Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75)»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE

EL PERFECCIONAMIENTO DE LOS SANTOS

(2)

  Lectura bíblica: Ef. 4:11-12; Hch. 5:42; 1 Ti. 3:2; 5:11; 1 Co. 12:29; 14:31; Hch. 6:1-5

SATURADOS DE LA PALABRA

  Todos nosotros podemos y debemos ser contados entre las personas dotadas mencionadas en Efesios 4:11. La clave para que usted llegue a ser un apóstol, un profeta, un evangelista, y un pastor y maestro es la Palabra. Si usted recibe muy poco de la Palabra, no podrá llegar a ser una persona dotada. Pero si su ser es saturado con la esencia viva de la Palabra de Dios, y no simplemente con el conocimiento de ella, usted ciertamente será Su enviado. La medida en que usted reciba la Palabra y permita que ella se mezcle con sus partes internas determinará el grado al cual usted podrá ser un portavoz de Dios. Cuando usted llegue a ser la corporificación de la Palabra de Dios, espontáneamente será uno de Sus enviados, que hablan por Él y pastorean a otros. No necesitará tener ningún título oficial, ni ningún nombramiento o posición. Tales cosas son externas y no cuentan. Pero si usted es lleno y saturado de la Palabra viviente de Dios, ciertamente será el apóstol de Dios que es enviado a este mundo y que habla por Él, y ciertamente será el pastor que cuida de Su pueblo y le enseña acerca de la economía de Dios.

  Esto es lo que Dios espera que usted sea. No diga que no está calificado para ello. Usted fue escogido, salvo, regenerado y llamado por Dios. Él ahora está operando en usted, saturándolo de la Palabra. Es su deber acudir a la Palabra, aun de manera legalista, mañana y tarde y también durante el día. Incluso si sólo dedica diez minutos cada vez, notará cuánto esto lo beneficiará.

  Tú eres el Verbo tan lleno de Dios, Como el Espíritu vida me das; Como el Espíritu mi agua eres Tú, Y en la Palabra Tú eres mi pan.

  En Tu Palabra te disfruto hoy, Hasta que el hambre termine en mi ser; En mi espíritu me vuelvo a Ti, Para beber y saciar toda sed.

  Himnos, #343

  Todas las iglesias, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero, han estado dando este giro hacia la Palabra. Los animo a que cada vez más continúen haciendo esto.

UNA REUNIÓN PARA LA ENSEÑANZA Y LA PREDICACIÓN

  “Todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y anunciar el evangelio de Jesús, el Cristo” (Hch. 5:42). Los primeros santos eran personas que enseñaban y predicaban. Ellos enseñaban y predicaban en los hogares y en el templo. Hoy la situación es muy semejante a la que imperaba en Jerusalén en la época del libro de Hechos. En ese entonces el judaísmo ejercía una fuerte influencia. Hoy en los Estados Unidos también el cristianismo, y aun el catolicismo, ejercen gran influencia. A fin de afrontar esta situación se necesita un lugar y un tiempo específico, que todos en la ciudad conozcan, donde se enseñe la Palabra de Dios en una atmósfera de predicación. En Anaheim ya empezamos a hacer esto el día del Señor por la mañana a las 10:45. Se enseña la Biblia, pero no conforme a la letra muerta, sino a modo de una predicación evangélica. Nosotros enseñamos la Palabra viva, y predicamos el evangelio elevado y todo-inclusivo.

  Muchos de ustedes, santos jóvenes, carecen del conocimiento apropiado del evangelio. Por ejemplo, ¿cuál es la diferencia entre la redención, la salvación, la justificación y la reconciliación? ¿Qué diferencia hay entre ser salvo por la muerte de Jesús y ser salvo por la vida de Cristo? El evangelio es mucho más que decirles a las personas que están perdidas y destinadas a ir al infierno, pero que Dios las ama y que Jesús murió para salvarlas, y que, si creen en Él, serán salvas e irán al cielo. Considere el Evangelio de Juan. Todo el contenido de este libro es el evangelio. Nos dice que la Palabra era Dios y se hizo carne; nos habla de la vid, del labrador y de los pámpanos; y de la oración tan rica y profunda que el Señor hizo en el capítulo 17. Incluso esa oración tan misteriosa forma parte del evangelio. ¿Alguna vez usted llegó a ver que el evangelio era tan exhaustivo? No son solamente los demás los que carecen de conocimiento; incluso nosotros mismos tenemos carencias.

Una lámpara que alumbra

  Debido a la falta de conocimiento, tanto la sociedad en general como las iglesias supuestamente cristianas están en tinieblas. En todo lugar donde la iglesia esté, ella debe ser un candelero resplandeciente, que irradia la luz de la verdad de la Palabra de Dios. Las iglesias pueden ser esta luz al tener una reunión donde se predica y se enseña con regularidad. Nosotros luego podemos promover la reunión, avisándoles a nuestros familiares, vecinos, compañeros de clase, colegas, amigos y conocidos. Esta reunión, de una hora de duración, en la que se da un mensaje atractivo, traerá un buen aumento, y no de personas de la calle, sino entre aquellos que conocemos. Entonces correrán las noticias de que hay un lugar donde resplandece la verdad, y los buscadores serán atraídos. De este modo, toda la iglesia llegará a ser un candelero, y todos nosotros seremos lámparas que brillan.

Laborar para obtener un mensaje

  A fin de tener una reunión como ésta, todos deben sumergirse en la Palabra. Esto no es sólo una labor de dos o tres. Entonces los hermanos responsables deberán estar desesperados para poder dar un mensaje apropiado cada día del Señor. Dicho mensaje debe ser convincente y lógico para los oyentes. Al principio tal vez no haya muchas personas nuevas; pero si continúan haciendo esto por cierto tiempo, ellas vendrán. Ustedes no pueden predicar lo mismo cada vez, diciéndoles a las personas: “Jesús puede saciar su hambre”. La gente no volverá si escucha siempre lo mismo. Cada reunión debe estar llena de la verdad, y ser lógica y convincente. Debe poder subyugar todas las diferentes opiniones. La carga de esta reunión debe recaer sobre toda la iglesia, y no sólo sobre unos pocos.

  No es fácil tomar la delantera. En 1 Timoteo 3:2 se nos dice que uno de los requisitos de un anciano es tener la habilidad de enseñar, es decir, que sea “apto para enseñar”. Él debe disfrutar la enseñanza y enseñar bien. Los ancianos no son los maestros mencionados en Efesios 4:1; no obstante, deben tener la habilidad de enseñar. En 1 Timoteo 5:17 se nos dice también con respecto a los ancianos: “Los ancianos que llevan la delantera apropiadamente, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza”. Este versículo dice que se les debe proveer el suministro material a los ancianos, mayormente a los que laboran en la Palabra. Cuando ellos dedican todo su tiempo para cuidar de la iglesia, no podrán proveer para su sustento. Por lo tanto, aliento a todos los ancianos a que acudan al Señor desesperadamente cada semana a fin de obtener un mensaje para la reunión de enseñanza y predicación. No tomen este asunto a la ligera.

  Cuando el hermano Nee era joven, asumió la responsabilidad de predicar el evangelio. Cada sábado ayunaba durante todo el día, mientras se preparaba. Doblando rodillas, leía la Biblia, oraba por su carga y preparaba un mensaje convincente. Entonces a la mañana siguiente daba un mensaje que era lógico y muy razonable. Éste es un buen ejemplo de cómo los ancianos deben laborar en la Palabra.

El valor que ello representa para la ciudad y para la iglesia

  Esta reunión no es sólo para la iglesia, sino también para toda la ciudad. Cada iglesia que practique esto será un candelero que resplandecerá en las tinieblas. Dicha iglesia será conocida como un lugar donde la gente conoce la verdad y puede enseñar la Palabra. Personas nuevas serán añadidas, y nuestros propios jóvenes también serán enseñados. Quizás al cabo de cuatro años de escuchar tales mensajes, todos los santos estarán listos para graduarse. ¡Pero los hermanos que toman la delantera no deben considerarse profesores! Ellos simplemente son trabajadores que toman la delantera para que otros los sigan y ayuden.

