Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Mensajes de vida, tomo 1 (#1-41)»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPÍTULO DIEZ

LA MANERA DE TOMAR LA PALABRA CONFORME A LA VIDA

  Probablemente a ustedes les parezca un poco peculiar el título de este mensaje “La manera de tomar la palabra conforme a la vida”, pero lo que quiero es darles algunas sugerencias de cómo extraer más vida en su lectura de la Palabra. Noten que el título no dice “La manera viviente...”, porque a veces la palabra “viviente” puede entenderse como entusiasmo y algarabía, en vez de entenderse como vida. Antes de hablar acerca de cómo la Palabra puede introducirnos en la vida, contestaremos algunas preguntas basadas en el mensaje anterior.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

  He estado considerando el contexto de este versículo: “Absteneos de toda especie de mal” (1 Ts. 5:22). Según los versículos que vienen inmediatamente antes y después, pareciera indicar que si nuestro comportamiento es apropiado, Dios nos santificará por completo y nos guardará irreprensibles. ¿Podría confirmar si es así, o si más bien es la vida que, al santificarnos interiormente, produce un comportamiento de una norma elevada?

  La santificación ciertamente está relacionada con la vida, pero tanto la santificación como la vida nos guardarán de todas las cosas negativas. Los jóvenes especialmente deben tener muy presente 1 Tesalonicenses 5:22. Por su propia salvaguardia, tienen que abstenerse de toda especie de mal. No piensen que son demasiado espirituales como para evitar que estas cosas los afecten. Huyan de cualquier cosa que tenga apariencia de maldad. Tan sólo echar un vistazo a algo puede manchar sus pensamientos. Por el bien de otros y por el bien suyo, tenga cuidado; el mal nos asecha detrás de toda apariencia de maldad. Aun después de cincuenta años de procurar andar en el Espíritu, todavía no tengo ninguna confianza en mi carne, pues ésta todavía podría cometer cualquier clase de maldad.

  En el norte de China, aproximadamente en 1928, hubo un poderoso movimiento pentecostal. Algunos de los que experimentaron el llenar del Espíritu pensaron que ya no tenían la carne y que les era imposible pecar; así que, empezaron a vivir juntos hombres y mujeres. La fornicación que resultó de ello trajo tanto oprobio al nombre del Señor que por mucho tiempo el evangelio no tuvo entrada entre la gente de ese lugar. ¿Pueden ver ustedes cómo la apariencia de maldad conduce al mal?

  No piensen que si practican una vida santa están siendo religiosos. Nuestra mentalidad muy fácilmente puede hallarse bajo la sutil obra usurpadora del enemigo. En los años que he estado en este país, he recalcado mucho que Cristo es contrario a la religión. Ahora el enemigo ha venido a tergiversar mis palabras. Es por eso que algunos andan diciendo que es religioso leer la Biblia y orar a determinada hora todos los días. Otros dicen que es religioso venir a una reunión silenciosamente. Incluso otros han dejado de reunirse con regularidad los domingos para no ser religiosos.

  ¿Qué es la religión? Es cualquier clase de adoración o servicio que rendimos a Dios, sin Cristo. Si en una reunión usted está silencioso con Cristo, no es religioso. Y si en una reunión usted está gritando sin Cristo, es religioso. Ni estar en silencio ni gritar es correcto, ni tampoco es equivocado. La pregunta es si Cristo está en lo que usted está haciendo. Además, no asistir regularmente a las reuniones es un engaño del enemigo.

  No confíe en las personas; la verdad es nuestro centro. Aun si el apóstol Pablo viniera y contradijera sus escritos en el Nuevo Testamento, tendríamos que rechazarlo (véase Gá. 1:8-9). Si yo les propusiera adorar ídolos, ustedes tendrían que rechazarme y echarme fuera. Debemos estar firmes en la verdad y no dejarnos afectar por nadie.

  ¿Es bueno arrodillarnos para orar?

  Efesios 3:14 dice: “Doblo mis rodillas ante el Padre”, lo cual indica que Pablo sentía una pesada carga en su corazón y que no oraba de una manera frívola. Si usted se siente muy cargado y quiere arrodillarse, y sus circunstancias se lo permiten, puede hacerlo. De lo contrario, no es necesario que convierta el arrodillarse en un legalismo.

  Si tenemos que escoger entre la vigilia matutina corporativa y nuestro tiempo privado con el Señor, ¿cómo debemos decidir?

  La vigilia matutina corporativa es útil, pero el tiempo privado es más crucial para que usted pueda tener un contacto personal con el Señor. Lo que usted decida deberá depender de su necesidad. Los ancianos también pueden haber tomado una decisión al respecto, pero usted no está obligado a seguirla.

  Quisiera saber qué medidas debo tomar con respecto a asuntos internos como el orgullo.

  Usted puede tomar las mismas medidas que toma con respecto a las cosas externas. Siempre que usted sienta que algo es pecaminoso, debe arrepentirse, confesar al Señor y limpiarse. Además, al sumergirse en la Palabra, el factor aniquilador que hay en ella matará su orgullo. Si usted recibe la Palabra, ella llegará a ser el Espíritu que le mostrará su orgullo, y entonces usted expresará a Cristo en su vivir en vez del orgullo.

  ¿Y qué de nuestra falta de obediencia? Usted dijo que la única manera en que podemos tocar la vida del Señor es por medio de la obediencia.

  Hoy el Señor como Espíritu es misericordioso y está lleno de gracia. Al igual que el aire o el agua, dondequiera que Él encuentra una pequeña grieta, por allí se mete. Así que, aun cuando usted es un poquito obediente, el Espíritu vendrá. ¿Hay acaso alguno de nosotros que sea completamente obediente al Espíritu? Sin embargo, todos en cierta medida lo disfrutamos. La medida en que lo disfrutemos dependerá del grado de nuestra obediencia. Cuanto más obedezcamos al Espíritu, más lo disfrutaremos.

  Cuando nos acercamos al Señor para contactarlo, ¿cómo nos vaciamos de todos los pensamientos que bullen en nuestra mente?

  La mejor forma de poner su mente en el Espíritu (Ro. 8:6) es sumergirse en la Palabra; esto lo liberará de esos pensamientos que lo distraen y perturban.

  Soy una nueva cristiana y madre de cuatro hijos, y quisiera saber cuánta enseñanza bíblica debo inculcarles y qué tanto debo insistir en que se comporten debidamente.

  Esto es un asunto muy práctico. Como seres humanos que somos, caímos y necesitamos la salvación del Señor. Después de la caída, Dios vino para restringir al hombre. Por ejemplo, Dios le impuso restricciones a la mujer porque fue por medio de ella que la caída tuvo entrada (Gn. 3:16); esta restricción era en realidad una protección. En la sociedad humana de hoy, reinaría el caos si no tuviéramos las restricciones que nos imponen las enseñanzas éticas, la policía y los tribunales. Estas cosas han sido ordenadas por Dios para restringir al linaje caído. Dado que nuestras familias son parte del linaje caído, nosotros como padres debemos poner en práctica lo que Dios ha ordenado para restringir a nuestros hijos con las enseñanzas éticas, las normas y la disciplina. A fin de llevar una vida humana apropiada en su hogar, usted tiene que enseñarles a sus hijos a que se comporten apropiadamente honrando a sus padres, tratando bien a sus hermanos y hermanas, respetando a sus vecinos y no robando.

  No diga que las enseñanzas éticas son ajenas a Cristo y que, por tanto, no tienen ningún valor. Una cosa son las necesidades de nuestra existencia humana, y otra, las experiencias de Cristo. Por causa de nuestra vida humana, tenemos que comprar víveres, lavar la ropa, asegurar las puertas de nuestra casa para evitar robos, tener cuidado con el fuego, abrir y cerrar las ventanas, y cocinar y comer. Además de prestar atención a estas cosas terrenales, también estamos aprendiendo a experimentar a Cristo. Éstas son dos áreas diferentes, pero ambas son necesarias.

  ¿Esto de 1 Tesalonicenses 5:22 también se aplica a la vivienda corporativa? Los vecinos podrían preguntarse qué es lo que está sucediendo en la casa de una pareja joven, si el esposo está en el trabajo y hay hermanos que entran y salen mientras la esposa está sola en casa.

  Es mejor que los hermanos solteros vivan solos en una casa para hermanos y que las hermanas solteras vivan en una casa para hermanas. Esto no sólo debe hacerse para evitar las malas apariencias, sino también para salvaguardar la moralidad. Una de las razones por las que el divorcio y la fornicación imperan tanto hoy es que no hay una separación apropiada entre hombres y mujeres. Lo primero que me encargaron cuando salí a servir al Señor a la edad de veintisiete años fue que siempre debía estar presente una tercera persona cuando hablara con una joven durante un tiempo prolongado. Practicar esto ha sido una protección para mí.

  Tenemos que seguir el ejemplo del Señor Jesús en cuanto a esto. Él habló con Nicodemo privadamente en la noche (Jn. 3:1-2), pero cuando habló con la mujer samaritana (4:6-7), lo hizo a la luz del sol, en un lugar abierto. Si hubiera hecho las cosas a la inversa, hasta los discípulos se habrían cuestionado. (En ese entonces el Señor tenía treinta y uno o treinta y dos años).

  La carne aún prevalece, incluso en nosotros las personas mayores. Por lo tanto, mantener una separación apropiada entre sexos opuestos es una medida necesaria de protección. En épocas pasadas cuando las jóvenes salían, siempre había alguien que las acompañaba; hoy en día la mezcla de jóvenes y mujeres, que se ha vuelto tan común aun en los dormitorios universitarios, es una invitación a la inmoralidad. Nada lo contamina a usted más delante de la presencia de Dios que la fornicación. Yo los exhorto a que se guarden de esto manteniendo una separación. Las hermanas jóvenes deben ir acompañadas de una tercera persona cuando salgan con un joven. Debemos aprender a guardar nuestro vaso limpio y honroso delante del Señor (1 Ts. 4:3-7).

  La apariencia de maldad es bastante manifiesta dondequiera que miremos. Incluso cuando voy a la universidad, al cabo de unos minutos siento como si hubiera en mí una fuga espiritual.

  Antes de hallarse en esa situación, usted debe tener claro que va allí por causa del evangelio, no con ningún otro propósito. Luego usted debe mantenerse en oración para que el Señor lo cubra y proteja.

  A veces no estamos dispuestos a obedecer a lo que el Señor nos muestra; esta renuencia puede continuar por tres o cuatro años. ¿Cómo podemos tratar esta situación?

  En Apocalipsis 3:8 el Señor le dijo a la iglesia en Filadelfia que ellos tenían poca fuerza. El Señor no requiere demasiado de nosotros. Simplemente tenemos que ser fieles a lo que podemos hacer. No hay razón alguna para que seamos orgullosos, pues ninguno de nosotros es completamente obediente al Señor. Puesto que comprendemos que somos tan débiles, debemos acudir continuamente a Él para que nos conceda Su misericordia y Su gracia.

  La obediencia es una cuestión de práctica. Cuanto más obedezca, más obediente será. Simplemente obedezca hasta donde pueda, buscando siempre Su ayuda.

  ¿Qué puedo hacer si mis padres me invitan a hacer algo que tiene una apariencia de maldad?

  Trate de apelar a su simpatía. Dígales que usted es cristiano y que ama al Señor.

  ¿Qué puede decirnos acerca de orar por otros?

  Todos los que contactan al Señor de una manera normal y apropiada sentirán la carga de orar por otros, pero no de manera religiosa, sino bajo la dirección viva del Señor. Si usted ama al Señor y vive por Él, ciertamente sentirá la carga de orar por otros. Ore conforme a esa carga interior.

NUESTRO PALADAR

  “¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras! / ¡Más dulce que la miel a mi boca!” (Sal. 119:103). Siempre que acudamos a la Palabra, es bueno que oremos: “Señor, permite que Tu Palabra sea dulce a mi paladar. Haz que sea muy preciosa para mí”. Cuando acudimos a la Palabra, no sólo acudimos a ella usando nuestra mente y nuestros ojos, sino también nuestro corazón. Nuestro paladar está relacionado con nuestro corazón. Necesitamos tener un corazón que ama y aprecia la preciosa Palabra del Señor.

  Después que fui salvo, encontré que la Biblia era muy dulce. Leía la Palabra al acostarme y luego dejaba la Biblia al lado de mi almohada. Así, cuando me despertaba en la mañana, tomaba la Biblia que aún estaba abierta, y continuaba leyendo donde había dejado la noche anterior. Si tenemos este gusto por la Palabra, ciertamente nos traerá vida.

EL ALIENTO DE DIOS

  “Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios” (2 Ti. 3:16). Así como la naturaleza de una mesa es la madera, del mismo modo, la naturaleza de la Palabra contenida en la Biblia es el aliento divino. Si ustedes consideran la Palabra meramente como letras impresas, sólo usarán su mente cuando la lean. Pero debido a que ella es el aliento de Dios, debemos inhalarla. ¿Cómo hacemos esto? Lo hacemos al orar. Cuando tomemos la Palabra como alimento, debemos orar con base en las palabras que leemos. Debemos usar las mismas palabras de la Biblia para orar; nuestra oración hará que las palabras impresas se conviertan en aliento. En otras palabras, los versículos se convertirán en Espíritu para nosotros.

  Pero ¿cómo podemos afirmar que 2 Timoteo 3:16 nos dice que la Escritura es para ser inhalada? ¿No dice el resto de este versículo “...y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”? ¿Acaso instruir equivale a inhalar? ¿Es corregir lo mismo que inhalar? ¿Es redargüir lo mismo que inhalar? Si argumentamos de esta manera, ello muestra que estamos ciegos. Si usted únicamente usa su intelecto cuando estudia la Palabra, probablemente lea que ella es “útil para corregir” y sienta que necesita ser corregido y redargüido por la actitud que tuvo con su esposa. Ésa no es la manera de tomar la Palabra conforme a la vida.

  En vez de ejercitar su intelecto, ejercite su espíritu de oración. No introduzca sus pensamientos. No interprete. No trate de explicar. Ni siquiera le pida al Señor que lo ayude a entender el versículo. Simplemente inhale todas las palabras para que entren en su ser. “Oh Señor, útil para enseñar, para redargüir, para corregir. Señor, para instruir en justicia”. Al final, el versículo se forjará en usted, convirtiéndose en un suministro de vida. Debido a que la naturaleza de la Palabra es el aliento divino, cuando usted la inhale, ella se convertirá en vida para usted. “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63). Las palabras se convierten en espíritu y vida por medio de su oración, por medio de su respiración.

ALIMENTO

  Mateo 4:4 deja claro que la Biblia es buena para comer: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Igualmente lo deja claro Jeremías 15:16: “Fueron halladas Tus palabras, y yo las comí; y Tu palabra me fue por alegría y por gozo de mi corazón, pues por Tu nombre soy llamado, oh Jehová, Dios de los ejércitos”. ¿Cómo podemos comer las palabras de Dios? Comer es ingerir el alimento y digerirlo, de modo que llegue a ser parte de nosotros. Comer las palabras de Dios es recibirlas en nuestro ser por medio de la oración mientras que ejercitamos todo nuestro ser para disfrutarlas. Este versículo en Jeremías dice que la Palabra “me fue por alegría y por gozo de mi corazón”. Debemos continuar orando-leyendo la Palabra hasta que ésta se convierta en nuestro disfrute y regocijo; entonces la habremos comido.

LA LECHE Y EL ALIMENTO SÓLIDO

  En 1 Pedro 2:2 la Palabra es llamada leche: “Desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis”. Aquellos pasajes de la Biblia que nos resultan fáciles de recibir son leche. Dichos pasajes también son llamados “la buena palabra” (He. 6:5) y la palabra de gracia (Hch. 14:3; 20:32). Cuando leemos ciertos pasajes de la Palabra, sentimos que somos como un niño que disfruta un refrescante vaso de leche. No obstante, otros pasajes de la Palabra tienen más peso, y recibirlos es como comernos un bistec. Estos pasajes de más peso son los que en el libro de Hebreos se llama el alimento sólido (5:12) y la palabra de justicia (5:13). Cuando podemos recibirlos, ellos nos dan el peso de la madurez.

  Éstas, pues, son las maneras de recibir la Palabra: debemos gustar de ella, inhalarla, comerla, beberla como leche e ingerirla como alimento sólido.

LA LLUVIA Y LA NIEVE

  Notemos cómo se nos describe la Palabra en Isaías 55:10-11: “Porque como desciende la lluvia y la nieve de los cielos, y no vuelve allá sin haber regado la tierra y haberla hecho germinar y producir para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así será Mi palabra que sale de Mi boca; no volverá a Mí en vano, sino que realizará aquello en que me complazco y será prosperada en aquello para que la envié”. La Palabra es comparada a lluvia que cae en el verano y a la nieve que cae en el invierno, regándonos para producir semilla con la cual podemos llevar fruto y pan que nos puede satisfacer. Éste es un cuadro maravilloso de la experiencia que tenemos al recibir la Palabra.

LA PALABRA EN NOSOTROS

  “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno” (1 Jn. 2:14). Esta Palabra que nos hace fuertes y que puede vencer al maligno no está únicamente fuera de nosotros, pues es la Palabra de Dios que permanece en nosotros. Esto significa que la hemos recibido en nuestro ser al inhalarla, al orar basándonos en ella, al comerla y al digerirla. Ella es ahora la Palabra en nuestra experiencia de vida, y no simplemente la Palabra en conocimiento.

LA PALABRA QUE SANTIFICA

  “Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad” (Jn. 17:17). ¿Cómo nos santifica la Palabra de Dios? No somos santificados por medio de enseñanzas, sino al ser saturados del propio elemento que la Palabra nos transmite. Este elemento es el Señor mismo, la esencia del Espíritu. Al pasar tiempo cada día en la Palabra, ella entra en nosotros y nos satura subjetivamente y en nuestro modo de ser, impartiéndonos la esencia divina.

SANIDAD

  La Palabra de Dios incluso es sanidad para nuestro cuerpo. Proverbios 4:20-22 dice: “Hijo mío, está atento a mis palabras, / inclina tu oído a lo que digo. / Que no se aparten de tus ojos; / guárdalas en medio de tu corazón; / porque son vida a los que las hallan, / y sanidad para toda su carne”. ¿Cómo puede la Palabra de Dios hacernos físicamente saludables? Las enfermedades muchas veces son causadas por la ansiedad o el enojo. Si las personas se sienten contentas, sus enfermedades pronto desaparecen. Cuando pasamos tiempo en la Palabra, el gozo viene para sanarnos. La Palabra aniquila las cosas que nos perturban y nos trae la resurrección. Entonces podemos comer y digerir bien nuestro alimento y, como resultado, nuestro cuerpo es sanado.

TODA ORACIÓN Y PETICIÓN

  “Recibid el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu” (Ef. 6:17-18). ¿Cómo podemos tomar la Palabra “con toda oración y petición”? Esto lo hacemos al orar-leer la Palabra según su contenido. Si estamos leyendo acerca de permanecer en el Señor, debemos centrar nuestra oración en permanecer en Él; y si la Palabra nos habla de la justicia, debemos centrar nuestra oración en la justicia. “Toda oración” significa diferentes clases de oración según el pasaje de la Palabra que estemos leyendo. Cada vez que le dediquemos tiempo, debemos poner en práctica el tomar la Palabra con oración. Entonces seremos edificados de una manera completa, y no sólo espiritualmente, sino también de manera física.

AYUDAS PARA ENTENDER LA PALABRA

  Cuando uno lee el Nuevo Testamento es bastante obvio que sus raíces se hallan en el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento es una continuación y también una interpretación del Antiguo. Por ejemplo, sin el libro de Hebreos, ¿cómo podría usted entender Levítico? ¡Gálatas es también una parte del Antiguo Testamento que ha sido bien cocinada y digerida!

  Así pues, a fin de entender la Biblia, tenemos que estar muy bien familiarizados con el Antiguo y el Nuevo Testamentos. Además de esto, debemos beneficiarnos de lo que tantos santos del pasado han investigado en la Palabra. Cuando yo era joven, pasaba muchas horas yendo de una librería de libros usados a otra, tratando de encontrar libros que fueran útiles, pero que a menudo eran difíciles de conseguir. Leerlos fue una gran ayuda para mí.

  El fruto de toda esta investigación está ahora disponible para ustedes en una forma muy sencilla: los mensajes del Estudio-vida. ¡Cuán agradecido me habría sentido hace cincuenta años si éstos hubiesen estado disponibles para mí! Es por ello que les insto a que se sumerjan en los mensajes del Estudio-vida. Ustedes serán bien nutridos si profundizan en el libro de Hebreos, por ejemplo, usando los más de sesenta mensajes del Estudio-vida como guía para su estudio e investigación. Si apartan tiempo cada día, quizás media hora o más, probablemente abarcarán todo el libro de Hebreos en un mes. Al igual que un camello que va a emprender un largo viaje por el desierto, ustedes almacenarán mucho alimento en su interior y así recibirán la ayuda necesaria para crecer.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración