Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Watchman Nee — Un siervo que recibió la revelación divina en esta era»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPITULO VEINTICUATRO

Medios especificos que uso watchman nee en su ministerio (1)

  Los obreros cristianos comúnmente emplean los cinco medios generales que Watchman Nee usaba en su ministerio, los cuales describimos en el capítulo anterior. No obstante, puesto que Watchman Nee tenía una comisión y se le había encomendado un ministerio específico para llevar el testimonio del Señor en esta era, él adoptó otros tres medios, más específicos para llevar a cabo su ministerio.

1. LLEVABA A CABO CONFERENCIAS

  El primer medio específico que Watchman Nee usaba en su ministerio era realizar conferencias. Las reuniones regulares de iglesia no bastaban para comunicar los mensajes especiales que recibía del Señor para el presente. Se necesitaba una audiencia mayor y compuesta de personas que buscasen al Señor y Sus intereses, así como reuniones consecutivas en un período específico, para comunicar la carga específica que llevaba en sus hombros. Por estas razones, él celebró numerosas conferencias especiales. Las principales conferencias fueron llamadas conferencias sobre los vencedores, mientras que las demás fueron llamadas conferencias especiales.

  El siguiente pasaje de la carta abierta que incluyó en el número veintidós de El testimonio actual, publicado para septiembre y diciembre de 1931, explica el propósito de estas conferencias:

  ________________________________________________________

  En nuestras conferencias, nuestra intención es solamente declarar el mensaje de victoria de Cristo, y no detenernos en otros temas. Nuestra responsabilidad especial es predicar este mensaje específico ... En realidad, si una persona no conoce a Dios, lo cual se ve en que no confía en El ni le obedece, no es de gran utilidad hablarle de otros temas. Podemos mencionar otros temas al dirigirnos a quienes son fieles, pero si los compartimos con los que aún no están dispuestos a servir a Dios fielmente, causaremos disputas ... Por otra parte, nuestros estudios bíblicos tienen otro carácter, ya que se dirigen a los que están dispuestos a servir a Dios con fidelidad y desean entender claramente las verdades bíblicas. Por esta razón, en ellos tenemos libertad para abordar temas que no nos atreveríamos a tratar en conferencias. Esperamos que en futuras conferencias, ni el que habla ni los que escuchan traten, públicamente ni en privado, temas ajenos a la victoria de Cristo, a fin de que podamos tener la plena bendición de Dios ... Esto no significa que los demás asuntos no sean importantes, sino que cuando los hombres desean sinceramente recibir la victoria de Cristo, creer y obedecer al Señor, El dirigirá su atención a estos asuntos, y ellos obedecerán automáticamente. Pero en esta etapa, si ciertas cosas no quedan claras para algunos, estaríamos dispuestos a ayudarlos durante el estudio bíblico. Sentimos que la necesidad urgente de la iglesia de Dios y lo que ella debe experimentar hoy es la victoria de Cristo; los hechos y principios que El declaró por medio de Su muerte y resurrección. En este asunto, debemos ser fieles y firmes, y proclamarlo con todo el corazón.

  ________________________________________________________

  A continuación incluimos su testimonio personal, el cual dio en Kulangsu, el 20 de octubre de 1936, acerca de las conferencias sobre los vencedores:

  ________________________________________________________

  Dios me ha mostrado que en cada iglesia local debe surgir un grupo de vencedores (como se menciona en Apocalipsis 2 y 3) que sean los testigos del Señor. Esta es la razón por la cual tenemos una conferencia sobre los vencedores cada año en la cual comunico fielmente los mensajes que Dios me ha dado.

  La primera conferencia sobre los vencedores que Watchman Nee celebró se llevó a cabo en Shanghai en febrero de 1928. Los mensajes estaban centrados en el propósito eterno de Dios y en la victoria de Cristo. El reveló el misterio según el cual se había producido una guerra espiritual. Dios había diseñado un plan, pero Satanás, Su enemigo, el príncipe de las tinieblas, se le opuso. Pero Cristo mediante Su muerte en la cruz venció a Satanás y obtuvo una victoria completa. Ahora es necesario que los creyentes participen de Su victoria y combatan el poder de las tinieblas ejecutando lo que Cristo ya cumplió. Unas cincuenta personas asistieron a esa primera conferencia. Entre ellos veinte o treinta venían de afuera de Shanghai, casi todos de la provincia norteña de Kiangsu y del condado de Pinyang, en la provincia de Chekiang. La audiencia era pequeña, pero el impacto y el resultado fueron grandes.

  La segunda conferencia sobre los vencedores fue presentada en Shanghai del 8 al 18 de octubre de 1931. Leamos el anuncio de la conferencia en El testimonio actual, publicado en mayo de 1931:

  ________________________________________________________

  El propósito de esta conferencia es unir a los creyentes de todas partes, aquellos que tienen el mismo sentir, para que dependan de Dios y reciban el mensaje que proviene de El. Nuestra experiencia anterior nos muestra que todos necesitamos una edificación más profunda. Por esta razón, debemos hacer mucho énfasis en el testimonio de “la victoria de Cristo”, que el Señor nos ha encargado. Los que interceden delante del Señor, oren en unanimidad por esta conferencia para que tengamos el poder que viene únicamente del Espíritu Santo y estemos libres de toda mezcla del poder del alma.

  ________________________________________________________

  En esta conferencia, la carga que tenía Watchman era el pacto de Dios y la sabiduría de Dios. Allí reveló el verdadero significado y contenido del nuevo pacto que Dios promulgó para nosotros por medio de la redención que Cristo efectuó. Primero Dios se comunicaba con Su pueblo por Su Palabra. Le prometió a Su pueblo en Su Palabra que El haría ciertas cosas por ellos conforme a Su plan; luego, Su Palabra se convirtió en una promesa. Cuando Su promesa se cumplió en Cristo, se convirtió en un hecho. Y cuando trasmitió el hecho a Sus elegidos, se estableció un pacto. Este pacto es el nuevo pacto, el cual es mejor que el antiguo, puesto que fue establecido por medio de la sangre de Cristo y respaldado por el ministerio de Su vida indestructible. Estos mensajes fueron dados en la segunda conferencia sobre los vencedores, y luego se publicaron en El testimonio actual en los números que salieron entre 1932 y 1934, y más tarde se imprimieron como la primera mitad de un libro titulado ¿Qué es el nuevo pacto?

  En noviembre de 1932, el hermano Nee dio una conferencia especial a la iglesia en Shanghai. En ese entonces ocho hermanos y hermanas vinieron de Inglaterra, de Estados Unidos y de Australia de las Asambleas de Hermanos, para tener comunión con nosotros.

  En enero de 1934, él celebró en Shanghai su tercera conferencia sobre los vencedores. A continuación incluimos parte del anuncio que hizo en esa conferencia, el cual consta en la carta abierta que publicó en el número treinta y dos de El testimonio actual para octubre a diciembre de 1933 y nos describe el carácter de esa conferencia:

  ________________________________________________________

  Anteriormente hemos celebrado dos conferencias de este mismo carácter, una en febrero de 1928 y otra en octubre de 1931. La conferencia que tuvimos en noviembre del año pasado fue distinta, y por esa razón consideramos la próxima conferencia la tercera que tendremos sobre los vencedores.

  Quisiera que todos los hermanos entiendan la naturaleza de este tipo de conferencia; no se prestará atención a asuntos secundarios de la Biblia. Lo que deseamos ver, en el Espíritu Santo, es a Cristo y El crucificado. Asuntos como el profetizar, la organización de iglesia, la exposición bíblica, la tipología, el bautismo, la imposición de manos, el hablar en lenguas, los milagros y un centenar más de interrogantes tienen su lugar, y como creyentes no debemos negarles el lugar que les corresponde. Sin embargo, no son ni el centro de las Escrituras ni el centro de la vida que imparte el Espíritu Santo. Dios tiene un solo centro, el cual es Cristo, y éste crucificado. Las conferencias anuales que giran en torno a esto, tienen como fin volvernos a ese centro. Por consiguiente, no quisiéramos detenernos en temas de menor importancia. Por el contrario, queremos realzar solamente el punto central que Dios mismo ha recalcado...

  En esta conferencia, igual que antes, deseamos hacer hincapié en el mensaje central. Después de muchas oraciones, percibo que el lema que el Señor me ha dado para esta conferencia es “los vencedores que Dios busca”. Esta conferencia girará en torno a este centro...

  Finalmente, en esta conferencia, nuestra esperanza es encontrar a Cristo, recibir luz y revelación celestial, y ser llenos de la vida que los demás mortales desconocen. No queremos prestar atención a los numerosos asuntos secundarios y superficiales, “a fin de conocerle” (Fil. 3:10). Esto es lo que buscamos.

  ________________________________________________________

  El número de personas que asistió a la tercera conferencia sobre los vencedores fue cerca de trescientas, de las cuales más de cien venían de distintas provincias del país. Hubo dos líneas en los mensajes dados; una fue la centralidad y la universalidad de Cristo, donde se revelaba que Cristo es el centro y la circunferencia del universo y de la vida cristiana. El debe tener la preeminencia en todo. La segunda línea revelaba que Dios llama a los vencedores en cada era para que tomen el lugar de Su pueblo vencido y cumplan Su propósito. Parte de estos mensajes se publicó en el número treinta y cuatro de El testimonio actual para marzo y abril de 1934.

  En octubre del mismo año, se celebró en Hangchow la cuarta conferencia sobre los vencedores. Los asistentes fueron casi los mismos que habían estado en Shanghai en la tercera conferencia. Los mensajes seguían nuevamente dos líneas; la primera era la vida de Abraham, y mostraba cómo él fue un vencedor que cumplió el propósito de Dios. La segunda línea trató de la guerra espiritual, y mostraba la manera de combatir al enemigo para cumplir el propósito eterno de Dios.

  En la tercera visita que hizo a Chifú en agosto de 1935, dio una conferencia especial a la iglesia allí, sobre la vida vencedora de Cristo. En aquel tiempo, los santos recibieron mucha ayuda y experimentaron el derramamiento del Espíritu Santo. Mediante esta conferencia se produjo un avivamiento, el cual se extendió a Shanghai y a otras ciudades. Después de que el avivamiento estallara en Chifú, Watchman regresó a Shanghai en septiembre y dio una conferencia a la iglesia sobre el derramamiento del Espíritu Santo.

  En octubre, después de la conferencia en Shanghai, celebró otra conferencia en Kulangsu con los colaboradores del sur de Fukien, sobre el mismo tema.

  En enero de 1937, él convocó una conferencia urgente en Shanghai para todos los colaboradores del país. El tenía la carga de compartir con sus colaboradores la nueva visión que había recibido del Señor acerca de la obra y las iglesias locales.

  En noviembre de ese año, Watchman Nee dio una conferencia en Hankow a los que laboraban con él, a fin de compartir de una manera más detallada los mismos mensajes acerca de su nueva revelación con respecto a la obra y las iglesias locales. Aunque los mensajes eran los mismos que había dado en Shanghai, el contenido era más profundo y la revelación más detallada. Estos mensajes se publicaron en el libro titulado Un nuevo análisis de la obra, o La vida cristiana normal de la iglesia.

  Después de regresar de su viaje a Europa, convocó una conferencia especial de once días en agosto de 1939, en la cual dio los mensajes sobre los principios del Cuerpo.

  Entre 1940 y 1942, él celebró muchas reuniones especiales. Durante ese período él llevaba a cabo un entrenamiento para colaboradores y al mismo tiempo ayudaba a la iglesia en Shanghai a ser edificada de manera práctica. En todas estas reuniones él hacía énfasis en la necesidad de ver el Cuerpo. También dio muchos mensajes sobre los aspectos profundos de la vida espiritual. Los mensajes contenidos en su libro El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob fueron presentados en ese período.

  En abril y mayo de 1948, convocó una conferencia especial en Shanghai, no solo para los santos locales sino también para unos ochenta santos que buscaban al Señor con seriedad y que venían de varias ciudades de todo el país. En dicha conferencia él habló principalmente de la obra. La carga que tenía era aprender de las lecciones del pasado, y determinar cuál era la mejor manera de avanzar hacia el futuro. Fue en esa ocasión cuando él reanudó su ministerio. Esta conferencia produjo lo siguiente: todos los hermanos y hermanas entregaron sus posesiones para la obra, en lo cual el hermano Nee tomó la iniciativa. Esto dio por resultado un avivamiento, que a su vez hizo que unos ochenta hermanos y hermanas que buscaban al Señor asistieran al primer período prolongado de adiestramiento en el monte Kuling, en Fuchow.

  En 1950, durante los meses de enero y febrero, él celebró otra conferencia especial y prolongada para la iglesia en Hong Kong. Allí habló sobre las riquezas de los vencedores y sobre la manera de entregar todas nuestras posesiones para el avance de la obra del Señor. Al mismo tiempo, él hizo hincapié en que los creyentes que habían sido bautizados en el Espíritu y en un solo Cuerpo debían ser edificados como iglesia para que ésta fuese un instrumento corporativo para el Señor a fin de extender el evangelio. Varios hermanos y hermanas llegaron a entregar todas sus posesiones a la obra, lo cual avivó nuevamente a toda la iglesia. Mediante esta visita, se echó el cimiento para que la iglesia en Hong Kong recibiera muchas bendiciones en los años venideros, tanto en vida como en número.

II. LLEVO A CABO ADIESTRAMIENTOS

  Watchman realizó adiestramientos como otro medio específico para cumplir su ministerio. Leamos sus propias palabras al respecto, las cuales pronunció en su segundo testimonio en Kulangsu, el 20 de octubre de 1936:

  ________________________________________________________

  Si el Señor tarda, será necesario preparar a muchos jóvenes para que continúen el testimonio y la obra para las generaciones venideras. Muchos colaboradores ya oraron acerca de este asunto con la esperanza de que se provea un lugar adecuado para preparar a los jóvenes. No pienso establecer un seminario ni un instituto bíblico, sino reunir a los jóvenes para que vivan juntos y experimenten la vida del Cuerpo y practiquen la vida espiritual. En ese lugar serán adiestrados para que sean edificados aprendiendo a leer las Escrituras, a orar y a desarrollar un carácter firme. Por un lado, habría un adiestramiento cuya meta sería aprender la manera de poner fin al pecado, al mundo, a la carne y a la vida natural. A su debido tiempo, los jóvenes regresarían a sus respectivas iglesias para compenetrarse con los demás santos a fin de servir al Señor en la iglesia. Adquirí un terreno de más de seis mil metros cuadrados en Chenru, en las afueras de Shanghai. Los planes de construcción van bastante adelantados y dentro de poco, los jóvenes podrán ir allí para ser adiestrados.

  ________________________________________________________

A. La etapa inicial

  Watchman inició estos adiestramientos en 1933. En la etapa inicial él empezó con algunos hermanos jóvenes que fueron hospedados en la segunda planta del local de reuniones de Shanghai. En esa etapa, el adiestramiento era informal. Los estudiantes vivían juntos, escudriñaban la Biblia, y pasaban un tiempo personal con el hermano Nee; de ese modo recibían ayuda espiritual. A veces, él pasaba tiempo con nosotros por las tardes cuando no había ninguna reunión de iglesia. Este adiestramiento informal duró dos años.

B. El adiestramiento en Shanghai

  En 1936 Watchman empezó a construir un lugar para llevar a cabo el adiestramiento en Chenru, en las afueras de Shanghai. Cuando faltaba poco tiempo para terminar la obra de construcción, estalló la guerra entre Japón y China, y el edificio fue destruido. Después, él no tuvo oportunidad de llevar a cabo esa carga hasta 1940.

  Cuando regresó de Europa, decidió radicarse en Shanghai a fin de compartir allí algunos mensajes sobre el Cuerpo de Cristo y ayudar a edificar la iglesia de manera práctica. En esa ocasión él alquiló un local en el área de Yu-hwa para llevar a cabo su primer adiestramiento, el cual giraba en torno al Cuerpo de Cristo, debido a que su carga en ese entonces se centraba principalmente en ese tema. En el adiestramiento, nos pedía con frecuencia que diéramos nuestro testimonio en cuanto a la manera en que cada uno llegó a ver al Cuerpo. Después de los testimonios, con frecuencia declaraba: “Hermano, tú no has visto el Cuerpo todavía”. Entonces procedía a demostrar con las mismas palabras usadas por el hermano, que éste no había visto el Cuerpo. A algunos de los que habían testificado les decía que para ellos el Cuerpo era solamente una doctrina o una teoría, no una visión.

  También nos preparó en lo relacionado con la consagración. Cada mañana pedía a uno de los participantes que diera un testimonio acerca de su consagración. Después de cada testimonio él hacía un diagnóstico, como un médico, y lo juzgaba con el pleno discernimiento de un juez, y a menudo nos operaba sin misericordia como un cirujano. Muy pocos pasaban esa intensa prueba acerca de la consagración. No obstante, todos recibían ayuda práctica en su vida espiritual. El adiestramiento duró unos dos años, y algunas personas procedentes de otras ciudades permanecieron en Shanghai para ser adiestradas durante un período más largo. El número de participantes era entre setenta y ochenta.

C. Adiestramientos en el monte Kuling

  En los años durante los cuales Watchman no ministró, él aprovechó la oportunidad para comprar varias casas en un monte llamado Kuling, cerca de Fuchow, adonde muchos misioneros solían ir a descansar. Durante la segunda guerra mundial casi todos ellos se marcharon del país y vendieron sus casas a precios reducidos. Watchman Nee compró más de quince de estas viviendas con la intención de usarlas para los adiestramientos.

  Después del avivamiento que hubo en Shanghai en 1948 cuando reanudó su ministerio, aproximadamente ochenta hermanos y hermanas subieron con él al monte Kuling y emplearon esas casas durante un período de adiestramiento de cuatro meses, de junio a octubre de 1948. Incluimos a continuación el testimonio de Chang Wu-cheng, uno de los que participó en dicho adiestramiento:

  ________________________________________________________

  Durante la inauguración del adiestramiento, el hermano Nee dio las siguientes explicaciones: “En primer lugar, este adiestramiento no es un seminario. Nuestro propósito no es comunicar conocimiento ni métodos bíblicos a los participantes, sino ayudar a los que ya siguen al Señor y caminan en esta senda con el objeto de avanzar. Mi ministerio difiere en cierta medida del de Witness Lee, ya que él puede hacer que quienes no tienen interés en las cosas del Señor lo tengan, que los que son incompetentes sean aptos, y que los que están desanimados se animen a seguir adelante. Reconozco que carezco de lo que él tiene. Durante veinte años sólo he podido ayudar a los que tenían algo a que tengan algo más, y ayudar a quienes buscan ayuda. El éxito o el fracaso de este adiestramiento depende exclusivamente de la clase de personas que seamos. Si estamos llenos de nosotros mismos y satisfechos, no recibiremos ayuda. Pero si usted desea en realidad seguir adelante, puedo ayudarle a ir más lejos, y si tiene alguna luz, puedo ayudarle a recibir más luz. Mi ministerio no consiste en avivarle ni a cambiarle, sino en guiarlo si ya va por el camino. Mi ministerio no consiste en forzar a caminar a los que están sentados.

  “En segundo lugar, este adiestramiento constará de cuatro aspectos: 1) cómo ser ministros de la Palabra de Dios, 2) cómo ayudar a los nuevos creyentes, 3) asuntos a los que debemos prestar atención y solución a problemas, y 4) cómo administrar los asuntos de la iglesia”.

  El contenido del adiestramiento fue muy rico. El hermano Nee compartía durante seis horas cada día, cinco días a la semana. He aquí algunos detalles:

  1. Cómo ser ministros de la Palabra de Dios. El ministro de la Palabra sirve a los hombres la Palabra de Dios.
    1. Debemos aprender a usar nuestro espíritu. Si queremos ser ministros de la Palabra, el requisito fundamental es aprender a usar nuestro espíritu; de lo contrario, lo que hagamos provendrá del alma, o sea de nuestra parte emotiva y de nuestra mente.
    2. Debemos tocar la autoridad. El obrero cristiano debe percibir la autoridad. No sólo debe someterse a la autoridad directa, sino también a la autoridad delegada. Solamente la persona que detecta la autoridad y aprende a obedecer puede ser autoridad y ministrar la Palabra de Dios.
    3. Debemos conocer a la gente. Debemos saber si la condición espiritual de los hermanos y hermanas es normal o no a fin de poderles ayudar. Si queremos conocer a las personas, no debemos limitarnos a escuchar sus palabras, sino que debemos aprender a tocar su espíritu. Esto requiere que seamos quebrantados por Dios y que permitamos que Dios excave profundamente en nuestro ser y nos toque en lo más profundo. Si no hemos sido transformados y si somos impuros e insensatos, nunca podremos conocer a los demás. Por consiguiente, debemos vivir en la luz de Dios.
    4. Debemos estudiar la Palabra de Dios.
      1. Pasar tiempo estudiando la Palabra; especialmente los jóvenes.
      2. Debemos ser las personas correctas. La clase de persona que uno es determina la clase de Biblia que lee. No debemos ser perezosos, susceptibles, insensibles ni curiosos.
    5. Debemos aprender a proclamar la Palabra de Dios. No debemos predicar nuestra persona, sino la Palabra. En el caso de algunos, lo que sale de su boca no es la Palabra de Dios, sino pensamientos, conceptos y opiniones de hombres. No sólo nuestra condición espiritual debe ser adecuada, sino que nuestras palabras también deben ser las debidas. De lo contrario, los que nos escuchan no tocarán a Dios ni recibirán luz ni su provisión espiritual.
    6. Debemos tener una revelación y una carga. Quien sirve al Señor debe recibir una revelación de parte de Dios y luego pasar esa carga. Es la única manera de proporcionar a los oyentes el verdadero suministro.
  2. Cómo ayudar a los creyentes nuevos:
    1. Debemos deshacernos del pasado. Después de que una persona es salva, sigue llevando sobre sus hombros todo lo relacionado con su vida antigua y mezcla la vida del Señor con todo su pasado. Al evaluarse a sí misma, se considera justa y sigue siendo orgullosa; todavía codicia la vanagloria, se enoja con facilidad y no puede llevarse bien con los demás. Todas estas cosas deben ser desechadas, y el creyente debe hacerse como un niño para empezar a ser un nuevo hombre.
    2. Los creyentes deben tener cierta norma. Existe una norma para la conducta, los conceptos y las opiniones del creyente. Si él desconoce la norma, le será muy fácil jactarse, sentirse satisfecho consigo mismo, y confiar en sí mismo. Lo que considera erróneo quizás no lo sea, y lo que juzga correcto sea incorrecto. Los que conocen esta norma saben lo que no deben hacer y lo que no deben decir, y pueden determinar lo que es correcto y lo que no lo es. La edificación que necesitan los creyentes nuevos consiste en derribar lo que se debe derribar y en añadir lo que se debe añadir. Este es el único medio por el cual los creyentes pueden alcanzar la norma cristiana.
    3. La práctica:
      1. ¿Quién es un principiante?
        1. Después de creer en el Señor y de ser bautizado, el pecador es un principiante y necesita recibir la edificación de un principiante, independientemente de la edad, la educación, la posición y la experiencia que tenga en el mundo.
        2. Los que han sido creyentes por años y nunca han sido edificados también deben participar.
      2. La manera:
        1. El modo de presentar lo que tenemos. Cuando hablamos, debemos hacerlo en voz audible y clara, recalcar los puntos principales y no salirnos del tema. No usemos un tema como base para promover algo que nosotros deseamos; no hablemos como si estuviésemos dando un sermón.
        2. Hagamos preguntas. Debemos alentar a los demás a hacer preguntas (1 Co. 14:35). No obstante, las preguntas deben centrarse en el tema y no salirse de éste.
        3. Respuestas. Las respuestas deben ser claras. Si la pregunta es demasiado confusa, debemos darle un enfoque definido. Cuando contestemos, debemos presentar la verdad aunque ello signifique que nosotros seamos puestos en evidencia. Si sabemos, debemos decir lo que sabemos, y si no, debemos decir que no sabemos.
        4. Sigamos el orden de los cincuenta temas que dimos para la edificación de los principiantes. Estudiemos cincuenta temas al año.
        5. Tengamos presente nuestra vida diaria y no nos quedemos en simples palabras. Debemos determinar si los creyentes nuevos han llevado a cabo lo que les dijimos. Debemos instarlos continuamente, para que la palabra sea aplicada en su vida y para tomen las cosas en serio.
    4. En cuanto a los que tienen el liderazgo:
      1. Deben tener la debida actitud. La posición de los que están en el liderazgo debe ser la de mensajeros que proclaman la Palabra de Dios, y no de maestros que se dedican a enseñar. Deben ser humildes y dirigirse a los demás en el mismo nivel, y no considerarse superiores a lo oyentes en nada.
      2. Deben tocar el espíritu de un modo fresco. Los cincuenta temas mencionados se repetirán cada año; por lo tanto, los que comparten los mensajes deben haber tocado este espíritu fresco. Si nuestro espíritu se envejece, lo que digamos no pasará de ser una doctrina o será como la repetición de un libro de rezos.
      3. Deben pedir la bendición del Señor. La vida del creyente depende de la bendición del Señor. Si no tenemos la bendición del Señor, aunque lo que digamos tenga sentido y coherencia, no obtendremos resultados. Lo que cuenta no es si andamos en el camino correcto, sino si andamos en el camino de la bendición del Señor.
  3. Lo que debemos cuidar y la solución de los problemas:
    1. Debemos prestar atención a lo siguiente:
      1. Cuidar nuestro propio cuerpo. Alguien le preguntó a un hermano ya mayor a qué edad era más útil un hombre. Después de meditar un momento, contestó: “El período entre los setenta y los ochenta años de edad". Algunos fueron a la tumba antes de llegar a la edad de mayor utilidad. Cuando eso sucede, constituye una enorme pérdida para la iglesia. No debemos abusar de nuestro cuerpo. Debemos ejercer dominio propio en nuestras costumbres cotidianas, especialmente en la comida y la bebida.
      2. Desarrollar nuestro carácter. El siervo del Señor necesita un buen carácter. Un carácter descuidado, flojo o débil puede destruir la obra que uno realiza, aunque tenga dones.
    2. La solución a los problemas. Durante el adiestramiento había una reunión diaria en la cual los participantes se turnaban para testificar y hacer preguntas. Después de cada testimonio, el hermano Nee hacía una evaluación y ofrecía detalladas correcciones, según la condición y la necesidad de la persona. Por una parte, él indicaba cuál era el verdadero problema, y por otra, mostraba a todos el camino de bendición. Sus palabras de evaluación y dirección iban verdaderamente al grano, estaban llenas de luz y, a veces, eran severas y solemnes. Cuando terminaba, los que eran juzgados oraban, y la mayoría de ellos se arrepentía y confesaba con lágrimas sus vacíos.
  4. Cómo administrar los asuntos prácticos de la iglesia. El hermano Nee compartió mucho sobre este tema. Lo que él enseñó se puede resumir en siete puntos:
    1. Los oficios en la iglesia. Los dos oficios son los diáconos y los ancianos (los que velan por la grey).
    2. Cómo servir. El servicio debe ser el servicio de todo el Cuerpo y no el espectáculo de un solo hombre. La iglesia es el Cuerpo de Cristo, y todos los salvos, los miembros, deben funcionar. El servicio de la iglesia presenta dos aspectos: el servicio sacerdotal, por el lado espiritual, y el servicio levítico, por el lado administrativo.
    3. Cómo reunirse. La iglesia debe tener las siguientes clases de reuniones: reuniones para proclamar el evangelio, reuniones para principiantes, reuniones de oración, la reunión de la mesa del Señor, la reunión descrita en 1 de Corintios 14, reuniones de hermanas y reuniones para niños. La iglesia local no necesita mantener una reunión dominical en la cual se da un sermón. Y por supuesto, no debe establecer el sistema de pastores. Por ningún motivo debe la iglesia seguir las costumbres de las naciones (ni de las denominaciones). Debemos rechazar la tradición y permitir que el Señor recobre lo que El desea.
    4. La relación entre la iglesia local, la obra y los apóstoles
      1. La autoridad más elevada de la iglesia local es el cuerpo de ancianos, los cuales, a su vez, son nombrados o depuestos por los apóstoles. Por lo tanto, los ancianos deben oír a los apóstoles.
      2. Los apóstoles son responsables por la obra, y los ancianos son responsables por la iglesia. Pero los apóstoles también pueden ser ancianos en la ciudad donde viven y laboran.
      3. Cuando surge un problema entre las iglesias, los apóstoles y los ancianos deben reunirse en la presencia del Señor para buscar Su voluntad, dialogar y solucionar el asunto, según Hechos 15. Además no sólo debemos practicar el método bíblico, sino que también debemos tener el Espíritu de las Escrituras.
    5. La coordinación entre los obreros cristianos. Los obreros necesitan coordinar. Para ello deben:
      1. Conocer la autoridad. En la obra de Dios se tiene un perito arquitecto que toma la iniciativa entre los apóstoles. Por eso debemos aprender a someternos.
      2. Buscar la comunión, pues sin ésta no hay coordinación. Para practicar esto, los colaboradores deben aprender a:
        1. Abrir sus corazones unos a otros.
        2. Rechazar el individualismo y ser unánimes, como un solo hombre.
        3. Llevar conjuntamente la carga.
        4. Buscar activamente la comunicación.
      3. Sólo la autoridad y la comunión pueden propiciar la verdadera práctica de tomar decisiones, de enviar, de permanecer en un lugar y de comprometerse en algo.
    6. El colaborador y el apóstol:
      1. El apóstol. El apostolado no es un don sino un oficio. Dios escoge de entre aquellos a quienes dio dones algunas vasijas que desea usar y los envía a laborar y a establecer iglesias. Por ejemplo, en Hechos 13 Pablo y Bernabé eran profetas y maestros debido a los dones que habían recibido. Pero cuando el Espíritu Santo los envió, en Hechos 14:4, fueron llamados “apóstoles”. A un apóstol no se le exige tener un empleo, ni dejarlo si lo tiene. La ocupación de Pablo era ser apóstol, no fabricante de tiendas; pero a veces trabajaba como fabricante de tiendas para ser apóstol.
      2. El colaborador. La esfera de acción del colaborador es más amplia que la del apóstol. Todos los hermanos y hermanas deben hacer de sus ocupaciones algo secundario a fin de servir a Dios. Todos los que se consagran al Señor son colaboradores.
    7. Las finanzas:
      1. En la distribución del dinero en una iglesia local, existen las siguientes categorías:
        1. Los gastos indispensables
        2. Las necesidades de los pobres
        3. Las necesidades de los hermanos que están en el liderazgo
        4. La necesidad de otras iglesias locales
        5. La provisión para los obreros individuales
        6. La provisión para la obra en la región
      2. La relación financiera entre los colaboradores:
        1. El que toma la iniciativa debe proveer para los que laboran con él
        2. A los colaboradores se les asigna cierta ayuda según sus necesidades específicas, y no según el don que tengan.
        3. Debemos aprender a vivir por fe, a confiar en Dios, y no en alguna fuente humana, y a no asumir la responsabilidad de otra persona. Debemos aprender a recibir por fe y a dar por fe.

  ________________________________________________________

  Después del adiestramiento de octubre, los que participaron regresaron a sus respectivos lugares en toda China, llevando consigo la ayuda que habían recibido. Adonde iban, propagaban el avivamiento. El resultado fue una formidable explosión espiritual. Centenares de pecadores fueron cautivados para el reino del Señor; muchos creyentes ardieron por el recobro del Señor, y las iglesias aumentaron y se edificaron más que nunca antes.

  Este fue el primer adiestramiento que Watchman dio en el monte Kuling. La comisión que tenía era conducir esta clase de adiestramiento por lo menos una vez al año, de allí en adelante. La situación de aquel entonces exigía que él pospusiera el inicio de un segundo adiestramiento, de febrero a agosto de 1949. El contenido de ese adiestramiento era similar al primero, con algunas mejoras. Los participantes eran un grupo diferente de creyentes. En medio del adiestramiento, él se trasladó del monte Kuling a su casa en Customs Lane en la ciudad de Fuchow.

  Después del segundo adiestramiento, debido a los cambios políticos, él no tuvo oportunidad de continuar realizándolos. Aunque sus planes de seguir con el adiestramiento habían terminado, lo que él compartió en los dos adiestramientos en Kuling fue impreso y llegó a ser de gran ayuda para numerosas personas que buscaban al Señor. Hoy el aporte de esos adiestramientos es invaluable para nosotros.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración