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Mensajes del libro «Vasos útiles para el Señor»
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CAPÍTULO TRES

EL APRENDIZAJE EN EL ENTRENAMIENTO DE TIEMPO COMPLETO

LA OBRA DE TRADUCCIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO VERSIÓN RECOBRO

  Durante los últimos dos o tres años, la obra que más me ha preocupado y que ha requerido gran consideración ha sido la obra de traducción al chino del Nuevo Testamento, Versión Recobro. Tanto en Taiwán como en los Estados Unidos y en el Sudeste de Asia se nos ha hecho el llamado urgente y apremiante para producir una mejor traducción del Nuevo Testamento. Sin embargo, puesto que esta traducción está relacionada con terminologías bíblicas, esto no puede llevarse a cabo de manera ordinaria. Ésta no es una tarea fácil de asumir. Incluso es posible que una persona muy competente y sumamente versada en el chino, inglés y griego, no haga una buena labor. Recientemente estuve en el sudeste de Asia, y conocí a un grupo de santos que tenían conocimiento tanto del chino como del inglés, y ellos específicamente servían en la traducción de las publicaciones para las iglesias. Ellos tradujeron al inglés los bosquejos de los mensajes que yo había escrito en chino, y no pensé que habría ningún problema con ello. Sin embargo, antes de compartir estos mensajes en inglés, leí los bosquejos que ellos habían traducido al inglés y me di cuenta de la gran diferencia que había entre ambas versiones. El problema no radicaba en que los traductores tuvieran un pobre domino del inglés o del chino, sino que ellos no entendían la terminología que usamos en el recobro del Señor. Por tanto, esto me llevó a comprender todavía más, que no podía ser descuidado en esta tarea.

  Para traducir la Biblia uno debe tener un vasto conocimiento de la verdad y también debe tener muchas consideraciones detalladas. A lo largo de los siglos, los traductores de la Biblia no han podido entender con exactitud el significado del texto original de la Biblia ni conocer cabalmente los principios que la rigen, pese a que muchos de ellos han sido personas de mucha educación. Es imposible entender la Biblia o incluso el texto de un versículo meramente conforme a sus palabras. Si bien las palabras son importantes, pues sin ellas todo sería indistinguible, lo más importante es tener un entendimiento de los asuntos espirituales y estar familiarizados con los principios bíblicos. Si no poseemos el conocimiento adecuado con respecto a los asuntos espirituales; si nuestro entendimiento de los principios bíblicos y de la interrelación que existe entre los mismos es inadecuado; si somos incapaces de entender las verdades fundamentales halladas en la Biblia; y si entendemos la Biblia meramente conforme a la letra en blanco y negro, entonces cometeremos errores con mucha facilidad.

  Con respecto al texto, la letra, de la Biblia, el Antiguo Testamento se escribió en hebreo, y el Nuevo Testamento en griego. Si bien estas dos lenguas escritas se han venido desarrollando desde hace miles de años, el significado de cada palabra en sí sigue siendo sumamente difícil de entender. En el griego una misma palabra puede tener a veces más de diez significados distintos y varios usos diferentes. Las verdades bíblicas contenidas en el Antiguo Testamento no son difíciles de entender, pero las verdades que contiene el Nuevo Testamento se hallan íntegramente en la esfera celestial. Por tanto, decidir cuál es el significado que conlleva una palabra en un determinado versículo no es tarea fácil.

  Después de ser salvo, comencé a amar el estudio de la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Durante los últimos doce años he tenido que escribir las notas al calce que aparecen en el Nuevo Testamento Versión Recobro, con el fin de liberar los mensajes del Estudio-vida. Esta tarea me obligó a examinar de manera minuciosa el significado de cada palabra crucial que se encuentra en la Biblia.

  Casi todos los puntos principales de la Biblia están ahora dentro de mi. Por tanto, después de examinar más a fondo las publicaciones de nuestra librería, estoy profundamente preocupado, por todos aquellos que están involucrados en la traducción de la Biblia, pues si ellos no poseen un entendimiento exacto del significado original que poseen las palabras de la Biblia, entonces el material que ellos traducen ciertamente contendrá errores. Por consiguiente, después de considerarlo con detenimiento, decidí laborar personalmente en esta tarea al hacerme responsable de la obra de traducción del Nuevo Testamento Versión Recobro y espero que podamos completar este proyecto lo antes posible.

  Puesto que ustedes están siendo entrenados para ser útiles en la obra del recobro del Señor, deben conocer bien al menos dos idiomas: su lengua materna, que es el chino, y la lengua universal, que es el inglés. El aprendizaje de estas dos lenguas requiere que ustedes le dediquen su tiempo y su energía. Para aprender el inglés, no solamente deberán estudiar el Nuevo Testamento Versión Recobro, sino también practicar con la versión King James, la cual no tiene muchas palabras nuevas o frases sofisticadas, pero muchos aprecian la profundidad de su inglés. Aquellos que deseen aprender inglés no pueden ignorar esta versión de la Biblia. Debido a que dicha versión tiene ya trescientos años de historia y contiene algunas frases o expresiones arcaicas, muchos han tratado de reemplazarla con otras versiones en inglés. Sin embargo, nadie lo ha podido lograr. Al laborar en la Versión Recobro del Nuevo Testamento en inglés, no diferimos mucho de la versión King James. Tratamos al máximo de conservar su mismo estilo y usar sus mismas frases, cláusulas y palabras, a menos que éstas no concordasen con el significado del texto original. Por tanto, el Nuevo Testamento Versión Recobro en inglés no fue escrito con un lenguaje muy sofisticado; así que debiera serles fácil poder entenderlo. Esto les servirá de gran ayuda.

CONOCER EL RECOBRO DEL SEÑOR

  En este mensaje les presentaré una palabra exhaustiva que les servirá de guía para el ejercicio que ustedes realizan durante el tiempo de su entrenamiento.

  El recobro del Señor indudablemente es del Señor. Esto significa que creemos en el Señor, que le seguimos a Él y le servimos, y que también llevamos el testimonio de la iglesia en beneficio de Él, al adherirnos por completo a la revelación pura presentada en las Santas Escrituras. En el pasado examinamos algunas características de varias denominaciones cristianas, tales como la medida en que se aceptaban la Biblia, la manera en que llevaban a la práctica la vida cristiana y la manera en que establecían iglesias. Sin importar cuáles fueran sus prácticas, no las aceptamos de inmediato, sino que las examinamos delante de las Escrituras y las comparamos con la revelación contenida en la Biblia. Aceptamos sólo las prácticas que se ceñían a la Biblia y procuramos aceptar todo cuanto nos era posible. Aun cuando no nacimos en el primer siglo ni en el segundo, sino en el siglo veinte, después de realizar una investigación exhaustiva y con una mentalidad abierta, recibimos casi todo aquello que ha probado estar a la altura de la Biblia. Por consiguiente, hemos recibido mucha ayuda. Podemos afirmar que el camino que toma el recobro del Señor hoy en día no se ciñe a los dos mil años de tradición cristiana, sino que más bien se ciñe absolutamente a la Biblia.

  La Universidad de las Filipinas es la institución educativa nacional que goza de mayor prestigio en las Filipinas y que agrupa a los mejores estudiantes del país. Un catedrático de tecnología agraria fue salvo entre nosotros cuando estudiaba su doctorado en los Estados Unidos, y él recibió la revelación acerca del camino de la iglesia. Después que regresó a las Filipinas, él comenzó a dictar una clase en esta universidad. Este hermano llevó un poderoso testimonio del Señor y condujo a la salvación a casi todos aquellos que se hallaban a su alrededor. El testimonio de la iglesia fue establecido en esa localidad en un lapso de apenas cuatro años. Se reunían aproximadamente cuarenta santos; la mayoría de ellos pertenecían al campo de la educación. Algunos eran colegas de este hermano o asistentes suyos, mientras que otros eran estudiantes y amigos. Había también entre ellos maestros de escuela intermedia.

  Visité esa iglesia en un viaje reciente que hice a las Filipinas. Los santos me dijeron que el departamento de agricultura de la Universidad de las Filipinas contaba con siete mil estudiantes y que había catorce organizaciones cristianas, la mayoría de ellas procedente de los Estados Unidos, las cuales llevaban a cabo una obra universitaria entre los estudiantes con el objetivo de ganar todo el recinto universitario. Los santos me indicaron particularmente que la mayoría de estas organizaciones se oponían a nosotros. Además, tales organizaciones mostraron su oposición de la misma manera que se había hecho en los Estados Unidos: cada persona que contactábamos recibía al siguiente día una copia del libro The God-Men, en el cual se nos difamaba. Los hermanos habían hecho todo lo posible por defender la verdad. Les pregunté si habían usado el “Dictamen de sentencia” de la corte en respuesta a la demanda que habíamos presentado en los Estados Unidos; a lo cual respondieron que no. Ellos solamente habían utilizado algunos artículos que se publicaron en el periódico. Les dije que eso no era suficiente y que debían usar el “Dictamen de sentencia”. Así pues, después de publicar en el periódico una carta de refutación y defensa, un pastor nos escribió una misiva diciendo que nuestra refutación era excelente y que nuestra única falta consistía en que las verdades que sosteníamos no se apegaban a la tradición. Les dije a los hermanos que tal respuesta constituía el mejor de los elogios. Las verdades que profesamos no se ciñen a la tradición; más bien se ciñen a la palabra pura de la Biblia. Entonces, sugerí a los hermanos decirle a ese pastor que si deseaba debatir con nosotros, él tenía que usar la Biblia porque nosotros respetábamos únicamente lo que está escrito en ella. Nosotros haremos caso omiso de cualquier debate que tome como base el Credo de Nicea o las tradiciones.

  Muchas de las creencias que imperan en el protestantismo actual, y más aún en el catolicismo, no son conformes a la Biblia, sino que se ciñen a los llamados “concilios”. En la cristiandad hay quienes creen que las decisiones de los concilios superan las enseñanzas de la Biblia. Por tanto, en vez de decir: “Esto declara la Biblia”, ellos dicen: “Esto lo decidieron los concilios”. El primer concilio fue el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d. C., y fue presidido por Constantino I el Grande. Más tarde, el sistema papal fue reconocido oficialmente en el año 570 d. C., y el papa reemplazó lo que antes hacían los concilios. Antes de la aceptación del sistema papal, cualquier controversia en torno a los asuntos espirituales debía resolverse conforme a las decisiones tomadas por los concilios. A lo largo de las generaciones, muchos de los que conforman la cristiandad han dicho: “Así dice el concilio”, y no: “Así dice la Biblia”.

  Sin embargo, el recobro del Señor es diferente. Hemos declarado desde un principio que no nos conformamos en lo absoluto a ninguna tradición y que tampoco tenemos interés alguno por los concilios cristianos celebrados antes del establecimiento del sistema papal. Nosotros hemos retornado a la Palabra pura de Dios. Independientemente de cuán buenas sean las enseñanzas impartidas por los concilios cristianos y por la teología tradicional, si ellas no se conforman con la Biblia, nosotros las rechazamos. A nosotros únicamente nos interesa la Palabra pura de Dios.

  Puesto que ustedes están asistiendo al Entrenamiento de Tiempo Completo, como regla general, deben ser entrenados en lo que respecta a conocer la iglesia. Esto significa que deben aprender a regresar a la Palabra pura y exacta de Dios a fin de conocer qué cosa es la iglesia, cuál es el camino y el terreno de la iglesia, así como la práctica y el contenido de la iglesia. Espero que todos ustedes entiendan con claridad todos estos puntos. Si bien tenemos muchos libros relacionados con estos temas, lamentablemente no están compilados de manera sistemática; más bien, un punto aparece acá y otro allá. Actualmente, estamos compilando una serie de libros titulados Lecciones de la verdad, los cuales serán publicados en cuatro diferentes niveles. Cada nivel consistirá de cuarenta y ocho temas. Nuestro objetivo es poner en un orden sistemático todos los mensajes que hemos publicado en los últimos sesenta años a fin de que los santos tengan un entendimiento claro y conciso en cuanto a la verdad.

PROCURAR PROGRESAR EN NUESTRO SERVICIO

  Proverbios 29:18 dice: “Cuando no hay visión, el pueblo se desenfrena [heb.]”. Si nos falta una clara visión, es difícil que avancemos en cuanto a nuestro servicio. Si las personas del mundo no fuesen estimuladas por la competencia, no tendrían meta alguna y quedarían descalificadas. Si una persona monta una fábrica sin haber planeado la forma de mercadear su producto, difícilmente saldrá adelante. Y pese a que no vamos a abrir una fábrica para dedicarnos a los negocios, al realizar la obra del Señor debemos regirnos por ese mismo principio. Tenemos la verdad más elevada y la práctica que más concuerda con la Biblia. Sin embargo, si somos ignorantes y jactanciosos, y mantenemos una actitud cerrada hacia el mundo y no procuramos progresar, entonces el Señor no podrá avanzar entre nosotros.

  A fin de propagarse y aumentar, algunos en la Iglesia Católica han aceptado el llamado movimiento pentecostal. En una ocasión asistí a una de estas reuniones pentecostales para investigar. A la reunión que asistí, vi que usaban la palabra carismática en vez de la pentecostal. Los sacerdotes católicos vestían con ropas sacerdotales, y las monjas llevaban sus hábitos. Sin embargo, no se sentaban en orden; algunos se postraban en el piso, mientras que otros se sentaban en el suelo. Nadie presidía la reunión, ni tampoco había un predicador. Los creyentes simplemente se ponían de pie, uno tras otro, para dar sus testimonios y compartirlos con los demás, y después al final de la reunión alguien daba algunos anuncios sobre los diversos asuntos prácticos.

  Ellos optaron por un camino muy inteligente, conocido como el movimiento carismático moderado. Ellos están a favor de la práctica de hablar en lenguas y la practican, pero no en las reuniones, ni obligan a los demás a hacerlo. Además, ellos no hacen milagros ni prodigios. Tan sólo exhortan a los creyentes a compartir y testificar acerca de la manera en que ellos han contactado y disfrutado al Señor. Esta clase de práctica conmueve a la gente. Además, no ponen exigencias en los creyentes; ni siquiera les exigen asistir a la reunión el día del Señor y dar sus testimonios. Por tanto, les es fácil traer gente a las reuniones.

  Nuestra dificultad estriba en que no solamente tenemos la esperanza de traer a las personas a la reunión, sino que también esperamos que entren en la vida de iglesia. Ciertamente es necesario introducir a las personas en la vida de iglesia, pero esto requiere que laboremos paso por paso. Tenemos que laborar con mayor intensidad, porque no sólo les pedimos a los santos que asistan a las reuniones, sino también esperamos que se reúnan según un horario. Los queridos ancianos en las iglesias incluso esperan que los santos participen en los servicios prácticos, tales como limpiar el salón de reunión, asear los servicios higiénicos y dar hospitalidad. Muchos están dispuestos a creer en Jesús, pero no son muchos las que están dispuestos a limpiar el salón de reunión y los sanitarios. Comúnmente los católicos carismáticos alquilan sus salones de reunión, y contratan a gente para que limpien el lugar, de modo que todo se ve ordenado y limpio; incluso los baños se ven muy aseados. De esta manera, sus miembros solamente tienen la responsabilidad de asistir a las reuniones sin preocuparse de nada más. No obstante, aunque ellos invierten cierto tiempo para asistir juntos a la reunión el día del Señor, el resto del tiempo lo emplean yendo al cine, viendo las vitrinas de las tiendas o participando en diversos juegos. Aun así, no deberíamos condenarlos, ya que la calidad es producto de la cantidad. Ciertamente, los cristianos carismáticos han logrado traer muchísima gente a sus reuniones; por tanto, no podemos negar que el Espíritu Santo ha realizado cierta obra entre ellos.

  Hoy en día ninguna persona puede aislarse al hacer negocios o dirigir una fábrica. Más bien, si desea tener éxito, debe aprender y estudiar las prácticas de los demás para asimilar sus puntos fuertes. Con respecto a esto los japoneses han hecho una labor esmerada. No importa cuál sea la naturaleza de sus negocios, lo primero que hacen es enviar a su personal al extranjero a fin de aprender de los demás. Luego regresan y convocan una reunión en la cual hacen algunas comparaciones a fin de asimilar todos los puntos favorables y sólidos de cada país. Es por esta razón que todos sus productos se pueden mercadear en todo, el mundo y pueden ocupar una buena posición en el mercado internacional. Entre nosotros, aquellos colaboradores que tienen cincuenta años de edad o más no son así; ellos se mantienen cerrados a todo, salvo a la verdad. No muestran interés en nada ni tienen deseo de aprender otras cosas, excepto la verdad. Como consecuencia, no ha habido ningún progreso. En la actualidad, no estamos conscientes de los grupos que están mucho más avanzados que nosotros, y tampoco estamos conscientes de donde estamos. Mi carga es sumamente pesada. Básicamente, espero que todos ustedes, los entrenantes, entiendan con claridad cuál es el camino que estamos tomando y también busquen de forma dinámica el progreso en cuanto al servicio.

BUSCAR EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD

  En primer lugar, los que sirven en el recobro deben procurar progresar en su servicio; en segundo lugar, deben buscar el conocimiento de la verdad. En esta área hemos estado en la vanguardia durante los últimos sesenta años, y hoy en día esto se aplica inclusive en los Estados Unidos. Lamentablemente, los colaboradores que yo entrené hace treinta años no han entrado lo suficiente en el estudio profundo de la verdad. Saben cómo dar mensajes, pero no saben cómo profundizar en la verdad. No sólo esto, sino que algunos colaboradores opinan que como hasta ahora únicamente hemos dado mensajes del hermano Nee y el hermano Lee, no sería mala idea encontrar algún otro material de otros hermanos para compartir. Esta clase de entendimiento y de sentir está absolutamente equivocado.

  El hablar del Señor hoy en día está principalmente en Su recobro; sin embargo, nosotros no lo apreciamos. Las personas que se hallan fuera del recobro manejan con seriedad las verdades que se han liberado entre nosotros, pero nosotros, los que estamos en el recobro, nos mostramos indiferentes ante estas verdades. Hay cierto grupo cristiano que da cursos educativos el día del Señor. Todos los creyentes que desean participar en dichas clases tienen que inscribirse y tomar un examen, y nadie puede inscribirse a mediados del curso. Todos los participantes del curso tienen el libro La vida cristiana normal, y lo estudian seriamente. El autor de este libro es Watchman Nee, y yo escribí el prefacio. Si ustedes les preguntaran a esos estudiantes si conocen a Watchman Nee o a Witness Lee, es probable que ellos no reconozcan esos nombres. Sin embargo, cada uno posee una copia del libro y aprende la verdad que este contiene. No obstante, muy pocos de nosotros poseen la colección completa del Estudio-vida. Otras personas aman al extremo las verdades que poseemos en el recobro del Señor, pero ¿cuál es nuestra actitud ante las verdades que el Señor nos ha dado?

  Si leen brevemente el bosquejo del estudio de la Biblia escrito por aquel grupo, podrá reconocer de inmediato que ellos están usando nuestras publicaciones. Por ejemplo, el bosquejo de Romanos 1 se refiere a las tres veces que “Dios los entregó” (vs. 24, 26, 28), lo cual no fue algo que yo inventé. Más bien, comencé a ver dicha revelación cuando aún me reunía con la Asamblea de los Hermanos. De joven fui instruido por estos hermanos. Luego traje al recobro del Señor lo que ellos me habían enseñado. Hace más de diez años que publiqué mis escritos en el Estudio-vida de Romanos. Varios colaboradores jóvenes me escribieron hace ya algunos años atrás, diciéndome que habían visitado las iglesias en Europa y en América, y que eso había influenciado para tomar la decisión de estudiar los escritos de otras personas. Después de su regreso, estos colaboradores tomaron numerosas exposiciones de diferentes autores y las compararon con los mensajes del Estudio-vida. Al final, ellos concluyeron que todos los escritos publicados en la cristiandad no podían compararse con los nuestros. A pesar de esto, no apreciamos el hablar del Señor entre nosotros tanto como lo aprecian otros.

  Ustedes tienen que conocer con claridad este camino: el camino del recobro. Si no saben a ciencia cierta cuál es este camino, les aconsejaría que no permanezcan aquí. Más bien, sería mejor si toman el camino libre de la cristiandad. Sin embargo, incluso si ustedes conocieran con claridad el camino del recobro, todavía tienen que conocer bien la verdad e internarse en la luz de la revelación que el Señor nos ha dado en los últimos sesenta años. La luz que hemos recibido en estos sesenta años es una recopilación del entendimiento en cuanto a la Biblia, que todos los buscadores del Señor han recibido en los últimos dos mil años de la historia de la iglesia. Pese a que no producimos tantas publicaciones como lo hace la cristiandad, nuestras publicaciones son las más elevadas. Estoy muy seguro de esto. Ya les he dicho que nuestros escritos fueron producidos por medio de estar apoyados sobre los hombros de muchas personas que han estudiado la Biblia durante los últimos dos mil años, más aquello que el Señor nos ha mostrado. Tienen que hacer un esfuerzo por estudiar nuestras publicaciones de forma más profunda.

  Puede ser que tengan cierto entendimiento de las verdades básicas halladas en la Biblia, pero probablemente no se han esforzado mucho por estudiarlas. No es tarea fácil estudiar alguna materia. Uno tiene que conocer los logros que han alcanzado los expertos en el transcurso de los siglos y dedicar tiempo para sumergirse en sus escritos, a fin de cosechar los beneficios. Espero que ustedes traten la verdad que está accesible entre nosotros en esa misma manera, al invertir tiempo para profundizar en ella.

BUSCAR EL PROGRESO EN LA VIDA DIVINA

  En tercer lugar, todos los que sirven en el recobro deben buscar el progreso en la vida divina. Esto implica que primero necesitan esforzarse por conocer lo que es el Espíritu, Cristo, la vida divina, la cruz y la resurrección. Luego es necesario que experimenten todos estos elementos de manera práctica. Si ustedes ponen su empeño en esto, no les será difícil llevarlo a la práctica. Disponemos de muchos libros con respecto al conocimiento y la experiencia de vida. Si estos escritos hubieran estado disponibles sesenta años atrás, me hubiera sentido tan entusiasmado por dedicar todo mi tiempo a almacenar todas estas riquezas en mi ser. Lamentablemente, en aquel entonces no pude encontrar un solo libro que brindara alguna explicación, ni siquiera sobre la verdad tocante a la regeneración. Nosotros, sin embargo, hemos estudiado esta verdad en cuanto a la regeneración de manera exhaustiva. Por supuesto, recibimos ayuda por parte del hermano T. Austin-Sparks, quien dijo que la regeneración consiste en que uno recibe otra vida adicional a la que ya se tiene. Basados en esta palabra, logramos desarrollar este tema aún más. De todos los libros disponibles en la cristiandad actual, nuestros libros son los que explican con más claridad este tema de la regeneración.

  Para buscar el progreso en vida, es imprescindible que estudien el libro titulado El conocimiento de la vida. Cuanto más lo lean, mejor. Después, deberán estudiar el libro titulado La experiencia de vida. Les recomiendo leer este libro cada dos años, y que de hecho practiquen lo que enseña con respecto a tomar medidas respecto a la vida divina y a aprender en vida. Estos dos libros contienen los mensajes que dí durante los entrenamientos celebrados en 1953 y 1954, los cuales aparecieron inicialmente en una serie en The Ministry of the Word [El ministerio de la palabra]. El hermano que escribió el prefacio expresó que a lo largo de las generaciones han habido muchas personas que hablaron y enseñaron sobre la vida, pero que ellos mismos no sabían lo qué era la vida y, mucho menos, lo qué era la experiencia de vida. Fui yo quien hice uso de un método científico para presentar íntegramente la enseñanza y la experiencia que muchas personas tuvieron al respecto a lo largo de las generaciones, además de presentar mis propias experiencias. Por tanto, espero que todos ustedes estudien estos libros con diligencia.

  A ustedes no les entrenaré como lo hacía en el pasado. Puesto que ya tenemos a nuestra disposición las verdades más vastas y completas, no es necesario que les hable más de ello. Más bien, les enseñaré valiéndome de métodos de estudio de posgrado; es decir, ustedes estudiarán los libros de referencia, y después les daré un examen. Les bastará con recopilar todos los libros que hemos publicado desde los tiempos del hermano Nee hasta el presente, y estudiarlos rigurosamente uno por uno.

  Hay algo que realmente me preocupa, y es que todos ustedes, los que están siendo entrenados, quieran hacer una obra especial. Esto verdaderamente compunge mi corazón. Yo laboré junto con el hermano Nee en la China por dieciocho años, y fui completamente uno con él. Hablé lo que él hablaba y prediqué lo que él predicaba; incluso imitaba sus gestos. No había ninguna diferencia entre él y yo. Cualquier persona puede testificar a mi favor que adonde yo iba, jamás hablé de otros temas, sino que les repetía a los hermanos y hermanas los mensajes dados por el hermano Nee. Me siento muy orgulloso de esto. Sin embargo, he notado que entre mis colaboradores no es ésta la situación; más bien, cada uno quiere tener sus propios “trucos nuevos” y “artimañas nuevas”, y no se dan cuenta de que son estas cosas nuevas las que retrasan la obra del Señor.

  Nunca traté de hacer trucos ni artimañas, sino que, simplemente trabajé con todas mis fuerzas para comparar y estudiar la Biblia en las lenguas originales así como en chino y en inglés, y después seguí laborando hasta que descubrir las verdades básicas y como poder presentarlas. Espero que ustedes no traten de inventar cosas nuevas, sino simplemente absorban estas verdades básicas y enseñenlas debidamente. En cuanto a ir en pos de la vida divina, ¿hay acaso otros libros más básicos que El conocimiento de la vida y La experiencia de vida? ¿Conocen algún otro libro que hable con tanta claridad y transparencia como lo hace El conocimiento de la vida en el capítulo que trata de las tres leyes y las cuatro vidas? Estos libros son como las tablas de multiplicar; son tan básicos que no pueden ser reemplazados con un nuevo truco. Si usted le enseña a alguien a multiplicar, tiene que usar las tablas de multiplicar. No deben pensar que ya no necesitan enseñar las tablas porque ya otros las han enseñado. Esta clase de pensamiento verdaderamente me causa mucho dolor.

  No tengo tiempo para hablarles nuevamente de estas cosas. Ustedes tienen que comprender que todos los elementos básicos se encuentran en los libros. Todo lo que tienen que hacer es estudiarlos cabalmente. Especialmente, deberán dedicar tiempo y energía para profundizar en estos dos libros: El conocimientode la vida y La experiencia de la vida. He decidido incorporar a las cuarenta y ocho lecciones del libro Lecciones de la verdad todos los puntos abarcados en estos dos libros. Espero que todos puedan perseverar en su búsqueda y progreso en la vida divina de una manera sólida.

APRENDER A CÓMO CONDUCIRSE DEBIDAMENTE, CÓMO HACER LAS COSAS Y CÓMO LABORAR

  En cuarto lugar, ustedes deben aprender a cómo conducirse, cómo hacer las cosas y cómo laborar. Este punto lo abarca todo. Hace treinta años celebré un entrenamiento aquí y en esa ocasión dije: “Si ustedes no saben cómo deben conducirse, entonces no sabrán cómo hacer las cosas, y si no saben cómo hacer las cosas, no sabrán cómo laborar”. A esto les llamo los “tres cómos”. En tal ocasión también les mencioné los treinta puntos relacionados con el entrenamiento de nuestro carácter. En este mensaje no les daré una explicación de estos puntos uno por uno, sino que les compartiré de ellos brevemente.

  Todo aquel que ama al Señor y le sirve, aun cuando no rinda un servicio de tiempo completo, deberá ser perfeccionado en toda su persona, incluyendo las áreas con respecto a lo apropiado de nuestro atuendo y peinado y si nuestros zapatos están lustrados. En 1953 tuve que emplear cierta cantidad de madera para la construcción de la casa donde vivían los obreros, que está situada frente del salón de reunión. Externamente tenía una fachada sencilla y ordinaria, pero por dentro todo estaba bien ordenado. Durante el entrenamiento yo iba a veces, sin que nadie se diera cuenta, a inspeccionar la vivienda de los obreros para ver cuán limpio habían dejado las mesas, si las camas estaban bien arregladas, si los zapatos estaban bien alineados debajo de las camas y si las ropas estaban colgadas en el armario. Es una lástima que más tarde los colaboradores no siguieron implementado dichas prácticas de forma cabal.

  Si bien el mormonismo es una herejía, los mormones son personas que se conducen mejor y son más pulcras que los cristianos. Una vez que los jóvenes de entre los mormones alcanzan cierta edad, ellos tienen que prestar dos años de servicio eclesiástico. Durante el tiempo de dicho servicio, la cabellera de los muchachos debe lucir apropiadamente; no debe ser muy larga. El aspecto de las muchachas tiene que ser aún más apropiado y digno. Tienen un horario muy ocupado. Además, no consumen bebidas alcohólicas; no toman té ni café, ni tampoco fuman. Su práctica ha tenido mucho éxito debido a su conducta. Pablo dijo a Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé modelo para los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza” (1 Ti. 4:12). La conducta que se menciona aquí abarca este asunto de que nuestro atavío y arreglo personal deben ser pulcros, apropiados y dignos.

  No me agrada ver que mis colaboradores y los que sirven a tiempo completo se vistan de forma desaliñada. En Shanghái a esta clase de gente se les llama “vagabundos”. Hay algunos que llevan medio año sin lustrar sus zapatos, por lo que sus zapatos negros se han vuelto grises. Si alguien así estuviera delante de mí y dijese algo, inmediatamente dudaría del cincuenta por ciento de sus palabras, sin importar lo que dijese. No tendría ninguna confianza en él. Un día di un mensaje acerca de nuestro atavío, y un hermano de inmediato testificó que lo que yo decía era totalmente correcto. Él dijo que su padre era el jefe de una empresa y que, cuando él entrevistaba a las personas para contratarlas, se fijaba en los zapatos que llevaban los solicitantes. Ustedes tienen que aprender todas estas cosas.

  No sólo debemos vestirnos con propiedad y esmero, sino que nuestras casas también deben estar limpias y ordenadas por fuera y por dentro. En este aspecto nosotros los chinos somos muy descuidados. Los japoneses limpian sus casas todos los días. Ellos limpian sus tatamis cada día. Se esmeran especialmente en limpiar las cuatro esquinas de sus recámaras y en lavar la entrada principal de la casa. Los alemanes no solamente limpian todos los escalones que dan al porche, sino que también los restriegan con jabón. Sería un gran hazaña si una familia china limpiara su casa una vez por semana. Si ustedes fuesen a examinar nuestro salón de reunión, verán que su condición es totalmente inapropiada. Está lleno de polvo por todos los lados, y sin embargo no sentimos nada al respecto. El Señor nos ha encomendado tantas cosas; ¿cómo entonces podemos permitir que nuestro salón de reunión esté en una condición tan deplorable? Esto es muy desagradable a los ojos de los incrédulos. Realmente es una vergüenza.

  A menudo también la manera como se visten es indecoroso. Algunos hermanos se visten como vagabundos. Si se ponen de pie para hablar, vestidos como vagos, ¿quién les va escuchar? Por el momento no tengo tiempo para entrenarles en esta área, pero si yo mismo condujese el entrenamiento, lo primero que haría sería cambiarlos de pies a cabeza. No les estoy pidiendo que compren ropas costosas; más bien, quiero que se vistan de manera decorosa, apropiada, con pulcritud y elegancia. Deben admitir que si los empleados de los bancos se vistieran como ustedes, ellos se quedarían sin trabajo. También deben admitir que la iglesia es una entidad mucho más elevada que un banco. La obra que nosotros llevamos a cabo tiene mucho más valor que la labor de un banco. Sin embargo, por la forma en que ustedes se arreglan hoy, nadie les contrataría; aun si solicitaran un puesto de trabajo en un banco.

  Debido a esto, reiteradas veces les he dicho a ustedes los jóvenes que no adopten esta dejadez que se encuentra entre nosotros. No me gustaría verles en tal condición, haciendo las cosas a medias sin mucho entusiasmo, viniendo tarde a las reuniones y tomando sus asientos de forma desordenada. A medida que aprendemos a servir al Señor, debemos conducirnos con propiedad, incluso en la manera en que entramos a una reunión. No se olviden que estamos realizando una gran empresa para el Rey del reino celestial y que lo estamos representando a Él en la tierra. Claro, no debemos adoptar métodos mundanos. Sin embargo, tenemos que representar al Señor de una manera apropiada.

  En cierta ocasión asistí a una reunión de grupo pequeño, y una hermana me dijo que había sido muy impresionada al ver en tal reunión a una hermana anciana llena de gracia y elegancia. Según mi opinión, aquella hermana anciana era muy ordinaria; no había nada especial en ella. Sin embargo, cuando los santos la veían, miraban en ella cierta clase de expresión. Esto muestra que los santos observan la manera en que nosotros, los que servimos al Señor, nos vestimos y ataviamos y como hablamos y nos conducimos. Algunos de ustedes actúan de una manera muy ligera. Cuando hablan, mueven los brazos y arrastran los pies; y cuando algo les entusiasma, se dan de empellones o empujones el uno al otro como si fuesen niños de la escuela primaria. ¿Cómo pueden ustedes servir al Señor si se comportan de esta manera?

  Por consiguiente, ustedes también tienen que aprender a hablar apropiadamente. No deben hablar en voz alta o en voz baja según les plazca. Si usted nos sugiere que cantemos un himno en la reunión, debe proyectar la voz de tal manera que sea audible y clara, asegurándose que los demás puedan oírle. Si no aprende a hablar con el volumen, la cadencia y la expresión apropiados, entonces su predicación de la palabra resultará insoportable a los oídos de los oyentes. Ustedes también tienen que aprender cómo conducirse y cómo comportarse debidamente. No deben pensar que su comportamiento no tiene relevancia debido a que recientemente han ingresado al Entrenamiento de Tiempo Completo, y todavía no son alguien importante. Ustedes no son simplemente entrenandos; sino que también son los que van a enseñarle la verdad a las personas. Si no han sido apropiadamente formados ¿cómo pueden ganar el respeto de la gente? Tienen que cuidar de estos detalles pequeños y finos cuando le prestan atención a su formación.

  Consideren, por ejemplo, el cuidado de su atuendo. Algunos de ustedes son muy peculiares en su forma de vestirse. Llevan zapatos negros con calcetines azules y pantalones de color marrón con corbata roja, los cuales no combinan en lo absoluto, son un contraste tan discordante como el cielo y la tierra. Si se ponen de pie delante de la gente y le ven vestidos así de esta manera tan peculiar, ¿cómo esperan que ellos reciban vuestra exhortación y enseñanza? Ustedes compran sus atuendos con su propio dinero; por tanto, deben considerar cuidadosamente las prendas que van a comprar. Hay un proverbio chino que dice: “Podemos saber como algo se desarrollará por su pequeño comienzo”. El carácter de una persona se forma poco a poco, tal como una casa se construye colocando un pequeño ladrillo encima de otro. Si en la formación de su carácter ustedes no prestan atención a estas cosas pequeñas, esto es como edificar una casa usando ladrillos de diferentes tamaños y colores. Claro, una casa construida así no será nada bonita ni sólida. ¿Quién querrá mudarse allí?

  Ya les había pedido antes, que leyeran y estudiaran cabalmente las Epístolas de 1 y 2 de Timoteo y Tito. Ahora quisiera preguntarles si encontraron en estos tres libros todos los puntos cruciales relacionados con las palabras huir y evitar. Si estudian cuidadosamente estos puntos, adquirirán cierto entendimiento en cuanto a la formación del carácter humano. Filipenses 4:8 nos dice: “Todo lo honorable [...] todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, a esto estad atentos”. ¿La manera como uno se viste y atavía causa que otros sientan que usted es una persona honorable? ¿Y que ellos alaben? Esto no quiere decir que deben prestar atención únicamente a un solo aspecto de su carácter, sino que deben también prestar atención a todos y cada uno de los aspectos relacionados con su carácter. Si no consideran y no atienden todas estas cosas, entonces ustedes no tendrán manera alguna de cultivar un carácter apropiado.

  Además de cultivar un buen carácter en lo que concierne a la manera de conducirse y de hacer las cosas, ustedes también tienen que aprender a llevar a cabo la obra del Señor. Al laborar para el Señor, es imprescindible que aprendan algunas cosas en particular. En primer lugar, deben aprender a contactar a las personas; en segundo lugar, deben aprender a ministrar la Palabra; y tercero, deben aprender a visitar a las personas ya sea en las casas o en los recintos universitarios. Si aprenden bien estas cosas, ustedes serán muy útiles en el recobro del Señor.

EL ENTRENAMIENTO PARA LA OBRA EN LOS RECINTOS UNIVERSITARIOS

  Todos estos puntos sobre los cuales hemos tenido comunión representan las áreas en las cuales debemos ser entrenados. Tenemos que conocer el camino del recobro del Señor. Debemos buscar y profundizar en la verdad. Debemos tener experiencias en vida y obtener el crecimiento en vida. Además, debemos ser personas refinadas en cuanto a la manera en que nos conducimos. Después que hayamos aprendido cómo conducirnos, debemos seguir adelante y aprender a hacer las cosas apropiadamente y, después de saber como hacer las cosas, debemos saber cómo trabajar para el Señor. Independientemente de cuál sea el contenido del entrenamiento, espero que seamos capaces de coordinar en la obra de los recintos universitarios de manera práctica. Confío en que podamos tener dos o tres meses de práctica a fin de ser entrenados en la manera de llevar a cabo esta obra universitaria para ganar a los estudiantes. Tenemos mucho que aprender en todo aspecto si es que queremos manejar las necesidades de esta obra.

