Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Reino, El»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPÍTULO CUARENTA Y DOS

EL JUICIO QUE EL SEÑOR EJECUTARÁ SOBRE LOS GENTILES DESPUÉS DE LA BATALLA DE ARMAGEDÓN

  Lectura bíblica: Mt. 25:31-46; 13:47-50; Ap. 14:6-7; Hch. 10:42; 2 Ti. 4:1; Mt. 19:28; Hch. 3:21; Is. 11:6-9

  Cuando el Señor Jesús regrese, resolverá completamente toda situación con respecto a los cristianos. En primer lugar, los falsos cristianos, la cizaña, serán atados y arrojados al fuego. Después, los cristianos maduros junto con los creyentes resucitados serán arrebatados al aire donde el Señor ejecutará Su juicio sobre ellos. En ese tiempo algunos de ellos, los vencedores, serán elegidos para formar parte del ejército del Señor a fin de combatir contra el anticristo. Ellos también celebrarán banquete junto al Señor en la fiesta de bodas del Cordero. Un número de cristianos serán cristianos derrotados y, debido a ello, padecerán cierto castigo. Ellos se perderán la fiesta de bodas, que es la manifestación del reino. Además, perderán su recompensa y también sufrirán cierta clase de disciplina. Por tanto, mediante el arrebatamiento, el Señor Jesús resolverá todo asunto pendiente entre los cristianos.

TRES CLASES DE PERSONAS

  Como dijimos anteriormente, cuando el Señor Jesús regrese habrá básicamente tres clases de personas sobre la tierra: los cristianos, los judíos y los gentiles (1 Co. 10:32). A Su regreso, Él derrotará y destruirá el ejército de los gentiles y rescatará a los judíos, quienes llegarán a ser sacerdotes para Dios durante el milenio. Sin embargo, algunos gentiles todavía permanecerán sobre la tierra, pues no habrán sido aniquilados junto con los ejércitos de los gentiles. Aunque muchos jinetes y soldados habrán sido destruidos por el Señor, algunos que pertenezcan a las naciones permanecerán vivos. No sería lógico decir que todos ellos serán los soldados y morirán. Antes bien, algunos de ellos conservarán la vida, aunque todos los ejércitos serán destruidos. ¿Qué sucederá con todos aquellos que componen las naciones que hayan quedado vivos para ese entonces? El Señor tiene que resolver todo asunto pendiente con respecto a ellos. Con ese fin Él enviará a Sus ángeles a recoger a todas las personas que hayan quedado de entre las naciones, de tal modo que Él pueda ejecutar Su juicio sobre ellos.

  ¿Cuál será la base sobre la cual el Señor juzgará a tales personas? No es fácil determinar esto. Ciertamente este juicio no podría tener como base la ley o el evangelio. Si fuera un juicio conforme al evangelio, tendría que basarse en el hecho de que ellos no se arrepintieron ni creyeron en el Señor Jesús. Si fuera un juicio conforme a la ley, tendría que basarse en que ellos no guardaron la ley. Pero el juicio de las naciones que hayan quedado no se basará en ninguna de estas dos cosas; más bien, tendrá como base la manera en que ellos trataron a los pequeños hermanos del Señor durante el tiempo de la tribulación (Mt. 25:31-46). Por medio de esto, podemos ver que el Señor tiene Su dispensación, esto es, Su propia manera de juzgar a las personas. Durante la dispensación de la ley, el Señor juzgó con las personas en conformidad con la ley. En la dispensación de la gracia, el Señor juzga a las personas en conformidad con la gracia. Pero durante el tiempo de la tribulación, el Señor no juzgará a las naciones en conformidad con la ley o la gracia. Más bien, Él ha de lidiar con ellas según la manera en que ellas trataron a Sus hermanos más pequeños —los judíos y los cristianos que quedaron— durante el tiempo de la tribulación. Si las naciones trataron bien a los más pequeños de Sus hermanos, serán considerados ovejas; pero si ellos trataron mal a los pequeñitos, serán considerados cabritos y serán destruidos.

  Mateo 25:31-46 presenta la parábola de las ovejas y los cabritos. Muchos maestros cristianos han aplicado erróneamente esta parábola afirmando que se refiere a los cristianos. Ellos piensan que el Señor Jesús administrará Su juicio sobre los creyentes al dividirlos en dos grupos. Un grupo sería el de los verdaderos cristianos, representados por las ovejas, y el otro grupo estaría conformado por los falsos cristianos, representados por los cabritos. Según su concepto, los buenos serían salvos para entrar en el reino y los malos serían arrojados al lago de fuego. Sin embargo, esta interpretación no es exacta. El versículo 32 dice que todas las naciones serán reunidas delante de Él. La palabra griega que aquí se tradujo como “naciones” es la misma que en otras partes se tradujo como “gentiles”. Así pues, no serán los creyentes quienes serán reunidos delante de Él, sino los incrédulos, los gentiles. Cuando los gentiles sean reunidos delante de Él, el Señor los separará unos de otros como el pastor separa las ovejas de los cabritos.

EL EVANGELIO ETERNO

  Este juicio que el Señor ejecutará sobre las naciones no será realizado sin advertencia previa. Apocalipsis 14:6-7 dice: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para anunciarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de Su juicio ha llegado; y adorad a Aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. El evangelio predicado en estos versículos no es el evangelio de la gracia, sino el evangelio eterno. Tampoco es predicado por un hombre, sino por un ángel. El evangelio de la gracia, por otro lado, no es predicado por ángeles, sino por los hombres. Un ángel ciertamente vino a Cornelio en Hechos 10, pero no le predicó el evangelio, sino que le dijo que llamase a Pedro. Como hombre, Pedro había recibido el privilegio y la autorización para predicar el evangelio de la gracia. En Apocalipsis 14 es un ángel, no un hombre, quien predica el evangelio eterno. Además, este evangelio no es predicado en la tierra, sino desde el aire.

  ¿Cuál es el contenido del evangelio eterno? Sabemos que el contenido del evangelio de la gracia es que los hombres deben arrepentirse y creer. Éstos son los dos elementos principales que contiene el evangelio de la gracia. Pero en Apocalipsis 14 el contenido del evangelio eterno es diferente, pues simplemente nos dice que debemos temer a Dios y adorarle. Las naciones tienen que temer a Dios porque el tiempo del juicio ha llegado. A las naciones no se les dirá que deben adorar a Dios como su Redentor, sino como su Creador, Aquel que las creó. Se les dirá que deben temer a Dios porque viene la hora del juicio y deben adorar a Dios porque Él es su Creador. Para entender estos versículos debemos considerar su contexto. En ese mismo capítulo dice: “Y siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido preparado puro en el cáliz de Su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (vs. 9-12). Esto quiere decir que el evangelio eterno será predicado por aquel ángel en el mismo tiempo en que el anticristo obliga a las personas a adorarle. Mientras el anticristo obliga a las personas a adorarle, un ángel desde el aire le advertirá a la gente que no adore al anticristo, sino que adoren a Dios. Es como si el ángel testificase a todas las naciones que la bestia, el anticristo, no es su creador. Ellos no deben adorarle a él, sino a Dios, su Creador. Si ellos adoran a la bestia, el anticristo, serán juzgados por Dios. El versículo 12 nos muestra quiénes serán el pueblo de Dios cuando surja el anticristo. He aquí la perseverancia de los santos. Los santos aquí incluirán dos pueblos: los judíos que guardan los mandamientos de Dios y los cristianos que tienen la fe de Jesús. El anticristo establecerá una imagen en el templo y obligará a las personas a adorarle. Pero los judíos y los cristianos se rehusarán a adorar su imagen. Incluso en aquel tiempo habrá algunos cristianos que se quedarán debido a que no maduraron ni fueron hechos aptos para ser arrebatados. Ellos se rehusarán a adorar la imagen de la bestia, así que el anticristo les perseguirá. Debido a que él los matará, ellos requerirán de mucha perseverancia. El versículo 13 procede a decir: “Bienaventurados los muertos que mueran en el Señor de aquí en adelante”. Ciertamente éstos son los que morirán por causa de la persecución del anticristo.

  En otras palabras, durante el tiempo de la tribulación el anticristo erigirá su imagen y obligará a la gente a adorarla como un ídolo. Sin embargo, los judíos y los cristianos que no fueron arrebatados junto con las primicias no adorarán esta imagen, por lo cual serán perseguidos hasta ser muertos. Bajo tales circunstancias, Dios enviará al ángel a predicar el evangelio eterno a las naciones de la tierra. Él les advertirá que deberán temer a Dios y adorarle, lo cual implica que no deberán perseguir a quienes guardan los mandamientos de Dios y a quienes tienen fe en Cristo. No deben perseguir a los que no adoran la imagen del anticristo, sino que deben temer a Dios.

  Todos los habitantes de la tierra oirán este evangelio predicado desde los aires. Tal proclamación abarcará toda la tierra. De todos aquellos que oigan este mensaje, serán muy pocos los que lo reciban y que no persigan a los judíos y a los cristianos. Los judíos y los cristianos padecerán gran persecución y sufrimientos durante aquel tiempo, puesto que carecerán de alimentos, agua y vestido. Serán perseguidos de un lugar a otro, convirtiéndolos en forasteros, y serán encarcelados. Todos estos puntos son mencionados por el Señor Jesús en Mateo 25. Los pueblos de las naciones que hayan cuidado de los pequeños hermanos de Cristo durante aquel tiempo serán considerados ovejas, mientras que aquellos que persiguieron a los judíos y cristianos durante ese tiempo serán considerados cabritos.

  Los buenos, los que trataron bien a los hermanos más pequeños del Señor durante la tribulación, serán trasladados al reino milenario donde llegarán a conformar las naciones. Los cristianos vencedores serán los reyes, y los judíos convertidos serán los sacerdotes; pero los pueblos estarán conformados por los buenos de entre las naciones a quienes el Señor considerará como las ovejas. Por medio de estos juicios, el Señor Jesús producirá tres clases de personas: los cristianos vencedores que serán los reyes, los judíos convertidos que serán los sacerdotes y los gentiles que fueron guardados mas no regenerados, que llegarán a formar el pueblo. Todos los malos, los cabritos, serán arrojados al fuego.

  Esta parábola de las ovejas y los cabritos en Mateo 25 corresponde a la parábola de la red en Mateo 13:47-50. Las primeras seis parábolas en Mateo 13 están relacionadas principalmente con los cristianos, pero una pequeña porción de las mismas está referida a los judíos. El tesoro escondido en el campo se refiere principalmente al reino con Israel. La perla que sale de las aguas representa a la iglesia. A la postre, ambas entidades tienen como finalidad el reino. Así pues, en Mateo 13 podemos distinguir también tres categorías de personas: los judíos con el reino quienes son el tesoro escondido en el campo; los gentiles regenerados y transformados en una perla, que es la iglesia; y, finalmente, aquellos que son dejados en el mar, los gentiles. El Señor envió al ángel a reunir a quienes fueron dejados en el mar. La red aventada al mar recoge toda clase de criatura que no ha sido regenerada ni transformada. Esto se refiere a los gentiles, el pueblo natural que procede del mundo corrupto. El Señor reunirá a todos estos delante de Él y los juzgará. Los buenos serán recogidos en las vasijas, es decir, en el reino milenario para ser las naciones, pero los malos serán arrojados al horno de fuego.

EL JUEZ DE LOS VIVOS Y LOS MUERTOS

  Tanto Hechos 10:42 como 2 Timoteo 4:1 nos dicen que el Señor Jesús fue designado por Dios para juzgar a los vivos y a los muertos. Antes del milenio el Señor Jesús juzgará desde el trono de gloria (Mt. 25:31) a los incrédulos que estén vivos. Después del milenio, todos los que conformaban las naciones y murieron serán resucitados, y el Señor Jesús los juzgará desde el gran trono blanco (Ap. 20:11-12). Así que, antes del milenio el Señor juzgará a los incrédulos que estén vivos y, después del milenio, a los incrédulos que hayan muerto. Mediante estos dos juicios, el Señor Jesús resolverá cabalmente todo asunto que exista entre todos los gentiles.

  De entre los cristianos, el Señor Jesús desea obtener un grupo de reyes que reinen sobre la tierra junto con Él. De entre los judíos, el Señor Jesús desea obtener un grupo de sacerdotes que enseñen a las personas de qué manera deben servirle durante el milenio. Después, Él desea obtener un grupo de personas provenientes del mundo gentil que constituyan las naciones durante el milenio y durante el tiempo del cielo nuevo y la tierra nueva. Por tanto, tenemos a los reyes, los sacerdotes y los pueblos. ¡Todas las cosas cooperan para el establecimiento del reino! Tenemos que comprender que los gentiles en ese entonces serán personas que fueron resguardadas, mas no regeneradas. Ellas serán preservadas de ser condenadas y sufrir la perdición, mas no serán regeneradas.

LA CREACIÓN ES RESTAURADA

  Hechos 3:21 nos dice que es necesario que los cielos reciban al Señor Jesús hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas. Desde el tiempo de la caída del hombre, toda la creación se degradó. Desde entonces, todas las cosas han estado sujetas a decadencia y corrupción. Según Romanos 8, toda la creación gime bajo la esclavitud de corrupción. Toda cosa nueva pronto se hace vieja, debido a que está sujeta a la ley de la decadencia y corrupción. Un bebé puede verse muy lozano, pero un anciano ya no presenta esa lozanía porque está sujeto al proceso de decadencia. Cuanto más crezcamos, mayor será la decadencia que experimentemos. Nuestro cuerpo físico está sujeto a la esclavitud de corrupción. Cuando el Señor Jesús regrese, traerá consigo la restitución. La restitución es contraria a la corrupción. Todo será restaurado. La restitución es una especie de restauración.

  Refiriéndose a ese tiempo de restitución, Isaías 65:20 dice: “No habrá más allí niño que muera de pocos días ni viejo que sus días no cumpla, sino que el niño morirá de cien años y el pecador de cien años será maldito”. Durante ese tiempo alguien que tenga cien años de edad será considerado un niño. Todos vivirán cientos de años.

  Isaías 11:6 añade: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”. En el tiempo de la restitución, o restauración, todas las fieras se volverán mansas y dóciles. Los leones y los leopardos así como toda bestia salvaje ya no harán daño a las personas. Los niños podrán jugar con los leones, las víboras y las serpientes venenosas. Tampoco habrá más guerra, pues las lanzas serán convertidas en arados. Ya no habrá más luchas; en lugar de ello, la gente se dedicará a la agricultura. Ése será el tiempo de verdadera paz sobre la tierra, pues todas las cosas serán restauradas o restituidas.

EL RESTITUCIÓN

  Las naciones que sean consideradas como ovejas en aquel tiempo serán guardadas, no por regeneración, sino por restitución. Hoy en día todos los incrédulos que viven en la tierra son personas degradadas, pero durante el milenio todas las naciones serán restituidas, serán personas restauradas. Pero eso no quiere decir que ellas serán regeneradas. Como creyentes, nosotros fuimos regenerados; hemos recibido otra vida en nuestro ser. Aquellas naciones que participen en la restauración todavía tendrán la misma naturaleza y el mismo elemento constitutivo en su ser. Lo que nosotros hemos experimentado no es una mera restauración, sino la regeneración. Durante el milenio las naciones no serán regeneradas, sino restauradas. Aunque algunas versiones han usado la palabra regeneración en Mateo 19:28, en el griego no se usa la palabra que normalmente se traduce como “regeneración”, sino que se usa una palabra griega que denota una especie de restauración. La palabra que normalmente se traduce como “regeneración” denota que hemos recibido otra vida además de nuestra vida natural. Todos hemos recibido la vida natural de nuestros padres por nuestro nacimiento natural. Cuando creímos en el Señor Jesús recibimos otra vida, la cual es la vida de Dios, y fuimos regenerados.

  Todos los buenos en Mateo 25, que serán considerados las ovejas, no nacerán de nuevo. Ellos no recibirán otra vida, sino que Dios restaurará su vida creada a su condición antes de la caída. Dios restaurará toda la creación degradada. Por tanto, esta palabra que algunos traducen como “regeneración” en Mateo 19 no significa regeneración en el sentido de nacer de nuevo. Cuando es aplicada a los creyentes, la palabra regeneración significa nacer de nuevo, pero cuando es aplicada a una era, ella denota restitución o restauración.

EL REINO MILENARIO

  Después que el Señor haya juzgado a los cristianos, los judíos y las naciones, Él introducirá el reino milenario. El reino del Señor sobre la tierra durará mil años. Milenio significa mil años. Según el diagrama del reino en las páginas 360-361, la quinta sección corresponde al milenio y está divida en dos partes. La sección superior es la sección celestial y la sección inferior es la sección terrenal. En la sección celestial tenemos la manifestación del reino con Cristo y los santos vencedores. En ella también se incluye el reino del Padre donde los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mt. 13:43). Ésta es la sección celestial del reino del Padre, la sección superior del reino. La sección inferior es llamada el reino del Hijo del Hombre. En esta sección se encuentran los israelitas convertidos, quienes serán los sacerdotes que conducirán a los pueblos a adorar a Dios, y alrededor de ellos, dentro de esta misma sección, estarán las naciones que fueron guardadas, restauradas y restablecidas. En Mateo 13:41 el Señor Jesús dijo que Él enviaría Sus ángeles a recoger de Su reino todo lo que sirva de tropiezo y a todo el que haga iniquidad. Por tanto, todos los perversos habrán desaparecido; los judíos convertidos serán los sacerdotes; y las naciones que hayan sido restablecidas, restauradas y conservadas serán los pueblos. Así pues, habrá tres clases de personas durante el milenio: los reyes, los sacerdotes y el pueblo. La creación será restaurada y restablecida. Ya no habrá guerra, y toda la tierra estará llena de paz. ¡Qué reino tan maravilloso y glorioso será éste!

  Sin embargo, al final del milenio algunas naciones serán inducidas por Satanás a rebelarse una vez más en contra de Dios (Ap. 20:7-9). Los rebeldes serán entonces destruidos al ser arrojados al lago de fuego, y quienes no se rebelaron serán trasladados al cielo nuevo y la tierra nueva para ser las naciones. Apocalipsis 21:24 nos dice que en ese entonces las naciones andarán a la luz de la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén estará compuesta por todos los que fueron regenerados, salvos y transformados, pero las naciones estarán allí sencillamente como personas naturales que fueron restauradas.

  El fruto del árbol de la vida servirá de alimento para todos los habitantes de la Nueva Jerusalén, y sus hojas serán utilizadas para sanidad de las naciones a fin de que éstas puedan existir. Desde la Nueva Jerusalén un grupo de reyes y sacerdotes gobernarán a las naciones restauradas.

  Si bien la era de la restauración será una era maravillosa, todavía pertenece a la vieja creación. Por tanto, tal como aparece en la sexta sección del diagrama, tenemos el cielo nuevo y la tierra nueva. Durante el tiempo del cielo nuevo y la tierra nueva, todo será hecho nuevo y la Nueva Jerusalén será el centro. Éste será el reino eterno de Dios.

  Para las ovejas, las naciones, el reino milenario será el reino que fue preparado desde la fundación del mundo (Mt. 25:34). Sin embargo, quienes nacieron de nuevo son aquellos que fueron escogidos en Él desde antes de la fundación del mundo (Ef. 1:3-4). Las naciones recibirán algo que les fue preparado desde la fundación del mundo, mientras que los creyentes recibirán algo que les fue preparado desde antes de la fundación del mundo. Ésta es otra prueba contundente de que estas ovejas no son los creyentes, sino que pertenecen a otra categoría de personas. Durante el milenio nosotros no seremos las naciones, sino que seremos la familia real, pues seremos los reyes. ¿Quiénes conformarán los pueblos? Los pueblos estarán conformados por las naciones restauradas. Según Isaías 65:20 esas personas restauradas todavía podrían morir después de cumplir varios cientos de años. Esto quiere decir que ellos no son personas regeneradas. Nosotros, por haber sido regenerados, jamás veremos la muerte. Pero ellos debido a que aun están bajo la maldición, morirán. Esto nos permite ver que ser salvos hoy implica estar bajo una dispensación de Dios y que ser salvos al regreso del Señor implica estar bajo otra dispensación. Dios tiene diferentes dispensaciones mediante las cuales Él produce diferentes categorías de personas. Mediante la dispensación de la ley, Dios producirá al pueblo judío como un pueblo de sacerdotes. Mediante la dispensación del evangelio de la gracia, Dios producirá vencedores que serán los reyes. Mediante la dispensación del evangelio eterno de Dios, Él producirá al pueblo que conformará las naciones durante el milenio y durante el cielo nuevo y la tierra nueva.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración