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Mensajes del libro «Pensamiento central de Dios, El»
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CAPÍTULO CUATRO

LA IGLESIA: EL COMPLEMENTO DE CRISTO

  Lectura bíblica: Gn. 1:26-28; 2:18-24; Ef. 5:30-32; 2:15b-16a; 4:24; 1:22-23; 1 Co. 12:12; Jn. 3:29-30; Ap. 21:2, 9; 22:1-2

  Como hemos visto, el hombre posee la vida más elevada en la obra creadora de Dios, una vida que tiene la imagen de Dios para expresar a Dios y la autoridad de Dios para representarle al subyugar a todos los enemigos de Dios. De este modo, el hombre puede proporcionarle a Dios reposo y satisfacción. Con la ayuda del Nuevo Testamento, podemos darnos cuenta de que el hombre creado por Dios es un tipo, una figura, del verdadero hombre, que es Cristo (Ro. 5:14). El primer Adán es un tipo, una figura, del postrer Adán (1 Co. 15:45), quien es el verdadero Adán. Él es el Hijo de Dios encarnado como hombre, el cual es llamado Jesucristo.

  La mayoría de las cosas creadas por Dios son también tipos, figuras, de Cristo. Los cielos, la tierra, las plantas y los seres vivientes son figuras de Cristo. Finalmente el hombre, lo último que Dios produjo en Su creación, es una figura de Cristo. Todas las cosas creadas por Dios no son las cosas verdaderas. Lo único verdadero es Cristo mismo. El verdadero cielo, la verdadera tierra y la verdadera luz son Cristo. La verdadera planta, la verdadera belleza y el verdadero orden son Cristo mismo. La verdadera palabra es Cristo; Él es la Palabra. Si usted no tiene a Cristo, todo lo que tiene es falso. Cristo es el todo para nosotros como nuestra realidad.

EL CRISTO CORPORATIVO

  Asimismo tenemos que comprender que el hombre creado por Dios no era un solo individuo. Adán era un hombre corporativo, un hombre colectivo, un hombre que lo incluía a él mismo y a todos sus descendientes. Conforme al mismo principio, Cristo no es un solo hombre, un solo individuo. Cristo es un hombre colectivo, un hombre corporativo, compuesto de Cristo mismo y todos Sus miembros. Por esta razón, 1 Corintios 12:12 dice: “Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el Cristo”. Cristo no es solamente la Cabeza, sino también el Cuerpo. Esto significa que Cristo es un hombre colectivo, un hombre corporativo. Así como el viejo hombre incluye a Adán y a todos sus descendientes, el nuevo hombre incluye a Cristo y a todos Sus creyentes.

  Nosotros fuimos hechos parte del primer Adán, y ahora hemos sido regenerados para ser parte del postrer Adán, a fin de ser la expresión de Dios en Cristo. Con respecto al primer Adán, todo es una figura y nada es real. Pero con respecto al postrer Adán, todo es real. Si usted es simplemente una persona que pertenece al primer Adán, no posee nada que sea real. Pero después que usted es regenerado y llega a ser parte del postrer Adán, hay algo real dentro de usted.

  Dios también creó una novia, una esposa, que complementara al hombre, que fuera su ayuda idónea, el complemento del hombre, y este complemento era su aumento. Una esposa es el complemento y un aumento de su esposo. Un hombre necesita una esposa que lo complemente, que sea su pareja. Una sandía cortada en dos mitades es un cuadro de una esposa y un esposo. Una mitad es el esposo y la otra mitad es la esposa, y cuando juntamos las dos mitades tenemos una sola persona. Como hombre, usted necesita a una esposa que lo complemente y sea su pareja, que lo complete y sea su aumento. El hombre creado por Dios es una figura de Cristo. Él necesita un complemento. En palabras sencillas, esto significa que Cristo, el nuevo hombre en este universo, necesita un complemento. La iglesia es la novia de Cristo, la que complementa a Cristo.

  Las Escrituras revelan cuánto Cristo ama a la iglesia y desea tener la iglesia. Es por ello que el enemigo siempre hace lo posible por hacer daño a la iglesia. La iglesia es el deseo que está en el corazón de Cristo. Efesios 5:25 dice que Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella. Tal vez sólo pensemos que Cristo ama a los pecadores y, por ende, murió por nosotros. Nos olvidemos de que Cristo amó a la iglesia, así que murió en la cruz por la iglesia, la cual es Su complemento.

  Por lo tanto, en estos tipos que vemos en la obra creadora de Dios, tenemos al hombre y la novia, la cual complementa al hombre. Este complemento procede del hombre. Ella no se suma a él, sino que es su aumento. De manera semejante, la iglesia no es algo que se suma a Cristo, sino algo que crece a partir de Él. El hombre necesita un cuerpo que lo exprese y una esposa que lo haga completo. Una cabeza sin un cuerpo es algo espantoso porque no es un hombre verdadero ni apropiado. No obstante, hoy muchos cristianos piensan que mientras tengamos a Cristo la Cabeza, todo está bien. Sin embargo, Cristo no es sólo la Cabeza, sino que también Él incluye al Cuerpo, la iglesia. Nuestro Cristo debe ser la Cabeza con el Cuerpo.

  Si sólo llevamos la vida cristiana, eso no es suficiente; necesitamos la vida de iglesia. Necesitamos experimentar a Cristo como nuestra vida, y también necesitamos experimentar la vida de iglesia. Una persona completa es una persona con una cabeza y con un cuerpo apropiado. Necesitamos una vida apropiada de iglesia que complemente nuestra vida cristiana. Necesitamos al Cristo que es la Cabeza y a la iglesia, que es el Cuerpo.

  Dios creó a Adán, el esposo; pero luego le dio a éste un aumento, el cual era Eva, su esposa. Hermanos, ustedes no pueden vivir solos simplemente como personas solteras. Tarde o temprano tienen que casarse. Aunque algunos nunca se casan, eso es más bien una excepción; no es lo natural. Según lo espiritual y según lo natural, ustedes tienen que casarse. Esto también significa que ustedes, como cristianos que llevan una vida cristiana apropiada, necesitan la vida de iglesia. Su naturaleza espiritual les dice en su interior que necesitan la vida de iglesia. Un cristiano que ha nacido de nuevo, un cristiano espiritual, siempre añora llevar una vida de iglesia. Si usted no tiene una vida de iglesia, no tiene reposo; no está satisfecho. Usted necesita a Cristo, quien es la Cabeza, y también la iglesia, que es el Cuerpo.

CÓMO LA IGLESIA LLEGA A EXISTIR Y CÓMO ES EDIFICADA

  Ahora debemos ver cómo la iglesia llega a existir y cómo ella puede ser edificada como aumento de Cristo, como una novia viviente que complementa a Cristo y que es Su pareja. A fin de ver esto, debemos prestar mucha atención a cómo Eva, la esposa de Adán, llegó a existir. Dios tomó una parte, una costilla, de Adán, y de esa costilla, ese hueso, edificó una mujer, el aumento de Adán para que fuese su esposa (Gn. 2:22).

  Después que Dios creó a Adán, Él vio que Adán, como un hombre soltero, no era lo suficientemente bueno, pues necesitaba a alguien que lo complementara. Dios tenía la intención de hacer una esposa para Adán, pero primero lo puso a prueba. Dios quería que Adán se percatara de su necesidad; así que por ello le trajo a Adán todos los seres vivientes con el fin de probarlo. Adán, conforme a su sabiduría, le puso a cada ser creado su nombre, pero no vio nada que fuera lo suficientemente bueno para complementarlo. Él no encontró su ayuda idónea entre los seres creados. Ninguno de ellos era apto para complementarlo, porque ninguno de ellos procedía de él. Todos ellos estaban fuera de Adán. Así que, Dios hizo que Adán durmiera, sacó una costilla de su costado y de esa costilla edificó una esposa para Adán. Cuando Adán despertó, miró a Eva y dijo: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos, / y carne de mi carne” (Gn. 2:23). Así pues, Adán encontró una esposa que lo complementó, y los dos llegaron a ser una sola carne, un solo cuerpo.

  En todo el universo hay miles de cosas creadas por Dios. Es como si Dios trajera todas estas cosas a Su Hijo, Cristo, y Cristo dijera: “Nada es lo suficientemente bueno para complementarme. Tengo que ir a la cruz y ser quebrantado por Dios”. Cuando Él estaba siendo clavado en la cruz y siendo quebrantado, de Su costado brotó sangre y agua (Jn. 19:34). La sangre redime y el agua imparte vida. Por un lado, Él nos redime con Su sangre y, por otro, nos genera, es decir, nos da vida.

  El hueso que fue extraído de Adán representa la vida de resurrección de Cristo, una vida que es capaz de soportar cualquier oposición o ataque. En la cruz ninguno de los huesos del Señor fue quebrantado (v. 36). Su carne, la cual tipifica la naturaleza humana, fue quebrantada; pero Su hueso, que tipifica la vida divina, la vida de resurrección, jamás podía ser quebrantado. Es a partir de esta vida de resurrección, de este hueso, que la iglesia llega a existir. La vida de resurrección de Cristo llega a ser la iglesia, así como el hueso de Adán llegó a ser su esposa. La iglesia es algo producido a partir de la vida de resurrección, la vida divina, la vida eterna, la vida increada de Cristo.

  La iglesia no es de la vieja creación. La iglesia procede del Cristo crucificado y resucitado. La iglesia es algo que procede de Cristo mismo. La vida de resurrección nos ha sido impartida. Dentro de nosotros hay una parte de Cristo, y esa parte es también una parte de la iglesia de Cristo. Cuando juntamos todas estas partes de Cristo que están en los verdaderos creyentes, el resultado es la iglesia. La iglesia es algo que procede de Cristo, es una parte de Cristo, el aumento de Cristo, la pareja de Cristo que lo complementa.

  La iglesia debe ser como Cristo porque ella es una parte de Cristo. Tenemos que entender, a la luz de esta revelación, que la iglesia es nada menos que Cristo mismo. Todo lo que sea menos que Cristo no puede ser la iglesia. La iglesia es una parte de Cristo que crece para ser el Cuerpo que lo complementa a Él. Ninguna de las cosas de la vieja creación, por buena que sea, puede añadirse a la iglesia, pues es ajena a ella. Ninguno de nosotros tiene el derecho de introducir en la iglesia nada que no sea Cristo. La verdadera iglesia es algo de Cristo, una parte de Cristo.

  Esta visión nos regulará y nos guardará de introducir en la iglesia cualquier cosa que no sea Cristo. Cada vez que usted vaya a sugerir algo o a traer algo a la iglesia, debe preguntarse delante del Señor: “¿Es esto algo de Cristo? ¿Es esto parte de Cristo?”. Si no lo es, debe olvidarse de ello. Esto es crucial. La iglesia ha sido corrompida y dividida por elementos extraños. Muchas cosas extrañas que fueron introducidas en la iglesia la han perjudicado y dañado, e incluso la han dejado incorpórea.

  Ningún elemento extraño ni inorgánico puede ser puesto en nuestro cuerpo físico, pues esto lo dañará; sin embargo, esto es lo que muchos han hecho a la iglesia. La iglesia es algo que procede de Cristo y es parte de Cristo. Ninguno de nosotros tiene el derecho de introducir en el Cuerpo de Cristo nada que no sea Cristo o que sea menos que Él. Si intentamos introducir cualquier cosa extraña en el Cuerpo de Cristo, esto perjudicará, aniquilará y dividirá a la iglesia.

  Necesitamos traer al Cristo que es el suministro de vida, el alimento, a fin de alimentar a los miembros del Cuerpo para el crecimiento, la edificación, del Cuerpo. La iglesia crecerá en vida al alimentarse de Cristo. La iglesia es absolutamente algo que procede de Cristo, pues es parte de Cristo y, como tal, ella es el aumento de Cristo, la pareja, la novia, la esposa que se casará con Cristo. Debemos orar pidiéndole al Señor que nos muestre el pensamiento central de Dios y cómo la iglesia llega a existir. Si hemos de permitirle al Señor recobrar Su testimonio, es preciso que veamos todas estas cosas en el espíritu.

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