  Con respecto al horario del entrenamiento, siempre deberán guardar el tiempo por las mañanas dedicado a nuestra búsqueda de la Palabra. Deberán también apartar otro tiempo para ser entrenados a como hacer la obra en los recintos. Todos sabemos que todo país que no da énfasis al sistema educativo quedará atrás. La prosperidad de Taiwán hoy en día se debe principalmente a que en estos años los estudiantes universitarios gozan de una excelente educación. Es debido a esto que hoy en día debemos cuidar de los recintos universitarios.

  Además, la obra universitaria también representa el fluir del Señor en la tierra. He visto que no solamente en los Estados Unidos y en Asia, sino también en Europa y en Sudamérica los estudiantes universitarios están muy dispuestos a recibir la verdad, especialmente la verdad presentada en la Biblia. Aquí en los Estados Unidos enviamos recientemente algunos equipos del evangelio, cada uno conformado por diez santos, a diferentes recintos universitarios con el objetivo de atender la necesidad del Señor. En los recintos no predicamos un evangelio ordinario, sino que más bien predicamos el evangelio de la verdad. En muchas universidades el primer mensaje que dimos trató sobre el Dios Triuno. Esto es muy atractivo en los Estados Unidos, ya que más de la mitad de los estudiantes universitarios que han nacido en familias cristianas ya han oído demasiadas enseñanzas superficiales. Si les predicáramos esas mismas enseñanzas arcaicas, los estudiantes se aburrirán, pese a que sí desean conocer más de Dios. Por tanto, estamos deseosos por publicar el Nuevo Testamento Versión Recobro en inglés a fin de suplir esta necesidad. Muchos estudiantes al ver el Nuevo Testamento Versión Recobro lo acogieron con gran entusiasmo.

  Hay una manera y una técnica para hacer las cosas y para obrar por el Señor. En Filipenses 4:12 Pablo nos habla del “secreto” con relación a la clave para hacer las cosas. En la predicación del evangelio no sólo necesitamos el Espíritu y la Palabra, sino también el contenido del evangelio. Hay hermanos que tienen un espíritu fuerte, pero el contenido de su evangelio es muy liviano; por tanto, no ganan a muchas personas. El nivel educativo de los jóvenes ha mejorado grandemente. Los jóvenes tienen su propia lógica, filosofía y pensamiento. Las verdades de la Palabra del Señor son muy lógicas y pueden satisfacer las verdaderas necesidades internas de la gente. Cuando tenemos contacto con los estudiantes universitarios en los recintos, tenemos que preguntarnos: ¿Cómo podemos presentarles a los estudiantes estas verdades lógicas, elevadas y ricas de una manera clara? Si aprendemos la manera de contactar a las personas y poseemos la clave para hablar con ellos, podremos tocar sus corazones y ganarlas de inmediato. Por tanto, respecto a esto, tenemos mucho que aprender.

  Muchos de ustedes están asistiendo al Entrenamiento de Tiempo Completo. Si ustedes salen a laborar de una manera ordinaria y común, no solamente será una pérdida de tiempo, sino que también representará un desperdicio de todo aquello que han aprendido. Ustedes deben apreciar el entrenamiento que han recibido a fin de llevar a cabo una obra apropiada en los recintos y conocer y ganar a los estudiantes universitarios. Además de esto, también deberán continuar en el entrenamiento básico y seguir aprendiendo. Tienen que atender a asuntos tales como la oración, la coordinación y la comunión con el Señor; además, no deben ser individualistas.

CULTIVAR NUESTRO CARÁCTER HUMANO ES EL SECRETO

  En cuanto a la ejecución de las labores prácticas y en la obra que realizan para el Señor, no es necesario que entren en detalles. Simplemente necesitan conocer el “secreto” y concentrarse en ser eficientes. Si son muy detallistas, no podrán ser eficientes. Sin embargo, ustedes tienen que echar mano del “secreto”. A fin de ser eficientes en sus tareas y labores, lo primordial es cultivar un buen carácter. Por ejemplo, adonde sea que yo me mude, lo primero que hago es limpiar la casa completamente, para después establecerme en ella. Si ustedes se conducen descuidadamente, conformándose con sólo tener un lugar donde acostarse y dormir, esto dañará su carácter. Además, cuando llegue el momento de laborar o servir, no estarán preparados y quedarán consternados. Esto es inaceptable.

  Por consiguiente, ustedes deben recibir este exhaustivo mensaje mío. No esperen hasta que alguien venga a supervisarles; al contrario, tomen la iniciativa de aprender mientras estén aquí. Puesto que todos ustedes se han graduado de la universidad, ya deben saber lo que tienen que hacer. Si aprenden, practican y se esfuerzan para cultivarse en todos los puntos que les he mencionado, el Señor podrá avanzar en ustedes. La urgente necesidad que existe en la obra del Señor hoy en día es que laboremos en los recintos universitarios a fin de ganar a los jóvenes para el recobro del Señor, y así asegurarnos un futuro prometedor.

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