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Mensajes del libro «Testimonio de Watchman Nee, El»
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APENDICE

Una carta del hermano watchman nee al compilador (10 de marzo de 1950)

  Querido hermano Weigh:

  Por largo tiempo he pensado escribirle esta carta, pero lo había pospuesto por si mis pensamientos no estaban lo suficientemente maduros para hacerlo. Sin embargo, pienso que éste es el tiempo oportuno. Espero que humildemente lleve esto ante Dios.

  Temo que las dificultades de las iglesias en Hong Kong y Cantón vayan a ser enormes, específicamente (a) entre los colaboradores y (b) en la iglesia. Espero que lo que voy a decir a continuación ayudará, por la gracia de Dios, a cambiar la situación allí.

  (1) Aquellos que son líderes deben aprender a amar a los demás, a pensar en el bienestar de ellos, a cuidarlos, a negarse a sí mismos por causa de ellos y a darles todo lo que tengan. Si uno no se puede negar a sí mismo por causa de otros, le será imposible guiarlos en la senda espiritual. Aprendan a darle a otros lo que ustedes tienen, aunque piensen que no es nada. Entonces el Señor comenzará a derramar Su bendición.

  (2) La fortaleza interior de un obrero debe corresponder a la medida de su labor. No debe pasar de ese límite ni debe hacer esfuerzos desmesurados, ni tener desasosiego ni escasez ni ansiedad ni debe carecer de un fluir desbordante; tampoco debe tener planes humanos ni debe adelantarse al Señor. Todas éstas son condiciones indeseables. Si uno tiene abundancia interiormente, lo que emane de uno será como la corriente de un río, y no necesitará un esfuerzo desmesurado. Uno debe ser un hombre espiritual y no meramente actuar como si lo fuera.

  (3) Aprenda a escuchar a otros en lo pertinente a su propia labor. La enseñanza de Hechos 15 consiste en que escuchemos a todos los hermanos, esto es, que prestemos atención a los puntos de vista de ellos, porque el Espíritu Santo habla por medio de ellos. Sea muy cuidadoso, pues si se rehusa a escuchar la voz de los hermanos, es posible que no oiga la voz del Espíritu Santo. Todos los obreros y los colaboradores deben sentarse a escucharlos y darles oportunidad para que hablen sin restringirlos. Sea bondadoso y humilde y esté dispuesto a escuchar.

  (4) La dificultad de muchos reside en que no han sido quebrantados. Ellos habrán escuchado acerca de ser personas “quebrantadas”, pero el significado de esta palabra está fuera de su alcance. Si uno ha sido quebrantado, no intentará llegar a sus propias conclusiones en cuestiones administrativas o con relación a la enseñanza, ni afirmará que entiende a las personas ni que es capaz de hacer algo, ni se arriesgará a asumir autoridad ni a imponer su propia autoridad a los demás, y no se tomará la libertad de criticar a los hermanos ni a ser arrogante con ellos. Un hermano que ha sido quebrantado no tratará de defenderse, y no habrá nada a lo cual necesite mirar atrás.

  (5) No debe haber ninguna tensión en las reuniones ni en la iglesia. En cuanto a los asuntos administrativos de la iglesia, aprenda a no hacer demasiado usted solo; distribuya las labores entre los demás y ayúdeles a que aprendan a usar su propio discernimiento al tomar decisiones. Primero, debe instruirles brevemente sobre los principios fundamentales que se deben seguir y, posteriormente, determinar si han actuado conforme a dichos principios. No es bueno echarse encima demasiadas cargas. Evite ser demasiado visible en las reuniones; de lo contrario, los hermanos podrán sentir que usted monopoliza la reunión. Aprenda a depositar su confianza en los hermanos y a distribuir las funciones entre ellos.

  (6) El Espíritu de Dios no puede ser impuesto en la iglesia. Uno debe someterse a El; de lo contrario, una vez que El detiene la unción, la iglesia se sentirá cansada o posiblemente aburrida. Si el espíritu de uno es fuerte, afectará eficazmente a toda la audiencia, cautivando su atención en diez minutos; pero si es débil, aunque uno grite amenazas y use más tiempo, no será de ayuda, y hasta podría causar daño.

  (7) Al dar un mensaje, no lo haga muy largo ni muy elaborado; si no, el espíritu de los santos tenderá a aburrirse. No incluya pensamientos superficiales ni lenguaje tosco en el contenido de su mensaje; evite ejemplos infantiles así como razonamientos tan comunes que la gente los considere pueriles. Aprenda a impartir la esencia de un mensaje en media hora. No piense que porque usted disfruta su propio mensaje, que por eso las palabras son de Dios.

  (8) Frecuentemente, la tentación que encontramos en la reunión de oración es la de dar un mensaje o hablar extensamente. Una reunión de oración debe ser dedicada a la oración; hablar demasiado hará que la conciencia se sienta pesada, y en consecuencia, la reunión será un fracaso.

  (9) La obra en Kuling, en la provincia de Fukien en 1948, fue un caso excepcional. Los obreros deben aprender mucho antes de asumir alguna posición en la que tengan que afrontar problemas o ayudar a las personas. Con un aprendizaje pobre, un conocimiento limitado, un quebrantamiento incompleto y un juicio que no sea digno de confianza, uno será incompetente para ayudar a otros. No llegue a conclusiones precipitadamente; aun cuando uno está a punto de hacer algo, debe hacerlo con temor y temblor. No trate asuntos espirituales a la ligera. Aprenda en el corazón.

  (10) Aprenda a desconfiar en sus propios juicios. Quien juzga estar en lo correcto, podría no estarlo; y lo que uno considera erróneo, podría no serlo. Si uno ha decidido aprender humildemente, le tomará varios años completar dicho aprendizaje. Así que por ahora, no tenga demasiada confianza en sí mismo ni sea excesivamente dogmático en cuanto a su manera de pensar.

  (11) Sería peligroso que las personas de la iglesia sigan las decisiones de uno antes de que haya alcanzado cierta madurez. El Señor ha de trabajar en uno para quebrantar sus pensamientos y disciplinarlo antes de que pueda entender la voluntad de Dios y así ser Su autoridad delegada. La autoridad está fundada en el conocimiento de la voluntad del Señor. Donde no se han manifestado la autoridad del Señor y Su propósito, no hay autoridad.

  (12) La capacidad de un siervo de Dios deberá ser constantemente expandida. Creo que Dios está haciendo esto ahora; uno no necesita buscar interiormente, debido a que eso lo desanimará. Dios quizás desee que uno tome cierta responsabilidad en el liderazgo. En cuanto a la obra en Hong Kong, es posible que algunos hermanos se sientan guiados a unirse. Creo que debemos tener paz con respecto a este asunto.

  Suyo en el Señor, Nee To-sheng (Watchman Nee)

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