
Lectura bíblica: Ap. 11:18a, 18e; 14:8; 17:1-6, 15-16; 17:11-14; 19:11-21; 16:19b; 18:1—19:5; 20:1-3; 14:6-7, 9-11; Mt. 25:31-33, 41-46a; Ap. 20:7-10, 12-15; 15:7—16:16; 14:17-20; Is. 63:1-6; 1 Co. 15:52; Ap. 16:17-21
En los primeros tres mensajes de esta serie sobre la profecía de los cuatro “sietes” de la Biblia, vimos los tres primeros “sietes”. Hemos tenido comunión acerca de los siete años de la última de las setenta semanas, los siete sellos, y las siete trompetas. En este mensaje llegamos a la profecía del cuarto “siete”: las siete copas. Hemos visto que las siete trompetas son el contenido del séptimo sello. En este mensaje queremos ver las siete copas, las cuales son la parte principal del contenido negativo de la séptima trompeta.
Siete es el número de compleción en la operación de Dios, tal como los siete días de la creación, los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas para el mover de Dios en la tierra. Los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas se dividen en cuatro y tres. Entre los siete sellos, los primeros cuatro sellos forman un grupo. Como hemos visto, los primeros cuatro sellos son cuatro caballos con sus jinetes, que corren en una carrera. Los cuatro jinetes de los cuatro caballos representan el evangelio, la guerra, el hambre y la muerte. Comienzan a partir de la ascensión de Cristo y continúan por toda la era de la iglesia, hasta el regreso de Cristo. El quinto sello es el clamor de los mártires, el sexto sello es el sacudimiento de la tierra y del cielo, y el séptimo sello es la totalidad del contenido de las siete trompetas.
Las primeras cuatro trompetas también forman un grupo como los primeros cuatro sellos. La primera trompeta es el juicio sobre la tierra, la segunda es el juicio sobre el mar, la tercera es el juicio sobre los ríos, y la cuarta es el juicio sobre el sol, la luna y las estrellas. Las tres últimas trompetas son los tres ayes, los ayes de la gran tribulación. La quinta trompeta es el primer ay como juicio sobre los hombres (en el cual Satanás y el anticristo colaboran para atormentar a los hombres). La sexta trompeta es el segundo ay como juicio adicional sobre los hombres (en el cual doscientos millones de soldados de caballería matan a la tercera parte de los hombres). La séptima trompeta es la conclusión de la economía eterna del Dios Triuno procesado. Antes de las siete trompetas, ya había tenido lugar un juicio sobre la tierra y sobre los cuerpos celestes en el sexto sello. El alcance del daño que ese juicio efectuó no fue tan definitivo como el daño de las primeras cuatro trompetas.
En la séptima trompeta, habrá más juicios sobre la tierra, el mar, los ríos y el sol por medio de las siete copas (Ap. 16:1-21). Estos serán los juicios más severos que Dios realizará contra la tierra y el cielo. Igual que los siete sellos y las siete trompetas, las siete copas también se dividen en cuatro y tres. Las primeras cuatro copas son las calamidades sobrenaturales más severas. Por lo tanto, las calamidades sobrenaturales en este universo se repetirán tres veces. La primera vez será en el sexto sello, la segunda vez en las primeras cuatro trompetas y la tercera vez en las primeras cuatro copas.
La séptima trompeta tiene un contenido tanto positivo como negativo. El contenido positivo es la terminación del misterio de Dios, según Dios anunció las buenas nuevas a Sus propios esclavos los profetas (10:7), la venida del reino eterno de Dios y de Cristo, en el cual El reinará por los siglos de los siglos (11:15-17), la entrega de la recompensa a los profetas, a los santos y a los que temen a Dios, en el tribunal de Cristo (v. 18), las bodas del Cordero (19:7-9), el reino de mil años (20:4-6), y el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén (21:1—22:5). Ahora queremos ver el contenido negativo de la séptima trompeta.
La séptima trompeta como el tercer ay incluye las siete copas. El contenido negativo de la séptima trompeta consiste de la venida de la ira de Dios debido a que las naciones se airaron (Ap. 11:18a).
El contenido negativo de la séptima trompeta también incluye la destrucción de aquellos que destruyen la tierra (v. 18e).
La destrucción de aquellos que destruyen la tierra incluye la destrucción del anticristo, de su falso profeta, de los diez reyes y de sus ejércitos, en la batalla de Armagedón. Después de mencionar la caída de la Babilonia religiosa, Apocalipsis 14 menciona la advertencia contra la adoración del anticristo en la gran tribulación (vs. 9-12), la bendición de los mártires durante la gran tribulación (v. 13), la siega de los creyentes casi al final de la gran tribulación (vs. 14-16), y la siega de las uvas (los malhechores) al final de la gran tribulación (vs. 17-20). Esto será el gran lagar, la batalla de Armagedón, donde el anticristo, el falso profeta, los diez reyes, y sus ejércitos serán destruidos (16:13-16; 17:11-14; 19:11-21). Estos son todos los destructores de la tierra. En la batalla de Armagedón, ellos serán destruidos por Cristo.
La destrucción de la Babilonia física, Babilonia la grande —la ciudad de Roma— vendrá al final de la gran tribulación (Ap. 16:19b; 18:1—19:5). Esta destrucción tendrá lugar en el tiempo de la séptima copa. Apocalipsis 16:19 dice: “Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira”. Debido al gran terremoto de la séptima copa, la gran ciudad, Jerusalén, se dividirá en tres partes. Además, la ciudad de Roma será recordada delante de Dios para ser destruida totalmente.
La destrucción de aquellos que destruyen la tierra incluye la atadura y el encarcelamiento de Satanás en el abismo por mil años (20:1-3). Esto sucederá después de que el anticristo y el falso profeta sean derrotados y lanzados en el lago de fuego (19:19-21).
También sucederá el lanzamiento al lago de fuego de los “cabritos”, aquellos que adoran al anticristo y que no reciben el evangelio eterno (14:6-7, 9-11; Mt. 25:31-33, 41-46a). Después de la destrucción del anticristo y el encarcelamiento de Satanás, las naciones que se queden en la tierra serán juzgadas ante el trono de gloria de Cristo. Cristo las juzgará, no según la ley de Moisés ni el evangelio de Cristo, sino según el evangelio eterno. El evangelio eterno consiste en temer y adorar a Dios y no seguir al anticristo. Las naciones que reciben este evangelio y que tratan bien al pueblo de Dios durante la época de la gran tribulación, serán consideradas como “ovejas”. Entrarán en el reino de mil años para ser sus ciudadanos. Aquellos que siguen y adoran al anticristo y que no tratan bien al pueblo de Dios durante la gran tribulación serán considerados como “cabritos”. A éstos Cristo los lanzará en el lago de fuego. También son considerados como aquellos que destruyen la tierra.
La destrucción de aquellos que destruyen la tierra también incluye la quema de aquellos que se unen en la última rebelión de la humanidad (Ap. 20:7-9). La última rebelión de la humanidad será instigada por Satanás, el enemigo de Dios, después del milenio. Fuego descenderá del cielo y devorará a estos rebeldes.
Luego sucederá el lanzamiento de Satanás al lago de fuego (v. 10). Satanás es atado y encarcelado mil años en el abismo. Luego después de los mil años, será suelto de su prisión (v. 7) para engañar a las naciones de modo que se rebelen contra Dios. Estos rebeldes serán juzgados, y entonces Satanás será lanzado en el lago de fuego para estar con el anticristo y el falso profeta, los cuales hace mil años fueron lanzados allí (19:20).
Finalmente sucederá el lanzamiento de los incrédulos y los demonios al lago de fuego (20:12-15). Dios utiliza Sus juicios con todas las plagas y calamidades para barrer, para limpiar, el universo que ha sido contaminado. Toda la basura, las cosas inmundas, irán al lago de fuego. El lago de fuego es el “basurero” del universo. Después de que los incrédulos y los demonios son lanzados al lago de fuego, la muerte y el Hades serán echados al lago de fuego (v. 14). Entonces el cielo viejo y la tierra vieja pasarán, y habrá cielo nuevo y tierra nueva con la Nueva Jerusalén.
Las siete copas son el tercer ay (11:14), las últimas siete plagas que completarán el furor de Dios (15:1), como el juicio más severo sobre los hombres (15:7—16:1).
Las siete copas son la parte principal del contenido negativo de la séptima trompeta.
Primero, las calamidades sobrenaturales tienen lugar en el sexto sello. Luego las calamidades sobrenaturales intensificadas tienen lugar en las primeras cuatro trompetas. Finalmente, las calamidades sobrenaturales más severas ocurrirán durante las primeras cuatro copas (16:2-9).
La primera copa será una úlcera que vendrá sobre los adoradores del anticristo. Apocalipsis 16:2 dice: “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. En Su furor final, Dios marcará a los rebeldes con una úlcera en su piel porque tienen la marca de la bestia.
Durante la segunda copa, el mar se convertirá en sangre, y toda alma viviente que haya en el mar, morirá. Apocalipsis 16:3 dice: “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar”.
Cuando la tercera copa se derrame, los ríos y las fuentes se convertirán en sangre, y la gente beberá el agua mezclada con sangre (16:4-7).
Cuando se derrame la cuarta copa, el sol quemará a los hombres con fuego, y los hombres serán quemados con gran calor y blasfemarán el nombre de Dios (vs. 8-9).
La quinta copa se derramará sobre el reino del anticristo. Su reino se oscurecerá, y morderán de dolor sus lenguas, y blasfemarán a Dios por sus dolores y sus úlceras (vs. 10-11).
La plaga de la sexta copa se derrama sobre el gran río Eufrates, el cual se secará para que esté preparado el camino de los reyes del oriente (v. 12).
La visión insertada entre la sexta y la séptima copas es la del reunir a los reyes a la batalla en Armagedón (Ap. 16:13-16).
Los reyes son reunidos en Armagedón por medio de los tres espíritus inmundos que vienen de las bocas de Satanás, del anticristo y del falso profeta, la trinidad satánica, espíritus que saldrán para incitar a los reyes de toda la tierra habitada (vs. 13-14). Los tres espíritus inmundos salen para incitar a estos reyes antes de que se derrame la sexta copa. La sexta copa hará que el río Eufrates se seque para preparar el camino de los reyes. Estos reyes tienen que viajar para llegar al Eufrates, así que los tres espíritus inmundos los incitan a venir.
El anticristo y sus ejércitos pelearán contra Cristo y Su ejército (v. 16; 17:12-14; 19:11-19). Cristo y Sus vencedores escogidos, Su ejército, los derrotarán. Esto será la destrucción de aquellos que destruyen la tierra.
Reunir al anticristo, al falso profeta y a los diez reyes con sus ejércitos es reunir las “uvas” en el lagar. La batalla en Armagedón es cuando se pisa el gran lagar del furor de Dios (14:17-20; Is. 63:1-6).
En Apocalipsis 16:15 el Señor les recuerda a los creyentes Su venida como ladrón. Esta advertencia debe de ocurrir antes de la séptima trompeta (1 Co. 15:52).
El derrame de la séptima copa ocasiona el terremoto más intenso que jamás haya ocurrido, y el gran granizo, la plaga sobremanera grande (Ap. 16:17-21).
El gran terremoto hace caer la ciudad de Jerusalén y las ciudades de las naciones (v. 19a).
A la gran Babilonia, la Babilonia física, o sea, la ciudad de Roma, se le dará a beber del cáliz del vino del ardor de la ira de Dios (v. 19b). Roma ha dado el vino del furor de su fornicación a los santos fieles que viven entre las naciones (18:3). Luego como venganza Dios le dará a ella el vino del ardor de Su ira.
Después de haberse derramado la séptima copa con el terremoto más grande, Apocalipsis 16:20 dice: “Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados”.
Apocalipsis 16:21 dice que un enorme granizo cae del cielo sobre los hombres. El peso de cada granizo es de un talento, cerca de 42 kilos, y los hombres blasfeman a Dios porque la plaga es sumamente grande. En medio del derramamiento del enorme granizo, aquellos del imperio del anticristo seguirán blasfemando a Dios. Esto prueba que no tienen la más mínima intención de arrepentirse. Por el contrario, pelearán contra Dios hasta el fin.