  Esta clase de reunión realmente tendrá la naturaleza de un entrenamiento. Semana tras semana, mientras oímos la Palabra hablada, estaremos aprendiendo. Al mismo tiempo, y de manera espontánea, estaremos siendo adiestrados. Luego, podremos establecer una pequeña clase en nuestra casa. Finalmente, en lugar de tener sólo unos cuantos que enseñan y predican, toda la iglesia estará calificada. Además de la reunión del día del Señor, habrá varias reuniones de hogar, con clases para nuestros vecinos y amigos, donde muchos de los santos podrán enseñar y predicar la verdad. Esta clase de predicación es la más prevaleciente; ciertamente atraerá a nuevas personas y nos permitirá cosechar muchos otros beneficios. Hará que adquiramos un verdadero conocimiento de la Palabra viva, crezcamos en vida, experimentemos a Cristo, pastoreemos a otros y edifiquemos a los jóvenes.

  Si las iglesias sienten la carga de hacerlo, pueden empezar a tener una reunión para la predicación y la enseñanza, como hemos sugerido aquí. Para que esto resulte exitoso, toda la iglesia debe sumergirse en la Palabra con mucha oración. Si ustedes leen la Biblia sin oración, estarán en la letra muerta. Deben dedicar a la oración el doble de tiempo que dediquen a leer la Biblia. Cada iglesia debe caracterizarse por la lectura de la Palabra y por la oración. Esto no quiere decir que tengan que reunirse para hacer esto; en vez de ello, cada uno de los santos individualmente debe orar y leer la Palabra. En esta tierra nosotros somos aquellos que oran, leen la Palabra y la digieren. Todos los santos deben conocer la Palabra, tener vida, tener al Espíritu y causar impacto por medio de la oración.

NO BUSCAR AYUDA DE AFUERA

  En el pasado las iglesias solían con mucha frecuencia llamar a hermanos de otros lugares a que vinieran a ayudarlos. Esto muestra una debilidad de parte de los hermanos responsables. ¿Por qué ustedes mismos no laboran en la Palabra y contactan al Señor directamente, en lugar de hacer el llamado macedónico “Pasa [...] y ayúdanos” (Hch. 16:9)? Tal vez suene humilde decir que su iglesia es débil y necesita ayuda, pero ¿es esta puerta abierta de par en par la mejor manera de recibir ayuda? ¿Cuál fue el resultado de todos los llamados que se hicieron pidiendo ayuda? Finalmente vino alguien que no era débil, y las iglesias fueron engañadas. Esto les debe enseñar una lección. Sean fuertes. No pongan sus ojos en Anaheim ni en el hermano fulano esperando recibir su ayuda. Hagan un llamado a los cielos y contacten al Señor directamente. Aun cuando sean débiles, no lo confiesen. Fortalézcanse. Ser orgullosos es algo detestable y pecaminoso, pero ser fuertes es necesario. Ustedes no necesitan recibir ayuda de afuera. Aun cuando les ofrezcan ayuda, deben considerar seriamente si deben aceptarla. ¿Cuánta verdadera ayuda externa han recibido ustedes en años pasados? La supuesta ayuda que recibieron sólo los debilitó aún más, e incluso los envenenó. Ustedes abrieron la puerta a esto porque pensaron que eran débiles.

  Un ama de casa que tiene cinco hijos puede sentirse incapaz de afrontar su situación. Ella le pide a una vecina, y después a otra, que venga y le enseñe a hacer frente a las responsabilidades y le indique cómo cocinar para su familia. Nadie tiene tiempo para ayudarla hasta que un día una mujer viene y se ofrece a cocinar para ella, y le dice que de buen grado la ayudará. Cuando la familia come la comida que la mujer ha preparado, todos se enferman, pues ella ha puesto veneno en la comida. ¿Es ésa la clase de ayuda que ustedes necesitan?

  No abran la puerta sin investigar bien al que les ofrece ayuda. Cerciórense de que la persona que les ofrece ayuda está calificada. Averigüen bien cuál es su estatus y su historia.

TENER COMUNIÓN ENTRE LAS IGLESIAS

  Con esto no estamos diciendo que no necesiten a las demás iglesias y que deben tratar de seguir adelante de manera independiente. Al contrario, ustedes deben mantener la puerta de comunión abierta a todas las iglesias, incluso al mismo tiempo que mantienen la puerta de debilidad cerrada a los que nos ofrezcan su “ayuda”. Sería de mucho fortalecimiento para las iglesias aquí si los hermanos que toman la delantera pudieran reunirse quizás una vez al mes. Las iglesias del área también podrían reunirse de vez en cuando para celebrar juntos la reunión de la mesa del Señor. Esta comunión mutua aumentaría el suministro de vida en las iglesias.

