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Mensajes del libro «Preguntas sobre el evangelio»
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PREGUNTA CUARENTA Y SEIS

HEBREOS 6:4-8

  ¿Perecerán las personas a las que alude Hebreos 6:4-8?

RESPUESTA

  En Hebreos 6:1-8 leemos: “Por tanto, dejando ya la palabra de los comienzos de Cristo, vayamos adelante a la madurez; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe en Dios, de la enseñanza de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a la ignominia. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos para los cuales es labrada, participa de la bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada”. Algunas personas después de leer los versículos del 6 al 8 concluyen que las personas a las que hace referencia este pasaje no pueden ser salvas. Los versículos 4 y 5 dicen que estos hombres “una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero”. En estos versículos se mencionan cuatro hechos: (1) una vez fueron iluminados, (2) gustaron del don celestial, (3) fueron partícipes del Espíritu Santo y (4) gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero. Si una persona ha experimentado estas cuatro cosas y cae, “es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada” (v. 8). Otros, basándose en este versículo especulan diciendo que el fin de tales es la perdición. Si así fuera el caso, significaría que aunque uno es salvo y ha obtenido la vida eterna, es posible perderla. ¿Cómo entonces, explicamos esto?

  Debemos entender claramente de qué habla el libro de Hebreos. Aquí habla acerca de ir adelante. Este progreso abarca dos áreas. En primer lugar, los creyentes deben avanzar, y segundo, uno que enseña también debe avanzar. Los cristianos deben aumentar su conocimiento acerca del Señor y deben avanzar; del mismo modo, aquel que enseña lo debe de hacer de una manera progresiva y no quedarse en el tema de la salvación todo el año, sino que debe pasar a verdades más profundas.

  La cumbre de este progreso descrito en Hebreos se halla en los capítulos cinco y seis. En el capítulo cinco, el escritor, hablando de Melquisedec, dice: “Acerca de El tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír” (v. 11). Ellos debían haber crecido, pero lamentablemente, eran niños viejos; debían haber comido alimento sólido y comprender la palabra de justicia, pero todavía necesitaban leche. El capítulo seis se dirige a los que enseñan, quienes también debían haber progresado y no limitarse a estas seis doctrinas: el arrepentimiento de obras muertas, la fe en Dios, la enseñanza de bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno; debían ya enseñar otros temas. Podemos ver con esto que Hebreos 6:1-8 no habla de la salvación, sino del avance espiritual. Por lo tanto, el enfoque del libro de Hebreos es el progreso, no la salvación. Así que no podemos hablar claramente sobre él, si desconocemos su tema central.

  Algunos cristianos no prestan la debida atención a la verdad sobre la iglesia y el reino. Fijan la vista exclusivamente en la salvación y sólo se centran en este tema, pero la Biblia habla no sólo de la salvación, sino también de muchas otras cosas.

  Debemos mantenernos en el contexto de Hebreos para pasar a 6:1-8. Este pasaje puede dividirse en tres secciones: (1) los versículos del 1 al 3 forman la primera sección bajo el título de “No es necesario”; (2) los versículos del 4 al 6 constituyen la segunda sección bajo el título de “Es imposible”; y (3) los versículos 7 y 8 conforman la tercera sección bajo el título de “No se debe”.

1. No es necesario

  Los seis asuntos innecesarios son: (1) el arrepentimiento de obras muertas, (2) la fe en Dios, (3) la enseñanza de diversos bautismos, (4) la imposición de manos, (5) la resurrección de los muertos y (6) el juicio eterno. Se nos ha dicho que no necesitamos echar otro fundamento. Todos estos asuntos son enseñanzas fundamentales y una vez que se ha echado el fundamento, no hay necesidad alguna de volverlo a poner. Cuando se construye una casa, no se echan los cimientos como un fin en sí mismo, sino para levantar algo sobre ellos.

2. No se puede

  La expresión “una vez” del versículo 4 denota un hecho cumplido. La expresión “otra vez” en la frase “sean otra vez renovados para arrepentimiento” (v. 6) significa lo mismo en griego que la que aparece en “no echando otra vez el fundamento” (v. 1). En griego el término “dejando” del versículo 1 tiene el mismo sentido que “recayeron”. La conjunción “y” de los versículos 4 y 5 une los cuatro temas principales así: “una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial y fueron partícipes del Espíritu Santo y gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero. Si alguien ha experimentado estos cuatro asuntos, es imposible que renueve su arrepentimiento simplemente por haber caído una vez. Es imposible que crucifique al Hijo de Dios nuevamente y le exponga a ignominia aun si lo desease. Si una persona cae, no significa esto que haya abandonado el curso original que estaba siguiendo; su rumbo todavía es correcto; por lo tanto, no tiene que convertirse otra vez; no puede crucificar al Hijo de Dios nuevamente ni exponerlo a ignominia.

  El escritor de la epístola a los Hebreos les dice en los versículos del 1 al 3 que no echen otro fundamento. Sin embargo, alguno entre los hebreos pudo haber respondido: “Si alguno está en la condición que se menciona en los versículos del 4 al 6 y resbala o cae, ¿no debe echar otro fundamento? ¿No debe esta persona renovar su arrepentimiento?” Pablo les explica que aunque la persona se encuentre en la condición mencionada en dichos versículos y peca, no podrá renovar su arrepentimiento.

  Este pasaje usa dos veces la expresión “otra vez”, una en el versículo 1: “No echando otra vez el fundamento”, y la otra en el versículo 6: “Sean otra vez renovados para arrepentimiento”. De las seis verdades fundamentales, la primera es el arrepentimiento. En la primera sección, el escritor dice que no hay que echar otra vez el fundamento y en la segunda sección les dice que si alguien cae, no puede otra vez renovar su arrepentimiento ni echar nuevamente el fundamento.

  ¿Es posible que nazcamos de nuevo y perdamos esa vida? ¿Es posible volver a nacer volviéndonos a arrepentir? El arrepentimiento del versículo 6 es el mismo del versículo 1, el cual es un arrepentimiento básico. No significa que uno no se pueda arrepentir de nuevo, sino que no puede regresar al estado de echar nuevamente el fundamento que fue echado por el arrepentimiento. Esto es crucial. Nótese la expresión “otra vez” en relación con arrepentimiento y con echar otra vez el fundamento del arrepentimiento. No sólo no es necesario echar otro cimiento por el arrepentimiento, sino que es imposible hacerlo.

  Este pasaje dice que quien ha recibido tantas bondades del Señor y cae, no necesita arrepentirse otra vez y echar otro fundamento. Sólo nacemos de nuevo una sola vez; uno no tiene que volver a empezar desde el comienzo si se resbala en el camino; sin embargo, muchos piensan que si caen, deben empezar de nuevo, lo cual es un concepto equivocado.

3. No se debe

  Los versículos del 1 al 3 denotan que no es necesario; los versículos del 4 al 6 expresan que es imposible, y los versículos 7 y 8 indican que no se debe. Esto muestra que no debemos reiteradas veces, ni debemos pecar como si expusiéramos al Hijo de Dios a la ignominia crucificándole nuevamente. Si lo hacemos, seremos castigados; por lo tanto, no debemos hacer esto.

  Algunos piensan que si una persona peca después de ser salva, pierde la salvación. Otros creen que una persona salva jamás será castigada aunque continúe pecando. Ambos conceptos están errados. Dios desea que la persona salva crezca. Devolverse para echar otro cimiento después de que un hombre cae es igual que pedir que los padres de una persona la vuelvan a engendrar simplemente porque ésta se ha portado mal. ¿Qué le sucede a la persona que continúa en el mal y se envuelve en lo que menciona el versículo 6? Obtendrá los siguientes resultados: será reprobado, estará próximo a ser maldecido y a ser quemado.

A. Reprobado

  La palabra “reprobado” también aparece en 1 Corintios 9:27. Pablo dijo que él golpeaba su cuerpo y lo sometía a servidumbre para que, habiendo predicado a otros, no llegara él mismo a ser reprobado. Todos sabemos que Pablo era salvo, pero él temía perder la corona y no entrar al reino.

  ¿Qué significa ser reprobado por Dios? Por ejemplo una bicicleta recién comprada está en perfecto estado y es útil, pero al dañarse y oxidarse con el tiempo, queda inservible. No quiere decir que la bicicleta dejó de existir, sino que es reprobada y desechada por no servir. Cuando Dios nos reprueba, ello no significa que no tengamos vida eterna y que no seamos salvos; simplemente quiere decir que Dios nos ha puesto a un lado y no le somos útiles. El castigo que Dios inflige al creyente que peca consiste en excluirlo de la gloria y echarlo a las tinieblas de afuera para que no tenga ninguna porción en el reino. A esto se refiere Mateo 25:30.

B. Estar próximo a ser maldecido

  Estar próximo a ser maldecido no significa ser maldito. Estar próximo a ser maldecido es sentirse bajo maldición, no es ser maldito. Este versículo no habla ni del grado ni de las clases de castigo sino de que los creyentes y los incrédulos serán castigados, y por eso se usa la expresión “estar próximo a ser maldecido”.

  Por lo tanto, debemos tener mucho cuidado. No piense que no importa que tan mal se conduzca un creyente, ya que no será castigado. Debemos recordar que “estar próximo a ser maldecido” quiere decir que habrá un castigo.

C. Su fin es el ser quemado

  Este es el fuego que se menciona en 1 Corintios 3:15. El fuego de Dios consumirá toda la conducta y las acciones de la persona a la que alude ese pasaje. Este hombre es como un cesto de basura vivo en donde se hallan muchas inmundicias escondidas que sólo pueden ser purificadas pasando por fuego.

  Así que, por un lado, nos regocijamos, y por otro, nos debe servir de advertencia. Somos salvos, pero si no hacemos el bien, seremos castigados. Aunque este castigo no es eterno, no participaremos del reino milenario.

  Resumamos, entonces, lo anterior. Hebreos 6:1-3 nos dice que no necesitamos echar otra vez el fundamento; los versículos del 4 al 6 dicen que no podemos hacer tal cosa. Un creyente debe levantarse desde donde ha caído y no puede renovar su arrepentimiento. Los versículos 7 y 8 muestran que no está bien que hagamos el mal. Si la persona persiste en hacer el mal, definitivamente será castigada.

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