Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Reino, El»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPÍTULO DOCE

LOS MISTERIOS DEL REINO

(2)

  Lectura bíblica: Mt. 13:24-33; Gá. 1:15a, 16a; 2:20; 4:19; Ef. 3:17a

LOS ESPINOS

  En el capítulo anterior comenzamos a hablar sobre los misterios del reino según son presentados en Mateo 13. Vimos que el Señor Jesús es tanto el Sembrador como la semilla. Cuando Él sembró, algunas semillas cayeron junto al camino donde el terreno se había endurecido a causa del tráfico del mundo. Otras semillas cayeron en los pedregales donde las piedras escondidas bajo la superficie impidieron su crecimiento. Ahora hablaremos sobre la tercera clase de terreno, el que está lleno de espinos. Debemos recordar que la fuente de los espinos es la serpiente (Gn. 3:18). En Mateo 13:22 el Señor Jesús nos dijo que los espinos representan las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas. Estos espinos ahogan el crecimiento del Señor Jesús, quien fue sembrado en nuestro interior. Todos estamos familiarizados con las preocupaciones de este siglo y con el engaño de las riquezas.

  En los Estados Unidos es fácil ganarse la vida, pero en tales circunstancias abundan las tentaciones. Estas tentaciones surgen a causa de la cooperación que existe entre las cosas modernas y nuestra concupiscencia. Tenemos que ganarnos la vida a fin de seguir existiendo sobre la tierra, y esto no representa problema alguno. Sin embargo, Satanás es muy astuto. Si bien Dios desea que nos ganemos la vida, la sutil estratagema de Satanás es ahogar el crecimiento de Cristo en nuestro ser. Si conocemos los caminos de Dios, estaremos contentos de poder rebajar nuestro nivel de vida antes que elevarlo. Continuamente tendremos la tentación de elevar nuestro nivel de vida y procurar automóviles más cómodos o casas más grandes. Éste es un ciclo interminable de esclavización. Satanás quiere hacernos esclavos de nuestro nivel de vida. Él nos seducirá para que trabajemos más y con mayor tenacidad a fin de ganar más dinero, y después, que pasemos más tiempo ocupados gastando ese dinero. Es mucho más sabio esforzarse por simplificar nuestra existencia. Esto nos ahorrará mucho tiempo. Realmente no es necesario que trabajemos tanto y dediquemos tanto tiempo a gastar dinero. Las preocupaciones de este siglo son una verdadera trampa; no caigan en ella. Son muchos los cristianos que han caído en esta trampa y se encuentran oprimidos por las preocupaciones de esta era.

  Por el contrario, muchos hermanos y hermanas han estado dispuestos a rebajar sus niveles de vida por causa de la emigración. Ellos han sacrificado el nivel de vida que tenían, lo cual les ha permitido emigrar a diversos lugares. No es fácil emigrar de una ciudad a otra. Nosotros somos los verdaderos hebreos, peregrinos sobre esta tierra. No somos aquellos que echan raíces o se hacen moradores de un lugar. Si el Señor nos lo permite, continuaremos conquistando muchas más ciudades por medio de la emigración. Sin embargo, si siempre procuramos elevar nuestro nivel de vida, ya no podremos emigrar. Mientras tengamos qué comer y beber, así como con qué vestirnos, eso nos basta. No estamos aquí para mejorar nuestro nivel de vida, sino que vivimos en esta tierra para el recobro del Señor.

  En muchos aspectos los Estados Unidos es un lugar muy bueno para la vida de iglesia. En este país se encuentra de todo. Es fácil obtener un trabajo que le permita a uno laborar ocho horas al día y cinco días a la semana. Esto nos permite tener los sábados, el día del Señor y todas las noches durante la semana para practicar la vida de iglesia. Ésta es una situación ideal para la vida de iglesia. Sin embargo, si usted no vive en función de la vida de iglesia, entonces el estilo americano de vida representa un gran peligro. Si usted no tiene una vida de iglesia, ¿en qué se ocupará? ¿Qué hará los fines de semana y las noches? ¿A dónde irá? Sin duda alguna, usted será atraído hacia una gran variedad de diversiones, deportes y clubes nocturnos. Todas estas cosas se convertirán en trampas para usted.

  ¡Nosotros vivimos para la vida de iglesia! Alabamos al Señor que los Estados Unidos existen para la vida de iglesia. Pero, no solo para que tengamos la vida de iglesia en este país, sino también para que la vida de iglesia se propague a todo el mundo. ¿Se han percatado de que los Estados Unidos tiene una ubicación geográfica estratégica? Se encuentra en una encrucijada céntrica del mundo al estar entre dos grandes océanos, el Atlántico y el Pacífico, que son como las dos alas de un águila. Desde los Estados Unidos resulta fácil transportarse en cualquier dirección: desde su costa en el Pacífico podemos atender a las necesidades de Asia y el Lejano Oriente; desde su costa en el Atlántico podemos atender a Europa y África. También podemos atender a las necesidades del resto de América del Norte así como de América del Sur. ¡Esto es maravilloso! He aquí la soberanía de Dios. El Señor jamás se equivoca y Él ha escogido a los Estados Unidos para el recobro de la vida de iglesia.

  Asimismo, todas las comodidades modernas también son para la vida de iglesia. Durante el siglo diecinueve, se requería de varios meses para viajar de Nueva York a Los Ángeles; pero ahora, un jet puede cubrir esa distancia en menos de seis horas. Nosotros no estamos al servicio de los jets, sino que los jets están a nuestro servicio. Tampoco estamos al servicio de la era presente, sino que la era presente está a nuestro servicio, no debemos preocuparnos por ella. El Señor cuida de nosotros y está a favor de nosotros, siempre y cuando nosotros estemos a favor recobro del Señor. “Buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:33). Todas estas cosas serán gratuitas para nosotros si compramos el reino. El reino tiene un precio y tenemos que pagarlo. Si pagamos dicho precio, nuestro sustento será una añadidura gratuita. El Señor cuidará de nosotros si a nosotros no nos preocupa esta era. Tengan cuidado con el engaño de las riquezas. Por supuesto, si a usted le preocupa esta era, le dará mucha importancia al dinero y caerá en esa trampa. Si somos libres de las preocupaciones de este siglo, no nos preocuparemos por el dinero, pues ganaremos dinero para el recobro del Señor.

LA BUENA TIERRA

  No somos un campo maldito que produce espinos; somos un campo bendito donde Cristo es cultivado como el trigo verdadero. Nuestra fuente no es la serpiente, nuestra fuente es el Dios de vida. Así pues, no somos malditos, sino benditos. La tierra que fue maldecida y cuya fuente es la serpiente es la que produce espinos. Pero nosotros procedemos de otra fuente, de nuestro Padre, el Dios de vida. Por tanto, somos un campo, una labranza, muy bendecida por nuestro Padre. Nosotros cultivamos a Cristo, el trigo verdadero. Nosotros no somos el terreno junto al camino ni tampoco somos los pedregales o los espinos. Somos la buena tierra, donde Cristo crece. Como vimos, las semillas son sembradas en Mateo, y su desarrollo tiene lugar en las Epístolas. Si recordamos este principio, descubriremos muchas cosas al leer el Nuevo Testamento.

EL DESARROLLO DE LA SEMILLA

  De Mateo 13 avancemos a 1 Corintios 3. En este capítulo Pablo claramente dejó establecido que somos labranza de Dios y también dice que él mismo sembró, Apolos regó y el crecimiento lo dio Dios. Este es el desarrollo de Mateo 13. En 1 Corintios 3 se nos muestra que en el desarrollo de la semilla los colaboradores de Dios siembran y riegan. No dice que Pablo enseñó ni que Apolos edificó ni que, finalmente, Dios otorgara el certificado de graduación. En este capítulo no hay maestro, pero sí un sembrador. No se habla de un edificador, pero si, de uno que riega. Damos gracias a Dios por sembrar, regar y dar crecimiento. Éste es un lado del desarrollo.

  El otro lado se halla en Gálatas 1:15a y 16a, donde el apóstol Pablo dijo: “Cuando agradó a Dios [...] revelar a Su Hijo en mí”. Esto significa que Dios sembró a Cristo en él. Cuando Dios el Padre revela a Su Hijo en nosotros, Él siembra a Cristo en nuestro ser como la semilla de vida. En Gálatas 2:20 Pablo dijo: “Mas vive Cristo en mí”. Así pues, primero Cristo es revelado en nuestro ser y después Él vive en nosotros. Esto denota crecimiento y desarrollo. En Gálatas 4:19 Pablo dijo: “Hasta que Cristo sea formado en vosotros”. Cristo no solamente vive en nosotros, sino que además Él se forma en nuestro ser. Que Cristo se forme en nuestro interior implica que Él está plenamente establecido dentro de nosotros. Muchas veces he usado un guante a manera de ilustración. Un guante fue hecho para contener una mano. A veces es difícil poner nuestra mano dentro del guante apropiadamente, por lo que debemos hacerlo gradualmente y con esfuerzo, insertando un dedo a la vez. Esto sirve para ilustrar de qué manera el Cristo que vive en nosotros se esfuerza para ser plenamente formado en nuestro interior. Él está a la espera de que le demos oportunidad de propagarse en todas las áreas de nuestro ser. Cuando Él pueda hacerlo, será formado en nuestro ser.

  Ésta será la realidad de lo descrito en Efesios 3:17 donde se nos dice: “Para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones”. El corazón del hombre se compone de su mente, su voluntad, su parte emotiva y su conciencia. En el centro de nuestro corazón está nuestro espíritu. Cristo, quien radica en el centro de nuestro ser, está a la espera de la oportunidad para expandirse de nuestro espíritu a nuestra mente, emociones y voluntad. Entonces Cristo se habrá establecido en todas las partes de nuestro corazón. Esto significa que Cristo habrá hecho Su hogar en nuestro corazón al ocupar y poseer todo nuestro ser. En esto consiste la propagación del Cristo que mora en nosotros. La propagación del Cristo que mora en nosotros es simplemente, el crecimiento de la semilla dentro de nosotros.

  Aun cuando anteriormente hayamos escuchado hablar sobre el crecimiento de Cristo dentro de nosotros, tal vez no hayamos comprendido que este crecimiento no es otra cosa que el crecimiento del reino. El crecimiento de Cristo en nuestro interior es tanto el crecimiento del reino como la venida gradual del reino. El reino viene por medio del crecimiento de Cristo. A medida que el Cristo que mora en nuestro ser se expande y crece en nuestras partes internas, el reino está viniendo. Incluso en este mismo momento se viene produciendo la venida del reino, pero esto ocurre muy lentamente a causa de la condición en que se encuentra nuestra vida del alma. Si cooperásemos más adecuadamente con el Señor, se aceleraría la venida del reino.

  Muchos piensan que el reino de Dios vendrá automáticamente y que, mientras esperamos su manifestación, podemos dormirnos. Si optan por esta senda, aun si durmieran por unos dos mil años, el reino no vendría. El reino no viene de tal modo. Según la revelación de la Biblia, el reino viene por el proceso de crecimiento del Cristo que mora en nosotros. Cuando el Cristo que mora en nosotros crece en nuestro ser, esto significa que el reino ha ganado más terreno en nuestro ser. La venida plena del reino será la madurez del crecimiento de Cristo. La madurez del crecimiento de Cristo en nuestro interior es la venida del reino. Esperamos la venida del reino en la forma de crecimiento; es decir, que mientras esperamos nos encontramos creciendo y, mientras crecemos, se produce la venida del reino, por que nuestro crecimiento es la venida del reino.

LA CIZAÑA

  Hay otras tres parábolas en Mateo 13: la de la cizaña, la de la semilla de mostaza y la de la levadura. Estas tres parábolas, junto a la del sembrador, conforman un grupo. Todas ellas guardan relación con la vida vegetal y con la agricultura. En la primera parábola el sembrador siembra la semilla. En la segunda parábola aparece la cizaña, la cual crece en la misma labranza. En la tercera parábola se nos habla de una semilla de mostaza que crece en el campo de cultivo. En la cuarta parábola se prepara la harina con los granos de trigo que fueron producidos en el campo. Por tanto, estas cuatro parábolas atañen a un mismo crecimiento. Ellas se relacionan entre sí, y no debemos separarlas.

  Hemos visto que el propósito de Dios es sembrar a Cristo como vida en nuestro ser de tal modo que Él pueda crecer en nuestro interior. Este proceso de crecimiento es la venida del reino. Sin embargo, Satanás, el enemigo de Dios, jamás duerme. Él siempre está ocupado. En cuanto él vio que en la labranza de Dios crecía trigo, vino y sembró semillas falsas, que son la cizaña (13:24-30). Antes de esto, él ya había ocasionado bastante daño. Primero, él se presentó en forma de pájaro que arrebata la semilla que cayó junto al camino. Alabado sea el Señor, ya que parte de la semilla cayó en el campo de cultivo. Sin embargo, debajo de una parte del terreno habían rocas, o sea, la mente, emoción y voluntad sin renovar. Éstos eran elementos de nuestro ser que habían sido saturados por Satanás. Así pues, la mente, voluntad y parte emotiva que fueron saturadas por Satanás representan rocas muy duras que están debajo del suelo. Aparentemente, Satanás no pudo arrebatar la palabra que ya había sido sembrada en una persona, pero sí se aferró a la mente, parte emotiva y voluntad de esta persona haciendo que se convirtieran en grandes rocas. Después de esto, Satanás laboró para producir los espinos al hacer que las preocupaciones de esta vida, el amor por el dinero y el engaño de las riquezas ahogaran el crecimiento de Cristo. Esto indica que Satanás, el insidioso, siempre está ocupado. Él arrebata la semilla, endurece a las personas y hace que los espinos broten. Pero sin importar todo el daño que Satanás pudo hacer, Dios obtuvo la victoria, pues hubo buena tierra, la cual produjo el trigo.

  Después de esto, Satanás vino a sembrar la semilla falsa, la cizaña, en el campo. Hace muchos años leí un artículo donde se decía que ni siquiera un experto podía distinguir entre la cizaña y el trigo antes que aparecieran las primeras espigas. En otras palabras, únicamente después que se manifiesta el fruto uno puede discernir entre el trigo y la cizaña. La cizaña se parece en todo al trigo. La diferencia se hace evidente únicamente después que ha aparecido el fruto. El trigo verdadero produce las espigas, mientras que la cizaña produce algo diferente, algo falso. Entonces resulta fácil distinguir la cizaña del trigo. Satanás fue muy astuto al producir esta falsificación, los falsos cristianos, y plantarlos entre los auténticos cristianos a fin de crear una situación de confusión e impedir el crecimiento. Todos tenemos que estar alertas. Satanás sembró la cizaña mientras los hombres dormían, lo cual significa que ellos no estaban alertas. En todas las iglesias tenemos que estar alertas para que le sea difícil a Satanás sembrar semilla falsa entre nosotros. Satanás nunca dormirá. Independientemente de cuán buena sea una iglesia, él intentará sembrar la semilla falsa a fin de hacer crecer en nuestro medio algo que se parezca a lo real. Esto ahogará e impedirá el crecimiento del trigo verdadero y causará confusión en cuanto a la condición de la labranza de Dios. Tenemos que ser muy cuidadosos. Algunos tal vez hagan ciertas sugerencias, y esto podría ser una señal de que son cizaña y no trigo auténtico. Cuando ellos se presentaron por primera vez tenían la misma apariencia que los demás; incluso un experto no podía discernir quiénes eran genuinos y quiénes eran falsos hasta que llegó el día en que ellos hicieron cierta sugerencia. Entonces alguien comenzó a darse cuenta de que tales personas podrían ser cizaña. En las iglesias quienes asumen el liderazgo tienen que estar especialmente alertas para no ser engañados por la cizaña. Satanás intentará sembrar la cizaña para confundir, obstaculizar, dañar y, finalmente, estorbar el crecimiento del trigo auténtico. Debemos tener cuidado de cualquiera que sugiera algo que obstaculizaría el crecimiento del trigo, pues esto podría ser un indicio de la cizaña.

LA SEMILLA DE MOSTAZA

  Ahora abordaremos la parábola de la semilla de mostaza (13:31-32). El Señor Jesús dijo que la semilla de mostaza es la más pequeña de las semillas; no obstante, ella crece hasta convertirse en un gran árbol. Aunque esto podría pasar desapercibido, esto también nos habla del daño causado por Satanás. Según Génesis 1, todas las hortalizas deberán reproducirse según su propia especie, así como también los animales. Por ejemplo, un duraznero deberá producir según su especie, y de igual forma un manzano. Por tanto, una hierba deberá producir según su propia especie, así como un árbol según su propia especie. Sin embargo, en esta parábola vemos algo que no crece según su propia especie, es decir, una hierba se convierte en un árbol. Este crecimiento es desproporcionado y contradice la regulación impuesta por la ley de la vida. Toda clase de vida tiene su propia esencia, poder, forma y ley de vida. Sabemos que si un durazno echa brotes, se convertirá en un árbol de durazno, alcanzará la altura de un árbol de durazno normal y producirá duraznos. No necesitamos preocuparnos de que este árbol de durazno crezca y se convierta en otra clase de árbol y no llegue a producir duraznos. Esto es imposible, pues dentro del brote de durazno está la vida de durazno, e inherente a esta vida de durazno está la esencia del durazno y la ley del durazno, las cuales regulan su desarrollo. Según su ley de vida, el brote de durazno crecerá hasta convertirse en un árbol de durazno y producirá duraznos.

Un gran árbol

  Pero la hortaliza de la mostaza creció hasta convertirse en un gran árbol. Su forma, naturaleza y apariencia fueron alteradas, lo cual quebrantó la ley propia de su vida y generó un crecimiento desproporcionado. Esto representa al cristianismo. El cristianismo se ha convertido en un gran árbol. Según su naturaleza, una hierba de mostaza es algo pequeño y comestible. Pero esta hierba creció desproporcionadamente y se convirtió en un gran árbol con muchas aves malignas alojadas en sus ramas. Como tal, dejó de ser comestible. Anteriormente en este mismo capítulo, el Señor Jesús nos dio la interpretación en cuanto a las aves del campo al decirnos que ellas representaban al diablo y sus ángeles. Hoy en día, muchos espíritus malignos se hallan alojados en el cristianismo. Las ramas se han convertido en alojamiento para los demonios. Esto no debiera ser mera doctrina para nosotros; es indispensable que tengamos su aplicación práctica.

Crecer desproporcionadamente

  La hierba de la mostaza se convirtió en un gran árbol al quebrantar la ley de vida y crecer desproporcionadamente. ¿Qué significa esto? Muchos cristianos ambicionan ser grandes. El deseo de ser grandes es muy peligroso porque puede hacer que quebrantemos la ley de vida. Damos gracias al Señor que el mover de Su recobro en este país ha crecido gradualmente a lo largo de los años. Cuando celebramos el entrenamiento sobre el libro de Salmos en 1969, asistieron setecientas personas. En 1972 había cerca de dos mil docientos asistentes, más del triple de los reunidos en 1969. Éste ha sido el crecimiento apropiado. Aun cuando ha sido un crecimiento bastante lento, no obstante, ha sido un crecimiento normal. Durante los años pasados hemos crecido lentamente porque no queremos realizar una obra grandiosa. Por tanto, no nos valemos de propagandas ni de avisos. Recientemente, un periodista contactó a unos de los hermanos y nos ofreció algunos avisos en su periódico así como alguna publicidad. El hermano le dijo a este periodista que no nos gusta poner avisos, sino que preferíamos permanecer escondidos. Somos una pequeña hierba de mostaza y no queremos convertirnos en un gran árbol. Según nuestro concepto humano natural, es bueno ser como un hongo que crece de un día para otro. Un hongo, si bien crece de un día para otro, también desaparece de un día para otro. Todo cuanto nos llegue rápidamente también se irá rápidamente. Pueden estar seguros de esto. Procuremos el crecimiento en la proporción debida y en conformidad con la ley de vida, el crecimiento que es según su especie. No queremos el crecimiento desproporcionado y que no corresponde a su especie. No creceremos rápidamente ni tampoco acabaremos rápidamente. Tenemos que crecer en conformidad con la ley de vida y según nuestra propia especie, de acuerdo a la proporción apropiada. Les aconsejo que jamás usen propagandas. Si usted se va a hacer de un nombre, es mejor hacerse de un mal nombre. Dejen que las personas hablen mal de ustedes. No procuren exhibir sus mejores aspectos ante la gente. Si la gente viene a examinarlos, dejen que ellos descubran sus puntos débiles. Siempre hemos practicado esto, porque no queremos ser grandes. Deseamos permanecer como una pequeña hierba de mostaza y jamás convertirnos en un gran árbol. En el recobro del Señor no tenemos gigantes. Si alguien viene a su localidad queriendo saber quién es su ministro, deberán decirle que todos somos ministros. Incluso las hermanas más pequeñas son ministros. Nosotros no tenemos un gran líder, somos pequeñas hierbas de mostaza.

Es comestible

  Las hierbas de mostaza son comestibles. El mundo entero está hambriento. Lo que este mundo hambriento necesita no es un gran árbol, sino la pequeña hierba de mostaza que alimenta a las personas a fin de que el hambre que hay en todos los seres humanos sea saciada. Dejemos que todas las iglesias locales sean pequeñas; incluso si somos muy numerosos, debemos permanecer pequeños en naturaleza. Siempre debemos observar la ley de vida y jamás crecer desproporcionadamente.

LA LEVADURA

  La parábola siguiente es la que nos habla de la levadura. Satanás, como ave maligna, arrebata la palabra que fue sembrada, hace surgir rocas muy duras debajo del suelo, hace que los espinos ahoguen el crecimiento de la vida divina, siembra confusión al plantar la cizaña y causa el crecimiento desproporcionado y desmesurado. Todas estas cosas representan la obra que Satanás lleva a cabo con el fin de arruinar o retardar el crecimiento apropiado de la vida en la labranza de Dios. Sin embargo, ¡Dios es victorioso! Pues un poco de grano es producido, y podemos obtener la harina fina. No importa cuánto se esfuerce Satanás por estorbar la labranza de Dios; ésta todavía produce la harina fina útil para hacer el pan. Por supuesto, todavía será necesario que estos granos sean molidos, mezclados y cocidos.

  A estas alturas, Satanás nuevamente interviene a fin de dañar la harina al añadirle levadura. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos la levadura representa el elemento malvado que corrompe. Si estudiamos las veces en que la levadura es mencionada en la Biblia, veremos que ella representa las cosas satánicas, pecaminosas, mundanas y carnales.

La mixtura

  En esta parábola tenemos la harina, la levadura y la mujer. Esta mujer en Mateo 13 representa a la Iglesia Católica Romana. Ella también es Jezabel, la mujer mencionada en Apocalipsis 2. Esta mujer maligna, la gran ramera, añadió levadura a la harina fina, produciendo así una mixtura de lo real y lo falso, lo bueno y lo malo, los elementos de Cristo y los de Satanás. En el cristianismo podemos ver tanto cosas reales como falsas, tanto cosas santas como mundanas, elementos de Cristo y elementos de Satanás, todos ellos juntamente mezclados. En la Iglesia Católica Romana y en todas las otras denominaciones hay muchos que son verdaderos cristianos, pero también hay mucha levadura. La Iglesia Católica Romana ha adoptado muchas cosas paganas y las ha mezclado con las cosas de Cristo. Por ejemplo, ¿sabían que el origen de la navidad es pagano? En realidad, el día en el que se celebra la navidad, el 25 de diciembre, corresponde al día en que se celebraba el cumpleaños del dios sol. La Iglesia Católica Romana tomó este feriado pagano y lo convirtió en el cumpleaños de Cristo. Muchos cristianos alegan que la navidad es ocasión propicia para predicar el evangelio y que, mientras la humanidad entera celebra la navidad, ellos aprovecharán esta ocasión para predicar a Cristo. Esto no es más que levadura y muestra la astucia del enemigo. La Pascua o Semana Santa también es levadura. Cuando la Iglesia Católica llegó a China, abrazó la adoración a los ancestros. No solamente en la Iglesia Católica Romana, sino también en las denominaciones hay muchas cosas mundanas y muchas concupiscencias que han sido añadidas a las cosas de Cristo para producir una mixtura. Nuestros ojos tienen que ser abiertos para que podamos ver esta mixtura.

  Nosotros estamos en contra de tales aves del campo. Estamos en contra de las rocas debajo de la tierra blanda, de los espinos y de la cizaña. Estamos en contra al crecimiento desproporcionado del gran árbol y también estamos en contra de toda levadura. Estamos opuestos a todo lo que corrompa. Esto es un asunto del recobro del Señor y del reino del Señor. Estas parábolas son los misterios del reino.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración