
En Taiwán la mayoría de los hermanos varones que finalizan sus estudios universitarios tienen la obligación de prestar dos años de servicio militar. Por tanto, si después de graduarse desean participar del entrenamiento, ellos simultáneamente deberán permanecer un año más en la universidad. Entonces ellos tendrían que prepararse para sus exámenes mientras asisten al entrenamiento, lo cual no les permitiría enfocarse en el entrenamiento. Por tanto, después de haberse graduado muchos de ellos no saben si primero deberían tomar el Entrenamiento de Tiempo Completo y luego servir en el ejército, o primero cumplir con el servicio militar y luego incorporarse al entrenamiento. Para aquellos que se encuentran en esta situación, ésta es una cuestión práctica que deben considerar cuidadosamente delante del Señor. Primeramente, deben tomar en cuenta si después de servir en el ejército todavía tendrán la oportunidad de ser entrenados. Puesto que el presente entrenamiento que conducimos en la iglesia es un entrenamiento especial, si ustedes dejan pasar esta oportunidad, puede ser que no se les presente otra vez. Si éste es el caso, entonces valdría la pena que consideren posponer el servicio militar y participar en el entrenamiento durante un año. De lo contrario, deberían alistarse en el servicio militar inmediatamente después que se gradúen de la universidad. No obstante, esto es un asunto personal que ustedes mismos deben considerarlo cabalmente. Yo les sugeriría que, a menos que haya razones de fuerza mayor, primero dedíquense a hacer lo que es prioridad. Es decir, primero deben alistarse en el servicio militar y cumplir con su obligación, y después deben dedicarse a ser entrenados de todo corazón. Sin embargo, si sienten la necesidad en este momento es ser entrenados, entonces deben aprovechar esta oportunidad y contemplar la posibilidad de asistir al entrenamiento durante un año.
Algunos de los entrenandos han dicho que hay demasiadas cosas que hacer en el entrenamiento. Se les exige reunirse en los grupos pequeños, equiparse con la verdad, buscar mas de la vida divina, predicar el evangelio y aprender otros idiomas. Además, tienen que visitar los recintos universitarios para contactar a las personas, nutrirlas y cuidar de ellas. Por tanto, ellos han preguntado, cómo se supone que deben manejar su tiempo, ya que el día sólo tiene veinticuatro horas. Además, el entrenamiento les requiere que dediquen dos años para ser entrenados. Y posteriormente, dependiendo de lo que observan sus entrenadores, podrían empezar a servir a tiempo completo, si ellos estuviesen aptos para el servicio; y si no estuviesen, entonces podrían conseguirse un trabajo. Algunos de ellos tienen mucha ansiedad, debido a que no saben cómo sacar provecho de estos dos cortos años con toda seriedad, lo cual decidirá el sendero que ellos tomarán después. Ustedes pueden decir que el entrenamiento les impone demasiados requisitos, pero según mis observaciones en realidad no es así. Es cierto que el día solamente tiene veinticuatro horas, e independientemente de cómo las utilizamos, únicamente contamos con veinticuatro horas cada día. Quizás digan que el currículo está muy lleno y que les impone muchos requisitos, pero en mi opinión no está muy lleno. No debemos pensar que únicamente aquellos que están siendo entrenados deben ejercitarse para buscar el conocimiento de la verdad y el crecimiento en vida. Aquellos que no están siendo entrenados también deben ejercitarse en hacer lo mismo. Con respecto a la manera de conducir los grupos pequeños, no es necesario que ustedes deliberadamente inviertan tiempo en esta práctica. Simplemente entréguense de todo corazón a la reunión de grupo cada vez que estén presentes y esfuércense por aprender algo mientras se reúnen. Este mismo principio se aplica a la obra en los recintos universitarios. Siempre y cuando se adhieran a su horario, no tendrán ningún problema.
Puede ser que el programa del entrenamiento les parezca muy intenso porque no están acostumbrados a ello. Por tanto, ustedes deberán diseñar un horario que se adapte a su situación práctica y deben adherirse a ese horario. Si no tienen un horario, el tiempo no esperará por ustedes, sino que transcurrirá rápidamente. Si se detienen para tomar un respiro y descansar, su tiempo se les escapará. Así que tienen que aprender a aprovechar el tiempo. Mientras sean dueños de su tiempo, esfuércense al máximo por aprender y practicar.
Permítanme ponerme de ejemplo. Todos ustedes son más jóvenes y fuertes que yo, pero diariamente trabajo más que ustedes. No solamente debo tomar la delantera en las reuniones y visitar las iglesias, sino que además debo colaborar con la obra de publicación. Tan sólo en inglés Living Stream Ministry imprime mensualmente casi doscientas páginas; y a mí me corresponde editar todos esos manuscritos. La obra de literatura que estamos haciendo consta de cuatro líneas, siendo una de ellas los mensajes del Estudio-vida. Hay otra clase de libros que publicamos, los cuales yo también debo finalizar. Además, debo preparar todos los mensajes requeridos para las conferencias y los entrenamientos, escribir las lecciones de la verdad y hacerme responsable de finalizar los libros que publicamos en chino. Si relegara todas estas tareas a otra persona, dudo que alguno pueda ser capaz de llevar a cabo todas ellas. La razón por la cual yo puedo hacer todo esto es debido a que tengo un horario y trabajo ciñéndome a ese horario.
Así pues, ustedes deben aprender a administrar su tiempo y hacer las cosas conforme a un orden lógico. Así no sentirán que tienen un horario muy apretado ni que están muy cansados. Nosotros los seres humanos somos seres vivientes y, por tanto, poseemos cierta flexibilidad; no podemos ser muy descuidados ni ser muy rígidos. Si ustedes hacen su horario, aunque se relajen un poco, no podrán relajarse demasiado, porque sabrán cuál es el siguiente paso a tomar y naturalmente estarán listos para ello. Sin embargo, si no tienen un horario, bastará con descuidarse un poco para que desperdicien dos horas de su tiempo, o tal vez empleen la mitad del día charlando con los demás. En los últimos seis meses, ¿cuál ha sido el resultado de su búsqueda de la verdad cada mañana? ¿Cuántos libros han estudiado concienzudamente? Si realmente valoran la verdad y establecen un tiempo definido para vuestra búsqueda de la verdad, obtendrán mejores resultados que lo que tienen actualmente.
Ustedes deben considerar seriamente delante del Señor si su servicio de tiempo completo debe ser a corto o a largo plazo. Tal vez el Señor les dé el sentir de que deben servir a corto plazo, en cuyo caso ustedes deberán ofrecer dos o tres años al Señor. O también es posible que el Señor les guíe a servir a largo plazo. En cualquiera de los casos, tenemos una gran necesidad de que haya hermanos que sirven a tiempo completo para el progreso de la iglesia.
Actualmente hay más de ochenta ancianos en la iglesia en Taipéi, pero son muy pocos los que sirven como colaboradores a tiempo completo en calidad de ancianos. Además de los colaboradores y los santos de edad avanzada, no hay ni un solo anciano que sirva a tiempo completo. En otras palabras, todavía no se han manifestado los ancianos que están dispuestos a recibir una carga, a despojarse de su futuro en el mundo y a cuidar de las necesidades de la iglesia por causa del testimonio del Señor. Esto me preocupa y me entristece en gran manera, debido a que la iglesia en Taipéi, por ser la iglesia más numerosa del mundo, debería ser, en muchos aspectos, un modelo para todas las iglesias. Según las palabras de Pablo en 1 Timoteo 5, una iglesia con una condición adecuada debería tener ancianos que sirven a tiempo completo. El versículo 17 dice: “Los ancianos que presiden bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza”. Aquí el énfasis dado a la palabra honor hace referencia al suministro monetario, o sea, al suministro para suplir las necesidades económicas. Debido a que algunos ancianos sirven a tiempo completo cuidando de las iglesias y laborando en la palabra, los santos deben proveerles sus necesidades materiales. Esto es un “honor” para tales ancianos. Es inconcebible que ésta no sea la situación en la iglesia en Taipéi, que es la iglesia más grande. Esto verdaderamente es una gran carencia en el recobro del Señor.
Hace dos años las iglesias en los Estados Unidos comenzaron a poner esto en práctica. En ese entonces comprendí que había una carencia de servidores a tiempo completo en el recobro del Señor tanto en el Lejano Oriente como en los Estados Unidos. Acudí al Señor confiando en que Él operaría en el corazón de los santos y que haría surgir a algunos que recibiesen la carga de servir a tiempo completo. Siempre he tenido la esperanza de que en cada iglesia hubiera al menos un anciano sirviendo a tiempo completo por cada cincuenta santos que se reúnen. Asimismo, siempre he anhelado que entre los santos de habla china surjan diez o más santos como colaboradores de tiempo completo. Después fui a una conferencia de verano en la Bahía de San Francisco, y tuvimos comunión con los hermanos acerca de esta carga. Y ellos no sólo acogieron bien esta comunión, sino que también empezaron a ponerla en práctica. La mayoría de esos hermanos emigraron a los Estados Unidos para estudiar, y después de terminar sus estudios, trabajaron por cierto periodo de tiempo. Más tarde, a causa de la obra del Señor, ellos renunciaron a sus trabajos para servir en la iglesia a tiempo completo. En el presente, el número de los que sirven a tiempo completo ha aumentado. Gradualmente más ancianos comenzaron a servir a tiempo completo en diferentes localidades. Esto es una buena señal.
Los mormones han adoptado una norma según la cual los jóvenes deben prestar dos años de servicio a la iglesia. Si ellos no cumplen con este servicio, pierden su membresía y no podrán utilizar sus beneficios. Si bien nosotros no ofrecemos beneficio alguno, espero que los santos más jóvenes reciban la dirección del Señor y consagren voluntariamente uno o dos años de su tiempo, después de que se gradúen de la universidad, para que reciban el entrenamiento y sean adiestrados en asuntos espirituales como el estudio de la verdad, buscar más de la vida divina y llevar a cabo el servicio en coordinación en la vida de iglesia. De esta manera, ellos podrán echar un buen fundamento y tendrán un rico depósito en su ser. Luego algunos de ellos podrían buscar un empleo, mientras que otros tal vez podrían elegir servir a tiempo completo, siempre y cuando se haga manifiesto que esto es lo que deben hacer y desean hacer.
Espero que todos ustedes comprendan que todo lo que aprendieron fielmente en el entrenamiento no será en vano. No debemos pensar que después de recibir dos años de entrenamiento, aquellos que son aptos continuarán sirviendo de tiempo completo, y aquellos que no son aptos quedarán eliminados. En el entrenamiento no es relevante si uno tiene o no cierta capacidad, ni si uno continua en el servicio o no. Tal vez se manifieste que algunos deberían servir a tiempo completo, pero quizás no puedan hacerlo a causa de su situación personal. Por tanto, no deben pensar que después de haber estado dos años en el entrenamiento y después de haber reprobado el examen final no les queda otra alternativa que volver al mundo y buscarse un empleo. Ustedes deben darse cuenta que aquellos que sirven a tiempo completo están en la iglesia, y aquellos que tienen un empleo en el mundo también están en la iglesia.
Estos dos años que ustedes han consagrado para ser entrenados definitivamente no será una pérdida, porque en el entrenamiento ustedes estudian la verdad, van en pos de la vida divina, se ejercitan continuamente en la oración, aprenden a coordinar con los hermanos y las hermanas en el espíritu y aprenden a servir en la iglesia. Si después de graduarse de la universidad todos los santos jóvenes apartaran cierto tiempo para recibir esta clase de aprendizaje, esto les produciría grandes beneficios tanto en el aumento de su depósito espiritual como en la edificación de su carácter. Hay una gran diferencia entre la persona que ha sido entrenada y la que no la ha sido. Por tanto, espero que la decisión de participar en el entrenamiento no dependa de sí tienen o no tienen la intención de servir permanentemente a tiempo completo. Más bien, tal decisión debe basarse en la clase de impacto que este entrenamiento básico y espiritual causará en la vida de ustedes, sin importar si terminan sirviendo a tiempo completo o trabajando de forma secular. Incluso si tuvieran que irse a trabajar, los dos años de entrenamiento producirán algo maravilloso en sus vidas.
Algunos de ustedes tal vez digan que mientras están en el entrenamiento les es difícil planear un horario para tener contacto con la gente, debido a que con frecuencia surgen comuniones inesperadas que causan interrupciones en las actividades concertadas de antemano. En el transcurso de la vida de una persona, el tiempo más bendito es cuando se halla en la etapa estudiantil, por cuanto no se presentan muchas interrupciones. Éste es el tiempo en que más podemos concentrarnos en el aprendizaje. Aquellos que trabajan en una oficina laboran desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde; ellos también tienen un horario regular. Sin embargo, si una persona que no es estudiante ni pertenece a la clase laboral se propone realizar algo, ella tiene que aprender a adaptarse a todas las situaciones sujetas a cambio. Nosotros los que servimos al Señor somos como los soldados de la guerrilla; tenemos que saber cómo combatir usando “guerra de guerrilla”. Si peleamos como soldados de un ejército convencional, con toda seguridad seremos derrotados. El ejército de la iglesia no puede ser simplemente un ejército convencional que libra una guerra convencional. Más bien, la iglesia debe emprender una lucha de guerrilla, dispuesta a pelear en cualquier momento y por cualquier medio.
En el pasado nuestros himnarios disponibles en chino estaban muy desorganizados. Habían varios himnarios diferentes titulados Himnario 1, Himnario 2, Himnos evangélicos, Himnos seleccionados e Himnos adicionales. Como resultado, sugerir un himno en las reuniones resultaba muy complicado. Por tanto, tras la publicación de nuestro himnario en inglés en 1966, inmediatamente asumimos la tarea de revisar los himnarios disponibles en chino. En dicha tarea, traduje más de doscientos himnos del inglés al chino. Durante ese tiempo, todavía tenía que viajar a diferentes lugares del Lejano Oriente para llevar a cabo mi ministerio; por tanto, traducía mayormente mientras viajaba en el avión. Aunque estaba muy ocupado, pude completar la recopilación del himnario en un solo año. Además, completé esa labor por mi cuenta, excepto por la mínima ayuda de un hermano, quien se encargó de la tipografía y la corrección de estilo.
Hoy al realizar nuestra labor tenemos que adaptarnos a las situaciones cambiantes de nuestro entorno y aprender a medir eficazmente nuestro tiempo. No es posible realizar ninguna actividad ni cumplir ninguna tarea a menos que haya un horario establecido. Por ejemplo, si yo tuviera que atender todos los detalles de mi trabajo, jamás terminaría de revisarlos, aunque tuviera la ayuda de tres secretarias. Casi todos los días recibo un manojo de cartas, y no me es posible contestar todas las cartas una por una. Por tanto, me he fijado un principio a seguir: No leo de inmediato las cartas largas, sino que las leo cuando tengo más tiempo. Si una carta es importante, no debe ser muy extensa. Por ejemplo, en un telegrama cada palabra es importante. Si yo leyera cada carta que recibo, me sería imposible hacer otras cosas. Hay mucha gente en el mundo que está esperando leer nuestros libros. Si yo atendiera a una sola persona al responderle su carta, perderíamos miles o cientos de miles de personas. Conforme a este mismo principio, ustedes deben aprender a decidir qué hacer dependiendo de la situación. De esta manera, no se sentirán frustrados.
Ustedes también deben aprender a vencer sobre las circunstancias. Pablo dijo que en cualquier situación, en todas las cosas y en todo había aprendido el secreto y sabía cómo conducirse (Fil. 4:12). Ustedes no pueden dejar de aprender porque tienen que asistir a las reuniones, y tampoco pueden dejar de asistir a las reuniones porque tienen que aprender. Deben aprender a ser equilibrados. Han estado aprendiendo a servir al Señor por cierto periodo de tiempo; así que deberían entender claramente que están librando “una guerra de guerrilla”. Por ejemplo, si deben asistir a una reunión imprevista durante el tiempo que previamente le habían asignado a su búsqueda de la Palabra, entonces después, deberán reponer ese tiempo. Si realmente valoran el tiempo destinado para el estudio de la Palabra, encontrarán la manera de compensarlo. Por ejemplo, podrían despertarse media hora antes para compensar el tiempo perdido durante la semana. Todos debemos tener esta clase de actitud.
Los jóvenes de Taiwán se dedican a sus estudios con mucho ánimo, ya que si no estudian con seriedad, probablemente no tendrán un futuro exitoso. Ésta es la tendencia que impera en este siglo. Por tanto, hay personas que solamente duermen cinco horas al día, y el resto de la familia les ayuda con los otros aspectos de su diario vivir. Sería extraordinario si todos ustedes tuvieran esta actitud. Tal vez podrían leer en dos años todos los libros cruciales del ministerio. Si los colaboradores tuvieran la actitud que tienen los estudiantes en Taiwán, se produciría un cambio radical en nuestra obra, y no estaría en la situación en la cual se halla hoy. Si ustedes quieren gozar de tranquilidad y comodidad en la obra del Señor, se hallan en el lugar equivocado. En la obra del Señor no existe la tranquilidad ni la comodidad.
Durante el cambio del sistema, alguien observó que yo le atribuía mucho valor a la educación y que había editado cierto material educativo con el objetivo de atender esta necesidad. Así que, esta persona me preguntó si yo también podía preparar un juego de materiales de enseñanza para el Entrenamiento de Tiempo Completo que sirviera para entrenar a los diferentes niveles de entrenantes. Y también preguntó si podíamos adoptar algunos de los métodos utilizados en los seminarios teológicos.
Lo primero que deseo decirles es que establecer escuelas en donde se entrene a la gente para servir al Señor no es conforme al principio en la Biblia. En el Antiguo Testamento no vemos ningún profeta que estableciera una escuela. Si bien los profetas a veces tenían algunos discípulos, ninguno de éstos llegó a ser un profeta. Aparentemente Eliseo era discípulo de Elías; pero en realidad él fue escogido por Dios mismo. En la era neotestamentaria comenzaron a establecerse los seminarios. Conforme a la historia de la iglesia, el establecimiento de los seminarios condujo al profesionalismo, y una vez que comenzó el profesionalismo, fue fácil introducir el comercialismo. Se infiltraron numerosas prácticas corruptas, que posteriormente conducirían a la incesante lucha por el poder. Sin embargo, lo maravilloso es que la mayoría de aquellos que fueron sumamente útiles al Señor a lo largo de las generaciones no procedieron de los seminarios, aunque diría que hubo unos cuantos que sí lo hicieron. Tales personas comenzaron a servir al Señor no porque estudiaron en los seminarios, sino porque obraron conforme al principio del nazareo: tomaron el camino de la consagración voluntaria. Por ejemplo, John Wesley, George Whitefield y el Conde Zinzendorf no estuvieron en ningún seminario.
En la actualidad, debido a que todos los santos tienen ocupaciones, no es fácil pedirles que profundicen en el estudio de la verdad. Por otro lado, nuestra predicación de la palabra en el pasado no ha sido muy apropiada. Esta es la razón por la que hemos publicado Lecciones de la verdad, para remediar esto. Con respecto al Entrenamiento de Tiempo Completo, dado que ustedes están invirtiendo las veinticuatro horas del día en ello, no sería del todo apropiado que tengan que depender de otros para que los instruyan y los dirijan. Lo más apropiado sería que ustedes traten de aprender por sí solos. En los sesenta años de la historia del recobro se han destacado muchas personas que fueron ricas en términos de la verdad y aprendieron mucho acerca de la vida divina. Si ustedes verdaderamente quieren aprender de los libros y buscan la ayuda de los demás, encontrarán la manera de hacerlo. Todo depende de ustedes mismos. Si no quieren progresar, incluso teniendo el mejor método no les será de provecho.
Con respecto a la planificación para el entrenamiento de los santos que realiza la iglesia, en el pasado los colaboradores fueron muy tranquilos y no laboraron con ánimo. Ellos antes debieron haber prestado atención al entrenamiento y así darles a los jóvenes la ayuda necesaria. Sin embargo, esta clase de entrenamiento únicamente satisface las necesidades generales, y no las necesidades específicas. Si hemos de atender las necesidades específicas, es necesario que un grupo de creyentes se consagren en calidad de nazareos delante del Señor. Por tanto, todos ustedes tienen que consagrarse de forma cabal y voluntaria al Señor, así como tomar la iniciativa de buscar y aprender en la presencia del Señor. El entrenamiento únicamente les provee un entorno bueno y objetivo, que incluye la vida de iglesia, las ricas verdades y los santos más avanzados que poseen mucha experiencia en la vida divina y en el servicio práctico. Sin embargo, ustedes deben avanzar aún más al realizar una búsqueda de la verdad de manera profunda y firme valiéndose de estos recursos.
Espero que todos los colaboradores se esfuercen por obtener algo y dejen de ser tan pasivos, indiferentes e inactivos como lo han sido en el pasado. George Whitefield fue un predicador muy influyente, porque él doblaba sus rodillas para orar-leer cada palabra y frase del Nuevo Testamento tanto en inglés como en griego. Como consecuencia, la Biblia se convirtió para él en un libro viviente. Cada vez que liberaba un mensaje, él estaba lleno de poder y autoridad. Si ustedes quieren lograr algo, tienen que ser como él esforzándose por avanzar y aprender. Soy famoso debido a la oposición que he recibido en los Estados Unidos, lo cual probablemente no tiene precedente en la historia de la cristiandad. Sin embargo, la cristiandad no puede derrocar las verdades que predico, porque lo que mis opositores han aprendido en los seminarios es sumamente incompleto y limitado comparado con mis enseñanzas.
Muchos de mis opositores primero se pusieron en contra de mi enseñanza tocante al Dios Triuno. Sin embargo, poco a poco tuvieron que cerrar la boca. Todo lo que podían hacer era hablar mal de mí y tergiversar mis palabras; les fue absolutamente imposible refutar mis palabras. He afirmado que los tres de la Trinidad Divina son distintos entre Sí, pero que no están separados. Sin embargo, ellos sostenían que cuando el Hijo dejó los cielos, dejó atrás al Padre, y por eso cuando el Hijo fue bautizado, el Padre habló desde los cielos. Sin embargo, en el Evangelio de Juan, el Señor mismo dijo en numerosas ocasiones que Él había venido del Padre. La preposición griega traducida “del” es pará, y tiene el significado de: “de con”. Esto quiere decir que el Señor vino del Padre y con el Padre. Además, el Señor también dijo que el Padre estaba siempre con Él y que nunca le había dejado solo (8:16, 29; 16:32). Por lo tanto, la escena del bautismo del Señor en el río Jordán nos muestra que los tres de la Trinidad son distintos entre Sí; pero no debemos afirmar que los tres están separados. Nadie puede refutar que cuando el Señor fue bautizado, Él estaba en el Padre y el Padre también estaba en Él, ya que el Señor mismo dijo que el Padre estaba siempre con Él.
La verdad nunca tiene una sola faceta. Si los expositores bíblicos sólo reconocen una faceta de la verdad y niegan las otras, ello resultará en herejía. Nosotros no negamos ninguna faceta de la verdad; más bien, estamos atentos a todas ellas. Los tres de la Trinidad Divina son distintos entre Sí, pero no están separados. Juan 10 declara que el Hijo y el Padre uno son (v. 30). Juan 17 relata que el Hijo levantó los ojos al cielo y oró al Padre (v. 1). Sin embargo, en el capítulo 14 vemos que antes de que el Hijo orara al Padre, Él dijo que el Padre estaba en Él y Él estaba en el Padre (vs. 10-11, 20). La cristiandad no entiende esto, debido a que ellos han sido influenciados por la teología tradicional y no han estudiado cuidadosamente el texto de la Biblia.
Por consiguiente, espero que ustedes entiendan que, aun cuando todas las verdades halladas en la Biblia están en medio nuestro, todavía es necesario que inviertan su tiempo y energía para aprenderlas. Esto ciertamente no es tarea fácil. Siento que los colaboradores no son lo suficientemente enérgicos, y que ellos deben ser entrenados. Desde que salí del Lejano Oriente en 1961, no he regresado para laborar de nuevo aquí; a lo más, volví para dar conferencias y visitar a las iglesias. Ya llevo más de veinte años viviendo en el Occidente, publicando libros en inglés en los Estados Unidos y tocando la trompeta en beneficio del recobro del Señor. Puedo decirles con orgullo que antes de partir para los Estados Unidos, ahí había menos de veinte iglesias. Gracias al llamamiento que hice y a los libros que publiqué, durante los últimos veintitrés años hemos establecido más de trescientas iglesias. Los Estados Unidos y Canadá cuentan con más de cien iglesias; Centroamérica y Sudamérica tienen más de cien iglesias; y África, Europa y Australia también registran más de cien iglesias. Antes de salir al extranjero, les dejé muchos recursos a las iglesias en el Lejano Oriente, particularmente a las iglesias en Taiwán, que incluían un gran grupo de colaboradores y muchísimos salones de reunión. Sin embargo, en estos últimos veinte años, ¿dónde está el aumento en Taiwán? Cuando salí de Taiwán, tenían de setenta a ochenta iglesias, y ahora no cuentan ni con cien iglesias. Por consiguiente, espero que ustedes los santos más jóvenes aprendan a no tomar la vieja manera.
Recientemente estuve en Singapur con el fin de asistir a una conferencia de colaboradores del Lejano Oriente, a la cual asistieron colaboradores procedentes de Tailandia, Malasia e Indonesia. Un día reprendí públicamente a varios de los colaboradores. No estaba oponiéndome a ellos; lo que yo quería era apoyarlos; pero sentía cierta indignación. Deseaba, al igual que Pablo, provocarlos a celos (Ro. 11:14), de manera que se levantaran y se aborreciesen a sí mismos y dejasen de ser tan indiferentes. Esperaba que si ellos iban a continuar trabajando en la obra, entonces debían tomar la determinación de producir resultados, aun si para ello tuviesen que darse de golpes contra la pared. De lo contrario, debían dejar la obra y buscarse un empleo. En vez de estar “ocupando el nido sin poner huevos”, ellos deberían dejar que los jóvenes intenten producir algunos resultados. No tengo ninguna confianza en la vieja manera; es más, yo mismo he tomado la iniciativa de probar cosas nuevas a fin de hacer cambios.
Cada una de las palabras que aparecen en las notas del Nuevo Testamento Versión Recobro, fueron escritas por mí. Cada vez que las leo, me asombro de cómo pude haber escrito tales palabras llenas de luz, revelación y provisión; y no me siento orgulloso por ello. Once años después de haber sido salvo, estando en mi ciudad natal de Chifú en el verano de 1936, escribí dos folletos titulados Gleanings from the Genealogy of Christ [Una rebusca sobre la genealogía de Cristo] y Gleanings of the Generations [Una rebusca de las generaciones]. Hasta el día de hoy es difícil encontrar, entre todos los libros publicados por la cristiandad, un libro sobre la genealogía de Cristo que pueda compararse con Gleanings from the Genealogy of Christ. Logré publicar todo esto basado únicamente en mi propio aprendizaje, al cual me he entregado día tras día durante los últimos sesenta años. Hay quienes dicen que si yo puedo realizar tantas cosas, es porque tengo un talento innato y soy un aprendiz brillante. En realidad, yo no tengo tanto talento como ustedes. La única ventaja que podría llevarles es que soy un aficionado al estudio y puedo estudiar incansablemente. Hoy en día, no importa el material que esté escribiendo, todavía consulto frecuentemente los diccionarios para estudiar el significado de las palabras.
No creo que ustedes hayan agotado toda su energía ni que la inviertan de manera apropiada. Si yo dirigiera el entrenamiento, ustedes emplearían el día de una forma muy diferente; entonces probablemente dirían que ningún día es bueno. Ustedes verdaderamente no han experimentado dificultades. Por lo mismo, cuando tienen un horario un poco ocupado, lo encuentran insoportable. No me agrada oír que los hermanos digan: “Esto es demasiado estrés; no lo soporto”. Si en verdad no lo pueden soportar, ¿cómo es posible que aún puedan comer y dormir bien? El hecho de que siguen comiendo y durmiendo bien comprueba que aún viven cómodamente. Ustedes verdaderamente necesitan ser más restringidos.
Algunos dicen que ser un colaborador en el recobro es como gozar de un empleo seguro, pues cuando uno ha sido reconocido como colaborador, será un colaborador por el resto de su vida. No necesitan someterse a un examen ni a una evaluación. Si se nos hiciera una prueba, no estaríamos en la situación en la cual estamos ahora. Sin embargo, una vez que impongamos algunas pruebas, habremos convertido nuestro servicio al Señor en una profesión, lo cual es algo que no debemos permitir. En 1953 comencé a conducir el entrenamiento y, cuando miro al pasado, no me siento satisfecho con ese entrenamiento. Después de mucha consideración interior, esta vez quisiera cambiar por completo mi manera de proceder. Primero les haré una demostración, les daré un patrón. Después, espero que pueda cambiar sus conceptos y alentarles a que se esfuercen.
No siempre esperen que sean los demás quienes les enseñen; más bien, ustedes mismos necesitan buscar profundamente con diligencia. Cuando era joven no pude leer muchos libros, y el cristianismo no estaba publicando libros de mucho valor. De 1936 a 1939 el hermano Nee se propuso no publicar ningún libro, porque quería ver lo que la cristiandad podía producir. Aun bajo esas circunstancias, me esforcé al máximo por aprender. Por consiguiente, ustedes necesitan ser avivados. Durante el entrenamiento que conduje en 1953, les cité a los entrenantes un proverbio que había leído en la escuela primaria, el cual dice que si usted tiene una caligrafía pésima, no debería echarle la culpa a la pluma ni a la tinta, sino que debe culparse a sí mismo por no practicar debidamente. Del mismo modo, ustedes no debieran quejarse ni de su entorno ni de otras cosas, sino que debieran culparse a sí mismos por no laborar lo suficiente.
La situación actual en que se encuentran es extremadamente favorable, pero han dado todas las bendiciones por sentado. Tomen la vida de iglesia como ejemplo. Cuando fui salvo, era muy joven, y no existía la vida de iglesia. En Shanghái en 1940 la vida de iglesia no se parecía en nada a la actual. En ese tiempo, estudiábamos los pocos libros que el hermano Nee había publicado. No solamente leíamos los libros, sino que los leíamos muchas veces. En el invierno de 1932 comencé a utilizar el Nuevo Testamento Interlineal Griego-Inglés. Nadie me enseñó griego; aprendí de forma autodidacta el vocabulario y la gramática griegos; tal como dice el refrán: “Roma no fue edificada en un solo día”. Aunque yo no entendía el griego, trabajé arduamente, pues dediqué mucho tiempo y energía para profundizar en dicho estudio. Por ejemplo, la palabra griega traducida “verdad” es alétheia, de la cual el Nuevo Testamento registra ocho denotaciones. La nota 6 de 1 Juan 1:6 nos lo explica claramente. Es probable que ni un experto en griego pueda proveer una explicación tan detallada sobre esta palabra.
Les comparto estas cosas para estimularles a fin de que dejen de pensar en obtener ayuda de los seminarios teológicos. Tales seminarios solamente les enseñarán a ser hombres de mediocre capacidad. Si quieren ser hombres de mediocre capacidad, entonces pueden ingresar a un seminario y recibir sus enseñanzas. En el entrenamiento se les provee un entorno ideal en el cual pueden aprender. Incluso si a la larga obtienen un trabajo secular y no sirven a tiempo completo, el aprendizaje y la influencia a la cual se someten durante estos dos años serán de gran beneficio a todos ustedes. Lo que más lamento es la condición deplorable en que nos hallamos nosotros, los de habla china, quienes hemos entrado en la iglesia. No estoy diciendo que la iglesia no sea buena. La iglesia es buena, pero la condición del hombre no es buena. Ustedes han introducido todas las cosas malas de la cultura china a la iglesia, tales como su carácter descuidado, la falta de vitalidad, el desorden en las reuniones y la falta de orden y pulcritud que caracteriza a los salones de reunión. He estado gimiendo incesantemente sobre esta situación. Simplemente no puedo concebir que los ancianos y los colaboradores hayan conducido a las iglesias a tal deplorable situación. No nos hemos mantenido al día.
No les estoy incitando a que se rebelen y anulen todo lo que han hecho los colaboradores en el pasado y los menosprecien. Alabado sea el Señor por la contribución que ellos han aportado. Sin embargo, el carácter de los colaboradores es indeseable. En este respecto ustedes no deberían aprender de ellos. En Taiwán se destacó un gran empresario cuyo éxito era simplemente el producto de su arduo trabajo; él dijo: “Todos dicen que la economía del Japón es excelente, entonces ¿por qué no estamos dispuestos a aprender de los japoneses?”. Este empresario estaba en lo correcto. Nosotros debiéramos aprender a tener el espíritu de los japoneses. Con respecto a la obra de publicación, Japón ocupa el mejor lugar, los Estados Unidos tiene el segundo lugar y Taiwán está en tercer lugar. El taller de imprenta de la librería en Japón ocupa un cuarto pequeño de dimensiones cuadradas, ubicado directamente en el piso de arriba del salón de reunión, y es mucho más pequeño que el taller de imprenta en Taiwán; sin embargo, las publicaciones producidas en Taiwán no pueden compararse con el estándar de las publicaciones impresas por los santos japoneses.
Como otro ejemplo, consideren los entrenamientos que se llevan a cabo por video. La iglesia en Tokio se sujeta estrictamente a todas las normas del entrenamiento de video; pero las iglesias en Taiwán violan muchas de ellas. Se espera que cada localidad mantenga un registro de asistencia y envíe un reporte a la estación del ministerio. La iglesia en Tokio fue la única que mandó un informe nítido y legible, pero el que envió la iglesia en Taiwán fue totalmente confuso. No sólo esto; con el propósito de transmitir cierto sentido de responsabilidad a los que asisten al entrenamiento y para elevar el estándar del entrenamiento se requiere que se cobre un donativo a los asistentes. De nuevo, la iglesia en Tokio realizó un trabajo impecable al respecto; el informe de sus cuentas estaba muy claro y sin errores. Los informes más desorganizados fueron los de Taiwán.
Cuando hagamos las cosas con seriedad, obtendremos buenos resultados y lograremos progresar. La tendencia social, las tradiciones y los hábitos innatos del pueblo chino, todos los cuales los llevamos en la sangre, son completamente lo opuesto. Por tanto, al aprender a realizar la obra del Señor, lo primero que ustedes tienen que hacer es tener un cambio radical en su carácter. Deben cambiar por completo ese carácter chino que llevan en sus venas. Si durante estos dos años aprenden a hacer esto, entonces serán los mejores en todo lo que hagan, aun si tomarán un trabajo secular. Sin embargo, si ustedes rehúsan cambiar su carácter, entonces, no importa a qué se dediquen, no serán útiles en nada.