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Mensajes del libro «Mensajes de la verdad»
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CAPÍTULO TRES

EL LIDERAZGO EN LA ECONOMÍA NEOTESTAMENTARIA

  El Nuevo Testamento revela claramente que cuando la iglesia se ha degradado, necesitamos andar no sólo conforme al Espíritu, sino también en la verdad. Las últimas dos epístolas de Juan fueron escritas después de que la degradación se había introducido en la iglesia. Juan vivió más que los demás apóstoles y estas epístolas fueron escritas en sus últimos días, mucho después de 1 y 2 Timoteo. En aquel tiempo la iglesia se había sumido en la degradación. Es muy significativo que en estas epístolas Juan no menciona al Espíritu. No obstante, habla repetidas veces de la verdad. Por ejemplo, dice: “El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo con veracidad; y no sólo yo, sino también todos los que conocen la verdad, a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros” (2 Jn. 1-2). En el versículo 2 Juan específicamente dice que la verdad permanece en nosotros. Esto muestra la importancia de la verdad durante el tiempo de la degradación. Luego Juan dice a continuación: “Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu firmeza en la verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Jn. 3-4). Especialmente cuando la iglesia se ha degradado, debemos andar en la verdad. En tiempos de degradación, lo único que hay es oscuridad. Por lo tanto, lo que se necesita urgentemente es la luz. Si andamos en tinieblas, podemos lastimarnos. Usted puede lastimarse fácilmente si anda en una calle oscura en la noche. La Biblia revela que la verdad es de crucial importancia durante el período de la degradación de la iglesia. Por lo tanto, es preciso que conozcamos la verdad y que andemos en la verdad.

  En 1 y 2 Timoteo el apóstol Pablo empezó a recalcar la verdad. Aunque la verdad se menciona frecuentemente en estas epístolas, el Espíritu se menciona raras veces. Como hemos señalado, en 2 y 3 Juan el Espíritu no se menciona en absoluto, pese a que los demás escritos del apóstol Juan revelan que él estaba absolutamente a favor de la vida y del Espíritu.

  Recientemente, algunos dijeron que únicamente debemos beber al Espíritu y no recibir la palabra del ministerio. Una persona incluso sugirió que con el tiempo algunos no necesitarán usar más la Biblia. Esto es la sutileza del enemigo. En tiempos de oscuridad y degradación necesitamos que la Palabra resplandezca con la verdad. La verdad debe ser nuestro guía. Sin embargo, los que han sido engañados andan diciendo que no debemos recibir los principios de la Palabra. Esto significa que no han recibido la verdad y pone de manifiesto que no están en el camino de la verdad, sino en el camino de las tinieblas.

TRAZAR BIEN LA PALABRA DE VERDAD

  En 2 Timoteo 2:15 Pablo dio el siguiente mandato: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad”. Todo estudiante de la Biblia presta atención a este versículo. Cuando yo era joven, los maestros de la Asamblea de los Hermanos recalcaron la importancia de trazar bien la palabra de verdad. Pablo le hizo esta exhortación a Timoteo porque la verdad en cuanto a cualquier asunto no se halla en un solo pasaje de la Biblia; más bien, se halla en diferentes libros de la Biblia, es decir, se halla un poquito en un pasaje y otro poquito en otro pasaje. El Señor en Su sabiduría revela la verdad de esta manera. Quizás lo hizo para que los que son negligentes encuentren dificultades para conocer la verdad. A fin de conocer la verdad debemos ser diligentes. Por esta razón, cuando Pablo exhortó a Timoteo, le dijo: “Procura con diligencia”.

  Algunos dirán que no debemos ser estrictos ni legalistas en cuanto al estudio de la Palabra. Insisten en que debemos leer la Biblia únicamente cuando el Espíritu nos inspire a hacerlo. Esto es como decir que no necesitamos comer tres comidas al día, sino comer únicamente cuando el Espíritu nos inspire. Esto significa que si no recibimos ninguna inspiración, no debemos comer. En vez de ello, Pablo nos exhorta a procurar con diligencia. Si verdaderamente procuramos con diligencia presentarnos a Dios aprobados, entonces cuando leamos la Palabra, encontraremos la verdad revelada en un pasaje tras otro, como las piezas de un rompecabezas. Debemos juntar todas estas piezas a fin de ver el cuadro completo, a fin de ver la visión. Conforme a Isaías 28:13, la palabra del Señor es “mandato sobre mandato, mandato sobre mandato; renglón sobre renglón, renglón sobre renglón; un poquito aquí, un poquito allá”. Esto significa que encontramos la verdad un poquito a la vez.

  Con respecto a leer la Biblia y a conocer la verdad, yo soy muy emprendedor; de hecho, soy más emprendedor y diligente de lo que era años atrás. Debido a que soy tan emprendedor para sumergirme en las profundidades de la Palabra, a veces mi esposa tiene que llamarme varias veces para que venga a desayunar. La Palabra es como una inagotable mina de oro; yo siempre encuentro algo nuevo en ella. Todos tenemos que ser diligentes para sumergirnos en la Palabra.

  La exhortación de Pablo de trazar bien la palabra de verdad fue dada a Timoteo, un joven colaborador que había sido comisionado por Pablo para ayudar a las iglesias. Si usted desea ser esta clase de siervo del Señor, debe ser diligente para presentarse a Dios aprobado en lo referente a conocer la verdad y trazar bien la palabra de verdad. El primer requisito que debe cumplir alguien que ha sido comisionado para ayudar a las iglesias es tener el debido conocimiento de la palabra de verdad. Sin lugar a dudas, el trazar bien la palabra de verdad no es solamente para que nosotros personalmente podamos entender la Biblia, sino también para que podamos enseñar a otros. Debemos aprender a juntar todas las piezas del rompecabezas a fin de formar un cuadro claro que otros puedan ver. Muchos cristianos han leído la Biblia sin ver el cuadro completo. A pesar de que tienen todas las piezas, no pueden juntarlas. Todos debemos sumergirnos en la Palabra, encontrar las piezas y juntarlas para que otros puedan ver el cuadro completo. En esto consiste trazar bien la Palabra.

EL CONCEPTO QUE EL SEÑOR PRESENTA EN CUANTO AL LIDERAZGO

  En este mensaje debemos trazar bien la Palabra en cuanto al tema del liderazgo en el Nuevo Testamento. El significado de liderazgo en la Biblia difiere totalmente de nuestro concepto natural. Lo que el Señor dijo al respecto en Mateo 20:20-28 y 23:8, 10 y 11 echa por tierra el concepto humano del liderazgo. Según el concepto natural y humano, un líder está por encima de los demás. Sin embargo, en estos capítulos el Señor dice que quien desee hacerse grande entre Su pueblo debe ser un esclavo. Así que, el concepto que el Señor presenta en cuanto al liderazgo es totalmente contrario al concepto natural. Ciertamente, es necesario que haya líderes entre los hijos del Señor hoy en día. Sin embargo, ellos deben entender que, en la economía neotestamentaria de Dios, el liderazgo denota esclavitud. Si usted quiere ser un líder entre los hijos del Señor, tiene que ser un esclavo.

  Si somos sinceros y honestos, reconoceremos que amamos ser líderes mas no ser esclavos. Como seres humanos que somos, así es nuestro corazón. Hasta a las hermanas jóvenes les gusta ser líderes. Si ellas no pueden ser el número uno o por lo menos el número dos, se sentirán desilusionadas. No introduzcan el concepto natural del liderazgo en su lectura de la Biblia. Les repito una vez más que en la Biblia el liderazgo denota esclavitud. Si usted es verdaderamente un esclavo entre el pueblo del Señor, debe estar dispuesto a limpiar los baños, a aspirar la alfombra, a acomodar las sillas y a servir de ujier. ¡Cuán diferente es esto de la perspectiva mundana en cuanto al liderazgo! En el recobro del Señor no debemos contratar a alguien para que haga la limpieza cuando veamos la necesidad de limpiar; más bien, todos nosotros debemos servir en la limpieza. Desechemos nuestro concepto natural en cuanto al liderazgo y regresemos a la Palabra pura.

