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Mensajes del libro «Vida necesaria para la predicación del evangelio elevado, La»
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CAPITULO DOS

EL SIGNIFICADO DE LA VIDA HUMANA ES CRISTO

(1)

  Lectura bíblica: Gn. 1:26-28; Mt. 3:2; 5:3, 10, 48; 6:9-10, 31-33; Ro. 14:17; Ap. 11:15; 2 Ti. 2:12

  En el capítulo anterior, vimos que el hombre es la expresión de Dios y Su representante y que tiene Su autoridad. Dios, en Su obra creadora, hizo al hombre a Su imagen y le confió Su dominio (Gn. 1:26-28). Tenemos estas dos palabras: imagen y dominio. La imagen está relacionada con la vida, mientras que el dominio está relacionado con la autoridad. Así que, tenemos la vida divina y la autoridad divina. Ya que el hombre fue creado a la imagen de Dios, había de tener la vida de Dios. Y ya que Dios le confió Su dominio, había de tener la autoridad de Dios. Si queremos expresar a Dios necesitamos la vida divina. Si queremos representar a Dios necesitamos la autoridad divina.

  Pero, el hombre cayó. Por tanto, Dios mismo vino a ser el hombre Jesús. Jesús fue un hombre maravilloso, y hoy en Su resurrección sigue siendo un hombre. El es un hombre y está en los cielos. Cuando Esteban estaba siendo apedreado como mártir, vio “los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios” (Hch. 7:56). Así que, hoy Cristo, quien está en los cielos, sigue siendo un hombre. Pero debemos saber que eso no es todo. Después que el Señor resucitó y ascendió a los cielos, descendió como Espíritu vivificante (1 Co. 15:45) y como el Espíritu de poder (Hch. 1:8).

  Este Espíritu, quien es Jesús mismo, espera a todos los seres humanos caídos para que le reciban. Tan pronto como una persona le recibe, este maravilloso Jesús entra inmediatamente en esa persona. Esto quiere decir que la persona es salva. Ser salvos sencillamente significa que Cristo entra en nosotros.

ARREPENTIRSE POR CAUSA DEL REINO DE LOS CIELOS

  Sabemos que no es insignificante recibir a Cristo. No obstante, hay algo más profundo que esto. El mensaje introductorio del evangelio del reino es arrepentíos. Tenemos que arrepentirnos por causa del reino de los cielos (Mt. 3:2) porque hemos caído del dominio de Dios. Por tanto, tenemos que regresar. Necesitamos volver de la condición caída a la condición original. Tenemos que abandonar la situación caída y volvernos al dominio de Dios. Este dominio es sencillamente el reino de los cielos.

  Hoy los cristianos hablan mucho de predicar el evangelio, pero ¿qué predicamos como evangelio? Quizá digamos que predicamos a Cristo. Esto es correcto, pero es inadecuado. El evangelio que se predicó al comienzo del Nuevo Testamento fue: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Dios nos hizo a Su imagen, y nos confió Su dominio. Pero caímos. Ahora debemos volver al dominio de Dios; entonces tendremos Su imagen.

CUATRO CATEGORIAS DE PERSONAS

  Quisiera expresar esto de una manera más sencilla y más práctica. Miren la situación de la vida humana y la sociedad actual. Por todo el mundo las personas son materialistas. Están muy ocupados trabajando para ganar cosas materiales a fin de vivir bien. Quieren tener mejor comida, una casa mejor, un carro mejor y mejor ropa. Todo el tiempo buscan algo mejor. Pero con el tiempo lo que buscan viene a ser amargo. Estados Unidos hoy es un país materialista. Las personas materialistas constituyen la primera categoría de personas que vemos en la sociedad actual.

  Otra categoría de personas se compone de los que tratan de ser buenos, morales. Cuando una persona se hace materialista, no le importa mucho la moralidad. Por tanto, generalmente hablando, las personas materialistas no son morales. Pero hoy en esta tierra existen algunas personas que son extremadamente morales.

  Luego tenemos una tercera categoría de personas: los religiosos. En el cristianismo, ser religioso es verdaderamente maravilloso; significa ser formal y bíblico. Por consiguiente, en un sentido general, las personas religiosas no sólo son mejores que los materialistas sino también que las personas morales.

  La cuarta categoría de personas, la categoría más elevada, se compone de las personas espirituales. Ser espiritual significa estar en el espíritu. Por lo tanto, las personas espirituales, comparado con las personas de las tres categorías anteriores, son verdaderamente mucho mejor.

LA CLASE DE PERSONAS QUE DIOS QUIERE

  Ahora preguntémonos qué clase de personas quiere Dios. Por supuesto, Dios no quiere un grupo de personas materialistas. Tampoco quiere un grupo de personas morales o religiosas. Además, estrictamente hablando, la intención de Dios no consiste en tener un grupo de así llamados espirituales. Dios quiere un grupo de personas que vuelvan a Su dominio.

BUSCAR PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA

  En Mateo 6:31-33 el Señor dijo: “No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan con afán todas estas cosas. Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Si usted siempre piensa en la comida, la bebida, y la ropa, usted es materialista. El Señor nos pidió que nos olvidáramos de estas cosas materiales, las cuales los gentiles siempre buscan. En lugar de eso, debemos buscar primero el reino de Dios y Su justicia.

  Hemos visto que el reino de Dios es el dominio de Dios, pero ¿qué es la justicia de Dios? Ser justo consiste en estar bien con Dios y estar bien conforme a lo que Dios es. Dios es amor, pero, usted odia a otros. Esto es incorrecto. Ya que Dios es amor, usted también debe amar a otros. Esto es correcto. Dios es fiel, pero usted es infiel. Esto es incorrecto. Ya que Dios es fiel, usted también debe ser fiel. Entonces usted está bien. Dios es honesto, pero, usted es deshonesto. Esto es incorrecto. Ser honesto consiste en estar bien conforme a lo que Dios es. Por lo tanto, vemos que ser justos sencillamente significa ser rectos conforme a Dios, no conforme a nuestro concepto. Ser rectos conforme a Dios es estar completamente de acuerdo con Dios.

  Los jóvenes deben considerar qué buscan hoy. Ellos deben buscar volver al dominio de Dios, al gobierno de Dios. Día tras día usted debe someterse al gobierno de Dios. Además, mientras busca el reino de Dios, también debe buscar Su justicia. Esto quiere decir que tiene que volver al dominio de Dios y estar en completa conformidad con Dios. Si queremos estar en conformidad con Dios, tenemos que nacer de Dios. Necesitamos tener Su vida y ser Sus hijos.

  Algunas personas hablan mucho acerca del llamado sermón del monte. Pero debemos ver que si no somos hijos de Dios, no podemos poner en práctica el sermón del monte. El Sermón del monte no está dirigido a la gente mundana, los incrédulos, sino a los hijos del Padre. Vemos esto en Mateo 5:48, donde el Señor dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”. Nosotros somos Sus hijos, y El es nuestro Padre. Tenemos Su vida. Por lo tanto, podemos ser perfectos como El lo es. Ser perfectos nosotros como el Padre es perfecto simplemente significa que tenemos la imagen del Padre, o en otras palabras, que expresamos al Padre.

  Sin embargo, todavía queda un punto crucial: ¿estamos en el dominio de Dios? Por eso, el Señor Jesús nos pidió que buscáramos primero el reino de Dios y Su justicia. La justicia no viene primero, sino el reino. Primero debemos buscar el reino, y luego espontáneamente tendremos justicia. Como vimos anteriormente, justicia consiste en estar bien conforme a Dios, estar de acuerdo con Dios. Esto es lo que significa ser perfectos como Dios el Padre es perfecto.

  Quisiera recalcar de nuevo que lo que Dios quiere no es un pueblo moral, religioso, ni un pueblo así llamado espiritual. Dios quiere personas que permanezcan bajo Su dominio. Mientras usted esté bajo el dominio de Dios, Su autoridad, todas las cosas estarán bajo su dominio, su autoridad. Si usted quiere representar a Dios, necesita estar en el dominio de Dios.

  En la sociedad humana hay muchas cosas engañosas. Las cosas materiales son un engaño. Así que, la gente está constantemente ansiosa, diciendo: “¿Qué comeremos? ¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos?” Todas estas preguntas son engaños. El Señor Jesús nos dijo que estas cosas las buscan los gentiles. Tenemos que olvidarnos de estas cosas y buscar el reino de Dios y Su justicia.

  Pero, ¿qué de nuestro vivir? En Mateo 6:32, el Señor Jesús dijo que nuestro “Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”, y en el versículo 33 profirió una promesa: “Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. ¿Verdaderamente usted cree que el Padre celestial cuidará de su vivir? He creído en el cuidado del Padre celestial por muchos años. Tenemos que creer lo que el Señor dice. Si buscamos el reino de Dios y Su justicia, El nos dará Su reino y Su justicia. Además, nos dará todo lo que necesitamos.

  Sé que no les es fácil a los jóvenes creer que el Padre cuidará de todas sus necesidades. Muchos de ustedes están preocupados acerca de su futuro. Temo que muchos de ustedes también estén ansiosos acerca de su matrimonio. Una hermana tal vez se pregunte: “¿Qué clase de esposo debo tener?” Un hermano quizás considere: “¿Qué clase de esposa es buena para mí?” Permítanme decirles honestamente que sin Dios, no puede tener un buen esposo o una buena esposa. Por eso, hay muchos divorcios actualmente. Aprendan a dejarle todo a Dios.

  Cuando yo era joven en el ministerio del Señor, los jóvenes me consideraban un maestro de la Palabra de Dios y también como alguien experimentado en cuanto al matrimonio, ya que para ese tiempo estaba casado. Por lo tanto, ellos venían a mí pidiendo consejo acerca del matrimonio. Yo les daba las mejores instrucciones que había acumulado, y ellos trataban de aplicarlas. Pero con el tiempo, me di cuenta de que estas buenas instrucciones no funcionaron.

  Ahora cuando los jóvenes me preguntan acerca de con quién deberían casarse, yo les contesto: “No sé. Sólo el Señor sabe”. Solamente les puedo decir que si ellos sienten que el Señor les guía a casarse con esa hermana o ese hermano, entonces ellos deben seguir adelante y hacerlo. No puedo decir si ese hermano o hermana es bueno o no. Yo no lo sé. Sólo el Señor lo sabe. Hermanos y hermanas jóvenes, tienen que confiar en el Padre celestial en cuanto a su futuro, incluyendo su matrimonio. Sólo El sabe. Su destino no está en sus manos. Está en las manos de El. Déjenle todo a El. Sólo aprenda a decir: “¡Aleluya! Mi Padre celestial me cuida en todos los aspectos”.

  Por lo tanto, no sean engañados más por las cosas materiales. Ciertamente usted necesita estudiar para obtener una educación o aprender un oficio. Pero no debe ser engañado por estas cosas. No debemos preocuparnos por estas cosas. Nosotros no buscamos estas cosas primero. Buscamos primero el reino, el dominio, de Dios. También procuramos seguir Su justicia, estar bien con El, estar en conformidad con El. Deseamos ser perfectos como El es perfecto. Deseamos llevar Su imagen y estar bajo Su autoridad todo el tiempo. No estamos aquí para ser morales, religiosos ni espirituales. Sólo nos importa una cosa, a saber, estar bajo Su autoridad y estar de acuerdo con El todo el tiempo.

  A nosotros solamente nos importa estar bajo la autoridad de Dios. Si Dios le da el permiso de gritar en la reunión, usted debe hacerlo. Si usted dice: “Oh, tal vez no sea bueno gritar muy alto. Debo tener cuidado por los demás”, esto es ser religioso. Solamente me interesa estar bajo el dominio del Señor. Solamente me interesa estar bien con el Señor y estar de acuerdo con El. No debemos ser engañados por lo religioso, que es aún más engañoso que lo material y la moralidad.

  Incluso el deseo de ser espiritual puede ser una clase de engaño. Por eso me siento forzado por el Señor de decirles todo esto. El Señor no tiene la intención de ganar a un grupo de personas que sean “espirituales”. Más bien, Su intención es tener un grupo de personas que estén bajo Su autoridad, que siempre estén en conformidad con El y de acuerdo con El.

  Usted puede ser así solamente si lo toma a El como su persona. Tómelo a El no solamente como su vida, sino como su persona. Entonces día tras día usted puede declarar: “Ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” (Gá. 2:20). Entonces tendrá la verdadera justicia. Estará bien con el Señor y estará de acuerdo con El, porque usted será Cristo mismo. No vivirá usted, sino Cristo, así que tendrá la justicia bajo la autoridad de Dios.

  No tengo la intención de aconsejarles para que hagan esto o no hagan lo otro. Mi carga es ayudarles para que vean que el Señor ganará a algunas personas, mayormente de la generación joven, quienes no tienen interés en lo material, lo moral, lo religioso, ni lo espiritual. Por supuesto, tampoco tienen interés en lo inmoral, lo irreligioso, y lo que no sea espiritual. Sólo se ocupan del dominio de Dios y la imagen de Dios. Hermanos y hermanas, el Señor ganará un grupo de personas de la generación joven que realmente busquen primero el reino de Dios y Su justicia. Con el tiempo, Dios les dará las cosas materiales, y ellos serán las personas más morales y espirituales. Pero si usted solamente busca lo espiritual, posiblemente se equivocará. Hoy no debe buscar la religión ni lo espiritual. Usted necesita buscar el reino de Dios y Su justicia. Todos necesitamos estar bajo Su dominio y llevar Su imagen continuamente.

  Mateo 5:3 dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. Y Mateo 5:10 dice: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Primero, usted tiene que ser pobre en su espíritu. No piense que usted sabe algo o que tiene algo. Usted tiene que postrarse, arrodillarse, delante del Señor y decir: “Señor, no tengo nada y no sé nada. No quiero retener ni aferrarme a algo viejo que está en mi espíritu. Quiero ser pobre en mi espíritu”. Si es así, el reino de los cielos le pertenecerá.

  Usted también tiene que estar listo para sufrir, para ser perseguido, por causa de la justicia, esto es, por causa de estar bien conforme a Dios, por estar de acuerdo con Dios. Si quiere estar bien conforme a Dios, será perseguido, porque el mundo entero, que yace en poder del maligno (1 Jn. 5:19) y está lleno de injusticia, se levantará en contra de usted. En cierto sentido, si usted busca ser religioso, muchas personas lo admirarán y le recibirán con bien. También, en cierto sentido, si busca ser espiritual, muchas personas lo apreciarán y hablarán bien de usted. Pero si busca estar bien con el Señor, estar bien conforme a Dios, prepárese para que se le opongan y lo persigan. Pero alabado sea el Señor, porque el reino de los cielos le pertenece a usted. Usted está en el reino de los cielos y está bajo el dominio de Dios donde está la justicia de Dios.

  Actualmente el Señor está ganando a un grupo de personas como preparación para Su regreso, en el cual poseerá la tierra. Luego Apocalipsis 11:15 será totalmente cumplido: “El reinado sobre el mundo ha pasado a nuestro Señor y a Su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos”. Nosotros también reinaremos con El (2 Ti. 2:12).

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