
Este libro se compone de mensajes dados por el hermano Witness Lee en junio y julio de 1975 en Seattle, Washington y en Berkeley y Anaheim, California.
Apocalipsis 1:1 dice que Dios dio esta revelación a Sus esclavos para mostrarles las cosas que deben suceder pronto. Si conocemos la revelación de Cristo, nos percataremos de que no se trata simplemente de una profecía de ciertos eventos que ocurrirán en el futuro. Antes bien, se trata de todo aquello relacionado con Cristo, el León divino, y las muchas cosas que hace. El versículo 2 dice de Juan: “Que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, de todas las cosas que ha visto”. Luego, el versículo 9 dice: “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesús”. Desde la primera vez que vine a los Estados Unidos, consideré hablar acerca del testimonio de Jesús, pero el tiempo aún no había madurado para hablar de ello. No obstante, ahora tengo la carga de liberar este punto de la verdad. El testimonio de Jesús es el Cristo agrandado. El testimonio de una persona nos provee un cuadro claro de la persona misma. Si alguien ve mi foto, de inmediato sabrá qué clase de persona soy; la foto es mi “testimonio”. En este universo hay una persona maravillosa y misteriosa llamada Jesús; pero ¿dónde se encuentra Él hoy? Él se encuentra en nuestra ciudad, pero ¿cómo la gente lo puede ver? Sin duda alguna la iglesia local, la iglesia en cada localidad, es el testimonio de Jesús hoy.
El testimonio de Jesús es la iglesia de forma práctica, no es la iglesia que se encuentra “en el aire” ni la iglesia que ha de venir. La iglesia que aún está por venir no puede mostrarles Jesús a las personas, y la iglesia que está “en los cielos” tal vez puede mostrarles Jesús a los ángeles, pero no podrá mostrárselo a las personas que se encuentran en la tierra. Si queremos mostrar a Jesús a las personas de nuestra localidad, es necesario que en nuestra localidad haya una iglesia que testifique quién es Jesús. Si alguien de cierta localidad desea ver a Jesús, esa persona debe acudir a la iglesia que está en esa localidad. Por consiguiente, debemos examinarnos si realmente tenemos la imagen de Jesús. Si mostramos a alguien una foto borrosa de una persona, ésta no sería un testimonio fiel de ella, esto es, de su imagen y apariencia. Podremos ver cierta imagen reflejada en la foto, pero no mostrará la persona de la cual se habla. La iglesia en nuestra localidad debe llevar la imagen, la expresión, la apariencia y las virtudes de Cristo.
Dado que soy un anciano, a mí no me gusta criticar a nadie ni ofender a nadie. Prefiero amar a las personas y ser bondadoso con ellas. Sin embargo, cuando tengo contacto con Dios, recibo la carga de hablar sobre la situación actual del cristianismo. La mayor parte del cristianismo ha errado casi por completo el blanco de Dios. ¿Dónde encontramos hoy en día una iglesia que verdaderamente lleve el testimonio de Jesús? Al cristianismo principalmente le interesa la salvación, el gozo, la paz y el bienestar de la gente, tanto en el presente como en el futuro. Debido a esto, si alguien impartiese desde el podio un mensaje sobre el testimonio de Jesús, es posible que lo echen fuera. Muchos pastores cristianos, por temor a perder su trabajo, no se atreven a hablar de esto. A raíz de esta situación, hace cincuenta años atrás el Señor se vio obligado a ir al Lejano Oriente, un lugar pagano, a encontrar a algunos jóvenes que no les importaba su propia vida, sino que estaban cargados con valentía para hablar la verdad a la gente.
Ésta no es la era para preocuparnos simplemente por la salvación, la paz, el gozo y el bienestar de las personas. Ésta es la era para edificar el testimonio de Jesucristo. Cuanto más nos preocupemos únicamente por nuestra salvación y gozo personal, menos disfrutaremos de estas cosas, y si sólo nos interesa estar en paz, no la tendremos. Incluso algunos pastores evangélicos se pelean con sus esposas y sus hijos se rebelan. ¿Dónde se encuentra la paz verdadera? Debido a que la gente únicamente se preocupa por sí mismos, terminan perdiéndolo todo. La verdadera salvación viene cuando nos entregamos a Su testimonio. No hay necesidad de enfocarnos en nuestra salvación. Si cuidamos del testimonio de Jesús, ciertamente disfrutaremos la salvación. La gente pudo matar a Pedro y a Pablo y los martirizaron, pero nunca pudieron quitarles a los apóstoles el disfrute de su salvación. El disfrute de su salvación estaba asegurado por el testimonio de Jesús.
Debemos volvernos de nuestro interés personal, salvación, paz, gozo y bienestar. Tal vez los que viven en los Estados Unidos poseen mejores viviendas y automóviles que los demás, pero no tienen más paz, gozo, salvación o bienestar espiritual. Hoy el Señor Jesús busca a aquellas personas que sean absolutamente para Él, los que sean valientes y estén dispuestos a decir: “Señor Jesús, no me interesa ser simplemente salvo del lago de fuego. Te amo a Ti, y deseo ser Tu testimonio”. Todo aquel que proclame esto, con certeza será salvo de la perdición eterna. De la misma manera, todo aquel que diga: “Señor Jesús, no me interesa mi gozo, sino Tu testimonio”, será la persona más alegre. Las personas más gozosas son aquellas que viven para el testimonio de Jesús. Si no somos para Su testimonio, ¿qué clase de futuro podremos tener? Nuestro futuro será solamente el envejecimiento y la debilidad y, finalmente, el sepulcro. No hay paz, gozo ni bienestar en esto. No estamos aquí para estas cosas. Debemos estar aquí para Su testimonio. Deberíamos decirle al Señor: “Señor Jesús, no me interesa mi paz, gozo, bienestar ni futuro personal. Señor, lo único que me interesa hoy aquí es Tu testimonio”. Este testimonio de Jesús es la iglesia local, la iglesia en nuestra localidad.
Siempre que tenemos contacto con la iglesia local, verdaderamente tenemos el gozo, la paz y todo lo demás. Después de que vine de la China a los Estados Unidos, les dije a mis parientes y amigos en China: “Los Estados Unidos es un buen país, pero sólo en el sentido de que es bueno para la vida de iglesia. Si a ustedes no les interesa la vida de iglesia, entonces es mejor que no vengan. Este país será un lugar horrible para ustedes”. Éste es el lugar más pecaminoso, aquí abunda la fornicación, la homosexualidad, los clubs nocturnos y muchas cosas pecaminosas. Uno encuentra más maldad aquí que en Sodoma y Gomorra. No obstante, este país sigue siendo el mejor lugar para tener la vida de iglesia. Aquí uno encuentra todas las comodidades modernas y la gente puede ganar un buen sueldo simplemente dedicándose a cualquier oficio. Son muchos los jóvenes americanos en la vida de iglesia que trabajan solamente ocho horas diarias por cinco días a la semana, y por las tardes se reúnen juntos para cantar y alabar al Señor. Algunos dedican todo el sábado y el Día del Señor a “iglesiar” en la vida de iglesia. Para ellos vivir en los Estados Unidos es algo maravilloso. Hace cien años, para ir de la costa occidental de los Estados Unidos a China se requería seis meses en barco, pero hoy, en un solo día podemos volar a Taiwán y regresar al día siguiente. Podemos también conversar con los hermanos de todo el país e incluso del mundo entero simplemente haciendo una llamada a larga distancia. Asimismo, todas las carreteras y autopistas benefician la vida de iglesia. Sin embargo, si los jóvenes que viven en un país tan avanzado y rico no son para la vida de iglesia, perderán toda la bendición y caerán en la “corriente” de televisión, bailes, clubs nocturnos, irse a esquiar y correr olas. Al igual que Noé y su familia, estamos aquí en el “arca” disfrutando de la presencia del Señor. Ésta es la vida de iglesia.
Sin embargo, en la vida de iglesia no debemos preocuparnos simplemente por nuestro disfrute personal. Si hacemos eso habremos caído. No estamos aquí para nuestro disfrute personal, sino para el testimonio de Jesús. Siempre y cuando seamos para Su testimonio, el Señor será nuestro gozo; pero si sólo nos interesa nuestro propio gozo, no tendremos gozo. El testimonio del Señor es nuestro gozo. Recientemente me entusiasmé muchísimo al ver a un grupo de jóvenes en cierta localidad. Ellos son tan queridos para mí. Mi regocijo fue tan fuerte que me afectó la voz. En otra ocasión fui invitado a hablar a otro grupo pequeño de santos; y les hablé con tristeza, porque todos los presentes solamente se interesaban por lo suyo propio, ninguno de ellos era para el Señor Jesús. Verdaderamente me apenó ver esa situación. Por el contrario, estoy muy contento de poder estar con las iglesias en muchas localidades. De vez en cuando mi familia me aconseja que descanse, pero no puedo. Cuando veo las iglesias, estoy emocionado. La vida de iglesia es verdaderamente gloriosa porque Jesús es testificado allí. La revelación presente de Dios no es una misión ni una obra de predicación, sino que es ganar el testimonio de Jesús en la vida de iglesia.
La primera visión hallada en Apocalipsis es la visión de los siete candeleros, los cuales representan las siete iglesias locales. La característica más sobresaliente es que Cristo anda en medio de los candeleros (1:13; 2:1). Como señal, esto indica que las iglesias son el lugar donde Cristo puede andar. Si no hubiera iglesias en la tierra, Cristo no tendría lugar alguno para andar. Andar implica manifestarse a la gente. El lugar donde Juan vio a Jesús fue en medio de las iglesias. Muchos de nosotros podemos testificar que antes de venir a las iglesias, sabíamos algo de Jesús, mas no habíamos visto mucho de Él. Sin embargo, en la vida de iglesia, Jesús está aquí día tras día. Cuando visitamos la iglesia en las distintas localidades, allí encontramos a Jesús; Él está en todas partes en las iglesias locales. En las iglesias no solamente conocemos a Jesús y oímos acerca de Él, sino que lo vemos y nos reunimos con Él. Lo que verdaderamente desea el Señor es obtener las iglesias locales. Muchos cristianos hoy en día están interesados en conocer las profecías. Si examinamos la situación en el Medio Oriente, Israel y los países árabes, nos damos cuenta de que estamos en los últimos días de esta era; estamos muy cerca del final. Sin embargo, el libro de Apocalipsis no es principalmente un libro que contiene profecías sobre acontecimientos que ocurrirán en el futuro, sino que es un libro acerca de las iglesias como el testimonio de Jesús.
Sabemos que el Señor Jesús dijo en Mateo 16 que Él edificará Su iglesia, pero ¿dónde edifica Su iglesia hoy en día? Él no puede edificar Su iglesia de manera práctica en la Iglesia Católica Romana, en las misas, al quemar incienso y en las confesiones a los sacerdotes. Tampoco le es posible al Señor Jesús edificar Su iglesia en las denominaciones grandes. Es cierto que la gente puede ser salva en ellas, tal como muchos han sido salvos en la Iglesia Católica. Hasta cierto grado la gente puede recibir salvación en esos lugares y ciertamente esos son buenos sitios para que la gente sea salva, pero honestamente, no podemos afirmar que ellos sean lugares adecuados para que el Señor Jesús edifique Su iglesia. ¿Qué podemos decir respecto a los grupos libres o los grupos que se reúnen para estudiar la Biblia en sus hogares, grupos de cinco o diez personas que aman al Señor Jesús y se reúnen para orar y estudiar? Tales grupos son buenos para fomentar la comunión, pero proveen muy poca oportunidad al Señor para que edifique Su iglesia en esos grupos. Ellos no tienen la intención de cumplir este propósito. Si les visitáramos e intentáramos hablarles sobre la iglesia, quizás digan: “Por favor, no hablen de eso; sólo causarán problemas”. También está el llamado movimiento carismático, incluso dentro de la Iglesia Católica. En algunas iglesias católicas encontramos una mixtura de lo “carismático” con la misa y la adoración a María. Repito, no es posible que el Señor edifique Su iglesia en esa situación. Si nos apartamos un poco y vemos la situación de forma objetiva, veremos claramente que no hay manera que el Señor pueda edificar Su iglesia en la Iglesia Católica, en las denominaciones, en los grupos libres ni en el movimiento carismático. Entonces ¿dónde puede el Señor edificar Su iglesia?
Hace más de cincuenta años, en 1922, el Señor ganó un joven llamado Watchman Nee y le infundió la carga con respecto a la iglesia, y todos nosotros hemos recibido la misma visión por medio de él. Cuando estaba bajo los buenos maestros de la Asamblea de los Hermanos, aprendí la Biblia conforme a la letra, pero no recibí mucha revelación. En ese mismo período, Dios se valió del hermano Nee para levantar las iglesias. Finalmente, vi la visión de la iglesia por medio de su testimonio, y salí de las denominaciones. Estábamos muy claros acerca de la vida de iglesia. Cuando uno ve algo, jamás podrá negar haberlo visto. Desde nuestra juventud hemos luchado por la iglesia debido a que hemos recibido una visión acerca de ella. Para que el Señor regrese, se necesitan las iglesias locales a fin de que Él edifique Su iglesia. Juan 3:29 dice: “El que tiene la novia, es el novio”. Sabemos que la novia es la iglesia, pero en la situación actual ¿dónde está la novia? Sin las iglesias locales, no hay posibilidad de tener la novia.
Como hemos visto, el libro de Apocalipsis no es simplemente un libro de profecía acerca de las bestias y los diez cuernos. Éste es un libro que trata de la iglesia. En el capítulo 1 se nos presentan las iglesias locales, y en los capítulos 2 y 3 hay más acerca de las iglesias locales. Por supuesto, un buen cuadro siempre necesita un trasfondo, de ahí que, después de los primeros tres capítulos, se nos da una palabra adicional sobre la situación mundial. Después, en el capítulo 7 vemos una gran multitud compuesta por aquellos que fueron redimidos, y que constituyen la iglesia; en el capítulo 12 se nos habla del hijo varón, los vencedores producidos dentro de la iglesia; y en el capítulo 14 vemos las ciento cuarenta y cuatro mil primicias y la mies, la cosecha. En el capítulo 19 tenemos la novia que se ha preparado, que es el resultado de las iglesias apropiadas mencionadas en los capítulos anteriores; la novia en el capítulo 19 surge de las iglesias en el capítulo 1. Finalmente, tenemos la Nueva Jerusalén en el capítulo 21. Apocalipsis comienza con las siete iglesias y termina con la Nueva Jerusalén, que es la consumación de las iglesias. Todo esto es el testimonio de Jesús.
Si verdaderamente estamos en serio para seguir al Señor, amarle y ser para Su testimonio, todos tenemos que ver claramente que lo que el Señor necesita hoy son las iglesias locales. No criticamos las otras obras que otros realizan, pero nos damos cuenta que el testimonio central que el Señor desea es las iglesias locales. Las iglesias locales son todo-inclusivas. En las iglesias hay predicación, propagación, aumento, allí se lleva frutos, se edifica a los creyentes, allí hay ministerio de vida, el crecimiento de la vida y la edificación del Cuerpo de Cristo. Las iglesias locales no son una misión, una obra, una denominación ni una organización para mantener ciertas enseñanzas y doctrinas. Las iglesias locales son la expresión del Cristo todo-inclusivo; por lo tanto, ellas son el testimonio de Jesús. Esto producirá la novia, y esto resultará y tendrá como consumación la Nueva Jerusalén, la cual será el pleno testimonio de Jesús. A fin de hacer realidad el testimonio de Jesús, primero tenemos que edificar las iglesias locales y, después entrar en ellas, tal como lo hizo Noé, quien edificó primero el arca y después entró en ella. Ésta es nuestra salvación y nuestro testimonio hoy en día, el cual es el testimonio de Jesús. Aquí la gente puede ver a Cristo y es aquí donde Cristo puede andar, manifestarse a las personas, visitarlas y reunirse con ellas. Ésta es la necesidad práctica y el vivir necesario para hacer realidad el testimonio del Señor hoy en día. Todos debemos ver esto y todos debemos entrar en esto.