Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Preguntas sobre el evangelio»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

PREGUNTA VEINTIOCHO

JUAN 19:30 Y COLOSENSES 1:24

  En Juan 19:30 dice: “Consumado es”, y Colosenses 1:24 dice: “Completo ... lo que falta de las aflicciones de Cristo” ¿A qué se refiere “consumado es” y a qué alude “lo que falta?”

RESPUESTA

  A primera vista, parece que estos versículos se contradicen, pero si los leemos con detenimiento, notaremos la diferencia.

  En Juan 19:30 la expresión “consumado es” se refiere a la redención que llevó a cabo el Señor Jesús, al castigo que recibió en la cruz y al castigo de Dios que tuvo que sufrir por los pecados. La palabra aflicciones a veces se traduce como “penas” o “tribulaciones”. En Colosenses 1:24 las “aflicciones” se refieren a las aflicciones humanas ya que nadie puede participar de las aflicciones que Cristo recibió de la mano de Dios, las cuales ya se cumplieron. Pero al mismo tiempo, todavía faltan las aflicciones que Cristo padeció a manos de los hombres, las cuales todos los creyentes deben cumplir.

  Aunque la obra de redención ya se llevó a cabo, muchos creyentes no la entienden claramente; algunos piensan que por su buen comportamiento van a ir al cielo y se sienten tranquilos, pero si no se comportan bien, ya pierden esta confianza y piensan que difícilmente llegarán al cielo. ¡Cuán equivocados están! Supongamos que el ladrón que estaba al lado del Señor en la cruz no murió después de haber creído en El sino que vivió muchos años y trabajó diez veces más que Pablo, amó diez veces más que Juan y salvó diez veces más personas que Pedro. ¿Harán todas estas obras alguna diferencia en el hecho de que él fuera al cielo, en comparación con el día de su crucifixión? ¿Lo harán más merecedor del cielo? Quienes conocen la gracia de Dios saben que todos los requisitos para que el hombre vaya al cielo fueron cumplidos por el Señor y que nadie es más ni menos digno de ir al cielo. Cristo realizó la obra de redención; nadie puede añadir nada a Su obra, y aunque una persona sea muy santa, su acceso al cielo se basa en lo que Cristo hizo por ella cuando El dijo: “Consumado es”.

  Pero no nos desviemos pensando que los creyentes no pueden pecar. No, rotundamente no. Si un creyente salvo no tiene un buen comportamiento, no queda descalificado para ir al cielo, pero no podrá entrar en el reino. Nuestro comportamiento no tiene nada que ver con la entrada al cielo y aun Dios mismo no cambia este hecho. Ya fuimos juzgados y morimos porque el Señor fue clavado en la cruz. Dios no puede ser injusto; así que al aceptar la muerte de Cristo como nuestra, no nos puede juzgar ni condenar nuevamente. Ya lo cumplió todo, y éste hecho es inmutable. Pero si pecamos, seremos privados de la gloria del reino.

  Hay dos pasajes en Romanos que hablan específicamente de la gloria de Dios. Uno dice: “Porque todos han pecado, y carecen de la gloria de Dios” (3:23). Y el otro: “Por medio del cual también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos por la esperanza de la gloria de Dios” (5:2). Estamos privados de la gloria de Dios a causa de nuestros pecados, pero nos regocijamos en la esperanza de esa gloria por la sangre. No importa en qué pecado hayamos incurrido, la sangre nos lava y limpia. Debido a la muerte de Cristo, podemos “gloriarnos por la esperanza de la gloria de Dios”.

  La obra redentora de Cristo ya se cumplió, pero todavía faltan las aflicciones de Cristo. El obtuvo la redención, pero no todos están conscientes de ello. Hay muchos que todavía no saben que la redención ya se efectuó; por eso les debemos decir lo que Cristo realizó. Cristo sólo predicó el evangelio a las personas con quienes se encontró, y Su predicación se limitó a esa generación, pero faltan todavía Sus aflicciones entre la humanidad; es por eso que debemos predicar hoy, y cuando lo hagamos inevitablemente tendremos aflicciones. Al predicar el evangelio arriesgamos nuestro prestigio, pues aun la simple distribución de volantes nos da vergüenza, pero es necesario afrontar esto. Cristo efectuó la redención pero falta predicar sobre Su obra. Así que, salgamos a predicar.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración