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Mensajes del libro «Práctica de las reuniones de grupo, La»
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CAPÍTULO SIETE

ENSEÑAR EN LAS REUNIONES DE GRUPO

LA COMUNIÓN EN LAS REUNIONES DE GRUPO

  El propósito y meta de las reuniones de grupo es que los santos sean perfeccionados al enseñarse mutuamente, y la mejor manera de llevar a cabo tal enseñanza es hacer y contestar las preguntas apropiadas. Sin embargo, es mejor comenzar las reuniones de grupo con comunión, intercesión, cuidado mutuo y pastoreo; éstos constituyen el fundamento de las reuniones de grupo. Para edificar alguna cosa, primero se necesita echar el cimiento. Para poder enseñarnos unos a otros, primero necesitamos conocernos unos a otros. Cuando las personas se conocen, hay un sentimiento agradable entre ellas; sus corazones son abiertos y ablandados. Si se invita a alguien que no conozca a los hermanos y hermanas para que les hable, tal vez reciban lo que él diga, pero su palabra no será muy íntima ni muy eficaz. Los santos no se sentirán a gusto con el orador. Tal falta de intimidad estorbará el hablar mutuo y la comprensión mutua de la reunión. Así que, cada vez que nos reunamos para tener una reunión de grupo, debemos acogernos los unos a los otros y sentirnos en familia otra vez. Luego los santos estarán preparados para enseñarse mutuamente. Tendrán una actitud abierta, y no habrá incomodidad ni frustración con respecto al hablar mutuo y la comprensión mutua. Es por esto que se necesita tal fundamento en cada reunión de grupo.

  En las reuniones de grupo, no debemos descuidar la comunión con respecto a la situación personal de los santos; sin embargo, tampoco debemos poner gran énfasis en tal comunión. Un énfasis exagerado en tal comunión dañará la reunión. Cuando venimos a las reuniones de grupo, debemos abrir nuestro ser y darnos a conocer los unos a los otros, pero al hacer eso existe el riesgo de ir al extremo. Si vamos demasiado lejos en nuestra comunión, traeremos soltura. Cuando abrimos nuestro ser, no debemos hacerlo sin restricción. Debemos aprender la manera correcta de abrir nuestro ser y al mismo tiempo no usar una gran parte de la reunión para este propósito. Puesto que no somos más que una de las muchas personas en la reunión, debemos controlarnos y sólo usar un tiempo breve para hablar de nosotros mismos.

HACER PREGUNTAS PROVECHOSAS EN LAS REUNIONES DE GRUPO

  Al hacer preguntas en las reuniones de grupo, necesitamos considerar si el tema de nuestras preguntas es de provecho para todos los santos. Debemos evitar hacer preguntas que sean peculiares. Si se hace una pregunta peculiar en una reunión de grupo; por ejemplo, si alguien pregunta cuándo los hombres comenzaron a tener diferentes colores de piel, no debemos contestarla, sino que debemos orar y buscar la manera apropiada de cambiar la dirección del hablar para que siga una línea más provechosa. Hay muchas cosas que no entendemos, incluso respecto a nosotros mismos. Deuteronomio 29:29 dice: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová, nuestro Dios”. El Señor mantiene muchas cosas escondidas de nosotros y nos permite saber sólo las cosas que nos son de provecho. Nuestras preguntas deben abarcar asuntos que sean de provecho, tales como las verdades en Romanos 8. Las verdades que se revelan en este capítulo son profundas y, hasta cierto punto, misteriosas, pero son lógicas y de mucho provecho.

  La vieja manera de reunirse mantenía a todos en una condición muerta y regulada; por lo general, esto impedía que sucedieran cosas peculiares en las reuniones. No obstante, para las reuniones de grupo en la nueva manera debemos ser liberados. Debemos estar libres y no atados. Cuando una reunión de grupo llega a ser prevaleciente, todos los que están allí serán libres; pero esto puede abrir la puerta para que ciertas cosas peculiares entren. Así que, en las reuniones de grupo no debemos sentirnos atados, pero tampoco debemos ser libres sin limitación.

NUESTRA NECESIDAD DE APRENDER

Necesitamos leer la Biblia

  El aspecto más valioso y también el más difícil de las reuniones de grupo es enseñar al hacer preguntas y contestarlas. Cuando contestamos preguntas en las reuniones de grupo, necesitamos considerarlas mucho y contestarlas con las mejores palabras y en la manera más excelente. Pablo dijo: “Procurad sobresalir en la edificación de la iglesia” (1 Co. 14:12). Debemos buscar el don sobresaliente, de modo que todo lo que tengamos sea muy excelente para la edificación de la iglesia. Por lo tanto, todos necesitamos aprender la verdad, y para esto todos debemos estudiar la Biblia. Cuando el hermano Nee era un estudiante, decidió leer todo el Nuevo Testamento cada semana por un año. Dondequiera que iba, llevaba un Nuevo Testamento y a cada momento leía una porción pequeña. Más tarde dijo que ese año que pasó leyendo el Nuevo Testamento fue el tiempo más provechoso de su vida con respecto a conocer la Biblia.

  Al explicar cualquier libro de la Biblia, incluso un libro como Daniel, el cual contiene muchas profecías, mi carga principal es hablar de Cristo y Su salvación, y de nuestro disfrute de Cristo y Su salvación. No obstante, es difícil ver tales asuntos en un libro sin leerlo varias veces y estudiarlo a fondo. Todos necesitamos un estudio concienzudo y continuo de la Palabra, año tras año. Aun si tenemos cierto entendimiento de un libro de la Biblia, con todo y eso, debemos leerlo una y otra vez. Muchos de nosotros tenemos un buen entendimiento del libro de Romanos, pero si lo volviéramos a leer una vez por semana durante tres semanas, nuestra comprensión del libro se haría sólida y totalmente clara. Es bueno leer toda la Biblia una vez al año. Al menos podemos terminar el Nuevo Testamento una vez al año y leer el Antiguo Testamento cada dos o tres años. Para leer el Nuevo Testamento una vez al año y el Antiguo Testamento una vez cada tres años, sólo se requiere que leamos un capítulo del Nuevo Testamento y uno del Antiguo Testamento cada día. A fin de leer la Biblia de esta manera, necesitamos leerla rápidamente, tomando sólo unos cuantos minutos para leer cada capítulo. Si llevamos con nosotros una Biblia de bolsillo, podemos tomar algunos minutos de nuestro almuerzo para terminar uno o más capítulos. En esta clase de lectura rápida, no es necesario considerar, meditar ni detenernos en los versículos como lo hacemos durante la vigilia matutina. Si durante nuestra lectura rápida no entendemos ciertos pasajes de la Palabra, no tenemos que preocuparnos; tal vez entenderemos estas porciones cuando las leamos por segunda vez, o tal vez después de leerlas en otras ocasiones.

Necesitamos tener libros de referencia y escritos espirituales adecuados

  Leer la Palabra de Dios de esta manera no significa que debemos leer sin ayuda de los libros de referencia. Sin las referencias adecuadas, es difícil entender la Biblia. No podemos comprender la Biblia sólo con nuestro propio entendimiento. Frecuentemente encontramos una palabra que no entendemos debidamente. En lugar de depender de nuestra propia consideración para determinar la denotación correcta de la palabra, debemos consultar con los libros de referencia adecuados.

  Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros”. Necesitamos dejar que la palabra de Cristo, la Biblia, more ricamente en nosotros. Al mismo tiempo, también debemos leer los escritos espirituales adecuados. En el recobro del Señor, hay muchas publicaciones dignas de consideración. Varios libros buenos también han sido escritos por otros escritores durante los últimos diecinueve siglos. El hermano Nee tomó la iniciativa de leer muchos de estos libros y puso una buena base para que nosotros conociéramos los mejores. Después del hermano Nee, continuamos leyendo los escritos apropiados y ahora tenemos un entendimiento acertado de cuáles libros son los más provechosos.

  Para ser personas apropiadas en la sociedad, debemos ser educados por muchos años. Necesitamos estudiar aproximadamente diecisiete años para recibir una licenciatura. Para recibir uno o dos títulos más avanzados, se requiere dos o seis años de estudio adicional. Esto no es un desperdicio de nuestro tiempo. Si no estudiamos por el número de años que se requiere, nuestra educación no será suficiente; es lo mismo en la vida espiritual. Mi intención al establecer el Entrenamiento de Tiempo Completo no es enseñar a la gente cierta colección de creencias y prácticas como lo hacen los seminarios de las denominaciones; es ayudar a los santos a conocer la vida y a tener el conocimiento adecuado de la santa Palabra. A fin de tener el conocimiento adecuado, debemos leer la Biblia, las publicaciones en el recobro del Señor y los escritos espirituales adecuados de otros. Al hacer esto recibiremos ayuda, seremos edificados y estaremos equipados, no sólo en la vida, sino también en la verdad. Entonces, nuestra presencia en las reuniones de grupo será de gran provecho.

Contestar preguntas conforme a lo que hemos aprendido

  En una reunión de grupo, durante la enseñanza tal vez alguien haga una pregunta importante, tal como: “¿Cuál es el punto más crucial de la Biblia?”. Debemos prestar toda nuestra atención a tal clase de pregunta y contestarla de una manera todo-inclusiva. Tal vez un hermano diga: “Toda la Biblia nos revela que el Dios Triuno, después de ser procesado, ha llegado a ser vida para el hombre tripartito con miras al cumplimiento de Su economía eterna con respecto a la iglesia”. Esta respuesta abarca toda la Biblia. Requiere mucha explicación, así que un segundo hermano puede explicar cómo el Dios Triuno pasó por un proceso; un tercero puede hablar acerca de lo que significa que Dios llegue a ser vida para el hombre, y un cuarto hermano puede dar una palabra acerca del hombre tripartito. Luego un quinto hermano puede decir algo sobre la economía eterna de Dios, un sexto hermano puede hablar de la iglesia como el Cuerpo de Aquel que todo lo llena en todo, y un séptimo hermano puede hablar acerca del cumplimiento de la economía eterna de Dios. De esta manera, la primera respuesta puede ser seguida por seis o siete enseñanzas. Después de esto, muchas otras porciones más pequeñas pueden darse como parte de tal enseñanza combinada. Si la enseñanza en una reunión de grupo llega a este nivel, la iglesia de esa localidad será fuerte y elevada. Sin embargo, para contestar una pregunta así, se requiere que hayamos leído mucho las Escrituras y las publicaciones espirituales apropiadas y que hayamos recibido revelaciones divinas.

  Puede ser que se hagan otras preguntas que restringen la comunión de la reunión en lugar de liberarla. Por ejemplo, en una reunión de grupo tal vez una hermana pregunte qué significa cubrirse la cabeza. Tal pregunta no es de rechazarse, pero hay que contestarla de una manera que convierta un tema “frío” tal como el cubrirse la cabeza, en un tema “cálido”. Cuánto éxito tengamos al hacer esto depende de nuestra habilidad, la cual proviene de nuestra capacidad. Si hemos estudiado la Biblia y las publicaciones adecuadas, podemos convertir un tema “duro” en un tema “suave”. Al contestar una pregunta acerca de cubrirse la cabeza, no debemos hablar meramente acerca de que una hermana se cubra la cabeza. Más bien, podemos comenzar diciendo: “Hermana, ésta es una buena pregunta, porque tiene que ver con Dios como nuestra cabeza”. Tal palabra, hablada en un tono agradable, “avivará” la reunión. Luego podemos pasar a hablar desde varios ángulos con respecto a estar sujetos a Dios.

NECESITAMOS PROGRESAR Y AVANZAR

  Por mucho que podamos hacer en las reuniones de grupo, muchas veces nos parece que somos inadecuados. Esto indica que todos necesitamos mucho aprendizaje. En la vieja manera, nos reuníamos todo el año sin mejorar mucho. Las reuniones eran reiterativas y poco interesantes, además estaban llenas de vejez y carecían de frescura. En las reuniones de grupo en la nueva manera, no debe ser así. En cada reunión debe haber algo nuevo. Sin embargo, no debemos depender de que todos los que asisten a las reuniones de grupo produzcan algo nuevo. Entre diez personas que asisten, tal vez sólo haya uno o dos que puedan hacer que el ambiente sea elevado y refrescante. Debemos ser tales personas. Para esto no sólo necesitamos el conocimiento adecuado, sino también la experiencia y la manera más excelente de presentar lo que tenemos. Esto significa que debemos aprender.

  No me gusta ver que las iglesias siempre permanezcan iguales. Necesitamos progresar y necesitamos avanzar. Necesitamos avanzar en conocimiento y necesitamos avanzar en la manera de presentar lo que tenemos. No debemos decirle a la gente que hemos tomado la nueva manera, y no obstante permanecer igual. Con respecto a la vida, Pablo dijo: “Así también nosotros andemos en novedad de vida” (Ro. 6:4), y con respecto al servicio él dijo: “De modo que sirvamos [como esclavos] en la novedad del espíritu” (Ro. 7:6).

  Es fácil ser cristianos en la manera vieja y tradicional. En la vieja manera no se requiere ni se exige mucho, pero en la nueva manera hay una gran exigencia. No obstante, no debemos preocuparnos por ello. Si no pudiéramos satisfacer las exigencias, el Señor no lo requeriría de nosotros. El hecho de que Él requiere algo de nosotros y que nos exhorta a hacerlo, indica que Él también lo llevará a cabo (1 Ts. 5:24). Hemos visto los resultados positivos de la nueva manera, pero todavía se debe mejorar mucho más.

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