CRISTO ES EL ÚNICO LÍDER

  Según la economía de Dios, entre Su pueblo sólo hay un líder, a saber, el Señor Jesucristo: “Ni seáis llamados instructores [o lideres]; porque uno es vuestro Instructor, el Cristo” (Mt. 23:10). Todo el que me considere a mí el líder del recobro del Señor no practica la verdad. Si alguien le pregunta a usted quién es el líder de la iglesia, usted debe decir que el líder es Cristo. Responder de esta manera indica que conocemos la verdad y practicamos la verdad. Si alguien dice que Witness Lee es el líder, usted debe decirle: “No, Witness Lee es nuestro esclavo”.

  La Iglesia Católica afirma que Cristo nombró a Pedro el único líder. Sin embargo, el Nuevo Testamento revela lo contrario. Es cierto que en los Evangelios y en la primera parte del libro de Hechos Pedro es el primero, y su nombre se menciona primero. Pero Gálatas 2:9 dice: “Reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas...”. Aquí Pedro (Cefas) no se menciona primero, sino en segundo lugar. Cuando Pedro se puso en pie con los once apóstoles el día de Pentecostés, él fue tan osado como un león. Sin embargo, en Gálatas 2 él actuó cobardemente, porque cuando los hermanos vinieron de parte de Jacobo, Pedro rehusó comer con los gentiles. Anteriormente, él había practicado la verdad en cuanto a comer con los creyentes gentiles conforme a la visión que había recibido en Hechos 10; pero en cuanto vinieron los hermanos de parte de Jacobo, él dejó de practicar la verdad en cuanto a esto. Cuando Pablo vio que Pedro y los otros hermanos no andaban rectamente en cuanto a la verdad del evangelio, reprendió a Pedro delante de todos (Gá. 2:14). A causa de esta debilidad, Pedro estaba haciendo daño a la verdad del evangelio, esto es, la verdad de que los creyentes gentiles y judíos son iguales. Esto nos muestra que en Gálatas 2 la capacidad espiritual de Pedro había disminuido. Pedro no se había apartado de la fe, pero su capacidad espiritual se había vuelto inferior a la de Jacobo. Por esta razón, en Gálatas 2:9 el nombre de Jacobo se menciona antes que el nombre de Pedro. Además, el hecho de que los hermanos vinieran “de parte de Jacobo” indica que Jacobo representaba a la iglesia en Jerusalén.

  Otro indicio de que Jacobo, y no Pedro, representaba a la iglesia en Jerusalén se ve en Hechos 21:17 y 18: “Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos”. Aquí se nos dice que Pablo y sus colaboradores no fueron a ver a Pedro sino a Jacobo, puesto que todos los ancianos, incluyendo a Pedro, estaban en la casa de Jacobo. Así que, Jacobo era quien representaba a la iglesia en esa ciudad.

  Otro indicio de esto se ve en la conferencia celebrada en Hechos 15. En esta conferencia de los apóstoles y ancianos, Pedro fue el primero en hablar y después Pablo. En una conferencia el líder no habla primero, sino de último. Las últimas palabras de esta conferencia las dio Jacobo, como lo indican estas palabras: “Y cuando ellos terminaron de hablar, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme” (v. 13). Luego, en el versículo 19, Jacobo presentó su decisión: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios”. Cuando juntamos todos estos versículos, vemos que Pedro no era el único líder en el Nuevo Testamento. Cuando los católicos digan que Pedro era este único líder, nosotros debemos saber trazarles bien la Palabra y presentarles un cuadro claro en cuanto a esto.

EL LIDERAZGO DEPENDE DE LA CAPACIDAD ESPIRITUAL

  En la economía neotestamentaria de Dios, el liderazgo entre Sus hijos no es una designación oficial ni permanente, ni organizativa. Al contrario, el liderazgo depende de la capacidad espiritual. Aquel que posee mayor capacidad es el líder. En un momento dado es posible que un hermano tenga dicha capacidad y en otro momento, quizás la tenga otro. En el día de Pentecostés la mayor capacidad la tenía Pedro, pero en Hechos 15 la tenía Jacobo.

  La relación que existía entre Bernabé y Pablo muestra más a fondo este principio. Hechos 13:2 dice: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Aquí vemos que se mencionó a Bernabé antes que Pablo (Saulo). Sin embargo, mientras ellos llevaban a cabo su misión, Pablo espontáneamente asumió el liderazgo (v. 9) debido a que tenía mayor capacidad espiritual. Bernabé fue quien trajo a Pablo a Antioquía, y mientras estuvieron en Antioquía, Bernabé asumió el liderazgo. Sin embargo, Bernabé no discutió con Pablo cuando éste asumió el liderazgo en el viaje. Bernabé no dijo: “Pablo, hazte a un lado. No olvides que mi nombre fue mencionado primero cuando fuimos llamados. ¿Por qué asumes el liderazgo?”. Él sabía que la capacidad de Pablo era mayor que la de él y, por tanto, no discutió con Pablo sobre el asunto del liderazgo.

  Todos estos casos comprueban que el liderazgo entre los hijos de Dios hoy en día no debe ser una designación oficial ni permanente, ni tampoco organizativa. Por el contrario, el liderazgo depende siempre de la capacidad espiritual. Dios lo dispuso así a fin de desechar el concepto humano en cuanto al liderazgo. En el Antiguo Testamento los reyes gobernaban uno después de otro. Nunca había tres o cuatro reyes que gobernaban al mismo tiempo. Pero en el Nuevo Testamento el Señor no designó a un solo apóstol, sino a doce. Más tarde, Él añadió a otros, como a Pablo, a Bernabé y a Timoteo. Yo creo que había muchos apóstoles; de lo contrario, ¿cómo podía haber falsos apóstoles, como se menciona en 2 Corintios 11:13? Además, en cada iglesia local siempre debe haber varios ancianos. Esta pluralidad en el liderazgo nos muestra que en la iglesia no existe un liderazgo inalterable.

PRACTICAR LA VERDAD EN CUANTO AL LIDERAZGO

  La razón por la que menciono este asunto ahora es que en los pasados años hubo alguien que se atrevió a decir que era el líder del recobro del Señor no sólo en este país, sino en todo el mundo. Si los santos hubiesen tenido claro la verdad en cuanto al liderazgo y hubiesen practicado la verdad, nadie habría aceptado semejante afirmación. Si entendemos claramente la verdad y la practicamos, de ahora en adelante nadie se atreverá a decir que es el líder.

  El hecho de que algunos me consideren el líder del recobro del Señor es una muestra de que no entienden claramente la situación; esto es contrario a la práctica de la verdad. En los años que he estado con ustedes, yo nunca he dado a entender que soy el líder. Nunca les he dado órdenes a las iglesias ni a los santos en cuanto a lo que deben hacer. Al contrario, muchas veces los ancianos de diferentes localidades me han rogado que les diga qué hacer. Pero yo siempre les he dicho que acudan al Señor en oración y que dejen que Él los guíe. En el recobro del Señor no hay un liderazgo organizativo. Años atrás, cuando abandonamos las denominaciones, principalmente abandonamos la jerarquía, la organización. Todos debemos aborrecer la jerarquía y no aceptarla jamás en ninguna forma. No obstante, en años recientes empezó a surgir una jerarquía, la cual empezó a asumir el liderazgo. Debido a que muchos estaban en tinieblas y no practicaron la verdad, toleraron esto. Ahora todos debemos conocer la verdad en cuanto a este asunto. Debemos estar bajo el resplandor de la luz y llenos de la verdad.

  Supongamos que alguien dice que fue nombrado líder en el recobro. No debemos aceptar estas palabras; más bien, debemos ir a hablar con quien supuestamente lo nombró. Si un conserje que trabaja en la Casa Blanca dice que el presidente le dio órdenes con respecto a usted, no crea las palabras del conserje; en lugar de ello, vaya donde el presidente y pregúntele al respecto. No siga las órdenes que le da el conserje simplemente porque viene en nombre del presidente. Si usted cree las palabras del conserje a ciegas, inevitablemente será engañado, porque se encuentra en tinieblas y carece de la verdad. Usted jamás debe hacer nada ni creer nada simplemente porque le dicen que cierto hermano ha dicho eso. Lo que importa es lo que el Señor dice y lo que la Biblia enseña, y no lo que cierto hermano dice. ¡Cuánto necesitamos aprender la verdad y practicar la verdad en cuanto a esto!

  Yo estuve con el hermano Nee por muchos años, y nunca lo consideré ser el líder oficial, ni él mismo consideró serlo. Cada vez que alguien pensaba que el hermano Nee era el líder y acudía a él para recibir instrucciones, el hermano Nee nunca le decía nada. Sólo cuando alguien venía a él para tener comunión, entonces abriría su ser para compartir algo. Él jamás presupuso ser el líder oficial y, de la misma manera, yo tampoco me considero el líder oficial del recobro del Señor hoy.

UNA SOLA CABEZA

  El Nuevo Testamento revela que todos los hijos de Dios son un solo Cuerpo. Aunque los miembros son muchos, la Cabeza es una sola. Sin embargo, conforme a nuestro concepto natural, creemos que hay muchas otras cabezas de inferior rango. Consideramos que los hombros, los brazos, las manos y los dedos son “cabezas” de menor rango. Sin embargo, hay una sola Cabeza que da órdenes a todos los miembros directamente, y no a través de “cabezas de inferior rango”. En el recobro del Señor no existe un sistema organizativo; sólo tenemos un organismo, el Cuerpo. Por lo tanto, no existen cabezas de menor rango de ningún tipo. No consideren los brazos ni los hombros como cabezas de menor rango. El Cuerpo tiene una sola Cabeza: Cristo. Si nuestra visión en cuanto al liderazgo es clara, nadie podrá engañarnos. Repito una vez más que aunque el fundamento de la vida ha sido puesto firmemente entre nosotros, todavía es necesario que el Señor levante la columna de la verdad sobre el baluarte de la verdad. Una vez que se haya levantado esta columna, nada que sea contrario a la verdad podrá introducirse en la vida de iglesia.

LA NECESIDAD DE APRENDER LAS VERDADES

  Jóvenes, ustedes no alcanzan a darse cuenta de cuánta esperanza y expectativa tengo yo de ustedes. No sabemos cuánto tiempo tardará el Señor en regresar. Así que, es necesario que todos nosotros, sobre todo los jóvenes, aprendan la verdad y la practiquen. No es suficiente simplemente buscar al Señor, amarle y crecer en vida. Además de esto, necesitamos aprender las verdades. Probablemente habrá un momento cuando todos tendremos que levantarnos para defender la verdad.

  Incluso las hermanas jóvenes deben conocer la verdad y practicarla. Recientemente, algunas hermanas fueron envenenadas y distraídas del recobro del Señor. Si alguien les hubiera ayudado a conocer la verdad, todas ellas habrían sido resguardadas. Estas hermanas eran muy buenas en cuanto a la vida, pero fueron engañadas porque estaban carentes de la verdad. No recibían el resplandor de la luz. La luz está con Dios el Padre. Cuando esta luz resplandece sobre nosotros, llega a ser la verdad. Por lo tanto, cuando estamos bajo este resplandor, andamos en la luz y en la verdad. Sin embargo, cuando no tenemos el resplandor de la luz, nos encontramos en tinieblas. Si todos aprendiéramos las verdades, ninguno de nosotros sería narcotizado ni engañado.

OBEDECER A LOS QUE GUÍAN

  Hemos visto un aspecto de la verdad en cuanto al liderazgo, el aspecto de que en la economía neotestamentaria de Dios no existe un liderazgo oficial y permanente. Ahora debemos considerar otro aspecto. Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros guías, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con gozo, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. Todos debemos obedecer a aquellos que están en el liderazgo. Esto no significa que los ancianos ejerzan autoridad sobre nosotros, sino más bien que ellos, por ser mayores que nosotros y por tener más experiencia, toman la delantera, y nosotros debemos seguirlos. Obedecer significa seguir.

  Con respecto a los ancianos, Pedro dice: “No como teniendo señorío sobre lo que se os ha asignado, sino siendo ejemplos del rebaño” (1 P. 5:3). Los ancianos deben asumir el liderazgo siendo ejemplos, no teniendo señorío sobre los santos. Si los ancianos ven que la alfombra no ha sido aspirada, no deben sentarse en el trono y llamar a los siervos para que la aspiren. En vez de ello, deben tomar la delantera de aspirar la alfombra y así establecer un modelo que otros puedan seguir.

  Sin embargo, aunque es cierto que los ancianos no deben señorearse sobre el rebaño de Dios, Pedro, por otra parte, dice lo siguiente: “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos” (v. 5). Además, hay momentos en que los mayores deben estar sujetos a los más jóvenes, como dice Pedro: “Y todos, ceñíos de humildad en el trato mutuo” (v. 5). Por lo tanto, no sólo los jóvenes deben estar sujetos a los mayores, sino que todos, incluyendo a los mayores, deben estar sujetos unos a otros ceñidos de humildad. ¡Cuán hermoso es este cuadro! Esto es totalmente diferente del concepto natural del liderazgo que está en la mentalidad caída. El liderazgo en la iglesia no es como el de Nimrod, quien edificó la ciudad de Babel; antes bien, es un liderazgo que edifica el Cuerpo.

LA AUTORIDAD DE LOS APÓSTOLES

  Por último, debemos decir algo acerca de los apóstoles. ¿Tienen autoridad los apóstoles? Según mi conocimiento del Nuevo Testamento, los apóstoles en sí mismos no tienen la autoridad para controlar a las iglesias. Sólo la palabra que ellos ministran tiene autoridad. Si las iglesias y los santos siguen adelante conforme a la Palabra, esto es, conforme al oráculo de Dios, eso es decisión de ellos y los apóstoles no tienen ninguna autoridad para controlar a las iglesias. Pero si una iglesia se desvía o se descarría, entonces los apóstoles tienen la obligación y la responsabilidad de enfrentar la situación conforme a la palabra de Dios, la cual tiene autoridad. Por lo tanto, Pablo dice: “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?” (1 Co. 4:21). También les dijo que él estaba presente en espíritu para juzgar al pecador que se hallaba entre ellos y para echarle fuera (5:3-5). La autoridad de los apóstoles es espiritual y se halla en el ministerio de la Palabra. Ellos en sí mismos no poseen la autoridad ni están en posición de interferir en los asuntos prácticos de las iglesias.

  En la economía neotestamentaria actual, no hay un liderazgo de carácter natural entre los hijos de Dios. No existe entre los apóstoles un líder oficial y permanente según un sistema organizativo. Lo mismo se aplica a los ancianos de una iglesia local. Además, todas las iglesias están en el mismo nivel; no existe una organización que nos unifique. Del mismo modo, todas las regiones, distritos y áreas de la obra están al mismo nivel. Por lo tanto, todos los apóstoles, todas las iglesias locales, todos los ancianos y todas las regiones de la obra están en el mismo nivel. No existe ninguna organización, ni jerarquía, ni ningún líder oficial y permanente. Al contrario, todos respetamos y honramos la autoridad del Señor Jesucristo. Si vemos esto, trazaremos bien la palabra de verdad en cuanto al liderazgo entre el pueblo de Dios hoy en día.

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