Mensajes para creyentes nuevos: Confesión y restitución #13
Después de que creemos en el Señor, debemos desarrollar el hábito de confesar y restituir. Si hemos ofendido a alguien o hemos cometido una falta contra otro, debemos aprender a confesar y a compensar por el daño. Por una parte, debemos confesar la ofensa a Dios, y por otra, debemos confesarla al hombre y reparar el daño. Si un hombre no se confiesa ante el Señor, y no pide perdón ni hace restitución al hombre, su conciencia fácilmente se endurecerá. Una vez que la conciencia se endurece, se crea un problema serio y fundamental: se hace difícil que la luz de Dios brille en el hombre. Una persona debe desarrollar el hábito de confesar y de hacer restitución a fin de mantener una conciencia sensible delante del Señor.