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Mensajes del libro «Sacerdotes neotestamentarios del evangelio, Los»
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CAPÍTULO OCHO

LAS TRES RESPONSABILIDADES QUE TIENEN LOS SACERDOTES NEOTESTAMENTARIOS DEL EVANGELIO DESPUÉS DE PREDICAR EL EVANGELIO Y SALVAR A LOS PECADORES

  Lectura bíblica: Jn. 21:15; 15:16; 1 Ts. 2:7; He. 10:24-25; 1 Ts. 2:11; Hch. 20:20, 27, 31; Col. 1:28-29; Ef. 4:11-12; 1 Co. 14:1, 3-5, 12, 24, 26, 31

BOSQUEJO

  1. Reunirnos con los nuevos creyentes en sus hogares:
    1. Alimentarlos como a los corderos del Señor para que nuestro fruto permanezca—Jn. 21:15; 15:16.
    2. Como nodrizas que cuidan con ternura a sus propios hijos—1 Ts. 2:7.
    3. Llevarlos a:
      1. Conocer al Señor:
        1. Como Dios—Ro. 9:5.
        2. Como Hombre—1 Ti. 2:5.
        3. Como el Salvador (incluyendo el Redentor)—Lc. 2:11.
        4. Como el Espíritu vivificante—1 Co. 15:45.
      2. Conocer la salvación del Señor:
        1. Que el Señor los redimió con Su preciosa sangre—1 P. 1:18-19.
        2. Y los salvó con Su vida—Ro. 5:10.
      3. Conocerse a sí mismos:
        1. Que ellos poseen la vida del Señor—Jn. 3:36a.
        2. Que sus espíritus fueron regenerados por el Señor Espíritu—vs. 3, 6.
      4. Ejercitar su espíritu para invocar al Señor, para orar y para absorber las riquezas del Señor—Ro. 10:12.
      5. Disfrutar la leche de la palabra del Señor en la Biblia y crecer en la vida divina—1 P. 2:2.
      6. Consagrarse a sí mismos en sacrificio vivo a Dios—Ro. 12:1.
    4. Éste es el modelo revelado en el Nuevo Testamento—Hch. 5:42.
  2. Tener reuniones de grupos pequeños que estén llenos de mutualidad entre los santos—He. 10:24-25:
    1. Ayudar, alumbrar y animar a los santos a:
      1. Ser abiertos y tener comunión unos con otros.
      2. Orar unos por otros.
      3. Cuidar y pastorearse los unos a los otros.
      4. Hacerse preguntas mutuamente para el aprendizaje y enseñanza de la verdad.
      5. Hacerse preguntas mutuamente procurando crecer en vida y recibir instrucción al respecto.
    2. Exhortar y consolar a los santos como un padre— 1 Ts. 2:11:
      1. Enseñar a los santos todo el consejo de Dios— Hch. 20:20, 27, 31.
      2. En toda sabiduría, presentar a los santos perfectos en Cristo delante de Dios—Col. 1:28-29.
      3. Equipar y brindar un suministro a los santos para que ellos hagan la obra del ministerio neotestamentario, que consiste en edificar el Cuerpo orgánico de Cristo—Ef. 4:11-12.
    3. Asignar a los santos la responsabilidad de:
      1. Ir a predicar el evangelio visitando a las personas.
      2. Alimentar y cuidar de los nuevos creyentes.
      3. Guiar a los creyentes a que asistan a las reuniones de los grupos pequeños.
      4. Guiar a los creyentes a que asistan a las reuniones más grandes de la iglesia.
    4. Ésta es la parte principal de la práctica de la vida de iglesia.
  3. Asistir a las reuniones de la iglesia en las que todos hablan y escuchan en mutualidad—1 Co. 14:26:
    1. Todos los asistentes tienen algo que suministrar a la reunión.
    2. Todo redunda en la edificación de los santos y de la iglesia.
    3. Se necesita suministrar de una manera plena las riquezas de Cristo a los demás.
    4. Ésta es la meta de la función que desempeñan los sacerdotes neotestamentarios del evangelio:
      1. Los santos al ser perfeccionados crecerán hasta la madurez, y así serán edificados en la verdad, tendrán experiencias en la vida divina y serán capacitados para profetizar a fin de suministrar a Cristo a todos Sus miembros, de modo que la iglesia pueda ser edificada orgánicamente.
      2. Los sacerdotes neotestamentarios del evangelio predican el evangelio para ganar a los pecadores y ofrecérselos a Dios, alimentan a los nuevos creyentes, ayudándoles a crecer en la vida divina para que ellos mismos se presenten en sacrificio vivo a Dios, perfeccionan a los santos, les enseñan en toda sabiduría, los presentan perfectos en Cristo ante Dios. Todas estas cosas son para esta única meta.
    5. Es la consumación de la función que desempeñan los sacerdotes neotestamentarios del evangelio:
      1. Profetizar es hablar por el Señor, con miras a la edificación de la iglesia—vs. 3-5.
      2. Éste es el don más sobresaliente entre todos los dones del Nuevo Testamento—v. 12.
      3. Los santos que deseen los dones espirituales deben anhelar este don—v. 1.
      4. Es algo que todo creyente puede y debe hacer— vs. 31, 24.

  Oración: Señor, nuestros corazones se regocijan y nuestros espíritus alaban, pues en estos postreros tiempos Tú nos has dado Tu revelación de una manera tan profunda, extensa y clara. Señor, Tú nos has reunido aquí esta noche para estudiar Tu Palabra santa. Estamos abiertos a Ti. Te invocamos humildemente. Señor, háblanos de una manera íntima. Aunque somos jóvenes y débiles, Tú eres fuerte y poderoso en nosotros. Señor Jesús, deseamos conocerte. No dependemos de nosotros mismos ni tenemos la mirada puesta en nosotros mismos; nuestros ojos están puestos únicamente en Ti. Te damos gracias por mostrarnos de una forma tan clara la manera que Tú has ordenado, la cual es la manera revelada en la Biblia.

  Señor, atráenos una vez más esta noche para que corramos en pos de Ti. Pon Tu carga en cada uno de nosotros para que todos recibamos Tu carga y acabemos la carrera que Tú has puesto delante de nosotros y que seamos personas que buscan Tu corazón y que deseen complacerte.

  Señor, danos oídos para oír. Te pedimos que Tú seas nuestro hablar y seas un solo espíritu con nosotros en lo que hablemos. Señor, vindica Tu propio camino y confirma Tus propias palabras. Te invocamos en unanimidad sobre el terreno de la iglesia. Mientras te invocamos, Tú tienes que hacer algo para Ti mismo. Señor, acusamos a Tu enemigo; Tú tienes que destruirlo. Quita su poder de tinieblas. Señor, líbranos a todos nosotros de sus manos y de su esclavitud. Queremos darte a Ti la gloria y a Tu enemigo la vergüenza. Que la bendición y la edificación sea con los santos y con la iglesia. ¡Amén!

  La primera labor que realiza el sacerdote del evangelio en el Nuevo Testamento es visitar a las personas y traer a los pecadores para ofrecerlos a Dios como sacrificios. Después de este paso todavía quedan tres responsabilidades más que debe cumplir. En esto consiste mi carga esta noche. Desearía empezar dándoles unas palabras de introducción. El cristianismo actual es una gran religión. Hay millones de cristianos en todo el mundo. Ellos pueden dividirse principalmente en tres categorías: la primera es el catolicismo romano, la segunda es las diferentes denominaciones del protestantismo, como son los bautistas, los presbiterianos, los metodistas, los episcopales, los luteranos y otros más, y la tercera categoría son los grupos libres. Estos grupos libres no pertenecen ni a la Iglesia Católica ni a las denominaciones protestantes. Aunque pudieran ser considerados como parte del protestantismo, no pertenecen a sus grandes denominaciones. Estos grupos están dispersos y son libres. Hoy en toda la tierra, los católicos, los protestantes y los grupos libres —aunque cada uno tiene su propia manera de servir a Dios— son todos iguales.

TODO CREYENTE DEL NUEVO TESTAMENTO ES UN SACERDOTE DEL EVANGELIO

  En el Nuevo Testamento Dios ordena que todo creyente debe ser un sacerdote del evangelio. Además, el servicio del sacerdote del evangelio es un sacerdocio. Todo creyente debe ser un sacerdote desde el momento en que es salvo. Un sacerdote es una persona que sirve a Dios. Además, el sacerdote neotestamentario del evangelio es un sacerdote que predica el evangelio; es decir, es un sacerdote que sirve a Dios en el evangelio. Esto no es la responsabilidad de unas cuantas personas, sino que más bien es la responsabilidad universal de todos los santos. Sin embargo, esto no es lo que vemos en el cristianismo actual. El cristianismo emplea a unos cuantos clérigos que han estudiado teología y han aprendido algunas verdades bíblicas para que sirvan a Dios. Estos clérigos son sólo una minoría de entre todos los creyentes. A la mayor parte del resto se les considera laicos.

  ¿Qué diríamos de nuestra situación? En el pasado tuvimos las enseñanzas apropiadas, pero no tuvimos la práctica. Dijimos que todos éramos sacerdotes neotestamentarios del evangelio y que, como tales, deberíamos ofrecer sacrificios del evangelio. Los sacrificios del evangelio no son toros y machos cabríos, sino más bien, son pecadores salvos. Cuando uno salva a un pecador y lo ofrece a Dios como sacrificio, es un sacerdote del evangelio. Pablo dijo en Romanos 15:16: “Para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, un sacerdote que labora, sacerdote del evangelio de Dios, para que los gentiles sean ofrenda agradable”. Pablo dijo que como sacerdote del evangelio, él ofrecía a los gentiles a Dios como ofrendas, las cuales eran los pecadores que eran salvos por medio de su evangelio.

  Quizás usted diga: “Eso lo podrá hacer Pablo, pero yo no puedo hacer lo mismo”. Ésa es una mentalidad “feudal” de alguien que es gobernado por un concepto eclesiástico y clerical. Es “feudalismo” dentro del cristianismo. Pablo dijo que en lo que se refería a ser un cristiano, él era menos que el más pequeño de todos los santos. Por otro lado, según la Biblia, Dios escogió a Pablo para que fuese un modelo para todos los que creen en el Señor Jesús. Puesto que él es un modelo, todo lo que él hizo debemos hacerlo nosotros; y todo lo que él pudo hacer, nosotros también debemos ser capaces de hacerlo.

UN SISTEMA ERRÓNEO QUE PARALIZA EL CUERPO DE CRISTO

  El camino que seguimos en el pasado era el equivocado. Cada vez que hablábamos de predicar el evangelio, pensábamos que cierto hermano daría un mensaje desde la plataforma, dicho hermano quien tenía la posición eclesiástica y el poder clerical. En cuanto a los demás hermanos y hermanas, simplemente les correspondía la labor de ayudar a dicho hermano, dirigiendo los cánticos, orando o leyendo las Escrituras. Algunos otros ayudarían a limpiar el salón de reuniones, a acomodar las sillas, a invitar a sus amigos y a preparar los ágapes. Durante el tiempo de la reunión, ellos no tendrían que decir nada; lo único que necesitarían hacer es ayudar a los amigos del evangelio a buscar las páginas de la Biblia y del himnario, y ayudar a anotar los nombres de ellos después de la reunión. Debido a que seguimos el camino equivocado, el servicio del evangelio que deberían hacerlo todos, quedó relegado a los pocos que eran capaces de predicar del evangelio. El resto de los hermanos y hermanas, todos ellos, vinieron a ser levitas. Esto fue un engaño del enemigo.

  Conforme a la sabiduría de Dios, Él desea que todos sean sacerdotes. El engaño de Satanás ha consistido, no en impedir del todo que las personas prediquen el evangelio, sino en cambiar el camino sabio de Dios en caminos humanos. Dios desea que toda persona salva sea un miembro viviente del Cuerpo de Cristo, pero el camino del hombre consiste en invitar a evangelistas de renombre para que conduzcan campañas. Así pues, todos los demás creyentes llegan a ser levitas que ayudan en diversos asuntos. Todos dependen de esa persona en particular para poder predicar el evangelio. No hay necesidad de salir a tocar las puertas ni hay necesidad de hablar. De esta manera, la función espiritual de todos es eliminada. Incluso hoy en día muchos cristianos aún no saben cómo predicar el evangelio.

  Podemos considerar que el cristianismo actual está medio paralizado. La situación entre nosotros, hace cuatro años y medio, era muy similar. Yo observé la situación y supe que estábamos en una mala condición. El recobro del Señor había caído en una condición de estancamiento, y no había ningún progreso. Aunque a través de nuestras publicaciones el recobro del Señor había sido difundido a todos los continentes del mundo, la tasa de crecimiento y de propagación no era satisfactoria en todas las iglesias. Fue de esta manera que supe que nuestra condición no era buena. Esta condición de estancamiento era una señal. Por esta razón, deseché todas mis consideraciones y suspendí la obra en el Occidente para venir a Taiwán, y dediqué los pasados cuatro años específicamente a estudiar la nueva manera. He vuelto a estudiar la Biblia y he reconsiderado la historia de la iglesia como también nuestras prácticas.

CUATRO PASOS EN LA NUEVA MANERA: ENGENDRAR, ALIMENTAR, ENSEÑAR Y EDIFICAR

  Ya tenemos más de sesenta años de historia entre nosotros. Yo personalmente participé en los pasados cincuenta años, y estoy muy al tanto de la verdadera situación. Durante los cuatro años y medio que estuve en Taipéi, el Señor gradualmente me mostró la verdad en la Biblia. Yo anoté estos versículos cruciales del Nuevo Testamento según lo que vi. Como les dije antes, hay cuatro pasos que tenemos que estudiar en la nueva manera. El centro de entrenamiento es un laboratorio. El primer paso que tenemos que estudiar es la predicación del evangelio; el segundo es el de alimentar a los nuevos creyentes; el tercero es el de enseñarles y perfeccionarlos para que sean útiles. Estos tres pasos son: engendrar, alimentar y enseñar. Queda todavía un cuarto paso, que es el de edificar.

  Las palabras engendrar, alimentar y enseñar se encuentran todas en la Biblia. Por ejemplo, Pablo dijo: “Yo os engendré por medio del evangelio” (1 Co. 4:15). Él no dijo “os salvé”, sino “os engendré”. Lo que uno necesita es la vida de Dios. Cuando yo le imparto la vida de Dios, lo engendro. Después de engendrar, el siguiente paso es el de alimentar. El Señor le dijo a Pedro en Juan 21: “¿Me amas más que éstos? [...] Apacienta Mis corderos” (v. 15). Pablo también dijo: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos” (1 Ts. 2:7). La labor más importante de una nodriza es alimentar a un bebé. Pablo se preocupaba por los santos al igual que una nodriza cuida a su propio bebe. Pedro les dijo a los santos en 1 Pedro 2:2 que los creyentes deben desear “como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación”. Cuando un creyente nuevo nace, necesita ser alimentado. Sólo entonces crecerá. El tercer paso es el de enseñar. Pablo dijo que él no era simplemente como una nodriza que alimenta y cuida con ternura, sino que también era como un padre que exhorta, consuela y enseña. Efesios 4 dice: “Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos” (vs. 11-12). La enseñanza perfecciona a las personas. De esta manera, los santos no sólo crecen en Cristo, sino que además maduran en la vida divina.

