
Lectura bíblica: Gn. 2:7; Pr. 20:27; Job 32:8 Ex. 35:21; Nm. 14:24; Dt. 2:30; Esd. 1:1, 5; Hag. 1:14; Jer. 51:11; Job 6:4; 10:12; 15:13; Sal. 31:5; 32:2; 34:18; 51:10, 12, 17; 77:3, 6; 78:8; Pr. 16:2; Is. 26:9a; 57:15-16; Sal. 106:33; 18, 19, Pr. 16:32; 17:27; 25:28; 18:14; Is. 29:24; Ec. 7:8-9; Dn. 5:12; 6:3; Mal. 2:15b-16
Los versículos enumerados arriba son los más preciosos y los más importantes en el Antiguo Testamento concerniente al espíritu humano desde Génesis 2 hasta Malaquías 2. Es interesante ver que el primer versículo se refiere a la creación del espíritu humano, mientras que el último versículo en el Antiguo Testamento concerniente al espíritu humano nos exhorta a estar atentos a nuestro espíritu. No sólo debemos estar atentos a nuestra conducta exterior, sino que es menester estar atentos a nuestro espíritu interior, porque nuestro espíritu humano es la misma fuente de toda nuestra conducta. Si estamos errados al origen, por muy correctos que seamos en nuestra conducta, aún estamos errados. Si el origen es sucio, entonces, ¿cómo puede ser limpio el resultado? Es imposible. Así que todos nosotros tenemos que estar atentos a nuestro espíritu humano. Estos versículos muestran cuán estratégico, cuán importante, y cuán predominante es este asunto de nuestro espíritu humano.
Génesis 2:7 revela la creación del hombre. Dios usó el polvo de la tierra para formar un cuerpo. Entonces Dios sopló el aliento de vida en la nariz de ese cuerpo de polvo. Proverbios 20:27 dice: “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón”. El espíritu en este versículo es la misma palabra para “aliento” en Génesis 2:7.
La palabra que se usa comúnmente en hebreo para espíritu es rúaque, pero aquí en Proverbios 20:27 la palabra hebrea para espíritu es néshamah y no rúaque. Esta es la misma palabra que se usa para “aliento” en Génesis 2:7. Este versículo es una palabra fuerte que demuestra que el aliento de vida soplado en la nariz del cuerpo de polvo del hombre en el momento de la creación es nuestro espíritu. Job 32:8 también nos dice que hay un espíritu en el hombre.
En Proverbios 20:27 el espíritu del hombre es la lámpara del Señor para escudriñar nuestras partes interiores, para el tratar de Dios con nosotros. El tratar de Dios con nosotros es siempre en nuestro espíritu y por medio de nuestro espíritu. Nuestro espíritu humano es el medio y el órgano con el cual Dios trata con nosotros, y nos escudriña. Si usted viene de noche a un edificio para hacer algo, no puede hacerlo en oscuridad. Se necesita luz. Nuestro espíritu humano es una lámpara para Dios con la cual El puede escudriñarnos y tratar con nosotros.
En Exodo 35:21, durante el tiempo cuando el tabernáculo iba a ser construido, el espíritu del pueblo los incitó (Nueva Traducción de Darby). No sólo su corazón los movió, sino que también su espíritu los incitó a proceder de manera rápida para cumplir el propósito de Dios. Esto muestra que nuestro espíritu humano es un órgano con el cual proseguimos a cumplir el propósito de Dios.
Zacarías 12:1 e Isaías 42:5 son bastante similares el uno al otro. Nos dicen que en todo el universo hay tres cosas principales creadas por Dios: los cielos, la tierra y el espíritu humano. Estos dos versículos nos muestran la importancia del espíritu humano. En los cielos hay muchas cosas y en la tierra hay muchas, pero Dios no enumeró estas cosas. Dios sólo se refiere a los cielos y la tierra. Como seres humanos, también tenemos muchas partes, pero Dios no dice nada de todas las partes de nuestro cuerpo o las partes de nuestra alma. Dios dijo sólo una cosa: el espíritu del hombre. Esto nos muestra la importancia de nuestro espíritu humano porque nuestro espíritu humano es el órgano, el medio, con el cual Dios puede tocarnos y tratar con nosotros, y con el cual nosotros podemos tener contacto con El y recibirle.
En el tiempo de Números 14:24 la mayoría de los israelitas eran muy rebeldes contra Dios, pero Caleb era diferente. El no tenía otra mente, otra voluntad, otro corazón u otra decisión. Caleb tenía otro espíritu. Entonces dice que Caleb seguía al Señor totalmente. No tenemos otra forma para seguir al Señor. Si deseamos seguir al Señor, tenemos que usar el órgano apropiado, nuestro espíritu humano. Caleb siguió al Señor por otro espíritu, el cual es diferente de todos los demás espíritus.
Deuteronomio 2:30 dice que Dios endureció el espíritu de Sehón, el rey. No dice que Dios endureció su corazón, sino su espíritu. El tratar de Dios con el hombre es siempre por medio del espíritu. Aun El permite que una persona sea endurecida en su espíritu.
En Esdras 1:1 y 5, en el tiempo del recobro de Dios de Su pueblo de vuelta a Jerusalén, Dios despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia y despertó al pueblo en su espíritu. Esto muestra otra vez que el tratar de Dios con nosotros es a través del espíritu. No dice que Dios despertó el corazón del rey de Persia, porque el recobro es totalmente el tratar de Dios y este tratar era absolutamente en el espíritu. Por un lado, Dios despertó el espíritu del rey. Por otro, Dios despertó el espíritu de los cautivos. Entonces algo podía ser efectuado para el recobro de Dios.
Hageo 1:14 se refiere a la misma cosa. Dios despertó el espíritu de Zorobabel, el espíritu de Josué, el sumo sacerdote y el espíritu de todo el pueblo para la finalización de la edificación. Esdras 1 nos habla del comienzo del recobro, pero Hageo nos habla de la continuación del recobro. El comienzo y la continuación del recobro fueron asuntos totalmente en el espíritu.
Entonces, ¿qué acerca del recobro de hoy? Ciertamente nunca podría ser algo fuera de nuestro espíritu. Debe ser algo absolutamente en nuestro espíritu. Para que Dios recobre Su iglesia en tantas localidades, sin duda usted y yo necesitamos que Dios despierte nuestro espíritu.
Jeremías 51:11 también dice que “ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla”. Esta es la venganza del Señor, aun la venganza de Su casa. Babilonia destruyó el templo de Dios. Ahora Dios despertó el espíritu de los reyes de Media para destruir a Babilonia. Esa fue una clase de venganza que Dios repartió a Babilonia, la venganza de Su casa. Aunque no somos los reyes de Media, Dios todavía tiene que despertar nuestro espíritu para la destrucción de Babilonia y para la venganza de Su casa. Todo esto es en el espíritu.
Job 6:4 nos dice que según la comprensión de Job, lo que él sufrió no era algo simplemente exterior, sino algo interior en su espíritu. Conforme a nuestras experiencias espirituales, Job 6:4 es bastante profundo. Job dice: “Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu”. Esto muestra que aunque todos los sufrimientos que le ocurrieron a Job eran exteriores, él comprendió que Dios estaba tratando con él, no sólo exteriormente, sino interiormente. El tratar de Dios con él no era simplemente algo exterior en su ambiente, sino algo interior, profundo en su espíritu.
Job 10:12 dice: “Vida y misericordia me concediste”. Eso significa que Dios me ha concedido vivir y disfrutar muchísimas cosas buenas. Además: “Y tu cuidado guardó mi espíritu” (v. 12). ¿Se han dado cuenta alguna vez de la visitación de Dios? En Job 15:13 dice que “contra Dios vuelvas tu espíritu”. Todos estos versículos nos muestran que la relación, la comunión, entre nosotros y Dios, es absolutamente un asunto en nuestro espíritu.
Salmo 31:5 dice: “En tu mano encomiendo mi espíritu”. Recuerden que ésta es una palabra dicha en el Antiguo Testamento por un santo del Antiguo Testamento. ¿Ha dicho usted alguna vez, como un santo del Nuevo Testamento, algo como esto? En Tu mano encomiendo mi espíritu. Generalmente decimos que encomendamos nuestro corazón en la mano de Dios. Salmos 32:2 dice: “Bienaventurado es el hombre...en cuyo espíritu no hay engaño”. De nuevo, todo esto muestra claramente que la comunión y la relación entre nosotros y Dios es absolutamente en nuestro espíritu.
En Salmos 34:18 se halla “los contritos de espíritu” y en Salmos 51:10, un “espíritu recto”. En Salmos 51:12 se encuentra un “espíritu dispuesto” (lit.). El Salmo 51 es una oración de David. En el versículo 10 él dice: “Renueva un espíritu recto dentro de mí”. Luego, en el versículo 12 él dice: “Vuélveme el gozo de tu salvación y susténteme con un espíritu dispuesto” (lit.). Luego, en el versículo 17 hay un “espíritu quebrantado”. El Salmo 51 nos muestra un espíritu contrito, un espíritu recto, un espíritu dispuesto y un espíritu quebrantado.
Salmo 77:3 dice: “Me quejaba, y desmayaba mi espíritu”. Salmos 77:6 dice: “Me acordaba de mis cánticos de noche, meditaba en mi corazón, y mi espíritu inquiría”. Me meditaba con mi corazón, pero mi espíritu inquiría con diligencia en la presencia de Dios.
Salmo 78:8 dice que los hijos de Israel no fueron fieles en su espíritu para con Dios. Necesitamos un espíritu fiel para con Dios. No sólo necesitamos decidirnos en nuestra mente o tener una voluntad fuerte, sino que necesitamos tener un espíritu fiel para con Dios.
Proverbios 16:2 dice: “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”. Dios pone el espíritu de uno en balanza, en la báscula, para pesarlo. A Dios le importa lo que somos en nuestro espíritu. Nosotros consideramos nuestros caminos; El pesa nuestros espíritus.
Isaías 26:9 dice: “Con mi alma te he deseado en la noche, con mi espíritu dentro de mí te buscaré temprano” (lit.). Desear al Señor es algo del alma, pero buscar al Señor es asunto del espíritu. Con mi alma Te deseo. Con el espíritu dentro de mi Te busco. Tenemos que buscar al Señor con nuestro espíritu.
En Isaías 57:15-16 se encuentra un espíritu contrito y humilde. El versículo 16 dice que el Señor no será tan duro con nosotros. Si El fuera demasiado duro con nosotros, entonces nuestro espíritu fallaría. A veces el Señor permite que ciertas cosas nos sucedan, pero aún hay cierta clase de limitación, porque el Señor tiene cuidado con nuestro espíritu. El sabe que nuestro espíritu no puede sufrir tanto en cierta situación difícil, así que El no permitiría demasiado sufrimiento a fin de que nuestro espíritu no falle. Esto nos dice que Dios se preocupa por nuestro espíritu.
Salmos 106:33 nos dice que los hijos de Israel provocaron el espíritu de Moisés. Esto nos muestra que el espíritu es la parte más profunda de una persona y la más importante. Yo puedo provocar la mente de usted. Eso no significa mucho. Pero si yo provoco su espíritu, eso es algo verdaderamente serio.
Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”. Esto muestra la importancia de nuestro espíritu. Si puede enseñorearse de su espíritu, esto significa que usted es muy fuerte. Enseñorearse de su espíritu es mejor que tomar una ciudad.
Proverbios 25:28 dice: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. Si usted no puede manejar su espíritu, eso significa que ha sido derrotado como una ciudad que ha sido derribada con todas las murallas destruídas. La protección de usted está con su espíritu y en su espíritu.
Proverbios 16:18 dice: “Antes del quebrantamiento va la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Ser altivo en espíritu, ser orgulloso en espíritu es terrible. “Mejor es humillar el espíritu con los humildes” (Pr. 16:19).
Necesitamos un espíritu ferviente para el Señor, pero a veces para el entendimiento, necesitamos un espíritu frío (Pr. 17:27, lit). Es fácil que las hermanas sean fervientes, pero es difícil que ellas sean frías. Para el interés de Dios necesitamos estar fervientes, ardiendo, pero para el entendimiento necesitamos ser fríos en el espíritu. Necesitamos un espíritu frío para entender las cosas espirituales.
Proverbios 18:14 dice: “El espíritu del hombre sostendrá su dolencia” (lit.). Dolencia aquí significa enfermedad. El espíritu del hombre le sostendrá en su enfermedad. Cuando estamos enfermos físicamente, si nuestro espíritu es débil, eso es terrible. Eso es bastante serio. Si somos fuertes en espíritu, a pesar de cuán enfermos estemos en el cuerpo, nuestro espíritu puede sostener la enfermedad física. “Pero un espíritu herido, ¿quién lo sostendrá”? (lit., Pr. 18:14). Cuando su espíritu está herido, eso de verdad es serio.
Isaías 29:24 dice: “Los errados de espíritu aprenderán inteligencia” (lit.). Errar en otra parte de nuestro ser no es tan serio, pero si erramos en el espíritu, eso es realmente serio.
Eclesiastés 7:8-9 dice: “Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu. No te apresures en tu espíritu a enojarte”. Si pudiera ser paciente y no apresurado, usted estaría bien. Muchas veces somos pacientes, pero sólo pacientes en nuestras emociones y no en el espíritu. Las personas que son pacientes en sus emociones finalmente serán muy impacientes en su espíritu. La verdadera paciencia, la paciencia sin fin está en el espíritu. Necesitamos ser pacientes en nuestro espíritu y no apresurados en nuestro espíritu.
Daniel 5:12 y 6:3 nos dicen que Daniel era un hombre con un espíritu superior. “Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores porque había en él espíritu superior”.
Finalmente, Malaquías 2:15-16 nos dice que estemos atentos a nuestro espíritu. Hermanos y hermanas, estén atentos a su espíritu. No discutan. No se excusen a ustedes mismos. Tienen que estar atentos a su espíritu. Su espíritu es la fuente de su conducta. A Dios le importa su espíritu y ustedes tienen que estar atentos a éste.