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Mensajes del libro «Mensajes de la verdad»
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Mensajes de la verdad

PREFACIO

  Este libro forma parte de un juego de tres tomos, el cual contiene mensajes dados por el hermano Witness Lee durante los años 1978 y 1979.

  Este tomo incluye once mensajes que se dieron durante reuniones de ministerio celebradas semanalmente en Anaheim, California, en el otoño de 1978.

  Los tomos que complementan este tomo, Mensajes de vida, tomo uno y Mensajes de vida, tomo dos, son una recopilación de mensajes que se dieron en conferencias celebradas en veinticuatro ciudades en los Estados Unidos y en el Sudeste de Asia.

CADA IGLESIA ES UNA ESTACIÓN DE POLICÍA Y CADA SANTO ES UN POLICÍA

  Sin embargo, debido a que no teníamos la columna de la verdad, esto abrió la puerta para que entraran cosas malignas. Es como si no tuviéramos estaciones de policía ni policías. Debido a que no teníamos la salvaguardia de la verdad, los ladrones tuvieron oportunidad de robar y engañar. Ahora nos hemos dado cuenta de que cada iglesia local debe ser una estación de policía y que cada santo debe ser un policía. Si en los pasados cuatro años y medio las iglesias hubieran sido estaciones de policía y los santos hubieran sido policías, los ladrones no habrían podido entrar.

  Muchos han mostrado recelo de actuar como policías por temor a causar problemas. Supongamos que un ladrón entra en un banco y, por un lado, roba el dinero y, por otro, dice ser uno con el banco y estar a favor del banco. Sin duda alguna, el gerente del banco debe llamar a la policía. Pero si no llama a la policía por temor a causar problemas, entonces el ladrón se robará todo. Si alguien afirma estar a favor del ministerio pero anda robando y engañando, debemos cumplir nuestra función como policías examinándolo conforme a la verdad. Pero debido a que hemos estado escasos de la verdad y de la práctica de la verdad, no hemos hecho esto. Hemos pagado un alto precio para enterarnos de que nos hace falta la verdad.

  En efecto, el fundamento de la vida fue puesto, pero la columna de la verdad aún no ha sido edificada. Por lo tanto, siento la carga de dar un buen número de mensajes sobre la verdad. Si tenemos tanto el fundamento de la vida como la columna de la verdad, ninguna cosa maligna ni ninguna persona perversa podrá introducirse en las iglesias, sino que tales personas y cosas serán examinadas conforme a la verdad.

  Supongamos que varios hermanos vienen de otros lugares a cierta localidad para tratar cierto problema que hay en dicha iglesia. Cualquier santo que conozca la verdad y practique la verdad debe levantarse y decir: “¡Un momento! Eso es jerarquía. ¿Qué derecho tienen ustedes para venir aquí y hacer algo semejante? ¿Quién les dio esa autoridad? Eso es organización humana. Si ustedes dicen que el hermano Lee los envió, yo mismo voy a llamarlo para averiguar si eso es cierto. Y si es cierto, reprenderé al hermano Lee por no haber actuado conforme a la verdad. Yo he recibido su ministerio por muchos años, pero no lo recibiré esta vez si no es conforme a la verdad”. Incluso si el apóstol Pablo hablara contra la verdad del Nuevo Testamento, nosotros deberíamos rechazarlo. Debemos ser fieles en practicar la verdad. Si vemos que se cometen delitos pero no cumplimos nuestra función como policías, entonces no estamos practicando la verdad. Por el bien del recobro del Señor, no sólo necesitamos la vida, sino también la verdad. Es preciso que nos impresione a todos la importancia absoluta que tiene la verdad.

EL PLENO CONOCIMIENTO DE LA VERDAD

  En 1 Timoteo 2:4 se nos dice: “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad”. Dios desea que todos los hombres reciban dos cosas: la salvación y el pleno conocimiento de la verdad. En el pasado prestamos atención a la salvación, pero descuidamos el pleno conocimiento de la verdad. Observen que, según el griego, este versículo no dice que los hombres deben simplemente llegar al conocimiento de la verdad, sino al pleno conocimiento de la verdad.

  La última parte de 1 Timoteo 4:3 habla de “los que creen y tienen pleno conocimiento de la verdad”. Aquí se habla de creer, que se refiere a la salvación, y de conocer plenamente la verdad. Tener el pleno conocimiento de la verdad es conocer la verdad plenamente. Conocer la verdad de esta manera es una salvaguardia.

PRIVADOS DE LA VERDAD

  En 1 Timoteo 6:5 Pablo dice: “Constantes altercados entre hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad”. Aquellos cuyas mentes son corruptas están privados, carentes, de la verdad. A tales personas no les interesa la verdad. De hecho, algunos han dicho que cuanto más duermen hasta tarde en la mañana, más espirituales son. Esta afirmación sólo puede salir de labios de personas que están carentes de la verdad. Otros han dicho que la mejor manera de tener un tiempo sólido los domingos por la mañana es dormir hasta tarde. Incluso algunos les han dicho a los jóvenes que puesto que no pueden vencer su carne, deben dejar que ella haga todo lo que desea. Todos los que puedan aceptar tales afirmaciones están carentes del conocimiento de la verdad.

  Alguien incluso dijo que sólo debemos prestar atención al Espíritu, no a los principios. ¡Cuán sutil es esto! Todos los que conocen la verdad saben que esto significa aceptar sólo al Espíritu y rechazar la Biblia, puesto que todos los principios provienen de la Biblia. Es muy peligroso tener únicamente al Espíritu, mas no los principios de la Palabra.

  Quizás usted haya oído a algunos decir que prefieren beber de mi espíritu, mas no recibir mis palabras. Si los santos en el recobro del Señor tuvieran el pleno conocimiento de la verdad, jamás aceptarían estas palabras, las cuales son una completa falsedad expresada por aquellos que están privados de la verdad. En los últimos años, ha habido una terrible escasez de la práctica de la verdad entre nosotros. Si todos practicáramos la verdad, ciertas afirmaciones o prácticas habrían sido puestas en tela de juicio mucho tiempo atrás. Por lo tanto, necesitamos aprender las verdades; no debemos ser un pueblo carente de la verdad.

DESVIARSE EN CUANTO A LA VERDAD

  Después de hablar de trazar “bien la palabra de verdad” y de evitar “profanas y vanas palabrerías”, Pablo habló de aquellos que “se desviaron en cuanto a la verdad” (2 Ti. 2:15-18). Pablo comparó a gangrena lo que estas personas dicen, una enfermedad que carcome (v. 17).

OPONERSE A LA VERDAD

  En un período de degradación, algunos incluso resistirán la verdad. “De la manera que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, así también éstos se oponen a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe” (3:8). Hoy todavía subsiste esta situación.

APARTARSE DE LA VERDAD

  “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana enseñanza, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a los mitos” (4:3-4). En estos versículos Pablo advierte que en el período de la degradación algunos apartarán sus oídos de la verdad para volverse a enseñanzas que agradan sus oídos. Es posible que tales personas disfruten de mensajes que están llenos de entretenimiento maligno, pero que no contienen nada de la verdad.

ANDAR EN LA VERDAD

  Como ya dijimos, Juan en su segunda y tercera epístolas recalca la importancia de la verdad. En 2 Juan 1 y 2 el apóstol Juan habla de amar con veracidad, de conocer la verdad, de la verdad que permanece en nosotros y de que la verdad estará con nosotros para siempre. En su tercera epístola él habla nuevamente de amar en la verdad y especialmente de andar en la verdad, diciendo que no tiene “mayor gozo que éste, el oír que [sus] hijos andan en la verdad” (3 Jn. 4). El énfasis que se hace de la verdad en estas epístolas indica que ellas fueron escritas en un período de degradación en el que muchos se habían apartado de la verdad. Sin embargo, todavía quedaban algunos que andaban en la verdad.

  En tiempos de tinieblas necesitamos andar en la luz (1 Jn. 1:7). Hemos señalado que la verdad siempre proviene de la luz, puesto que la verdad es el resplandor de la luz. Hoy en día necesitamos la verdad, el resplandor de la luz.

LAS DOS FUNCIONES QUE CUMPLE LA VERDAD

  Ahora debemos ver cuáles son las dos funciones que cumple la verdad. La primera se encuentra en Juan 8:32, que dice: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. La primera función que cumple la verdad es la de liberarnos. Ser privado de la verdad significa estar en esclavitud, en servidumbre, pero conocer la verdad nos libera de toda esclavitud. La segunda función que cumple la verdad se halla en Juan 17:17, que dice: “Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad”. Por un lado, la verdad nos libera; por otro, nos santifica. Ella hace que seamos saturados del elemento de Dios. Es muy crucial tener la verdad, pues ella nos libera de todas las cosas negativas y nos satura del elemento divino. Cuanto más de la verdad poseamos, más liberados seremos de la esclavitud y más saturados seremos del elemento de Dios. Finalmente, la verdad hará que seamos completamente santificados y transformados. ¡Aleluya por las funciones que cumple la verdad! ¡Cuánto necesitamos la verdad en estos días!

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