  Después de que los santos son perfeccionados, adquieren conocimiento en la verdad y tienen experiencias en la vida divina, espontáneamente pueden hablar por Dios, es decir, pueden profetizar. En 1 Corintios 14 se nos dice que el profetizar es el don más sobresaliente porque edifica a la iglesia. El cristianismo ha escogido el camino fácil. Allí se entrena a ciertas personas para que sean pastores y prediquen y den sermones cada semana para la edificación de los creyentes. Éste es el camino equivocado. Los muchos no deben ser reemplazados por una sola persona. En lugar de ello, todos deben trabajar porque 1 Corintios 14:31 dice: “Porque podéis profetizar todos uno por uno”.

  El camino que sigue el cristianismo es uno en el que se evitan las dificultades y se escoge lo más fácil. Esto establece a una sola persona y se reemplaza a muchas. Esto está mal. Lo que vemos en la Biblia no se asemeja a esto en nada. En la Biblia se nos exhorta a todos a hablar y a profetizar. Aunque no lo hagamos muy bien al principio, mientras pongamos un buen fundamento, con el tiempo será más fácil. El sistema antiguo hace que las personas sean perezosas, pero en el recobro del Señor todos tienen que ser diligentes para esforzarse y buscar con seriedad. Todos tienen que orar-leer, disfrutar la palabra del Señor y tener comunión con el Señor en Su palabra. También es necesario que permitamos que Cristo crezca en nosotros. Pero eso no lo es todo; tenemos que salir y predicar el evangelio, alimentar a los recién salvos y perfeccionarlos en las reuniones de los grupos pequeños para que aprendan a profetizar en las reuniones de distrito.

  Miremos ahora el bosquejo. Después de predicar el evangelio para salvar a los pecadores y ofrecerlos a Dios como sacrificios, aún tenemos que dar tres pasos muy importantes.

REUNIRNOS CON LOS NUEVOS CREYENTES EN SUS HOGARES

  Cuando ustedes tengan una reunión de hogar con nuevos creyentes, nunca supongan que saben cómo llevar a cabo esta reunión. Deben aprender a hacerlo. Dios es un Dios creador. Él puede crear; Él no tiene necesidad de aprender. Pero todos los seres humanos necesitamos aprender. Ustedes tienen que comprender que antes de tener una reunión en el hogar de un nuevo creyente, primero tienen que aprender.

Alimentarlos como a los corderos del Señor para que nuestro fruto permanezca

  Debemos considerar los nuevos creyentes como los corderos del Señor y alimentarlos como tales. Esta alimentación hará que el fruto de ustedes permanezca. En el pasado, después que bautizamos a las personas hubo carencias en la alimentación. Por lo tanto, al final perdimos a muchos. Ahora cuando vayamos a las reuniones de casa debemos alimentarlos apropiadamente. De esta manera, ellos permanecerán.

Como nodrizas que cuidan con ternura a sus propios hijos

  Cuando predican el evangelio, ustedes engendran como padres. No obstante, después de engendrar, deben de inmediato alimentar como nodrizas.

Guiarlos a:

Conocer al Señor

  En primer lugar, deben guiar a los nuevos creyentes a conocer los cuatro aspectos del Señor; es decir, conocerle como Dios (Ro. 9:5), conocerle como Hombre (1 Ti. 2:5), conocerle como el Salvador, así como el Redentor (Lc. 2:11), y conocerle como el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Después de que ustedes hayan aprendido estos cuatro aspectos, no deben enseñar a otros de una manera legalista, sino más bien, enseñarles de una manera espontánea. Quizás ustedes puedan hablar de estos puntos en cuatro mensajes. En el primer mensaje ayúdenles a conocer que el Señor es Dios. Luego ayúdenles a conocer que el Señor es Hombre, que Él es el Dios-hombre. Después, ayúdenles a conocer que este Dios-hombre es nuestro Salvador y Redentor. Al final, ayúdenles a ver que el Señor llegó a ser el Espíritu vivificante y que Él ahora vive en nosotros. Si ellos quieren saber algo más, tenemos muchos libros que nos hablan de todos estos asuntos. Ustedes pueden presentarles todos estos libros y publicaciones.

Conocer la salvación del Señor

  Después de que ellos conozcan acerca de la persona del Señor, deben ayudarlos a conocer la salvación del Señor. El Señor nos redimió con Su preciosa sangre y nos salvó por medio de Su vida. El aspecto redentor de la salvación del Señor ya fue consumado; sin embargo, Él aún nos continúa salvando diariamente en la vida divina. La redención por medio de la sangre y la liberación en la vida, añadidas juntas equivalen a la salvación que el Señor efectuó por nosotros. La salvación del Señor incluye tanto la redención por medio de la sangre como la liberación diaria en Su vida.

Saber que ellos poseen la vida del Señor

  Después de esto, ustedes deben llevarlos a conocer que ellos mismos tienen la vida del Señor. Anteriormente ellos únicamente tenían la vida humana; pero ahora que son salvos, ellos poseen la vida del Señor. Además de esto, su espíritu fue regenerado por el Señor Espíritu.

Ejercitar su espíritu para invocar al Señor, para orar y para absorber las riquezas del Señor

  Si desean ayudarlos a ejercitar su espíritu, deben primero ejercitar ustedes su propio espíritu. No deben ayudarles únicamente a saber que Él es el Espíritu y que ellos tienen un espíritu; además de esto, deben demostrarles que ustedes son personas que usan su espíritu y hablan desde su espíritu. Luego deben ayudarles a usar su espíritu, a orar con su espíritu e invocar el nombre del Señor desde su espíritu para absorber las riquezas del Señor.

Disfrutar la leche de la palabra del Señor en la Biblia y crecer en la vida divina

  También deben ayudarles a disfrutar la leche de la palabra del Señor usando algunos versículos de la Biblia. Esta clase de disfrute los ayudará a crecer en la vida divina.

Consagrarse a sí mismos en sacrificio vivo a Dios

  Cuando ellos fueron salvos usted los ofreció a Dios como sacrificios. Sin embargo, en ese entonces fue usted quien los ofreció. Después de que usted los haya alimentado y ellos hayan crecido en vida, debe decirles que ahora ellos tienen que ofrecerse a sí mismos al Señor como sacrificios vivos. Romanos 12 dice: “Así que, hermanos, os exhorto por las compasiones de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio racional” (v. 1).

Éste es el modelo revelado en el Nuevo Testamento

  Hechos 5:42 nos dice que cada día, en el templo y de casa en casa, ellos no cesaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de Jesús como el Cristo.

TENER REUNIONES DE GRUPOS PEQUEÑOS QUE ESTÉN LLENAS DE MUTUALIDAD ENTRE LOS SANTOS

  La reunión de los grupos pequeños es diferente de la reunión de hogar. Después de que las personas son salvas y son pastoreadas y alimentadas por algún tiempo, deben congregarse. Esta reunión es la reunión de los grupos pequeños. No deben demorarse mucho en traerlos a las reuniones de los grupos pequeños. Al mismo tiempo que ustedes los alimentan, tráiganlos a las reuniones de los grupos pequeños.

Guiar, alumbrar y alentar a los santos a:

Ser abiertos y tener comunión unos con otros

  A los chinos sus propias familias les enseñan desde su juventud que no deben hablar mucho. Es por eso que a los chinos nunca les gusta abrir su boca en público. Es muy difícil hacer que las hermanas hablen en las reuniones; por consiguiente, tenemos que animarlas a abrirse. Cuando los cristianos se reúnen, mientras abran sus bocas, habrá un beneficio. Siempre ayuda cuando las cosas se hablan y tenemos comunión unos con otros.

Orar unos por otros

  Quizás una hermana vea a otra hermana venir a la reunión, y le diga: “Hermana, por favor, ore por mí. Esta mañana me lastimé el hombro”. Tal vez, otras dos hermanas entren, y esta hermana les cuente a las otras dos sobre esto, a lo cual respondan: “¡Oremos!”. De este modo, ellas comienzan a orar por la hermana que tiene el problema. Esto es orar por las necesidades físicas. A veces la oración puede ser acerca de las necesidades espirituales. Un hermano puede sentir que él simplemente no puede vencer en cierto asunto por medio de la oración. Así que otro hermano le dice: “¿Has cometido algún pecado, o has amado el mundo? ¿Será que tus oraciones están siendo estorbadas debido al pecado o al mundo que está en ti?”. Antes de que él acabe de hablar, unas cuantas hermanas pueden orar, diciendo: “Señor, ilumina a nuestro hermano para que pueda ver lo que hay en su interior”. Una vez que abramos nuestra boca, espontáneamente habrá comunión; y una vez que haya comunión, espontáneamente, oraremos unos por otros.

Cuidarse y pastorearse unos a otros

  Cuando los hermanos y hermanas tengan comunión y oren juntos, habrá el cuidado y el pastoreo mutuo.

Hacerse preguntas mutuamente para el aprendizaje y enseñanza de la verdad y hacerse preguntas mutuamente procurando crecer en vida y recibir instrucción al respecto

  Algunos quizás pregunten en la reunión: “¿Cuál es el significado de llevar la cruz?”. Entre las siete u ocho personas que estén presentes, cada una puede expresar algo. Un hermano podría decir: “La cruz era el instrumento que se usaba para ejecutar a los peores criminales durante el Imperio Romano”. Otro hermano diría: “Cuando el Señor Jesús fue puesto en la cruz, todos nosotros fuimos crucificados juntamente con Él. Por consiguiente, debemos permanecer en Su muerte, y no debemos descender de la cruz. Esto es lo que significa llevar la cruz”. Esta manera de hablar permite que todos puedan aprender la verdad.

Exhortar y consolar a los santos como un padre

Enseñar a los santos todo el consejo de Dios

  En Hechos 20 Pablo dijo: “Nada de cuanto os pudiera aprovechar rehuí anunciaros y enseñaros, públicamente y de casa en casa” (v. 20). “Porque no rehuí anunciaros todo el consejo de Dios” (v. 27). “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (v. 31).

En toda sabiduría, presentar a los santos perfectos en Cristo delante de Dios

  “A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre” (Col. 1:28). Pablo no sólo esperaba que los santos crecieran en la vida divina, sino que además de ello, amonestaba y enseñaba a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre delante de Dios.

Equipar y suministrar a los santos para que ellos hagan la obra del ministerio neotestamentario, que consiste en edificar el Cuerpo orgánico de Cristo

  Todos ustedes tienen que aprender a enseñar a los santos. Ello no significa enseñarles en la reunión, sino enseñar a cada uno de ellos en sus hogares durante su visita. Esta clase de enseñanza requiere tiempo. De entre los hermanos y hermanas ustedes pueden escoger primero aquellos a quienes puedan guiar más fácilmente. Si perfeccionan a dos cada semana, en medio año, podrán perfeccionar a un buen número. Unos cuantos en su grupo pequeño llegarán a ser más capaces, y los otros los seguirán y aprenderán. De este modo, será puesto un buen fundamento. He visto claramente que el éxito de la nueva manera depende de algunos que estén dispuestos a aprender primero, y que a su vez tomen la carga de enseñar a otros.

  En este respecto, una gran responsabilidad recae sobre los colaboradores que sirven a tiempo completo. No sólo deben ellos enseñar en las reuniones, sino que además deben ir a los hogares de los santos y enseñarles cara a cara y a uno por uno.

Asignar a los santos la responsabilidad de ir a predicar el evangelio visitando a las personas, de alimentar y cuidar de los nuevos creyentes, de guiar a los creyentes a que asistan a las reuniones de los grupos pequeños y a las reuniones más grandes de la iglesia

  Los que están a nuestro cuidado en una reunión de grupo deben ser capaces de hacer lo que nosotros hacemos. Esta clase de reunión de grupos pequeños ciertamente crecerá en número. Cuando el número aumente, podremos subdividir el grupo. La reunión de los grupos pequeños es la parte principal de la práctica de la vida de iglesia. En otras palabras, el aspecto práctico de la vida de iglesia existe en las reuniones de los grupos pequeños. Podemos decir que las reuniones de los grupos pequeños prácticamente equivalen a la vida de iglesia. Los grupos pequeños tienen la capacidad de perfeccionar a las personas, ayudarlas a conocer la verdad, a crecer en vida y a ejercer su función de una manera orgánica. De este modo, ellos también podrán hacer lo que nosotros hacemos. Ésta es la vida de iglesia.

ASISTIR A LAS REUNIONES DE LA IGLESIA EN LAS QUE TODOS HABLAN Y ESCUCHAN EN MUTUALIDAD

  Las reuniones en las que todos hablan y escuchan en mutualidad son las reuniones para el profetizar. La iglesia en Taipéi ahora practica esto en las reuniones de los distritos. En esta clase de reunión, todos tienen algo que suministrar a otros. Además, todo lo que se profetiza en las reuniones tiene como propósito edificar a los santos y a la iglesia. Su profetizar consiste en hablar por el Señor y en proclamar las riquezas del Señor. Además, ustedes en su hablar deben impartir al Señor en las personas. Por consiguiente, se necesita suministrar de una manera plena las riquezas de Cristo a los demás.

Es la meta de la función que desempeñan los sacerdotes neotestamentarios del evangelio

  Cuando los santos sean perfeccionados y crezcan hasta la madurez, es decir, cuando sean edificados en la verdad y tengan experiencias en la vida divina, podrán profetizar. De esta manera, Cristo será suministrado a todos Sus miembros, y la iglesia será edificada orgánicamente. Así pues, el hecho de que los sacerdotes neotestamentarios del evangelio prediquen el evangelio para ganar a los pecadores y ofrecérselos a Dios, que cuiden tiernamente y alimenten a los nuevos creyentes, les guíen a crecer en la vida divina para que ellos mismos se presenten en sacrificio vivo a Dios, que perfeccionen a los santos al enseñarles en toda sabiduría, y los presenten perfectos en Cristo ante Dios, todo ello, es con miras a esta única meta.

Es la consumación de la función que desempeñan los sacerdotes neotestamentarios del evangelio

  Profetizar es hablar por Dios a fin de que la iglesia sea edificada. Éste es el don más sobresaliente de entre todos los dones del Nuevo Testamento y los santos que deseen los dones espirituales deben anhelar este don. Esto es algo que todo creyente puede y debe hacer.

  Queridos hermanos y hermanas, éstos son los versículos más cruciales en cuanto a la nueva manera, la manera que el Señor ordenó, la cual se revela en la Biblia y fue descubierta por nosotros a través de nuestro estudio durante los pasados cuatro años y medio. Les he presentado esto a ustedes para darles un panorama completo. Puesto que todos ustedes aman al Señor, espero que dediquen algún tiempo para que busquen y aprendan estas cosas. Tarde o temprano el Señor tendrá que recobrar la nueva manera, ya que esto es lo que el Señor ha hablado en la Biblia. Yo creo que el Señor hará esto en los postreros tiempos. Si somos perezosos e indisciplinados, retrazaremos la obra del Señor. Sin embargo, el Señor no podrá ser retrazado por el hombre para siempre. Así que, tarde o temprano, Él encontrará un grupo de personas que pondrá en práctica la nueva manera a fin de que Su voluntad sea cumplida, de modo que la iglesia sea edificada, y la novia de Cristo sea completamente preparada.

  Les ruego que prosigan con este propósito en mente. A partir de hoy, los ancianos y colaboradores deben tomar esta pesada carga. Deben enseñar no sólo en las reuniones, sino también uno por uno en cada hogar. El secreto de estos tres niveles de reunión —la reunión de hogar, la reunión de los grupos pequeños y las reuniones de distrito— radica en la disposición que ustedes tengan para aprender a enseñar. Permítanme repetirles que esta manera es absolutamente correcta. Si ustedes y yo somos fieles y diligentes tendrá éxito entre nosotros. Yo creo que esto tendrá éxito.

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