía hacerse de forma descuidada. No vemos ni un solo caso en el que Dios les dijera a los israelitas: “¡Hagan las cosas como bien les parezca!”. En vez de ello, vemos que todas las cosas, grandes y pequeñas, estaban bajo el gobierno y administración de Dios. Incluso los más pequeños detalles en cuanto a la manera en que ellos debían lavarse, la manera en que debían lavar sus ropas y la manera en que debían afeitarse las barbas no fueron dejados a elección de los israelitas. Esto era así en el Antiguo Testamento. ¿Significaría eso entonces que en la iglesia Dios ya no tiene más gobierno ni administración? Eso no puede ser cierto. En el Nuevo Testamento cada aspecto de la disciplina que Dios aplica a la iglesia está bajo Su gobierno y administración. Cuando el Nuevo Testamento menciona la iglesia, por una parte, hay palabras llenas de vida y del Espíritu; por otra, hay palabras llenas de gobierno y administración.

  A fin de realizar de manera apropiada el manejo de una iglesia, un anciano debe saber que Dios desea ejecutar Su gobierno en el universo por medio de la iglesia. La iglesia es de ningún modo un lugar donde no hay gobierno ni administración. La iglesia del Nuevo Testamento es un lugar donde se percibe claramente el gobierno y la administración. Podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en el libro de Romanos. También podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en las Epístolas a los Corintios. Incluso podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en Efesios, 1 y 2 Timoteo y Tito. Es difícil encontrar un libro entre las Epístolas del Nuevo Testamento en el que no se mencione el gobierno de la iglesia.

  Incluso antes de las Epístolas, en los Evangelios ya se ha tratado el asunto del gobierno. El Señor Jesús habla brevemente de la iglesia sólo en dos ocasiones. La primera vez ocurre en Mateo 16. Allí Él dijo que sobre la roca edificaría la iglesia, contra la cual las puertas del Hades no podrían prevalecer. La otra ocasión se halla en Mateo 18. Allí dice que si un hermano peca y rehúsa arrepentirse, a pesar de repetidas amonestaciones, el asunto debe ser traído a la iglesia. Si tampoco oye a la iglesia, debe ser tenido por gentil. Permítanme hacerles esta pregunta, hermanos y hermanas: ¿Acaso no es lo que el Señor menciona aquí en Mateo 18 un asunto tocante al gobierno? Hasta el día de hoy, entre los hijos de Dios, todavía es difícil erradicar el sentimiento de que si un hermano es débil, tenemos que ser misericordiosos con él, o de que si un hermano ha pecado, el Señor tiene que concederle Su misericordia. Sin embargo, en Mateo 18 se hallaba la misericordia del Señor y también se hallaba la dirección espiritual. Pero al final vemos que el problema es resuelto de manera gubernamental. Cuando un hermano peca y usted le brinda ayuda estando a solas usted y él, eso es un asunto espiritual. Pero cuando él rehúsa arrepentirse, y dos o tres vienen a visitarlo con el fin de ayudarlo, ello es en parte un asunto espiritual y un asunto gubernamental. Si él no se arrepiente y el asunto es traído a la iglesia, llega a ser más un asunto gubernamental que un asunto espiritual. Cuando la iglesia interviene en el asunto, y todavía no hay muestras de arrepentimiento, y el hermano involucrado es considerado un gentil, entonces llega a ser enteramente un asunto gubernamental. La situación completa llega a ser un asunto administrativo.

  Me temo que muchos ancianos hoy no tengan el concepto del gobierno. Sólo consideran que sirven junto con los hermanos y hermanas y que tienen comunión espiritual unos con otros. Por un lado, esta clase de humildad es correcta; por otro, es muy equivocada. Cada anciano tiene que ver que Dios tiene Su gobierno en el universo, y que también tiene Su gobierno en la iglesia. Todo el que carezca de esta visión en cuanto al gobierno de Dios no podrá servir satisfactoriamente como anciano delante de Dios. Dios tiene Su gobierno en el universo y, por la misma razón, necesita también tener Su gobierno en la iglesia.

III. LA AUTORIDAD DE DIOS

  A fin de que los ancianos conozcan el gobierno de Dios, primeramente deben conocer la autoridad de Dios. Sin la autoridad, no puede haber gobierno. El gobierno depende absolutamente de la autoridad. ¿Cómo puede existir el gobierno y la administración si no hay autoridad? La cuestión de administración es una cuestión de autoridad. En todo el universo la administración de Dios depende de Su autoridad. Cada vez que hablemos de la administración de la iglesia por parte de los ancianos, de inmediato debemos tener el concepto de autoridad. Sin embargo, hoy en día, debido a la historia de degradación del catolicismo romano por un lado y a la así llamada democracia de la época por otro, a los hijos de Dios no les gusta escuchar acerca de la cuestión de autoridad. En cuanto se les menciona la cuestión de autoridad, de inmediato se preguntan si nos encontramos en el catolicismo romano o si tenemos nuevamente un papa. Pareciera que entre los hijos del Señor, una vez que se les menciona la autoridad, les estuvieran quitando la democracia. Algunos incluso dirían que se está asumiendo autoridad, como si éste fuese un asunto que hay que condenar. Hermanos y hermanas, el papa debe ser condenado, y la autocracia también debe ser condenada, pero la autoridad jamás debe ser anulada. Tenemos que ver que en el universo existe la administración de Dios y también la autoridad de Dios.

  Por mucho que el hombre hable de la democracia en estos días, en el universo uno encuentra la autoridad por todas partes. A veces el hombre ha distorsionado el significado de la democracia al grado de convertirlo en un pretexto para practicar iniquidad. Sin embargo, él no puede derribar la autoridad. En el mundo entero y entre la sociedad humana, podemos ver en todas las cosas la cuestión de autoridad. En la familia hay autoridad, y también hay autoridad en la escuela. En una empresa hay autoridad, y también en el gobierno civil. No hay ningún lugar donde no haya autoridad. Si usted es un niño, sus padres son su autoridad; y si es un ciudadano, el gobierno es su autoridad. Si es estudiante, los maestros y el director están por encima de usted. Incluso si camina por la calle, el policía que dirige el tráfico es una autoridad para usted. En todo el universo usted encontrará la autoridad en todo lugar. Sin embargo, los hijos de Dios son tan osados hoy como para decir que en la iglesia no se necesita la autoridad y que todos somos iguales. ¡Qué extraño es esto! Por lo tanto, tenemos que ver que o evitamos del todo hablar de la administración de la iglesia, o hablaremos de ella mencionando primero el asunto de la autoridad. Sin autoridad, no puede haber administración. A fin de que los ancianos se encarguen del manejo de la iglesia, ellos tienen que conocer, por un lado, el gobierno de Dios en el universo y, por otro, la autoridad de Dios en el universo.

IV. EL GOBIERNO DE LA IGLESIA

  Hemos visto que Dios tiene Su gobierno en el universo. Asimismo debemos ver que también existe el gobierno en la iglesia. La revelación neotestamentaria nos muestra que el gobierno de la iglesia es muy sencillo y práctico: todo el gobierno de la iglesia ha sido confiado a los ancianos. Los ancianos son el gobierno de la iglesia. En lo que se refiere a su estatura espiritual, los ancianos son personas que tienen más madurez y más edad; y en lo que se refiere a los asuntos que manejan, ellos son los que vigilan, lo cual nos habla de gobierno y administración. A menudo pensamos que los ancianos son aquellos que toman la delantera, que son los pastores y aquellos que cuidan de otros. Raras veces los consideramos como los que están a cargo del gobierno. No olviden que el pastoreo, el cuidado y la dirección tienen como objetivo el gobierno. La Biblia no llama a los ancianos maestros o pastores. Aunque en 1 Pedro se nos dice que los ancianos deben pastorear el rebaño, no los llama pastores. Sin embargo, la Biblia claramente llama a los ancianos los que vigilan (Fil. 1:1). Maestro no es un título con que se designa a los ancianos, ni tampoco lo es pastor. Únicamente se designa a los ancianos con el título los que vigilan. Ello se debe a que los ancianos son responsables por el gobierno y la administración. Dios estableció a los ancianos en la iglesia a fin de que ellos manejen y gobiernen la iglesia.

  Quisiera que los hermanos y hermanas sepan que si los ancianos realmente manejan y gobiernan la iglesia, la iglesia ciertamente será fuerte. Si los ancianos sólo pastorean y enseñan sin manejar, o si no son capaces de manejar, la iglesia será débil. Aun si la iglesia fuese fuerte y viviente por un tiempo, la situación no sería de confiar y no duraría mucho. A fin de que una iglesia local sea fuerte, viviente, confiable y estable, los ancianos deben ser capaces de gobernar y manejar.

  Quizás los hermanos pregunten dónde podemos encontrar en la Biblia que los ancianos se encargan del manejo de la iglesia. En el Nuevo Testamento no sólo tenemos ejemplos, sino también la enseñanza muy clara al respecto. En 1 Corintios se nos habla de la excomunión. Esto tiene que ver con la administración. En 1 Timoteo 3 se nos dice claramente que los ancianos son aquellos que cuidan o manejan la iglesia. En 1 Corintios 12 leemos que Dios colocó en la iglesia apóstoles, profetas y otras clases de personas, incluyendo una clase que se encarga de la administración. Romanos 12 dice que los que toman la delantera, deben hacerlo con diligencia. El manejo y la administración aquí se refieren a un gobierno.

  En una localidad donde los santos empiezan a reunirse, en circunstancias normales, los ancianos deben ser establecidos lo antes posible. Éste es el ejemplo que vemos en Hechos 14. Pablo, poco después de haber predicado en Asia, designó ancianos en esas iglesias. Sin los ancianos, no podrá haber gobierno en la iglesia, ni podrá haber administración. Como resultado, la iglesia estará en confusión y no será fuerte.

V. LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA

  El gobierno de Dios en el universo depende de la autoridad de Dios. De la misma manera, el gobierno de la iglesia también depende de la autoridad de la iglesia. El Nuevo Testamento nos muestra claramente que la autoridad de la iglesia ha sido confiada a los ancianos y que está enteramente en manos de ellos. Aunque los ancianos son establecidos por los apóstoles, Dios no ha puesto la autoridad de la iglesia en manos de los apóstoles. El apóstol Pablo pudo establecer ancianos en la iglesia; pero cuando hubo que apartar a un hermano de la comunión, vemos que él no tenía la autoridad directa para hacerlo. La autoridad para apartar a alguien de la comunión estaba en manos de los ancianos de Corinto. Los apóstoles no tienen autoridad directa para tratar los asuntos de la iglesia. Toda la autoridad en la iglesia ha sido confiada a los ancianos.

  Hechos 15 nos muestra que cuando una iglesia local tiene un problema, y el problema es tal que afecta a las demás iglesias, el asunto debe ser resuelto por los apóstoles y los ancianos conjuntamente. En ese caso particular en Jerusalén, los apóstoles no tomaron decisiones independientes aparte de los ancianos. Ellos decidieron acerca del asunto junto con los ancianos. La razón de ello es que el problema se originó en Jerusalén. Aparte de los ancianos en Jerusalén, los apóstoles no tenían forma alguna de hacer frente a la dificultad que había en la iglesia allí. Esto nos permite ver la importancia de la autoridad de los ancianos. Los apóstoles no tienen autoridad directa para tratar los asuntos de una iglesia local. La autoridad de una iglesia local está completamente en manos de los ancianos.

  Espero que los obreros que sirven en las diferentes iglesias sean cuidadosos. A menos que usted sea un anciano en una iglesia local, no tiene autoridad alguna para tratar directamente los asuntos de la iglesia local. Aunque algunas iglesias locales tienen ancianos, la autoridad está en manos de los obreros; esto es un grave error. No importa cuánta ayuda un obrero brinde a una iglesia local, incluso si la iglesia ha sido establecida por él, si él mismo no es un anciano allí, la autoridad de la iglesia no está en sus manos.

  Ustedes pueden imaginar que si no hubiese gobierno en el universo y si la autoridad de Dios fuese rechazada, el universo ciertamente estaría en caos. Según el mismo principio, si no hay autoridad ni gobierno en la iglesia, ésta tampoco será apropiada, estará en caos, será débil e irá por el camino equivocado. Si la condición de la iglesia es normal, ciertamente habrá gobierno y autoridad. El gobierno y la autoridad en ese lugar son los ancianos que Dios ha designado entre ellos.

  Espero que los hermanos y hermanas sean librados del concepto errado que considera que hablar de este asunto equivale a tener nicolaítas entre nosotros, o que esto es el Diótrefes, al cual le gusta ser el primero, o que se está contradiciendo la enseñanza de Mateo 20. Allí el Señor dice claramente que no debemos ser como los gentiles, cuyos gobernantes se enseñorean de otros; en vez de ello, todos debemos ser hermanos. Cada vez que alguien me dice esto, le contesto diciendo que si él puede gobernarse a sí mismo, entonces que se gobierne a sí mismo. No es necesario que otros lo gobiernen. De ese modo, lo aliento a que siga este camino de ser independiente del gobierno de otros. Creo que todos ustedes saben a lo que me refiero. Una vez estaba en Manila, y una hermana anciana se me acercó y me dijo: “Hermano Lee, ¿no cree que esa manera de hablar de la autoridad es una forma de manipular a todo el mundo a que se someta a alguien?”. Yo le sonreí y le dije: “En ese caso sería mejor que usted sea la primera en rehusar practicar cualquier obediencia. ¿Por qué debería usted ser manipulada?”. Es preciso que veamos que hay un problema con respecto a nuestro concepto humano. Es inútil discutir en teoría. Lo que necesitamos ver es la verdadera situación. Tan pronto como la autoridad desaparece entre los hijos de Dios, de inmediato la iglesia se vuelve muy débil. En el Nuevo Testamento hay una luz muy clara, que nos muestra que los ancianos están en la iglesia como autoridad.

VI. LA AUTORIDAD DELEGADA

  Por último, es menester ver que en el universo, únicamente Dios es la autoridad directa sobre el hombre. Aparte de Dios, todas las demás autoridades son delegadas. Los padres representan a Dios como la autoridad de los hijos, y los esposos representan a Dios como la autoridad de las esposas. Los funcionarios de gobierno representan a Dios como la autoridad de los ciudadanos, e incluso los maestros en las escuelas, los jefes en las oficinas y los policías en las calles son autoridades delegadas. Del mismo modo, los ancianos en la iglesia representan a Dios como autoridad. Hoy en día, mientras vivimos en la tierra, raras veces vivimos bajo la autoridad directa de Dios. Casi todas las autoridades a las que nos sometemos son autoridades delegadas. Les pido que entiendan que decir que en la iglesia no debe haber autoridad equivale a decir que no debiera haber autoridades delegadas en el universo. Pero si fuese así, ello sería como si en el universo no hubiese ninguna autoridad. La razón de ello es que son pocos los casos en que Dios actúa directamente como autoridad. En casi todas las circunstancias, la autoridad de Dios es delegada.

  Quiero que los hermanos y hermanas sepan que es fácil hoy para el hombre someterse a la autoridad directa de Dios, pero que no es fácil someterse a la autoridad delegada que Dios ha designado. Esto se debe a que quizás usted no considere la autoridad delegada mejor o más fuerte que usted. Sin embargo, ésa es precisamente la lección que usted tiene que aprender. Lo que cuenta es si una persona es una autoridad delegada en el universo. Cuando usted viene a una iglesia local, es posible que los ancianos hayan sido salvos por menos tiempo que usted. Probablemente no sean tan espirituales como usted, ni hayan recibido tanta educación como usted, o quizás no sean tan competentes como usted. Sin embargo, cuando usted esté allí, tiene que aceptar esa autoridad delegada y someterse a ella.

  No me estoy dirigiendo a todos los hermanos y hermanas, sino a los ancianos. Los ancianos deben saber estas cosas; sólo entonces serán ancianos apropiados. Esto no significa que ustedes deban ser orgullosos. No quiere decir que deban jactarse que son la autoridad de la iglesia, o de que son una autoridad delegada. Si lo hacen, eso sería una de las cosas más desagradables de la tierra. Todo anciano debe saber por qué se necesitan los ancianos en la iglesia. ¿Por qué Dios establece ancianos en la iglesia? Lo hace con el sólo propósito de que la iglesia sea fuerte en la tierra y sea librada del elemento de confusión y corrupción. Si no me creen, ¡sólo imagínense qué clase de confusión y corrupción entraría en un lugar si en una ciudad no hubiera policías ni tribunales! Por lo tanto, no debemos despreciar jamás esa pequeña medida de autoridad delegada. Por supuesto, todos reconocemos que la sociedad humana es corrupta. No obstante, aunque la sociedad humana es corrupta, usted no puede negar que, al menos hasta cierto punto, una situación normal es establecida. Ese grado de normalidad es establecido por la autoridad delegada. Si usted eliminara el departamento de policía, de inmediato toda la ciudad entraría en confusión, y habría mucha corrupción. Conforme al mismo principio, nosotros, que hemos sido redimidos y regenerados, somos hijos que estamos juntos en la casa de Dios, sirviendo al Señor en la iglesia. Si quitáramos de la iglesia la autoridad delegada, la iglesia caería en un estado de confusión similar.

  Por consiguiente, un anciano tiene que conocer el plan de Dios con respecto a la iglesia, y también tiene que conocer el gobierno y administración de Dios en el universo. Además de esto, tiene que conocer el gobierno y administración de Dios en la iglesia. Finalmente, tiene que conocer que esta autoridad en la iglesia, al igual que casi todas las demás autoridades en el universo, es una autoridad delegada, y no una autoridad directa. Es algo muy grande y glorioso que un anciano sea tal autoridad delegada dentro del marco del plan de Dios.

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