  Sin embargo, debemos tener claro que cada iglesia local es responsable por sí misma. Una iglesia no debe estar bajo la jurisdicción de otra. Una iglesia más grande o más fuerte no tiene autoridad sobre una iglesia más pequeña o más débil. Todas las iglesias, independientemente de su tamaño o condición, están en el mismo nivel. Sin embargo, las iglesias deben nutrirse y fortalecerse mutuamente. De este modo, practicamos la vida de iglesia local y también tenemos la vida del Cuerpo. Es por eso que estamos aquí en el recobro del Señor.

  Sería muy bueno también si los hermanos responsables consideraran tener un entrenamiento práctico, quizás cada semana o cada dos semanas. Ellos mismos necesitan tener primero ciertas experiencias y entrenamiento, a fin de tener algo que enseñar a todos los santos. Entonces las iglesias podrían reunirse una noche entre semana para recibir este entrenamiento práctico. De este modo, las iglesias serán más edificadas.

EL SERVICIO DE LA IGLESIA

  En el pasado teníamos “grupos de servicio”, que se encargaban del trabajo práctico que se necesitaba hacer, como por ejemplo, cortar el césped y acomodar las sillas. Este uso de la palabra servicio no es muy preciso según el sentido bíblico. La palabra servicio en griego es la misma que se traduce “ministerio”. ¿En qué consiste el ministerio o servicio neotestamentario? Consiste en ser enviados a otros, hablar por Dios, predicar el evangelio, y pastorear y enseñar a otros.

  ¿Cómo entonces debemos considerar los asuntos prácticos que hay que atender? Es un deber de todos ocuparnos de estos asuntos. Nosotros no tenemos un grupo de los que son evangelistas y otro grupo de los que limpian el salón de reuniones. Todos debemos ser perfeccionados como apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros. Asimismo, todos debemos ocuparnos del trabajo que se necesita hacer, aun cuando estrictamente ése no es el servicio. Nadie debe pensar que su estatus es demasiado elevado como para rebajarse a limpiar los baños.

  En cuanto a la función que ejercemos en las reuniones, esto forma parte de la labor de los profetas, evangelistas, maestros y pastores.

“¿son todos profetas? [...] podéis profetizar todos”

  Por muchos años yo no podía conciliar dos versículos de 1 Corintios. En 12:29 se nos dice: “¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿son todos maestros? ¿hacen todos obras poderosas?”. Obviamente la respuesta es no. Pero luego en 14:31 leemos: “Podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan y todos sean alentados”. ¿Por qué Pablo nos dice en un capítulo que no todos son profetas, y luego dos capítulos más adelante dice que todos pueden profetizar?

  Fue recientemente que pude ver que lo que Pablo estaba diciendo era que no todos son profetas principales. En un rebaño, por ejemplo, sólo hay dos o tres ovejas que son líderes. Las demás no son líderes, pero hacen todo lo que las ovejas líderes hacen. No todos son profetas en el sentido de ser profetas principales, pero todos pueden seguir el ejemplo de los profetas principales y profetizar.

  En Jerusalén varios fueron escogidos para servir las comidas (Hch. 6:1-5). Dos de ellos eran Felipe y Esteban. Algunos maestros de la Biblia opinan que fue un error haber escogido a estos dos, porque Esteban era un orador elocuente (cap. 7) y Felipe era un evangelista (21:8). ¿Cómo pudieron pedirles a estos dos que sirvieran a las mesas? ¡Creo que estos ejemplos nos muestran que todos los que sirven a las mesas pueden ser buenos oradores! Asimismo, todos los que acomodan las sillas pueden ser evangelistas. Los que limpian los baños pueden ser evangelistas principales; y cuando el apóstol viene, él puede ayudar a cortar el césped. El servicio apropiado, por tanto, consiste en ser un apóstol, un profeta, un evangelista, y un pastor y maestro. El trabajo práctico no es el servicio; no obstante, todos nos ocupamos de él.

  Que el Señor nos permita llevar a la práctica esta palabra.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración